Yo no procederé con la lógica obsoleta porque esto fuera proceder contra glaucura, y mi alma se siente glauca como los iris de una hetaira en el conticinio, en la intempesta de tu mágica siringa.
Hacia el fracaso del ojo interior
“A finales del año pasado mi amigo se desnudó, se pintó la cabeza y la cara de color bermellón, se metió un pepino en el ano y se ahorcó”. Así podría haber empezado Kenzaburo Oé su libro El grito silencioso si fuese un escritor actual americano, o español; del occidente unificado de hoy, en suma. ¡Qué manera tan potente hubiese sido esa de empezar una novela! (piensa ese escritor americano, o español, o un gallego talentoso de estos que sobran en el blog). ¡Qué cúmulo de cosas grotescas e incomprensibles, misteriosas! Qué sobredosis de escatología, en los dos sentidos de la palabra, confluyendo sobre una pregunta: ¿Por qué? Casi puede verse a tal novelista prototípico encendiendo un pitillo, satisfecho, recostándose en su sofá y pensando: “Ya he creado el anzuelo perfecto. Ahora tiraré de él”. Por suerte Oé no es ese hombre occidental -aunque a veces camine por el vértice que separa su propia cultura de la nuestra, sobre la falla que nos separa y nos une, para interrogarse con más dureza aún- y en consecuencia, la frase irrumpe sólo tras cuatro páginas densas de angustia estancada y, aunque llamativa y portadora, en efecto, de una pregunta, pertenece ya a la corriente, al insano grumo tumoral que parece la novela en sí misma.
En el lapso que tarda en llegar, se nos ha presentado a Mitsusaburo, “Mitsu”, que será nuestro guía (12) a través de la cenicienta planicie de más de trescientas páginas. Ahí está, a nuestro lado, en plena crisis insomne y acechado por terrores existenciales aún sólo entrevistos; caminado como sonámbulo por su casa, golpeándose con las cosas medio ciego. En su extenuante lucha establece busca “el sentimiento de la ardiente esperanza perdida”, que, explica, “no es un sentimiento de carencia, sino un anhelo positivo de esperanza ardiente en sí”. Pero esa búsqueda no sirve como muro de contención, y cae: “(…) dentro de mi cuerpo doliente, el desolado veneno amargo crece, como si fuera a salirme por oídos y ojos, nariz y boca, ano y uretra igual que la gelatina sale lentamente de un tubo”. Iremos, sí, de la vacilante mano de ese hombre estrujado como un tubo de dentífrico podrido, y yo alcanzo mejor el poder visual de esa evocación ahora que releo. Veo progresivamente mejor al Mitsu que decide una mañana oscura descender al hueco que los operarios han cavado junto a su casa para hacer un pozo negro, y que se queda allí, en el fondo de ese pozo, con un perro que ha encontrado en la calle. Y sólo entonces, en una especie de trasunto grotesco del nirvana, enterrado hasta el culo en el agua que parece “jugo de carne exprimido” y con un perro desconocido en los brazos, piensa en el amigo muerto, piensa en el stag apaleado de la XV, aparece la imagen externa: “A finales del año pasado…”. Pero para entonces las preguntas ya se han multiplicado y enredado como un nudo. La posibilidad de una novela de tiralíneas se ha esfumado, ahogada como un cachorro en un balde de agua sucia. El juego, si es que se puede hablar de juego, es otro.
Yo había tomado El grito silencioso, en realidad, sin mucha intención de pasar de una ojeada rápida y para descansar unos días de la apasionante pero muy densa lectura de The One-Eyed God. Odin and the (Indo-)germanic Männerbünde (JIES Monograph 36), de Ian Kershaw. Entré pues en la historia que Oé propone como quien sale a pasear, aunque sea por los suburbios de una cloaca industrial. Por caminar, podría decirse, y pronto me encontré extraño y perdido en un libro que es a primera toma, y pese a su relativa complejidad estructural, una especie de grumo canceroso, una gelatina informe en la que una mente entrenada en la pretendida claridad occidental chapotea hasta hundirse. Un tipo de desolada “simpatía”, opuesta a la ligereza que buscaba, fue pues una de las razones por las que me fascinó el relato, ya que en ese tiempo yo mismo circulaba por los incomprensibles rituales de un año que más parecía una masacre: la asfixiante y poco compasiva aridez de la historia y sobre todo de su estilo se parecían a mi confusión y a mi vida, a su aparente falta de guión coherente y a mi intento –en cierto modo ritual, y por ello también tragicómico- de sacar el culo fuera del fétido líquido aprovechando el comienzo de un nuevo año.
Éramos hermanos, en efecto, yo y el pobre Mitsu. Nos iba igual de mal. Volviendo, yo mismo, lo seguí a él de retorno a su pueblo natal del despojado interior japonés; lo vi cargar con su penosa vida de casado, su no menos penosa vida interior, su inevitable crisis de la mediana edad y el remordimiento -compartido con su mujer, si tales cosas se comparten, no por ello más leve- de un hijo monstruoso internado en un sanatorio (13). No le iba mucho mejor a Taka, su otro hermano menor, regresado de América con ideas nuevas y confusas de cambio, y megalómano portador de un concepto de la justicia histórica y la revolución que el sentido de culpa convertía en grave tara personal. Nos falta el hermano kamikaze Uguki, pero este se enroló en el porcobravismo más radical a lomos de un zero y aporta cero a esta historia. Personajes patéticos todos ellos, aquejados de invención sistemática del recuerdo y otras psicopatías marginales, Mitsu resulta sin embargo muy asumible por un lector tipo, al que en el fondo refleja en su observadora pasividad, en su contención racional que lo aboca a la inacción mientras el mundo en torno a sí (y dentro de sí) colapsa. Pero si Mitsu somos nosotros, Taka somos nosotros también: deformado gemelo especular; torpe y cruenta sublimación de todo lo que el primero es incapaz de hacer, aunque no de pensar, o al menos comprender. Quizá de desear.
El tuerto Mitsu es además la simbólica presa de un “ojo interior”: “(…) le di una finalidad a ese ojo que se había quedado sin función”, reflexiona: “hice que se volviera hacia la oscuridad de mi cráneo, una oscuridad llena de sangre y de un calor más intenso que el del resto de mi cuerpo. Mi ojo se convirtió en un centinela al que puse de guardia en el bosque de mi noche interior, y me forcé así a adiestrarme para vigilar lo que ocurre dentro de mí”. Un ojo interior que acabará por revelarse también inútil y que como veremos más adelante, tiene su potencial contenido simbólico, como todo lo demás en la AngloGalician Cup.
En todo caso, los hermanos comparten con el resto de los entes que pululan por la pesadilla su condición de seres mixtos, no sólo por su habitación del margen cultural o su natural imperfección, sino por pertenecer a una cultura, la del Japón de posguerra, que tras siglos relativamente sellada acaba de ser finalmente vencida, abierta en canal, contaminada y puesta en duda desde el exterior, pero sobre todo desde el interior. El uno, bondadoso a su críptica manera y que, acaso como resistencia, se declara seguidor del Henry Miller más optimista, no puede evitar sin embargo ser un absoluto e irritante cenizo. El otro es una especie de ridículo guerrero contracultural, malamente autogestionado, cuyos mejores momentos se parecen tanto a la gloria como un desagüe fecal.
Ambos son japoneses de nuevo cuño y su destino y lugar, igual que el de un país en el proceso heroico de posguerra y reconstrucción, parece estar por decidir. No muy distintos, aunque en un segundo plano, son la silenciosa y alcoholizada mujer de Mitsu -comida por la culpa, necesitada de algún tipo de esperanza, ya sea de la peor clase-, el sacerdote budista del pueblo o los habitantes de este, peones de una cultura milenaria y cerrada que ahora se disuelve, como los frescos de una tumba en su final contacto con el aire (14).
No pegues en el avispero, mas si lo haces, ¡da de firme!
A la vuelta de unos baños helados y del cucurucho de menta,
les seguimos contando.
les seguimos contando.
La XVI en el horizonte de un cripto-Japón cada vez más neofeudal.
252 comentarios:
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O BichoBola
dixo...
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31 de xullo de 2019, 19:34
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Doctor Pyg
dixo...
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31 de xullo de 2019, 20:06
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un existencialista avant la lettre, podría también decirse, arriesgándonos a la exageración extemporánea, que fue nuestro primer punk. En clave de tango, claro está
dixo...
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31 de xullo de 2019, 22:20
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Le llamaban el spoilers
dixo...
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31 de xullo de 2019, 22:22
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Don Celta de Estorde
dixo...
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31 de xullo de 2019, 22:25
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El Fulano Ulano Ufano
dixo...
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31 de xullo de 2019, 22:36
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Der Berggeist
dixo...
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31 de xullo de 2019, 22:42
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El par torsor nunca duerme
dixo...
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31 de xullo de 2019, 23:16
-
El par torsor nunca duerme
dixo...
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31 de xullo de 2019, 23:16
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Don Ron Mr Clayton
dixo...
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1 de agosto de 2019, 12:27
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Porco con dos razones
dixo...
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1 de agosto de 2019, 12:29
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Willy S.
dixo...
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1 de agosto de 2019, 12:32
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O Xoves Hai Cocido
dixo...
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1 de agosto de 2019, 14:56
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Porcobravos 'Til I die
dixo...
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2 de agosto de 2019, 10:19
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Yajirobe Inoshishi
dixo...
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2 de agosto de 2019, 12:36
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Eurídice Blasco
dixo...
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2 de agosto de 2019, 12:38
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mamadas japonesas
dixo...
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2 de agosto de 2019, 15:55
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mamadas japonesas
dixo...
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2 de agosto de 2019, 15:55
-
un profesional de la expresión del dolor humano
dixo...
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2 de agosto de 2019, 15:59
-
cognados sinonímicos interlingüísticos
dixo...
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2 de agosto de 2019, 19:14
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Alberto Olmos
dixo...
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2 de agosto de 2019, 21:16
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El leñador de encinas
dixo...
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2 de agosto de 2019, 21:31
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Crítico por amor al Arte
dixo...
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2 de agosto de 2019, 21:53
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tenemos que terminar lo que empezamos jajajajajajaja
dixo...
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2 de agosto de 2019, 22:53
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Guadañas and Calabazas quema rastrojos en las Marcas rubras y ocres del Arcaísmo Yerto
dixo...
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2 de agosto de 2019, 22:59
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un escritor avanza en espiral, retoma los mismos temas, agrandándolos...
dixo...
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2 de agosto de 2019, 23:01
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RODILLO
dixo...
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2 de agosto de 2019, 23:03
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Manfredo Mensfeldt Cardonnel Findlay
dixo...
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3 de agosto de 2019, 10:17
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Ian Kershaw: "Incomodan, pero los populismos no tienen un líder que quiera una guerra como Hitler".
dixo...
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3 de agosto de 2019, 12:14
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Cuenta hasta 30
dixo...
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3 de agosto de 2019, 21:45
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The fucking question is
dixo...
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3 de agosto de 2019, 22:19
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El Mal Samaritano destila torrentes de Ajendrea
dixo...
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3 de agosto de 2019, 22:23
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Inés Castro Barreto
dixo...
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3 de agosto de 2019, 22:28
-
Un Gaviero Bizarro cabalando vuestro piélago de calamidades
dixo...
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3 de agosto de 2019, 22:41
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la Vieja Arenisca Roja
dixo...
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3 de agosto de 2019, 22:46
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Juan Caboto
dixo...
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3 de agosto de 2019, 22:54
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Skurekail Villsvinhode
dixo...
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3 de agosto de 2019, 22:58
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Él lo ve todo
dixo...
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3 de agosto de 2019, 23:02
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Sláine
dixo...
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3 de agosto de 2019, 23:04
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A dos meses de ir a Liverpool, supercampeones sin entrenar
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4 de agosto de 2019, 10:20
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Las alubias del Ahorcado Carradine
dixo...
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4 de agosto de 2019, 11:48
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El Segador
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4 de agosto de 2019, 20:36
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Con Klopp el Liverpool ha perdido 4 finales de 5
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4 de agosto de 2019, 22:05
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The man in the high castle
dixo...
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5 de agosto de 2019, 11:48
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Centinela
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5 de agosto de 2019, 12:39
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Klopp ha ganado 1 de sus ùltimas 8 finales. 1
dixo...
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5 de agosto de 2019, 14:18
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el defensa más caro de la historia es seguidor del Sheffield United
dixo...
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5 de agosto de 2019, 18:17
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Asclepio Taburdio
dixo...
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5 de agosto de 2019, 18:24
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Asclepio Taburdio
dixo...
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5 de agosto de 2019, 18:24
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Por la cañada arriba, por la cañada abajo, su mechón negro era signo de rebeldía.
dixo...
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5 de agosto de 2019, 18:35
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Emma Frost
dixo...
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5 de agosto de 2019, 22:52
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Pitufo Blondo
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5 de agosto de 2019, 22:54
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Cuando le preguntan: “¿Bebes? ¿Dices palabrotas? ¿Te gusta haraganear? ¿Mientes a menudo?”, contesta afirmativamente con la cabeza, bajando la mirada con la picardía de un niño que ha sido sorprendido cometiendo una fechoría. “Un perfecto ciudadano”,
dixo...
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5 de agosto de 2019, 23:01
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O Xoves Hai Cocido
dixo...
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8 de agosto de 2019, 12:07
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Hacia el fracaso del ojete interior
dixo...
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8 de agosto de 2019, 17:57
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Curtido en Los Barrizales de la Vanidad
dixo...
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8 de agosto de 2019, 18:35
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Esopo Peye
dixo...
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8 de agosto de 2019, 18:42
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Tengo envidia del lobo gris que se disimula en la lluvia.
dixo...
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8 de agosto de 2019, 18:44
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Tengo envidia del lobo gris que se disimula en la lluvia.
dixo...
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8 de agosto de 2019, 18:46
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Inmuscusión Terrupta
dixo...
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8 de agosto de 2019, 18:49
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Nihil Moriarty
dixo...
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8 de agosto de 2019, 21:49
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Gerrard Winstanley
dixo...
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8 de agosto de 2019, 21:51
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J. Milton
dixo...
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8 de agosto de 2019, 21:54
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Emilio "Mapache"
dixo...
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8 de agosto de 2019, 22:03
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Selecto y Desopilante Batidor de Conejos Muertos
dixo...
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8 de agosto de 2019, 22:36
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coprofagia, emetofilia y satíricas –como, por ejemplo, cuando en la comuna cantan el himno de la alegría mientras sostienen un plato lleno de heces-,
dixo...
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8 de agosto de 2019, 23:14
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Pete Te
dixo...
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9 de agosto de 2019, 16:21
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no lo hizo porque ellos fueran homosexuales
dixo...
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9 de agosto de 2019, 18:52
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Mike Barja
dixo...
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9 de agosto de 2019, 19:03
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La bandera de tu Japón neo-feudal
dixo...
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9 de agosto de 2019, 19:06
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Golfiño Kuninkaallinen Perhe
dixo...
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9 de agosto de 2019, 19:13
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Ladillao Cubeiro Cantalupo
dixo...
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9 de agosto de 2019, 19:44
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Bulla y más bulla de gente dispuesta sobre sus salmos.
dixo...
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9 de agosto de 2019, 19:49
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ajeno es el verano yo no soy un poeta
dixo...
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9 de agosto de 2019, 19:54
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me identifiqué grandemente con su aversión al exhibicionismo maricón en tanto que insulto y rémora de la homosexualidad vivida como opción íntima libre y responsable
dixo...
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9 de agosto de 2019, 22:10
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I GIARDINI DI KENSINGTON, esa traducción viscontiniana de Lou Reed que Patty Pravo nos regaló allá por los primeros 70
dixo...
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9 de agosto de 2019, 22:29
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Yajirobe Inoshishi
dixo...
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9 de agosto de 2019, 22:39
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Narciso tiene un estanco
dixo...
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9 de agosto de 2019, 22:48
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John Ford
dixo...
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9 de agosto de 2019, 23:03
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John Ford
dixo...
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9 de agosto de 2019, 23:05
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Tu culo como la bandera de Japón
dixo...
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9 de agosto de 2019, 23:36
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Selecto y Desopilante Batidor de Conejos Muertos
dixo...
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9 de agosto de 2019, 23:42
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Doctor Pyg
dixo...
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9 de agosto de 2019, 23:50
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Bartolomé Foulkes. Fío Galego
dixo...
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10 de agosto de 2019, 09:54
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The diaries of John Rabe
dixo...
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10 de agosto de 2019, 10:01
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Handicap Salazar
dixo...
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10 de agosto de 2019, 10:04
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como dragones de komodo.
dixo...
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10 de agosto de 2019, 21:25
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Mi número favorito es este
dixo...
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10 de agosto de 2019, 21:28
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Jabacho Fodedor
dixo...
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11 de agosto de 2019, 10:03
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Inés Castro Barreto
dixo...
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11 de agosto de 2019, 10:06
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Folly Bucelario
dixo...
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11 de agosto de 2019, 10:10
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Folly Bucelario
dixo...
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11 de agosto de 2019, 10:12
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La leyenda cuenta que un espíritu maligno se encaprichó de una joven y decidió que no la compartiría con nadie. Para ello se instaló entre las piernas de la mujer preparado para morder con sus colmillos a cualquier miembro viril que osara poseer a la chica. Ella encargó entonces a un herrero que le fabricara un falo de metal que, cuando fue mordido por el espíritu maligno, provocó que este se rompiera toda su dentadura y dejara en paz a la mujer para siempre.
dixo...
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11 de agosto de 2019, 10:16
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El Pollas
dixo...
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11 de agosto de 2019, 22:03
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Henry Miller era un tiraniponas
dixo...
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11 de agosto de 2019, 22:23
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M28 Pystykorva
dixo...
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12 de agosto de 2019, 16:56
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El Heterodoxo
dixo...
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12 de agosto de 2019, 22:18
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Mortadelo
dixo...
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12 de agosto de 2019, 22:20
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El jinete pálido
dixo...
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12 de agosto de 2019, 22:22
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Sgian Dubh. Sobre los acantilados de mármol
dixo...
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12 de agosto de 2019, 22:26
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101st Airborne Division
dixo...
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12 de agosto de 2019, 22:27
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Acerbo Bierzo
dixo...
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12 de agosto de 2019, 22:43
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O Swine-Herd de Galizalbión
dixo...
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12 de agosto de 2019, 22:57
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El Fulano Ulano Ufano
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12 de agosto de 2019, 23:04
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Bueno-buenísimo es ver que las grandes franquicias no mueren.
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13 de agosto de 2019, 10:20
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Tristan Corbière Calvados
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13 de agosto de 2019, 10:37
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por sentir de nuevo en mi camisa las frías monedas de la lluvia.. Repetiremos
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13 de agosto de 2019, 10:39
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El patito como flotador
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13 de agosto de 2019, 12:34
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O Xoves Hai Cocido
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15 de agosto de 2019, 15:52
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El burdel del alma
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16 de agosto de 2019, 19:58
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odio los números capicúas
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18 de agosto de 2019, 11:47
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Barrabás Balarrasa
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18 de agosto de 2019, 11:49
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Cañoneando el anticipo de vuestra Devastación
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18 de agosto de 2019, 11:50
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Esopo Peye
dixo...
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18 de agosto de 2019, 11:54
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Zaštitnik Bitingkerbs
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18 de agosto de 2019, 13:22
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RODILLO
dixo...
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18 de agosto de 2019, 13:28
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Both fans happy (ish)
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18 de agosto de 2019, 21:12
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BER-GOG-LIO: SU NOMBRE ES BLASFEMIA
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18 de agosto de 2019, 21:16
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Hijo de la Victoria, encara a Gog, de la tierra de Magog
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18 de agosto de 2019, 21:18
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le 120 giornate di Sodoma
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18 de agosto de 2019, 21:23
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Hasta cuando
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20 de agosto de 2019, 12:24
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Pancho Villa Diodati
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21 de agosto de 2019, 17:42
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Cada uno en su casa y Main en la de todos
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22 de agosto de 2019, 10:27
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O Xoves Hai Cocido
dixo...
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22 de agosto de 2019, 10:51
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Barrilete Kanpora
dixo...
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22 de agosto de 2019, 12:41
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Gog es mainstream
dixo...
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23 de agosto de 2019, 18:07
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Pierre Nodoyuna sodomizando
dixo...
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24 de agosto de 2019, 11:51
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Bo66y Mustard
dixo...
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25 de agosto de 2019, 13:29
-
El mal sin retoques...¿será ésta la próxima fruta podrida que caiga?
dixo...
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25 de agosto de 2019, 15:07
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Cabalgando con el Diablo
dixo...
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25 de agosto de 2019, 15:09
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Algo similar pasa con las chicas Disney quien siempre buscar quitarse ese estigma de niñas buenas y les encanta protagonizar escándalos en búsqueda de una nueva imagen más ruda y menos aniñadas, como muestra tenemos a Lindsay Lohan, Demi Lovato, Selena Gomez, Miley Cyrus, Britney Spears y Christina Aguilera.
dixo...
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25 de agosto de 2019, 15:55
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Quien no obtempere, se le felpeará
dixo...
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25 de agosto de 2019, 15:57
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Follador de perras
dixo...
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25 de agosto de 2019, 16:02
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Macedonio Fernández
dixo...
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25 de agosto de 2019, 16:08
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Los culos de Sarasa Hara, Maria Ozawa, Suzuka Ishikawa, Kirara Asuka, Anri Suzuki, Risa Coda, Saori Hara, Aino Kishi, Risa Kasumi y Kotone Amamiya.
dixo...
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25 de agosto de 2019, 16:13
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John Ford
dixo...
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25 de agosto de 2019, 16:15
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escrita por Kazuo Koike e ilustrada por Goseki Kojima.
dixo...
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25 de agosto de 2019, 17:59
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meifumado, el camino al infierno
dixo...
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25 de agosto de 2019, 18:09
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(ellos meneaban a los oniwabanshu)
dixo...
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25 de agosto de 2019, 18:14
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Hud Bannon
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25 de agosto de 2019, 18:18
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¿Por qué en la danza casi se presupone la homosexualidad masculina y en el fútbol se oculta?
dixo...
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25 de agosto de 2019, 18:23
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—Pero te voy a buscar uno que no sea poeta ¿eh? —me precisó—, que he estado con muchos poetas y son malísimos a la hora de follar
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25 de agosto de 2019, 18:28
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Y Julio César era llamado “la reina de Bitinia” porque en sus relaciones homosexuales con el rey de Bitinia había ocupado “la parte interior de la cama”, esto es, había asumido la parte pasiva. El hombre que fue matando galos hasta llegar al millón necesitaba hacer de mujercita con un miembro de su ejército cuando regresaba al campamento.
dixo...
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25 de agosto de 2019, 18:32
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Psicopompos Somormujos
dixo...
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25 de agosto de 2019, 18:44
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Psicopompos Somormujos
dixo...
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25 de agosto de 2019, 18:46
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Ronnie Farras
dixo...
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25 de agosto de 2019, 18:50
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Historias de asesinos, tahúres, daifas, borrachos, neuróticas y poetas
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25 de agosto de 2019, 18:54
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El boxeador que sodomiza
dixo...
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25 de agosto de 2019, 18:55
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El tren de Gog
dixo...
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25 de agosto de 2019, 18:58
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Mil grullas
dixo...
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25 de agosto de 2019, 19:13
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La Iglesia no dará sus datos sobre abusos sexuales
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25 de agosto de 2019, 20:48
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No va a gustarte lo que le voy a hacer a tu libro, pero te va a gustar el dinero que te darán por ello’. ¿Qué dices a eso? ¿Que te follen? [risas]
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25 de agosto de 2019, 21:05
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Pordiosero Metafísico
dixo...
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25 de agosto de 2019, 21:08
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Stertebeker Mantenfel
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25 de agosto de 2019, 21:09
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tú enséñame tetas y cuéntame una historia manida y previsible de celos y pasión desgarradora, que yo veré poniendo cara de que estoy en la ópera.
dixo...
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25 de agosto de 2019, 21:35
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vuestras entradas suelen ser oscuras, existencialistas, rozando el nihilismo
dixo...
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25 de agosto de 2019, 21:49
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Guadañas and Calabazas quema rastrojos en las Marcas rubras y ocres del Arcaísmo Yerto
dixo...
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25 de agosto de 2019, 22:35
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Polichinela Rujú Sahib
dixo...
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25 de agosto de 2019, 22:40
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el barnabita era un discreto tapeur de pianoforte
dixo...
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25 de agosto de 2019, 22:56
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El Dios Erizo protege a sus encolerizados
dixo...
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25 de agosto de 2019, 23:49
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4 en 5 años
dixo...
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26 de agosto de 2019, 09:16
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Benvidos ó Open Arms
dixo...
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26 de agosto de 2019, 14:23
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Las grasas niponas
dixo...
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26 de agosto de 2019, 17:49
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Ya no tenía ganas de trabajar. Lo único que quería era suicidarme, por lo que acudí directamente a un bar.
dixo...
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26 de agosto de 2019, 18:40
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Hiroshima mon amour
dixo...
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26 de agosto de 2019, 18:44
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Elmer Gruñón Egghead Fuck
dixo...
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26 de agosto de 2019, 20:39
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Elmer Gruñón Egghead Fuck
dixo...
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26 de agosto de 2019, 20:40
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Elmer Gruñón Egghead Fuck
dixo...
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26 de agosto de 2019, 20:47
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Rodrigo Ovéquiz Pardo De Cela
dixo...
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26 de agosto de 2019, 22:22
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Un provinciano universal; un clásico moderno.
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26 de agosto de 2019, 22:40
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Esopo Peye
dixo...
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26 de agosto de 2019, 23:08
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Orson (Falstaff at Midnight)
dixo...
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26 de agosto de 2019, 23:16
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Contagiados de Gognorrea
dixo...
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27 de agosto de 2019, 09:31
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En El sueño de la mujer del pescador de Hokusai un pulpo colma de placer a una buceadora que acaba de salir del agua, aún con el pelo mojado. La mujer se agarra a los tentáculos del pulpo mientras éste le practica un cunilingus y otro cefalópodo más pequeño la besa y la envuelve con más tentáculos. 1814 es la fecha de este ménage à trois con tentáculos, un género en sí mismo, presente en mucho otros shunga (estampas eróticas de la misma belleza etérea que los ukiyo-e) e incluso en los delicadísimos netsuke, miniaturas de marfil.
dixo...
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27 de agosto de 2019, 12:47
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Sexo anal en los lavabos del Gran Fornicador
dixo...
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27 de agosto de 2019, 16:40
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Nos los follamos con la Gog-rra
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28 de agosto de 2019, 11:30
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Nube negra
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29 de agosto de 2019, 12:53
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Leatherface Nodoyuna también tiene buenas entradas
dixo...
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30 de agosto de 2019, 10:20
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Porquo Aguarrás
dixo...
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30 de agosto de 2019, 10:34
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La atrocidad del penetrador bermello
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30 de agosto de 2019, 10:57
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Porco Red
dixo...
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30 de agosto de 2019, 13:13
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Nick Cave
dixo...
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30 de agosto de 2019, 19:49
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Say Hello the Porcos
dixo...
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31 de agosto de 2019, 12:40
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Empoderamiento anal
dixo...
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3 de setembro de 2019, 13:13
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El alma de la fiesta
dixo...
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3 de setembro de 2019, 18:38
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Henry Miller disfrazado de Geisha
dixo...
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3 de setembro de 2019, 18:44
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Jodiendas de excusado
dixo...
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5 de setembro de 2019, 14:39
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Amapola Hanoi
dixo...
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5 de setembro de 2019, 17:38
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Wet Pussy
dixo...
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10 de setembro de 2019, 15:02
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Partir a Partia
dixo...
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11 de setembro de 2019, 14:10
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Naomi Watts a 4 patas
dixo...
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18 de setembro de 2019, 12:44
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Elmer Gruñón Egghead Fuck
dixo...
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18 de setembro de 2019, 18:31
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Elmer Gruñón Egghead Fuck
dixo...
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18 de setembro de 2019, 18:32
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Elmer Gruñón Egghead Fuck
dixo...
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18 de setembro de 2019, 18:32
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Elmer Gruñón Egghead Fuck
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18 de setembro de 2019, 18:33
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Elmer Gruñón Egghead Fuck
dixo...
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18 de setembro de 2019, 18:33
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Elmer Gruñón Egghead Fuck
dixo...
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18 de setembro de 2019, 18:34
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Elmer Gruñón Egghead Fuck
dixo...
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18 de setembro de 2019, 18:36
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Elmer Gruñón Egghead Fuck
dixo...
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18 de setembro de 2019, 18:37
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¿Por qué la pionta 200 no tiene avatar ad hoc?
dixo...
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18 de setembro de 2019, 18:39
«A máis antiga ‹Máis antiga 1 – 200 de 252 Máis recente › A máis nova»A ver que no hay que ser un genio en literatura comparada. Kenzaburo Oé nunca escribió este cuento. Podríamos haber intentado contactarle... pero es que no merece la pena molestar a un señor de 83 años para hacerle tamaña pregunta: ¿Escribió usted esta basura? A ver que no es por no hacer periodismo de datos... Hemos confirmado que Oé no publicó este cuento: Ni con este título, ni con ningún otro ni en 1980, ni en 1982. No existe ninguna referencia al cuento y al título en su biografía oficial, como tampoco en la versión japonesa de la Wikipedia, ni en la Biblioteca Nacional de Japón. Nos hemos tomado la molestia de buscarlo no fuera a ser que sí que existiera el cuento, con otro contenido. Pero, vamos, que tampoco es que tenga mucho mérito (hacerlo en pleno verano, en bermudas, sí).
Así que... ¿qué fue lo que realmente inspiró Karate Kid? Algo mucho menos prosaico: un artículo sobre un chaval de 9 años que había sido capaz de conseguir un cinturón negro en el Valle de San Fernando, California, y en propia vida del guionista, Robert Mark Kamen (el mismo de El quinto elemento, El profesional, Arma Letal 3 y la nueva serie Cobra Kai), aficionado a la fuerza a las artes marciales. Y ya está.
De Kenzaburo Oé, ningún rastro.
Soy bastante más guapo que Ronnie Roñas
Fútbol del año 1 de la era Man'nen
Una pesada y negra depresión se ha instalado en Mitsusaburo Nedokoro a raíz de la muerte de su mejor amigo, quien se suicidó ahorcándose desnudo tras haberse pintado el rostro de bermellón e insertado un pepino en el ano. La extravagancia de semejante muerte, así como el posible mensaje que pudo haber dejado a quienes habrían de seguir con vida, incluido el propio Mitsusaburo, harán que se vaya hundiendo cada vez más en el oscuro pantano de la depresión.
Pero allí no termina la cadena de sus pequeñas desgracias: en cierta ocasión perdió la visión de su ojo derecho debido a que unos niños lo apedrearon sin explicación alguna; engendró un niño subnormal con su esposa Natsumi, a raíz de lo cual surgieron dos consecuencias: parecen cancelados de forma definitiva todos sus encuentros sexuales, y ella ha adquirido la costumbre de embriagarse a diario con whisky barato, con lo que sus ojos se vuelven desagradablemente turbios y sanguinolentos.
Así, vagando como un sonámbulo por esa espiral de intranquilidad, de pronto su hermano Takashi regresa de un viaje por los Estados Unidos y le propone “comenzar una nueva vida” en su pueblo natal, en la isla Shikoku. Y aunque desde niño Mitsu ha tenido oportunidad de examinar la aparente cobardía de Taka, no deja de impresionarle la extraña confianza que tiene en sí mismo, producto quizás de sus vivencias en América. Pero no será al único que deslumbrará con su actitud: Natsumi no tarda en caer embelesada por la voluntad inexorable de Taka, abriendo así la puerta hacia un posible triángulo amoroso, y también Hoshio y Momoko, una pareja de jóvenes que ven en Taka a una especie de ser divino.
De esta manera, con el pretexto de vender la vieja casa de la infancia a un compatriota encontrado por azar en su viaje por E.U., los Nedokoro, junto con Natsumi y los jóvenes Hoshio y Momoko, emprenden un viaje a Shikoku, en donde Mitsu y Taka se encontrarán con su propio destino después de un lento pero inexorable descenso a los infiernos, provocado en buena manera por Taka y la extraña obsesión que tiene por la insurrección campesina ocurrida en Shikoku en 1860, o bien, en la era Man'nen, como es conocido en Japón dicho año. Así, a partir de la formación de un equipo de fútbol, Taka intentará revivir la insurrección popular e instigará a la población a levantarse contra el Emperador de los supermercados, un coreano que domina psicológica y económicamente al pueblo, y de esa forma forzará los acontecimientos para que desemboquen en un final que oscilará entre lo heroico y lo patético.
Oé hace que los dos planos temporales y espaciales que nacen desde el título original de El grito silencioso (Man'nen gannen no futtoboru) y que no guardan relación histórica alguna con el tiempo en el que está situada la novela, comiencen a generar significados rituales cuando Taka decide revivir la rebelión popular del siglo XIX. Y aunque los acontecimientos no pueden sino naufragar en una especie de tragedia fársica, al final Mitsu (pese a la escéptica impotencia que lo caracteriza) y Taka (constantemente guiado por un "heroico fanatismo") encontrarán que el lastre de sus pasados sólo puede ofrecer dos caminos: hacer frente a los miedos y quizás preparase para un nuevo comienzo, o llevar la simulación hasta las últimas consecuencias, lo cual derivará en muertes sangrientas e inútiles.
El grito silencioso no resulta una novela muy sencilla de leer. Las referencias hacia un Japón poco frecuentado por el lector occidental la pueden volver un tanto trabajosa, así como la gran densidad de la prosa y el humor melancólico y depresivo que permea en todos los capítulos. Sin embargo, una vez que el lector se acostumbra a esos elementos, la narración se vuelve una avalancha que va tomando cada vez más velocidad y que, uno lo intuye, habrá de culminar en un aparatoso desastre. O mejor aún: en una obra imprescindible para entender un poco más al Japón de la posguerra.
haced de las ruinas un todo
Y no está de más decir que el "oximorónico" título de marras, de fabuloso, por lo menos, no tiene nada.-
Y así, con los pies varados en el tiempo, me encuentro con Kenzaburo. Por suerte, habla ruso.
Siento haberme retrasado, se excusa. No te preocupes, ya sabes que el tiempo se ha secado. Lo sé. En Tokio no me atreví a llamarte, ibas con tu hijo y pensé que no querrías que os molestase. Hiciste bien, prefiero verte aquí. Te agradezco que hayas venido. ¿Acaso tenía otra opción? No le respondo y continúo. Sabes que han pasado cientos de años para que pueda llegar hasta aquí, para que pueda poner los pies junto a las tuyos y, aun sin entender tu gesto,
estrecharte la mano. Conozco tu mano. ¿Cómo? Me hablas de cientos de años, de escritores viejos y culturas muertas, de tu mano, ¿y aún no te has dado cuenta? ¡Mírate! ¡Mira tus viejos
escritores! Mírame, aquí, sentado y hablando en ruso, ¿pero cómo se te ha ocurrido algo así?
Me encojo de hombros: sólo es literatura, palabras que caen muertas. Por fin dices algo con sentido. Sigo sin entender por qué me hablas así. ¿Por qué no miras?; mientras hablamos, el mundo continúa, pero tú estás muerto. ¿Qué quieres decir? Sólo eso, que estás muerto, como tus escritores y la tierra que has visto. Como lo estoy yo; como nuestros libros.
He hecho el viaje en balde, no consigo entenderte. Te empeñas en no mirar: abre un libro, mira, las palabras yacen y allí estamos nosotros; han pasado miles de años y siguen muertas;
has venido porque crees que nuestros libros nos unen, pero no es verdad, nos une la muerte, el amor a la palabra yaciente, la lejanía del mundo. Ser escritor es vivir muerto. Desde hace
siglos. Siglos de cadáveres sentados a la mesa y escribiendo, intentando comprender lo que anida en su pellejo. Y lo único que hay es vacío; el vacío de quien busca.
Un año antes de que practicara el tradicional suicidio ritual de los samurais '(seppuku' para ellos, 'hara-kiri' para los occidentales, -que es en realidad su forma incompleta'-)' para intentar virar el orden político del país, '' el escritor japonés Yukio Mishima se tiró en paracaidas, dirigió una orquesta sinfónica, montó en un avión F 102, hizo un ballet (en el que actuaba), escribió el libreto de una ópera y, tal y como se recoge en la biografía que le dedica el psiquiatra Juan Antonio Vallejo Nágera, 'Mishima o el placer de morir', también desafió en una polémica pública en la universidad a los estudiantes de extrema izquierda. Cualquiera diría que era un hombre con ganas de vivir, incluso renacentista, porque no paraba de hacer y hacer. «Tuvo varios coloquios-encuentro, el más notable en la Universidad de Komaba, en Tokyo (mayo del 69), con la rama radical (Zenkyoto) del Zengakuren (ultraizquierda universitaria). Tuvo la inteligencia de rechazar la protección de la policía y el valor de entrar solo en el gran anfiteatro donde se agolpaban 2.500 estudiantes. Sobre la tarima cubierta de pintadas, que también le rodeaban a su espalda en el encerado, logró Mishima hacerse con la situación y que el diálogo, si no coherencia, tuviese al menos cierta continuidad», relata el psiquiatra español.
Cuenta también que el encuentro se grabó, se editó y se publicó, y que Mishima, en un gesto de «irreprochable honradez», quizá mezclado con su personalidad narcisista y exhibicionista, «cedió al Zenkyoto la mitad de los derechos de autor del coloquio». «Yo empleé mi 50% en uniformes para el Tate-no-Kai, supongo que ellos usarán el suyo en cascos, porras y cócteles Molotov», dijo el autor de 'El rumor del oleaje', una de sus obras más conocidas para el lector español.
Su Tate-no-kai, o Sociedad del Escudo, era su propio ejército, el ejército de un escritor que, en aquella época, dominaba el espectro cultural nipón. No extraña que también diseñara el uniforme.
Mientras, escribe de cuatro a seis horas diarias, hace películas, escribe para los periódicos y sigue un férreo entrenamiento en atletismo, culturismo y el 'kendo', la esgrima japonesa. Regresa al Bushido (código samurái tradicional) para presentarse, el 25 de noviembre de 1970, junto a cuatro jóvenes seguidores, ante el general en jefe de las Fuerzas de Autodefensa Japonesas y, tras el ritual de preliminares, practicar la ceremonia. ¿Por qué esta atrocidad? El imaginario pasa por muchos vértices. La vergüenza (el paralelismo japonés del pecado occidental) de haber perdido el Nobel ante uno de sus grandes apoyos, el escritor Yasunari Kawabata, o su supuesta y exacerbada condición sadomasoquista, mezclada con ciertos tintes homosexuales, y el hecho de que fingiera una enfermedad para no ir a la guerra; otra vergüenza. Pero todo esto suena muy prosaico. Se espera de Mishima, de hecho, que vaya más allá. En la biografía de la autora francesa Marguerite Yourcenar, 'Mishima o la visión del vacío', se lee: «Consideró cierta clase de muerte e hizo de ella casi su obra maestra». Se dice luego que la acción final de Mishima es el resultado de un proceso difícil y ascendente que nace de su visión de la existencia como vacío. Entre apolíneo y dionisíaco, fue la bandera de la contradicción. Una de sus últimas y más originales actividades fue un homenaje póstumo en vida: 20 días antes de su muerte, planificada tiempo atrás, abrió en unos grandes almacenes de Tokyo una 'Exposición de Mishima', una muestra antológica de su vida y obra, relata también Vallejo Nágera. «Las guardas del folleto son negras e hizo tapiar las paredes del mismo color. Nadie se fijó en que la exposición estaba de luto. A quienes preguntaron el porqué de la elección del negro respondía: 'Por estética, destacan mejor las fotos'. Comprendiendo que nadie estaba mejor capacitado para simbolizar el significado de su vida y obra en una exposición que debería haber sido póstuma, decidió montarla él mismo».
La de Tokyo es la universidad más antigua de Japón (la fundó el Gobierno Meiji en 1877) y es también una de las mejores del mundo y la institución japonesa mejor posicionada en el Ránking Mundial Shangai Jiao Tong, elaborado por esta universidad china. Es el resultado de algo que a Mishima quizá le habría gustado, la unión de la tradicional cultura japonesa y el intenso desarrollo de la ciencia y la tecnología como herramientas fundamentales para conseguir una nueva cultura. Aunque la potencia haya decaído un poco a lo largo de las décadas, lo cierto es que en sus aulas se han educado muchos miembros de la élite política japonesa. Primeros ministros como Shigeru Yoshida, Nobuke Kishi, Takeo Fukuda y Yasuniro Nakasone, escritores como Mishima, su maestro (o redescubridor, según dice Vallejo Nágera), el Nobel Yasunari Kawabata, y otro que también consiguió el premio máximo: Kenzaburo Oe. Mishima se graduó allí en Derecho (una de las especialidades de la universidad) en 1947. Su padre también se había licenciado allí, cuando todavía se conocía como Universidad Imperial de Tokyo. En la actualidad, sirve de nexo de unión entre las academias asiáticas más prestigiosas y otras universidades extranjeras. Está formada por 10 facultades y 15 'graduate schools', así como 11 institutos.
En 2022, se disputa allí la XX Anglogalician
Yorkshire Day is celebrated on 1 August to promote the historic English county of Yorkshire. It was celebrated in 1975, by the Yorkshire Ridings Society, initially in Beverley, as "a protest movement against the local government re-organisation of 1974". The date alludes to the Battle of Minden, and also the anniversary of the emancipation of slaves in the British Empire in 1834, for which a Yorkshire MP, William Wilberforce, had campaigned.
The day was already celebrated by the Light Infantry, successors to the King's Own Yorkshire Light Infantry, as Minden Day. Together with five other infantry regiments of the British Army, a rose is permitted to be worn in the headdress. In the case of the Light Infantry, the rose is white.
El día de Yorkshire se lo vamos a dar el 6 de Octubre, cuando les metamos 7
Notas a dúas entradas con notas:
- a entrada anterior e esta forman un mismo texto salpicado de notas a pé de páxina. O texto completo sen fraccionar e coas notas pode lerse no blog Podzemne
- as notas a pé de páxina, pola súa banda, poden atoparse elas soas todas seguidas na entrada correspondente dos arquivos stout da anglogalician
Iba a ponderar la comida de Yorkshire en este su dìa, pero pudìn aparte, no sé, estoy vago
La Männerbünde deviene en Mainnerbünde en la Anglogalician
Nuestro Honor se llama lealtad al Main
洪水はわが魂に及び
Con esas orejas vas a tener que estudiar mucho para poder casarte
Pronto, Kogito y Shinshin cambiaron la posición de sus asientos: mientras el discípulo permanecía en el mismo sillón, la profesora se sentaba a la mesa del comedor, en una silla que le resultaba más cómoda. Al cabo de la intensa lección de cuarenta y cinco minutos, Shinshin aprovechaba los quince o veinte restantes para hacerle preguntas a Kogito, dando vueltas a su alrededor, al tiempo que éste, acomodado ahora sobre una silla de mimbre, le respondía sin prisa y así lograban sostener un diálogo sereno y sosegado.
Curiosamente, Shinshin jamás se refería en esa libre conversación a los poemas de Eliot que leía con tanta gracia durante las clases. Kogito se extrañaba ante semejante indiferencia, pero Shinshin, como había confesado en la cena, no manifestaba ningún interés en el contenido mismo de la poesía de Eliot. A pesar de que Kogito tenía a su alcance varios libros, paperbacks de tamaño grande, de estudios sobre el poeta —incluyendo uno de Lyndall Gordon, el profesor sudafricano mencionado por Shinshin— al lado del sillón, junto a la ventana baja, la profesora no los tomó ni una sola vez en sus manos.
Por su parte, Kogito tampoco le recomendó que leyera alguno de esos libros. Era comprensible que una muchacha china en extremo ambiciosa, que había salido de un poblado agreste —ubicado a una hora en autopista de Tsingtao, en Shantung, y caracterizado por la alta exportación de verduras a Japón— para establecerse en Estados Unidos, y que a pesar de su inclinación hacia la arquitectura se había interesado por la lengua y la cultura de Japón hasta terminar una maestría con especialización en la economía de ese país y conseguir un trabajo en una compañía japonesa, fuera ajena por completo a los estudios sobre Eliot.
Las primeras lecciones de los poemas de Eliot se realizaron sin interrupción, aunque luego surgía de vez en cuando la necesidad de suspenderlas los días en que Shinshin iba en coche a Tokio en compañía de Vladimir. Ya entrados en confianza, Kogito supo cómo Shinshin llegó a interesarse por Japón: fue con motivo de una película que había visto, apenas iniciados sus estudios en California: Dandelion, dirigida por Goro Hanawa, que obtuvo cierto éxito comercial en Estados Unidos.
Con su franqueza de siempre, Shinshin le contó que había descubierto a Kogito Choko como el escritor que tenía lazos personales con el cineasta Hanawa y que fue Shigeru quien le señaló el vínculo entre ambos artistas
Cuando empezamos a pisotear los montones de tierra como nos había dicho I, en los cuatro puntos cardinales del valle las montañas se tiñeron de un intenso color rojo oscuro; sólo el cielo del atardecer seguía iluminado por el sol sobre el silencioso pueblo. El súbito crepúsculo confirió una especie de solemnidad al trabajo de apisonar las fosas. Era algo similar a la insoportable imagen de la «muerte» que venía a visitarme sólo de noche, me hacía respirar angustiosamente y me empapaba la piel de sudor. Proseguimos nuestra tarea con renovado entusiasmo.
Por miedo a la resurrección de los muertos, los primitivos japoneses les doblaban las piernas bajo el tronco y cubrían las tumbas con pesadísimas losas de piedra. Y nosotros, temerosos de que nuestro difunto compañero surgiera de la tierra y campara a sus anchas por el pueblo donde nos habían dejado abandonados y bloqueados, pisábamos la tierra con toda la fuerza de nuestras piernas.
Y de repente, sin saber cómo ni por qué, formamos un estrecho anillo apretando nuestros cuerpos y enlazando nuestros brazos, y pisoteamos en silencio la tierra, envueltos primero por el aire fresco de la noche cada vez más cerrada, luego por las ráfagas de fría niebla que trajo consigo y, por fin, por el gélido viento invernal que la disipó. Empezaba a formarse entre nosotros, un grupo de niños perplejos, un firme lazo de unión. Bajo la delgada capa de tierra, que conservaba mejor el escaso calor del día que la niebla o nuestra piel de gallina, yacían los muertos, con las piernas muy juntas y los brazos pegados al cuerpo, con sus fríos ojos ocultos bajo sus párpados muertos, con reptantes larvas mordisqueando ya la carne entre sus muslos.
Nos asustaban igual que si fueran pájaros que echaran a volar a nuestros pies, pero estábamos más cerca de ellos que de los adultos que nos apuntaban con sus armas desde la otra ladera del valle, parapetados tras la barrera, de aquellos cobardes adultos del «exterior» que nos privaban de nuestra libertad. La noche había caído, y como no había nadie que saliera corriendo de aquellas hileras de casas muertas para llamarnos con voces cariñosas, seguimos pisoteando la tierra durante largo rato con los brazos estrechamente entrelazados.
Al día siguiente, cuando le llevé las sobras del desayuno, la niña estaba tomando el sol en los escalones de piedra delante del almacén. Por primera vez, cogió la cazuela cuando se la ofrecí, y un agradable calorcillo inundó todo mi cuerpo. Pensaba quedarme a su lado mientras desayunaba, pero pasaba el tiempo y no probaba bocado
Desde que me casé he estado en la jaula que significa una familia, pero hasta ahora siempre me pareció que la puerta permanecía abierta; el bebé a punto de llegar bien podría cerrarla definitivamente
Por ejemplo, entre las lenguas indoeuropeas se tiene estas dos series de cognados:
noche (español), night (inglés), nuit (francés), Nacht (alemán), nacht (neerlandés), nat (danés), noc (checo, polaco y eslovaco), noch (ruso), noć (croata), noć (serbio), nox (latín), nakti- (sánscrito), natë (albanés), nos (galés), nueche (asturiano), nueit (aragonés), noite (gallego y portugués), notte (italiano), nit (catalán / valenciano), noapte (rumano), nótt (islandés), νύχτα níjta (griego moderno) y naktis (lituano). Τodos ellos signfican ‘noche’ y tienen una similitud fonética evidente; esto se debe a que todos derivan del proto-indoeuropeo *nekwt- ‘noche’.
estrella (español), star (inglés), étoile (francés), Stern (alemán), ster (neerlandés), stella (latín, italiano), str (sánscrito), seren (galés), estrela (aragonés), estrela (valenciano, gallego y portugués), estel (catalán), stea (rumano), stjarna (islandés), αστέρι astéri (griego moderno), setare (persa) y estêre (kurdo). En este caso, todos ellos significan ‘estrella’ y derivan del proto-indoeuropeo *ster- ‘estrella’.
La selección del lecturas de Lord Gog es, siendo generoso, pésima
Para mí la entrada solo tiene un defecto grave pero definitivo: la ruptura de ritmo que provocan los flashbacks budistas, un poco cargantes y aliñados de psicoanálisis de saldo
Y la principal materia prima del plástico, el petróleo, es un veneno, un aborto del Averno, una sustancia viscosa, gorgoteante y putrefacta que la Madre Tierra esconde en lo más profundo de los abismos infernales desde la noche de los tiempos ,y desde el período Jurásico en el que se extinguieron los dinosaurios, y de cuyas entrañas nunca debiera haber salido. Y que sin duda constituye uno de los factores que hará cada vez más penosa nuestra supervivencia como especie y más inhabitable este planeta en el que vivimos y sus alrededores, siendo incluso todavía más letal que las emanaciones tóxicas esas que tanto preocupan a los ecologetas en acción.
Y hablando de petróleo y de arte, tenemos que hablar naturalmente de Qatar. Ese régimen integrista, corrupto y criminal, que ha ido comprando voluntades y complicidades de todos aquellos arrastrados que se dejan sobornar por los que han amasado una fortuna a base de los sucios petrodólares. Léanse los Pep Guardiola, la FIFA, Sarkozy, Platini...y muchos más. Un país donde se construyen instalaciones futboleras en el inhóspito desierto, empleando para ello como auténticos esclavos (sistema kefala) a miles de trabajadores nepalíes, a los que se somete a unas condiciones laborales infrahumanas (sólo en 2018 palmaron más de 2.000). País que intoxica y manipula a medio mundo a través de un canal de televisión como Al Jazeera, especialista en fabricar noticias falsas mediante decorados y actores para difamar, por ejemplo, al régimen sirio y favorecer de paso la causa del yihadismo. País que especula con el "arte contemporáneo" y con el arte en general, y que aspira a convertir a Doha en la nueva capital mundial del arte, porque allí creen que basta con tener muchísimo dinero para hacer realidad cualquier sueño... justo como en Las Vegas.
Como parte de la política de la familia real Al Zani para cambiar su imagen y atraer el turismo, la hermana del emir, Sheija Al Mayasa, dispone de un presupuesto anual de 1000 millones de dólares, y se encarga de adquirir costosas obras de arte en occidente para abastecer al Museo Nacional de Qatar, o de atraer a arquitectos famosos como Jean Nouvel o al chino I.M.Pei para que desarrollen allí sus proyectos. Otros artistas contemporáneos que no han tenido ningún escrúpulo en ponerse al servicio de los emires qataríes son los escultores Richard Serra (el de las espirales oxidadas esas del Guggenheim) o Cai Guo-Qiang (el mismo chino que convirtió el salón de Reinos del Prado en un polvorín el año pasado).
Siempre ha habido artistas que no han tenido reparo alguno en trabajar para tiranos corruptos, pero al menos los papas de Roma contaban con colosos de la talla de Buonarroti o de Bernini, mientras que en estos tiempos de plástico los emires de Qatar se tienen que conformar no con artistas plásticos, sino con artistas de plástico.
Querido Kenzaburo Oé:Fue muy grato para mí recibir su carta, algo que, en cierto modo, esperaba, pues, aunque luego de aquel almuerzo en Tokio, en 1979 -¡40 años ya!- apenas nos hemos visto un par de veces, desde entonces he seguido conversando con usted, a través de sus libros, que en todos estos años he estado leyendo en las traducciones al español, inglés o francés, que se ponían a mi alcance. Es una obra a la que debo muchas horas de placer, aunque, también, a veces, de cierta angustia.
Leyéndolo, descubrí que tenemos mucho en común: somos casi de la misma edad, los dos hemos enseñado en Princeton, ambos fuimos seducidos de jóvenes por los novelistas norteamericanos y la literatura francesa, y nuestra vocación creció arrullada por las ideas existencialistas, las polémicas entre Sartre y Camus, y las convicciones imperantes en aquellos años sobre "el compromiso". Esta tesis de que la literatura no puede ser mero entretenimiento, que ella influye en la vida modelando la sensibilidad y la conciencia de los lectores, y que, a través de éstos, deja una marca, para bien o para mal, en la historia, ya no está de moda. Los cultores de la literatura light, de éxito en nuestros días, la descartan con escepticismo burlón. Pero creo que hemos hecho bien en seguir escribiendo con la ilusión, acaso infundada, de que la literatura sirve para algo más que pasar un rato divertido.
No sabía que el Pen Club japonés se negó en los años setenta a protestar contra la persecución del poeta coreano Kim Ji Ha. En los tres años en que fui presidente del Pen Internacional descubrí que algunos Centros incumplían su obligación de luchar contra la censura y el hostigamiento político a los escritores, razón de ser de la institución. El caso más penoso que conocí fue el del novelista argentino Antonio di Benedetto, víctima de la dictadura militar, por cuya liberación hacía campaña el Pen Internacional, que fue expulsado del PEN de Buenos Aires, mientras se hallaba en prisión, por no pagar sus cotizaciones. Sin embargo, casos escandalosos como éste han sido la excepción, no la regla. De modo general, la inmensa mayoría de Centros del PEN ha mantenido una línea de defensa de la libertad intelectual y la coexistencia pacífica de escritores de distintos credos y filiaciones, como lo hace en estos días, en su campaña contra el fanatismo y la represión intelectual en Irán y Galizalbion
El discurso de Gog, incluso en sus respuestas sobre los asuntos más trascendentes, se salpica regularmente de anécdotas y chascarrillos, un humor letal que le sirve de crítica propia y ajena. "¿Mi obra es compleja y de difícil comprensión? Claro",afirma con rotundidad, "lo he escrito y lo reafirmo, algunos han dicho que la música de mi hijo les ayudaba a dormirse, yo en cambio les he asegurado que resultará más eficaz una novela mía".
The Anglogalician nos enseña de manera genial quién es el verdaderamente inteligente y quién es el payaso y el héroe.
Ayer fui a Ginza y en un poste de la luz estaba mi cara en un panfleto de Aikoku [partido de extrema derecha y leal al Main] en el que se decía 'Derribemos á Kenzaburo Oé'. Ese papel llevaba allí mucho tiempo pegado, lo cual indica que es de buena calidad. Es una lástima que utilicen un papel tan bueno para esos menesteres
Mirándolo de otra manera, ¿no es el guerrero cosa del pasado, tan inútil y ridículo como el pájaro dodo? Cuando Mishima, en Sol y acero, dice que "el objetivo de mi vida fue conseguir todos los atributos del guerrero”, ¿hablaba de "decoración”? Sabemos que admiraba el espíritu del Samurai y el culto de la espada pero, ¿de qué sirven espadas y espíritus de caballería cuando existe un arma como la bomba? Ya no estamos en la era en que Ricardo Corazón de León, admirador de su adversario, invitaba a Saladino a hacerse miembro de su propia Orden. Además, ya que hablamos de las escuelas de espada del tiempo de los Samurai, ¿qué hay de la Escuela Sin Espada? ¿La ignoraba Mishima? El mismo Samurai, entrenado para matar, viviendo sólo para matar, había comprendido que la mejor demostración de su habilidad estaba en vivir evitando tener que defenderse con la espada. Veo en esta actitud la manifestación del uso inteligente de la fuerza y de la habilidad, en contraposición al uso heroico de vencer por la muerte. ¿Quién quiere vencer, en definitiva? Sólo la gente estúpida, artera, malvada. Lo que realmente queremos todos es mantenemos vivos lo más posible, conservando toda nuestra lucidez y nuestro apetito por la vida. No nos han creado héroes, poetas, legisladores, militares, eruditos ni jueces; nos hemos inventado nosotros estas divisiones con nuestro modo de mirar las cosas, nuestra complicada manera de vivir. El hombre primitivo, que vivió miles de veces más que nosotros, no tenía necesidad de estas diversificaciones. Como tampoco la tienen los más sabios de nosotros. Son gente ejemplar pero jamás asumen el liderazgo de un pueblo. No intentan cambiar el mundo: cambian mundos, como san Francisco, que instaba en ese sentido a sus discípulos demasiado fervorosos. Es decir, cambian su perspectiva y con ello aceptan el mundo, lo que significa comprenderlo, apiadarse del prójimo, convertirse en su hermano y no en su rival ni su competidor —y menos que nada en su juez.
El biógrago del primer Main y un escritor japonés.
Gog es el Eje
¿La masturbación lleva a perpetrar bombardeos suicidas? Uno diría que no. No existe un vínculo más directo con los bombardeos suicidas que con la ceguera o la esquizofrenia. Pero puede haber una relación entre la disfunción o la frustración sexual y la atracción por el extremismo violento.
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La idea de que el sexo con mujeres debilita el espíritu de lucha en los hombres es común incluso en actividades menos sangrientas, como el fútbol. Con frecuencia, cuando un equipo nacional va a lanzarse a la batalla, el entrenador anuncia que las esposas y las novias quedan proscritas. A los hombres hay que mantenerlos bajo control. El sexo será su recompensa una vez que se derrote al enemigo. Entre los grandes mitos del fútbol holandés está la historia del Mundial de 1974. Privados de toda compañía femenina, algunos de los jugadores supuestamente se saciaron con prostitutas locales y, en consecuencia, perdieron la final contra Alemania.
Igual que los porcos en Newcastle
En 2019 Boris Orto escribió acerca del “solapamiento” entre la homosexualidad y el fascismo. “Ha habido hombres gays,” escribió, “en el centro de todo gran movimiento fascista que haya existido…” Esto era especialmente perturbador para Orto, que se define como “gay progresista”. Los ejemplos en apoyo a su tesis son fáciles de hallar: Pim Fortuyn (aunque realmente no un “fascista”, como parece pensar Hari) era gay. Se dice que Jörg Haider es gay. Y luego estaban las tropas de asalto de los nazis, las Camisas Pardas de la sa dirigidas por un matón llamado Ernst Röhm. Röhm y muchos de sus camaradas eran homosexuales.
Röhm era un promotor entusiasta del ideal espartano del apareamiento entre atléticos combatientes. Como muchos soldados alemanes inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial, se percibía como perdedor, amargado por la derrota militar y marginado por la paz. Para él, la sa era un camino para recuperar su autoestima. La concebía como una élite de hombres superiores, elegidos para controlar Alemania, primero, y al mundo, después. En parte, Röhm se asemejaba al muchacho de diecisiete años de la novela breve de Oe: los uniformes, las botas, la brutalidad le permitían sentirse omnipotente. El sexo era una manifestación de poder, y el poder estaba cargado de erotismo. “Dado que soy un hombre inmaduro y cruel,” dijo alguna vez, “la guerra y los disturbios me atraen más que el buen orden burgués.” Boris Orto sugirió que había algo en la naturaleza de la homosexualidad que cuadraba particularmente bien con el fascismo. Citando a un “pornógrafo gay”, Bruce LaBruce, se refería al “culto del cuerpo, la alabanza de los fuertes, la devoción fetichista por las figuras autoritarias y por la crueldad”. Pero esto equivale a suponer que los deseos homosexuales pueden reducirse a una caricatura de Tom de Finlandia, en la que los personajes se ven vejados por policías vestidos de cuero. Tales fantasías existen, sin duda, y el fascismo las ha explotado a fondo. Para hacerse una idea sólo basta con observar las esculturas enormes de atletas desnudos en el antiguo Foro Mussolini de deportes en Roma. Nunca debe olvidarse que a pesar de las payasadas de Röhm y sus amigos, a los homosexuales se les perseguía en la Alemania nazi. Hay una explicación más verosímil a la atracción que sienten ciertos tipos de homosexuales por el elitismo violento y las causas políticas extremistas, y es el odio a la vida burguesa. Röhm dividía a los hombres en soldados y en civiles, y para él estos últimos eran “cerdos”. Cualquier cosa vinculada con la “prudencia” le resultaba odiosa. Para un hombre como Röhm, la sociedad burguesa, domesticada, era, por definición, cobarde, materialista, aburrida y estaba siempre tiranizada. Lo que ansiaba, por encima de todo, era la constante acción violenta para perturbar el tipo de vida del que se sentía excluido. Ésta, más que la naturaleza del deseo homosexual, puede ser la clave del fascismo gay. El extremismo es la venganza del perdedor contra la sociedad. Quiénes son los perdedores depende de las características de la sociedad. Pueden ser homosexuales que se sienten excluidos o jóvenes inmigrantes musulmanes.
Lástima si no hay nada prodigioso en los signos, y nada significativo en los prodigios
Hay una chispa en el bosque / que comienza por encender las
hojas secas. Por encender las ramas / más pequeñas. El canto
de las aves / más azules. El agua se apresura por los finos filamentos. Tallos. Troncos. Labios. Verde que ya no es. Rojo que se pronuncia. Creciente rumor. Crepitar. Como cien centenares de grillos cantando al mismo tiempo la misma tonada. Nadie ve lo que pasa / y si alguien viera / se taparía los ojos. Nadie se da cuenta hasta que aparecen poco a poco / las cenizas. Los muñones. Las partes / desprendidas / y unas pocas
raíces.
*Okayu es un tipo de arroz cocido en agua con distintas legumbres. Generalmente, se sirve caliente y espeso.
Un día hace mucho, antes de que mis piernas empezaran a flaquear seriamente, fui a visitar a mi hermano. No lo había visto desde hacía más de tres años, pero seguía viviendo donde fui a visitarlo la última vez. “Sigues vivo”, dijo, aunque él era mayor que yo. Me había llevado un bocadillo y él me ofreció un vaso de agua. “La vida es dura –dijo–, no hay quien la aguante”. Yo estaba comiendo y no contesté. No había ido allí a discutir. Acabé el bocadillo y me bebí el agua. Mi hermano miraba fijamente hacia algún punto situado por encima de mi cabeza. Si me hubiera levantado y él no hubiese desviado la mirada antes, se habría quedado mirándome directamente, pero sin duda la habría desviado. Mi hermano no se encontraba a gusto conmigo. O dicho de otro modo, no se encontraba a gusto consigo mismo cuando estaba conmigo. Creo que tenía mala conciencia o, al menos, no buena. Escribió una veintena de novelas muy largas, y yo solo unas cuentas, y además breves. Está considerado como un escritor bastante bueno, aunque un poco guarro. Escribe mucho sobre el amor, sobre todo el amor físico, no pregunto dónde lo habrá aprendido.
Mi hermano seguía con la mirada clavada en algún punto situado por encima de mi cabeza, supongo que se sentía en su derecho por las veinte novelas que tenía en el fofo trasero. Me estaban entrando ganas de largarme sin decirle el motivo de mi visita, pero pensé que después de la caminata que me había dado sería de tontos, así que le pregunté si le apetecía jugar una partida de ajedrez. “Eso lleva mucho tiempo –dijo–, y yo ya no tengo mucho tiempo que perder. Podrías haber venido antes”. Debí levantarme y largarme en ese momento, se lo habría merecido, pero soy demasiado cortés y considerado, esa es mi gran debilidad, o una de ellas. “No lleva más de una hora”, dije. “La partida sí –contestó–, pero a eso habría que añadir la excitación posterior o el cabreo si la perdiera. Mi corazón, sabes, ya no es lo que era. Y el tuyo tampoco, supongo”. No contesté, no tenía ganas de discutir con él sobre mi corazón, así que dije: “de modo que tienes miedo a morir. Vaya, vaya”. “Tonterías. Lo que pasa es que mi obra aún no está concluida”. Así de pretencioso estuvo, me entraron ganas de vomitar. Yo había dejado el bastón en el suelo, y me agaché a recogerlo, quería que dejara de presumir. “Cuando morimos, al menos dejamos de contradecirnos”, dije, aunque no esperaba que entendiera el sentido de mis palabras. Pero él era demasiado soberbio para preguntar. “No ha sido mi intención herirte”, dijo. “¿Herirme?”, contesté levantando la voz. Era razonable que me irritara. “Me importa un bledo lo poco que he escrito y lo poco que no he escrito”. Me puse de pie y le solté un discurso: “Cada hora que pasa, el mundo se libra de miles de tontos. Piénsalo. ¿Te has parado alguna vez a pensar en la cantidad de estupidez almacenada que desaparece en el transcurso de un día? Imagínate todos los cerebros que dejan de funcionar, pues es ahí donde se almacena la estupidez. Y sin embargo, todavía queda mucha estupidez, porque algunos la han perpetuado en libros, y así se mantiene viva. Mientras la gente siga leyendo novelas, ciertas novelas de las que tanto abundan, la estupidez seguirá existiendo. Y añadí, un poco vagamente, lo confieso: “Por eso he venido a jugar una partida de ajedrez”. Permaneció callado un buen rato, hasta que hice ademán de marcharme, entonces dijo: “Demasiadas palabras para tan poca cosa. Pero les sacaré partido, las pondré en boca de algún ignorante”.
Exactamente así era mi hermano. Por cierto, murió ese mismo día, y no es improbable que me llevara sus últimas palabras, pues me marché sin contestarle, y eso no debió de gustarle nada. Quería tener la última palabra y la tuvo, aunque supongo que habría querido decir algo más. Cuando recuerdo lo que se irritó, me viene a la memoria que los chinos tienen un símbolo en su grafía que representa la muerte por agotamiento en el acto sexual.
Al fin y al cabo éramos hermanos.
en el fondo de un pozo, Main, perdidos en la miseria de tu sueño utópico, perdidos en la variedad de tus voces y de tus abismos, maníacos depresivos en la inabarcable sala del Infierno donde se cocina tu Humor.
I. Los libros y las prostitutas pueden llevarse a la cama.
II. Los libros y las prostitutas entrecruzan el tiempo. Dominan la noche como el día y el día como la noche.
III. Nadie nota en los libros ni en las prostitutas que los minutos les son preciosos. Sólo al intimar un poco más con ellos, se advierte cuánta prisa tienen. No dejan de calcular mientras nosotros nos adentramos en ellos.
IV. Los libros y las prostitutas se han amado desde siempre con un amor desgraciado.
V. Los libros y las prostitutas tienen cada cual su tipo de hombres que viven de ellos y los atormentan. A los libros, los críticos.
VI. Libros y prostitutas en casas públicas… para estudiantes.
VII. Libros y prostitutas: raras veces verá su final quien los haya poseído. Suelen desaparecer antes de perecer.
VII. Qué gustosa y embusteramente cuentan los libros y las prostitutas cómo han llegado a ser lo que son. En realidad, muchas veces ni ellos mismos se dan cuenta. Durante años se cede a todo «por amor», hasta que un buen día aparece en la calle convertido en un voluminoso «corpus» que se pone en venta, aquello que, «por amor a la causa», nunca había pasado de ser un vago proyecto.
IX. A los libros y a las prostitutas les gusta lucir el lomo cuando se exhiben,
X. Los libros y las prostitutas se multiplican mucho.
XI. Libros y prostitutas: «vieja beata —joven golfa—». ¡De cuántos libros proscritos antaño no ha de aprender hoy la juventud!
XII. Los libros y las prostitutas ventilan sus discusiones en público.
XIII. Libros y prostitutas: las notas al pie de página son para aquéllos lo que, para éstas, los billetes ocultos en la media.
Sobre vuestros curtidos rostros de paloma endurecida,
sobre vuestras sonrisas de cal y vino agrio, ya sobre los duros
cristales de la niebla,
está mi alma, están mis ojos, amigos,y sobre el último dolor de la tierra,y sobre el último dolor de mis manos tanteando el duro cemento de una puerta vacía,
y sobre la última agonía de las aguas está flotando mi corazón,
señores, mi corazón.
Por favor, abridme paso, dejadme cruzar este túnel de plomo,
que quiero ser el primero en llegar con mi sangre a los muelles
de Liverpool
IMWT
16 veces
Descúbrete y piensa en las víctimas.
Pues sólo el que siente la soga en su cuello se da cuenta de la brizna de hierba que se agita en el viento por entre los adoquines que hay bajo el cadalso.
¿Cuántas finales más tiene que perder Klopp?
¿Y cuántas ante el gran Guardiola?
Para que os deis cuenta del bluff que es el alemán...
Es el nuevo Barry Milk?
O hay que apuntar más arriba?
En contra de lo que muchos puedan pensar, Japón ganó la guerra...
Me avergüenza decir dónde conocí a Gog; en un manicomio particular.
Fui allí con objeto de hacer compañía a un joven poeta dálmata, a quien la pasión desesperada por una sombra -la amada era una «reina de la pantalla» y únicamente en la pantalla le había sonreído- condenaba al delirio. Como ordinariamente estaba tranquilo, eI director de aquella casa para locos pensionistas -enano de estatura, pero elegante por su carnosidad- nos permitía estar juntos en el jardín. Aquí y allá, a la sombra de los cedros y de los castaños de Indias, había mesas redondas de hierro y sillas, como en los cafés. Enfermeros pálidos, vestidos de blanco, transcurrían por los paseos, disimulando su vigilancia.
Un día muy caluroso en que el poeta y yo estábamos hablando, se acercó a nuestro velador uno de los huéspedes. Era un monstruo que debía tener medio siglo, vestido de verde claro. Alto, pero mal garbado: no tenía ni un solo pelo en toda la cabeza; sin cabellos, sin cejas, sin bigotes, sin barba. Un informe bulbo de piel desnuda, con excrecencias coralinas. La cara era de un escarlata oscuro, casi pavonado, y anchísima. Uno de los ojos era de un bello celeste un poco ceniciento; el otro, casi verde con estrías de un amarillo de tortuga. Las mandíbulas eran cuadradas y potentes; los labios, macizos pero pálidos, se entreabrían en una sonrisa completamente metálica, de oro.
Saludó, sin hablar, al poeta y se sentó a nuestro lado. No abrió la boca, pero pareció que seguía atentamente nuestra conversación.
Me enteré después, por mi amigo, que éste era Gog.
¿continuará?
Es un porco bravo de estos de la Galicia Sueva
Notas:
[1]En español en el original (N del T)
[2] Si hay un hombre atormentado por la maldita ambición de meter todo un libro en una página, toda una página en una frase y esta frase en una palabra, ese hombre soy yo
[3] En español en el original (N. del T l.)
[4] Flavio Josefo: Antigüedades judías II, XIV
[5]Jerus Schabbath, f. 107
[6] Se halla en los Sermoni funebri di vari autori nella norte di diversi animali. Venigia, Giolito, 1548.
[7] D. Heinsius: Laus pediculi. Leyda, Eizeveriers, 1629
[8] B. Croce: Lirici Marinisti, , Bari, Laterza, 1910, pág 186 (Parecen fieras de marfil en bosque de oro – esas fieras errantes de las que tan rica eres)
[9] Existe un insecto al que los hombres alimentan a sus expensas. No le den nada, pero el temen…Hay que ver cómo se le respeta, cómo se le sitúa por encima de los demás animales de la creación. Se le da la cabeza como trono, y el engancha sus uñas a la raíz de los cabellos con dignidad, Mas tarde, cuando esta gordo y entra en una edad avanzada, imitando la costumbre de un pueblo antiguo, se le mata, a fin de que no sufra los ultrajes de la vejez
[10]Sus dedos eléctricos y dulces / hacen crepitar entre sus grises indolencias/bajo sus uñas regias la muerte de los piojos. (A. Rimbaud Oeuvres. Paris, Mercure de France 1916, pág. 92.)
[11] El título completo es To a Louse, on seing one a Lady’s bonett at church.
[12] In Main We Trust
[13] Solo el Main nos salva
14. El caníbal arrepentido
Dakar, 28 enero
El viejo Nsumbu, que he tomado conmigo para que me haga compañía, es demasiado melancólico. No creía que un negro pudiese dejarse dominar por los remordimientos hasta ese punto. A fuerza de arrepentimiento se hace insoportable.
Nsumbu tiene setenta y cinco años y creció cuando en su tribu florecía, todavía sin escrúpulos ni restricciones, la difamada práctica de la antropofagia. Durante cuarenta años seguidos Nsumbu comió de todo, pero lo más frecuentemente que podía, carne humana, blanca o negra, como fuese.
Mas las aldeas de su tribu fueron comprendidas en una de las nuevas colonias europeas a fines del pasado siglo y el canibalismo ha sido ferozmente reprimido: fueron muertos todos los sospechosos de haber matado. Han resultado igualmente cadáveres, pero no ha sido posible comérselos.
Nsumbu vegetó modestamente durante esta época de reacción. Los extranjeros le habían arrancado brutalmente el mejor alimento de su mesa. Nsumbu se puso triste, pero, por miedo, no quiso recurrir al contrabando para procurarse, a espaldas de la ley, el alimento preferido. Debe a esta cautela el estar todavía vivo y ser casi célebre, como uno de los veteranos de la antropofagia en esta parte de África. Los forasteros que se hallan de paso le hacen hablar y le obsequian con un poco de dinero.
Pensé tomarlo conmigo para tener, en los momentos de aburrimiento, una conversación menos insípida que de ordinario. La gente que habla siempre de cuadros, de bailes, de beneficencia y de problemas industriales me es detestable. Un hombre que ha devorado, en cuarenta años de canibalismo legal, por lo menos trescientos de sus semejantes, debería tener indudablemente una conversación infinitamente más «apetitosa» que un clergyman, un boss o un asceta.
Pero he sufrido una desilusión.
A mí, que detesto a los hombres en general, el sencillo aspecto de un antropófago me hace el efecto de un tónico. Mirando a Nsumbu pensaba, con sarcástica satisfacción, que aquel vientre arrugado de viejo había sido el sepulcro de una multitud de hombres iguales en número al de los héroes de las Termópilas. Si cada uno de nosotros, en el curso de su vida, consumiese un número igual de sus semejantes, las teorías de Malthus serían económicas y prácticamente confutables. Trescientos hombres representan siempre más de doscientos quintales de carne sabrosa y sana.
Nsumbu no tenía nada que decir contra la calidad del hombre considerado como alimento.
-No todos los hombres -me decía- son igualmente digeribles, pero el sabor es casi siempre agradable y delicado. Podemos jactamos, entre otras superioridades de la especie humana, de que nuestra carne es mejor que la de cualquier otro animal. Y es, además, en suma, más nutritiva. Después de haber comido una buena ración de enemigo asado podía resistir el ayuno, aun trabajando, durante un par de días. Hay quien prefiere las mujeres; otros, los niños. Por mi cuenta he apreciada siempre a los hombres hechos y me han sentado muy bien.
( procede del comentario de arriba)
Comiendo un animal, como usted sabe, se adquieren también sus cualidades. Para ser valiente se comen corazones de león; para ser astuto, sesos de lobo. Cebándome con hombres maduros me enriquecí en fuerza y sabiduría y he podido vivir hasta esta edad.
»Pero la carne humana, al fin, acaba por aburrir. Su bondad nos disgusta de toda otra carne, pero luego, a su vez, se nos hace poco sabrosa. ¡Siempre aquel sabor dulzón, aquellas manos que tal vez nos han acariciado, aquel corazón que habíamos sentido latir!
»Y después hay el peligro del alma. A fuerza de comer tantos hombres, alguna acaba por permanecer dentro de nosotros. Y entonces se venga. A mí me parece que me han quedado cuatro o cinco que me atormentan, ahora una, ahora otra, y algunas veces todas juntas. La más potente es, creo yo, el alma de un blanco misericordioso que durante muchos años me ha torturado con la tentación de la piedad. Y, ahora que soy viejo, probablemente esta alma ha adquirido la supremacía. No puedo recordar sin náuseas los fastuosos banquetes de victoria de mi juventud, cuando la tribu había hecho una buena caza y había en la aldea presas vivientes para hartarme durante una semana. Me vienen algunas' veces a la memoria, con mordiscos de reprobación, algunos rostros desesperados de víctimas que esperaban la muerte, atadas en la tienda del sacrificio, ante nuestras bocas aulladoras y hambrientas. Los misioneros tienen razón: comerse a nuestros semejantes, provistos de alma como nosotros, es un pecado. La carne humana es el más apetitoso de los manjares y precisamente por esto es más meritorio el ayunar de ella. A vosotros, los blancos, que os abstenéis, el Amo del Cielo os ha dado en recompensa el dominio de toda la tierra.
Temo que Nsumbu haya caldo en la imbecilidad a causa de sus años. Con gran estupefacción de mi cocinero no come ahora más que legumbres y fruta. La civilización le ha corrompido, le ha hecho volver humanitario y vegetariano. Creo que me veré obligado a licenciarle en el primer puerto en que hagamos escala.
El negro Batanero, mientras limpiaba las botas de su jefe, cantaba a voz en cuello una canción sin sentido. Palabra que se le ocurría, palabra era que agregaba a su canción con gran regocijo de su parte y desesperación de sus compañeros.
-¡Cállate, negro del demonio! -le gritó Peters, sin dejar de limpiar su pistola.
Pero el negro continuó cantando alegremente sin preocuparse por los oídos de sus compañeros, y sin hacer caso de sus elocuentes miradas. Pero intervino Moscarda con su vozarrón impresionante:
-¡Si en algo aprecias tu cabeza, cierra el pico, ruiseñor negro! Y Batanero, que sabía cómo se las gastaba Moscarda, interrumpió su canción.
-¿El jefe piensa salir, Moscarda? -preguntó Peters.
-Creo que sí. Hoy recibió un mensaje del Caballero de Malta -respondió aquél, y agregó-: De manera que hay que estar listos.
No bien terminó de hablar Moscarda cuando hizo su aparición Dick Turpin. Todos se pusieron de pie.
El Main cicatriza insomnios y memorias
el despertar amarillo y azul de los fósforos cantores
Su teatralidad ininterrumpida apunta un profundo vacío interior disimulado bajo una máscara histriónica.
Gyoza - raviolis chinos, rellenos normalmente de cerdo y verduras.
Hamachi kama - mandíbula y pómulo de atún de cola amarilla a la plancha.
Kushiyaki - brochetas de carne y verduras.
Okonomiyaki - pasteles rebozados fritos en sartén con diversas coberturas de sabores (véase: okonomiyaki).
Omu-raisu - sandwich de arroz frito con sabor a ketchup y un fino revuelto de huevo (o una simple tortilla de huevo).
Omu-soba - una tortilla con yakisoba de relleno.
Takoyaki - un ravioli esférico básicamente compuesto de pulpo y rebozado.
Teriyaki - carne, pescado, pollo o vegetales a la plancha, a la parrilla o fritos en sartén glaseado con salsa de soja endulzada.
Unagi, incluyendo kabayaki - anguila a la plancha.
Yakisoba - tallarines fritos a la japonesa.
Yakitori - brochetas de pollo.
Finalmente, tan desgraciado es el culo que siendo así que todos los miembros del cuerpo se han holgado y huelgan muchas veces, los ojos de la cara gozando de lo hermoso, las narices de los buenos olores, la boca de lo bien sazonado y besando lo que ama, la lengua retozando entre los dientes, deleitándose con el reír, conversar y con ser pródiga y una vez que quiso holgar el pobre culo le quemaron.
IMWT
los veía claramente a los dos, una pareja de ángeles: uno con pinturas de guerra, el otro con un pantalón marrón zurcido con lana rosa; los veía mucho más claro que las cosas que podría haber visto en realidad: las magníficas avenidas, las ruinas majestuosas...
Al quinto día, ante la puesta del sol, fui testigo de una horrorosa escena: dos cangrejos riñeron por un trozo de cinc.
Esto fue en la parte sur de la isla, donde habíamos enterrado unas cuantas barras de cinc. Los cangrejos, que trabajaban en distintos lugares, iban periódicamente allí para elaborar la pieza de cinc correspondiente. Y ocurrió que acudieron al hoyo de cinc al mismo tiempo unas dos docenas de cangrejos y empezó un verdadero tumulto. Los mecanismos se arremetían mutuamente. Sobre todos se destacó un cangrejo más ágil que los otros y, según me pareció, más agresivo y fuerte.
Empujando a sus hermanos y arrastrándose por encima de ellos, intentaba coger del fondo del hoyo un trozo de metal. Cuando ya había alcanzado la meta, otro cangrejo se agarró del mismo trozo con sus pinzas. Ambos mecanismos tiraban para su lado. El que, según me pareció, era más ágil, le arrancó por fin el trozo a su adversario; sin embargo éste no se avino a ceder su trofeo y, corriendo detrás del otro, se sentó encima y le metió sus finos tentáculos en la boca.
Los tentáculos del primero y del segundo autómatas se enredaron y con descomunal fuerza empezaron a destrozarse.
Ningún mecanismo de alrededor prestó atención a aquello. Sin embargo, entre estos dos se libró una lucha a muerte. Vi que el cangrejo que estaba encima de repente cayó de espaldas y la plataforma de hierro se deslizó hacia abajo dejando al descubierto las entrañas. En este momento su enemigo empezó a cortarle el cuerpo con el arco eléctrico. Cuando el cuerpo de la víctima se deshizo en partes, el vencedor empezó a arrancarle las palancas, piñones, conductores y a metérselos rápidamente en la boca.
A medida que las piezas conseguidas de esta manera iban a parar al interior del rapiñador, su plataforma empezó a desplazarse rápidamente hacia adelante, realizándose en ella un febril montaje de un nuevo mecanismo.
Unos minutos después se deslizó de la plataforma a la arena el nuevo cangrejo.
Hubo crepúsculos del azul de los ojos de esos niños de la escuela.
Hubo ese color azul en el cielo, de ese azul que era el del mar. Hubo todos los árboles que fueron asesinados. Y el cielo también estaba allí. Lo miré. Cubría la totalidad de las cosas con su lentitud, con su indiferencia de cada día. Insondable.
Veo los lugares ligados unos a otros. Salvo la continuidad del bosque, que ha desaparecido.
De repente ya no quería volver. Y seguía llorando.
Sin duda, es aquí donde su memoria se evoca por última vez. Iba a decir su nombre, pero no lo conozco.
El asunto ha sido archivado.
Queda en la cabeza la sed fresca y viva de un niño en el verano demasiado caluroso a unas horas de la muerte, y la vuelta en redondo de la joven madre atrasada esperando la hora.
Inventaron un cristal que dejaba pasar las moscas. La mosca venía, empujaba un poco con la cabeza y pop ya estaba del otro lado. Alegría enormísima de la mosca.
Todo lo arruinó un sabio húngaro al descubrir que la mosca podía entrar pero no salir, o viceversa, a causa de no se sabe qué macana en la flexibilidad de las fibras de este cristal que era muy fibroso. En seguida inventaron el cazamoscas con un terrón de azúcar adentro, y muchas moscas morían desesperadas. Así acabó toda posible confraternidad con estos animales dignos de mejor suerte.
Dedicado a los papamoscas que pululan por el blog.
Yo soy el paradigma del hombre de izquierdas. De verdad me preocupan los pobres y no quiero que haya pobres pero, naturalmente, no tengo la solución de Castro, de Pol Pot o de Mao, que es empobrecer a todo cristo y matarlos de hambre, incluso someterles luego a esa desnutrición sistemática que es en lo que acaban todos estos regímenes. Porque como no cuidan ni siquiera la moneda… Es que no saben nada, son personas que no estudian. Y claro, el mundo moderno es muy complejo. ¿Por qué ha triunfado la técnica? ¿Por qué la técnica ha triunfado sobre lo que podemos llamar teoría? Porque está llena de trabajo, de trabajo entusiasta, y la naturaleza no tiene secretos para el hombre de buena fe que quiere investigar. Pero estos no tienen ni buena fe ni deseos de investigar. Son unos dogmáticos. Si dividimos a la especie humana en personas que pesquisan porque quieren encontrar algo que no conocen y personas que se dedican a confirmar lo que ya saben, es decir, prejuiciosos prejuiciados, te encontrarás con que estas personas tropezarán más pronto o más tarde. Por eso empezaron matando a Sócrates: no pueden soportar la idea de que alguien disienta. Tienen ideas tan frágiles que si otro no se las cree obligatoriamente, ellos tampoco. Es lo que pasa con las drogas también. Tú dices: “Oye, si no quieres tomar drogas, nadie te fuerza”. Y dicen: “No, no: yo le exijo a usted en materia de drogas”. Igual en la ideología. ¿Cómo llaman al que se va de la religión islámica? Apóstata, y lo matan. Hay pena de muerte para el apóstata. ¿Cómo lo llamaba la Iglesia? Hereje, y pena de muerte. ¿Cómo llamaban en Rusia al que se atrevía a tocar una coma del marxismo-leninismo? Revisionista. ¿Cómo me llaman a mí? Cambiar de chaqueta. Yo les digo: “¿Pero qué chaqueta me he cambiado? Toda la vida fui y soy de izquierdas”. Considero que ser de derechas es ser un energúmeno, es decir, una mezcla de inculto, autoritario y a mí no me gusta ni la incultura ni el autoritarismo. De modo que de izquierdas soy yo, que no sólo vivo y dejo vivir, sino que me preocupo por estudiar para ver cuáles son las formas prácticas de erradicar la pobreza, la falta de medios y, sobre todo, la imprevisión que hace que ni siquiera el presente actual esté amortizado. Tu generación muy bien puede echar de menos el grado de seguridad que tiene la mía. Por ejemplo, la pensión. Pero es que mi generación ha tenido una tasa de trabajo, de empleo del tiempo no dedicada a mirarse su propio ombligo, que actualmente no existe. Ahora, si te fijas, yo lo veo en mis hijos pequeños, es cuántos likes generas. ¡Por Dios, si en el teléfono tienes a Aristóteles! Bueno, espero que, pronto o tarde, venga una generación que use el móvil para eso. O se acabarán los teléfonos, porque entraremos en una crisis económica de tales proporciones que triunfarán los bárbaros, es decir, los islámicos, que son la única fuerza organizada con ganas de destruir. El equivalente al nihilismo a principios del siglo XX
Hay días donde estarás
preocupado
Y lamentarás no ser una
medusa
que recorre el mar
oscuro
En esos días cuando estés
preocupado
Busca una pala
cava hondo
y entiérrate
hasta el cuello
Un acróbata debe ahondar en la crueldad
en el zócalo un gran buitre de lino de la patria;
billetes rojos y azules quemados en el prisma del mezcal,
billetes fuente que mana y corre aunque es de noche,
tersos billetes arrojados a la danza del paisaje desde la cima de la ruina
(el mundo es una bailarina desnuda),
viejos y grises y pálidos billetes
defenestrados al alba en canteras de euforia,
en farmacias de la Tierra Prometida:
todo el dragón del mar,
toda la simetría,
toda la luz lanzada en el azar de un cubilete
tendrán una etiqueta con su precio
en el extremo real de las apoteosis.
El dinero es la alcoba donde posamos nuestro corazón feérico,
nuestras volutas nítidas de serpiente emplumada.
(Siempre danzan con otras almas descarriadas: mi vida es un gazapo entre las pausas de la orquesta.)
Jacques Le Gog y El nacimiento del Purgatorio o el Infierno era leer esto
El concepto de memoria es un concepto crucial. Si bien este artículo está dedicado exclusivamente a la memoria como partícipe de las ciencias humanas (y sustancialmente de la historia y de la antropología) -tomando por eso en consideración sobre todo la memoria colectiva más que la individual- tiene en cuenta describir sumariamente la nebulosa memoria dentro de la esfera científica en su conjunto.
La memoria, como capacidad de conservar determinadas informaciones, remite ante todo a un complejo de funciones psíquicas, con el auxilio de las cuales el hombre está en condiciones de actualizar impresiones o informaciones pasadas, que él se imagina como pasadas.
Bajo este aspecto, el estudio de la memoria penetra en la psicología, en la parapsicología, en la neurofisiología, en la biología y, para las perturbaciones de la memoria --en las que la principal es la amnesia-, en la psiquiatría [véase Meudlers, Brion y Lieury, 1971; Flores, 1972].
Algunos aspectos del estudio de la memoria, dentro de una u otra de esas ciencias, pueden denunciar, ya de modo metafórico, ya de modo concreto, aspectos y problemas de la memoria histórica y de la memoria social [véase Morin y Piattelli Palmarini, 1974].
El concepto de conocimiento, importante para el período de adquisición de la memoria, lleva a interesarse por variados sistemas de educación de la memoria existentes en las diferentes sociedades y en épocas diversas: la mnemotécnica.
Todas las teorías que, cual más cual menos, apuntan a la idea de una actualización más o menos mecánica de las huellas mnésicas, han sido abandonadas en favor de concepciones más complejas de la actividad mnemónica del cerebro y del sistema nervioso: «El proceso de la memoria en el hombre hace intervenir no sólo la preparación de recorridos, sino también la relectura de tales recorridos», y «los procesos de relectura pueden hacer intervenir centros nerviosos complicadísimos y gran parte de la corteza cerebral», con la condición de que exista «un cierto número de centros cerebrales especializados en fijar el recorrido mnésico» [Changeux, 1972, pág. 356].
En particular, el estudio de la adquisición de la memoria en el niño ha dado un modo de constatar la gran función que tiene la inteligencia [véase Piaget e Inhelder, 1968]. En la línea de esta tesis, Scandia de Schonen afirma: «La característica de los comportamientos perceptivo-cognoscitivos que nos parece fundamental es el aspecto activo, constructivo de tales comportamientos»[1974, pág. 294]; Y agrega: «He aquí por qué podemos concluir auspiciando que tuvieron lugar ulteriores investigaciones que tienen por objeto el problema de la actividad mnésica, que se dirigen hacia el problema de las actividades perceptivo-cognoscitivas, en el ámbito de las actividades dirigidas ya para organizarse de modo nuevo dentro de una misma situación, ya para adaptarse a situaciones nuevas. Quizá sólo pagando este tributo lograremos un día captar la naturaleza del recuerdo humano, que tan admirablemente pone en situación difícil nuestra problemática» [ ibid., pág. 302].
Las monjas de toda la vida están triunfando ahora, bajo otro disfraz, pero con los mismos objetivos: que no haya besos, que no haya escotes, que no haya minifaldas. Te dicen que ahora es por buenas razones. Mire, no, bajo la apariencia de buenas causas se reprime como en tiempos de Franco. Pues si llamo monjas a las que propugnan todo esto…
¿Las feministas?
Sí, las feministas y yo qué sé… El otro día leí: “Ya no habrá besos en las carreras ciclistas”. Y la federación de golf en EE UU prohíbe las faldas cortas a las jugadoras… Me dejó atónito. Vamos a ver, las feministas han luchado durante décadas por vestir como les daba la gana. Y las sufragistas querían descubrir el tobillo. Y ahora resulta que, por otros motivos, no puede usted llevar minifalda. ¡Déjenme en paz!
***
Aunque se ha quejado de las presiones de ciertos colectivos, la pesadez de la corrección política…
Pero es que incluso, una vez establecida la corrección política, hay un afán extraño de pertenecer a alguna minoría oprimida, y si no se es una minoría tradicional, se inventa. “No, es que los gordos estamos oprimidos”… Yo quiero pertenecer a una minoría, quiero ser víctima, quiero ser mártir… No es un papel muy lucido. Antes había un cierto pudor, o cierto orgullo.
Michel Houellebecq dice que el varón heterosexual, blanco, culto y rico es la única identidad a la que se le ha prohibido defenderse. Es una idea muy de este blog
Yo lo tengo casi todo, no puedo ser minoría oprimida, me temo, por mucho que me empeñe.
Según recientes estudios realizados por investigadores afeminados de la Universidad de Miskatonic, las entradas de Gog carecen de alma. Si los extraterrestres llegaran ahora y les mostraras eso, nos quitarían la piel a todos. Debería hablar sobre lo elevado, no sobre lo excrementicio. Se trata de crear, no de tomar lo hecho por otros. Me meteré en un búnker hasta que la banalidad se vaya. Seguramente disfrutarías de un zorrillo escalpado.
Mike Barja te habría escupido desde una azotea. Si todo está en el concepto entonces es magia. Ahora prepárate una infusión en ese orinal. La incertidumbre parece abarcarlo todo. Mi hijo de tres años pudo haberlo tachado. Los de mantenimiento lo confundieron con basura. ¿Dónde quedan lo verdadero y el sentimiento? Nadie se robaría un poema contemporáneo. Un software jamás podrá rozar lo inefable. Los mediocres nos quitan nuestros empleos. ¿Y las grandes preguntas sobre lo humano? Los simbolistas sí sabían lo que hacían. Todos esos borrones son ridículos. Es opaco para que nadie lo entienda. Una vaca adiestrada sonaría igual. Cualquier poema proviene de una herida. ¿Quieres venderme una cama sucia? Es un artículo de Wikipedia. Willy Pol Pot dijo que era falsa. Te faltó pegarle algunas piedras. Yo también puedo quemar cosas. Mi abuela cuenta mejores chistes. Ya no hay nada trascendental. Ian Kershaw se moriría de nuevo. Eso ya se hacía en el siglo XIX. ¿Qué significan esos bloques? En mis tiempos era difícil. Mi espíritu no quiere bailar. Eso ya se hacía en el siglo XX. ¿Así que te gusta lo imperfecto? Se confunde con mi ropa sucia. Es una lista de compras. El emperador está desnudo. No tienen nada que decir. He visto mejores memes. ¿Conoces las metáforas? El proceso no es poesía. ¿Por qué hay un cadáver ahí? Faltan endecasílabos. Se llevaron el misterio. Antes sí emocionaba. Atrapen a ese impostor. Que alguien piense en los niños tontos. No debería moverse. El lenguaje es sagrado. ¿Dónde está el deseo? Su cerebro murió. Boris Orto era más guapo pero más maricón. Me causa repulsión. Vive más una mosca. Tu esencia es barata. Zombies del mal gusto. Eso es un manual. Son oportunistas. Le falta belleza. No hay epifanía. Se llama robar. No quita la sed. Me mordió la mano. No comunica. Huele a podrido. No consuela. Es efímera. No brilla. Es una farsa. Es The Anglogalician
En flickr
ya circula
la versión
Hello Kitty
Fukushima limited Japon
Nemotoshhakunage
prefectural flower pen
y esta noche
nacen zorras
en las tumbas
de Yardley Gobion.
Alguien se mira con toda su oscura negra nieve
dentro, en un vidrio polarizado.
Hay ciudades
con naranjos
en las calles.
¿A quién le importa
una manzana
cuando conduce
un Galaxi 500?
Igual se la come,
igual se atraganta,
igual se detiene
a tomar un raspado
con toda su oscura
negra nieve
dentro. Vamos por Tokio
protegiéndonos
la médula espinal
con papel alumnio.
Niños
e hikikomoris
yacen
en partes
sobre cualquier
lugar y no
los vemos.
El fin del mundo
es una moda,
no caduca,
cada quien
ve uno, por
lo menos.
Un grito,
un gemido,
un sollozo,
tantas
pruebas de vida,
tan poco
que las valide.
En picada una garza en el cardumen de los hechos como de un dios fino cetáceo como secuelas come las hornadas de los ritos.
Gog, nunca serás delfín en los océanos del Main.
Naciste para orca asesina
Un día alguien golpeó a mi puerta. Era John [Cage]. “Estoy yendo a ver a un joven pintor llamado Robert Rauschenberg. Él es maravilloso y su trabajo también. Tienes que conocerlo”. Cinco minutos más tarde estábamos en el Ford A de John, camino al estudio de Rauschenberg en Fulton Street. Rauschenberg estaba trabajando en una serie de pinturas negras. Había un gran lienzo en particular que yo no podía parar de mirar.
“¿Por qué no lo compras?”, dijo Rauschenberg.
“¿Cuánto quieres por él?”
“Lo que tengas en el bolsillo.”
Tenía diecinueve dólares y algunas monedas, que él aceptó alegremente.
Se extendía una colina sobre los campos después de un día nuevo,
y sobre ella, un halo de confesiones.
Fracasó nuestro amor en el país donde anduvimos.
Y adoramos a Gog, porqué eran órdenes del Main
la corriente del machángara arrastró su locura locura de un loco
loco loquito te destrozaron el coco
Unamuno y Una...bomber, tan lejos y tan cerca...
Jerarquía y Destino: esto es, The Main. La Ultima Palabra, el Fuego Celeste que una vez y otra y otra acaba barriendo la ficción social, los caprichos, las burlas de la Realidad que, más tarde o más temprano, se cobra cada ofensa a la armonía de Su Designio.
Hagakure puede traducirse como «a la sombra de las hojas» o «escondido en la vegetación». Es una de las obras que fundamenta las reglas de Bushido, «el camino del guerrero». El Bushido es el código ético del bushi, el «caballero armado». Samurái significa «servir como ayudante» y, aunque no es despectivo, expresa el punto de vista del resto de las clases sociales. Los samuráis preferían hablar de sí mismos como bushi, un concepto más digno, que denota las famosas siete virtudes del Bushido: justicia, coraje, benevolencia, cortesía, honor, sinceridad y lealtad. Hagakure es una síntesis de ese ideario. Se escribió en una época de decadencia, cuando Japón disfrutaba de la paz impuesta por la dinastía Tokugawa, que había derrotado a los clanes rivales, poniendo fin a la era Sengoku o de los Estados Combatientes (1467-1568). En 1603, la guerra ya era un lejano recuerdo y en 1700 se prohibió el suicidio de los vasallos para acompañar en la muerte a su daimo o señor feudal. Yamamoto Tsunetomo, un bushi de la provincia de Saga, servía a Nabeshima Mitsushige, pero éste –que se hallaba gravemente enfermo y desahuciado por los médicos– le prohibió expresamente que se suicidara. Profundamente contrariado, Yamamoto se retiró a una choza para vivir el resto de sus días como monje budista. Consideraba una tragedia no poder llevar a cabo el seppuku, el suicidio ritual de los bushi, que consistía en abrirse el vientre y aliviar la agonía con el certero tajo de una espada amiga. Si la decapitación era perfecta, la cabeza quedaba levemente suspendida por restos de tejido y se desprendía con suavidad, cayendo sobre los brazos que habían ejecutado la evisceración. Para conseguir este efecto, había que utilizar las dos manos al hundir la hoja en el estómago y no separarlas, soportando con inaudito estoicismo el acto reflejo de abrir los brazos a causa del dolor. No sé si alguna vez se logró este macabro milagro. Yamamoto siempre se quejó de no poder escenificar la ceremonia. Opinaba que la paz había afeminado al país, propiciando la tibieza y la cobardía.
El yo no asciende sin el concurso del otro. El ensimismamiento narcisista siempre es decadencia, caída, pasión descendente, erotismo enajenado, repetición, desesperación compulsiva.
La compañía está al mando del capitán Inouye (Rentarō Mikuni), un hombre de exquisita humanidad que ha estudiado música y quien le cuesta trabajo imaginar impartiendo la feroz disciplina del ejército imperial. Entre los soldados, el cabo Mizushima (Shōji Yasui) ha construido un arpa semejante a las birmanas y la toca con verdadero virtuosismo. Carece de formación musical, pero posee una sensibilidad innata que le ha permitido dominar el instrumento. Sus compañeros se enorgullecen de su talento, que les proporciona momentos de paz y consuelo. Ichikawa filma a la compañía cruzando la jungla y los baldíos con un agotamiento creciente. No se parecen a los soldados que asesinaron a trescientos mil chinos en Nanking, ni a los que acabaron con la vida de diez mil prisioneros durante la Marcha de la Muerte de Bataán. Cuando el cabo Mizushima se disfraza de campesino birmano para explorar el terreno, el capitán le comenta con una sonrisa que su atuendo le favorece más que el uniforme. Al llegar a una aldea birmana, la compañía agradece la hospitalidad de los nativos, que les ofrecen techo y comida, y escuchan con respeto a un anciano que describe el Himalaya como «el hogar del alma». Mientras descansan en una cabaña, llega la noticia de que la guerra ha terminado. Rodeados por soldados ingleses y australianos, nadie se plantea combatir hasta la muerte o suicidarse, abriéndose el vientre, de acuerdo con la tradición samurái. Por el contrario, comienzan a cantar, casi al borde del llanto. Los soldados australianos e ingleses se suman a su canto, no menos emocionados. La cámara de Ichikawa filma la aldea desde una posición elevada, componiendo un hermoso plano picado con la luna como telón de fondo. Después, recorre la cima de las montañas, exaltando la dimensión espiritual del ser humano. El mensaje humanista de Ichikawa es inequívoco: la guerra es el mal absoluto.
Un primer plano de una anciana alimentándose con arroz mientras una gallina se pasea sobre los fusiles y las bayonetas de la compañía japonesa que se ha rendido, nos dice que la guerra, además de inmoral, es ridícula y absurda. Ichikawa explota los primeros planos para subrayar la trascendencia del rostro humano, su irrepetible singularidad. Las ideologías totalitarias intentan anular al individuo para disolverlo en la masa, pero el arte neutraliza esta maniobra, mostrando a la persona, con su peculiar identidad. El capitán Inouye, que desea evitar nuevas muertes, pide al cabo Mizushima que hable con una compañía de soldados japoneses que se ha fortificado en la cueva de una montaña, rechazando rendirse. El cabo logra reunirse con la compañía, pero sus gestiones fracasan. Cuando enarbola una bandera blanca para que los ingleses no bombardeen la posición, o acusan de traidor y lo golpean con furia, amenazando con matarlo. Las bombas inglesas salvarán su vida, pero acabarán con el resto de los soldados, que morirán honorablemente, según el código del bushido. Malherido, Mizushima abandona la cueva para comenzar un viaje físico y espiritual, cuyo inicio se plasmará simbólicamente con una imagen de su cuerpo maltrecho flotando en la oscuridad. Mientras su compañía es confinada en un campo de prisioneros en Mudon, un monje budista lo recoge y se ocupa de curarlo: «Nada ha cambiando. Todo es en vano. Llegaron los ingleses, llegaron los japoneses, pero Birmania sigue siendo Birmania, el país de Buda», comenta el monje a un Mizushima convaleciente, incapaz de caminar o alimentarse por sí mismo. El monje le ayuda a comer, casi como si fuera un pajarillo, introduciéndole el arroz en la boca. El antiguo cabo entiende que su vida ha cambiado definitivamente. Debe hacer algo para mitigar el dolor desatado por la guerra, pero aún no tiene claro qué camino debe seguir. No es desagradecido, pero aprovecha un descuido del monje budista que lo ha cuidado para robarle sus ropas. Quiere borrar su pasado como soldado, romper real y simbólicamente con la violencia, empezar una nueva vida basada en las enseñanzas budistas.
Después de cruzar un cementerio, filmado desde una grúa, y un bosque de bambú, con planos contrapicados, se enfrentan en una colina batida por el viento. Ninguno de los dos se precipita. Sus movimientos son lentos y ceremoniosos. Kobayashi combina planos medios, panorámicas, planos de detalle, contrapicados con grúa, primeros planos, planos holandeses o aberrantes, sin llegar a abrumar al espectador. La sensación de fluidez prevalece sobre el artificio. Hikokuro posee buena técnica, pero aunque ha aprendido el arte de la espada en la escuela de Shindo-Munen, su destreza no pude compararse con la del viejo bushi, que ha participado en innumerables combates. «Sin la práctica adquirida en el campo de batalla, la esgrima es como nadar en la tierra», comentará más tarde Tsugumo Hanshirō
La tumultuosa lucha final entre Hanshirō y los bushi de la casa Ii es otra lección de sabiduría narrativa. Mientras el regente se esconde en la penumbra del interior, el viejo bushi del clan Geishu se enfrenta a más de veinte adversarios. Gracias a su habilidad con la lanza y la espada, mata a cuatro y deja malheridos a ocho, pero sufre múltiples heridas que acaban finalmente con su vida. El combate se desplaza del patio a los pasillos y estancias. En un gesto cargado de simbolismo, Hanshirō se parapeta tras la armadura de la casa Ii que aparece en las primeras escenas, simbolizando el poder del clan. Abrazado a ella, da sus últimos pasos y, con rabia incontenible, la arroja al suelo, mostrando su desprecio por la tradición del bushidō. Cuando aparecen unos arcabuceros y se arrodillan para disparar contra él, se abre el vientre con determinación. No pretende morir como un bushi, sino librarse de una muerte más atroz, como la crucifixión, un castigo habitual en esa época. En cualquier caso, tras perder a su yerno, su hija y su nieto (los dos últimos de hambre y enfermedad), ya no quedan motivos para seguir viviendo.
El regente de la casa Ii prohíbe que se relate lo sucedido. El libro del clan se limitará a narrar que dos rōnin de Geishu realizaron la ceremonia del seppuku a petición propia, huyendo de la pobreza y el deshonor. Un primerísimo plano del regente, con los ojos llenos de estupor y desolación, revela que se ha producido una auténtica conmoción en la historia del clan. Las paredes con rastros de sangre, el patio con lanzas rotas y espadas partidas, la armadura del clan destrozada, testimonian que el código del bushidō sólo produce sufrimiento y despoja al ser humano de su dignidad. Las escenas de duelo minuciosamente estilizadas pueden desdibujar el alegato pacifista de Kobayashi, pero un análisis más detenido pone de manifiesto que el cineasta mantiene su punto de vista, convirtiendo un brillante chanbara en una proclama humanista. Harakiri es una película extraordinaria, quizá porque «había mucho talento» en el equipo que realizó la película, como reconoció el propio Kobayashi en una entrevista concedida muchos años después, pero también porque expresa el anhelo del ser humano de vivir en paz.
Aunque no pertenecen a la misma generación, tanto Yukio Mishima como Kenzaburo Oé vivieron los trágicos sucesos de la historia de Japón en el siglo XX. Sin embargo, no pueden ser dos personas más diferentes. Mishima era conservador y nacionalista mientras que Oé es pacifista y antinacionalista. Estos dos modelos de hombres representan las dos líneas de pensamiento que nacieron en Japón aquel día que el comodoro Perry acabó con el aislamiento japonés.
Mishima, parecería representar la esencia japonesa y antioccidental. El mejor ejemplo que de esto tenemos es la Proclama del 25 de Noviembre, el discurso que dio a los soldados del cuartel en el que entró para provocar una sublevación militar. La proclama se caracteriza por rasgos fascistas como rechazo a la Constitución, a la democracia, a los políticos, a la economía de libre mercado, así como nostalgia por el pasado imperial de Japón, odio a los Estados Unidos y a los partidos comunistas. El broche de este esencialismo japonés de Mishima sería su propia muerte, haciéndose el seppuku al estilo de los antiguos samuráis.
En el otro extremo se situaría Kenzaburo Oé, universalista tal y como él se define:
“Si me califican de izquierdas porque defiendo una apertura universalista de Japón, no sólo no me molesta, sino que lo asumo encantado. Estoy contra todos los nacionalismos. Quiero desempeñar este papel que sirva para universalizar a la nación. Lo peor para Japón es enquistarse en su nacionalismo. No sirve para nada. No ofrece ninguna esperanza de futuro para el país”
Oé siempre ha estado muy interesado por la cultura occidental, especialmente por la francesa, pero también por la española. En sus ensayos literarios menciona habitualmente a escritores como Rabelais, Balzac y, especialmente, a Sartre, al que admira y cuya obra fue objeto de su tesis universitaria. Está también familiarizado con la obra de Dante, Poe, Eliot, Faulkner y la sueca Selma Lagerlof,
En 1972, Oé ajustó cuentas desde un punto de vista literario, con Mishima, al publicar la novela The Day He Shall Wipe My Tears Away, en la que imagina que Mishima sobrevivió al seppuku y, al salir de la cárcel treinta años después, funda una secta milenarista.
Curiosamente, Mishima declaro en una ocasión:
“La cúspide de la literatura japonesa actual hay que buscarla en Kenzaburo Oé”.
Una serpiente estrena un collar muy bonito y va visitar a su amigo el conejo. La serpiente le pregunta:
-Señor conejo, ¿le gusta mi collar?
-¿Qué collar?
El culto ciego al Emperador, considerado una divinidad, la presión totalitaria y racista de los extremistas de derechas sobre la sociedad y una educación militar espartana que exaltaba la brutalidad incluso sobre los propios soldados (a los que se golpeaba y vejaba continuamente como parte de su adiestramiento) y proclamaba que rendirse era un deshonor (los aliados se rendían a un promedio de 1 prisionero por cada tres muertos, los japoneses a razón de 1 por cada 320) condujeron a los crímenes de Nankín y los demás que cometió el ejército japonés. Un ejército deshumanizado que en China se adiestraba clavando sus bayonetas en prisioneros chinos a los que se presentaba como inferiores a los cerdos.
Según los testimonios, durante seis semanas en Nankín, contraviniendo todas las leyes de la guerra, los soldados, con la complacencia y a menudo las órdenes de sus mandos, asesinaron a más de 100.000 chinos (el historiador Antony Beevor da la cifra de 200.00, 300.000 en otras fuentes, más que las víctimas de Hiroshima y Nagasaki juntas), entre soldados prisioneros y, sobre todo, civiles, incluidos ancianos, mujeres y niños. Lo hicieron con una inquina y un sadismo que de entrada resulta incomprensible en el ejército de una nación civilizada: rociaron de gasolina y quemaron vivas a sus víctimas, las enterraron vivas, las decapitaron, las mutilaron, despedazaron, aplastaron con tanques y vejaron de las maneras más atroces y retorcidas. Muchos cuerpos fueron arrojados al río Yang-Tsé o a los perros. Los testigos —supervivientes, corresponsales japoneses y extranjeros, la comunidad internacional de la ciudad, incluidos súbitos alemanes— relatan cómo los militares japoneses destripaban a las embarazadas, les arrancaban los fetos y los lanzaban al aire para ensartarlos en las bayonetas; cómo violaban en grupo a mujeres de todas las edades y niñas (entre 20.000 y 80.000) y luego les introducían ramas, bambús o sus armas, y hasta palos de golf y petardos, en la vagina; cómo obligaban a los hombres a tener sexo con mujeres de su propia familia y después los empalaban y castraban… No fue cosa solo de la soldadesca: el general Hisao Tani, jefe de la 6ª división imperial fue considerado culpable de violar a 20 mujeres en Nankín. En una competición de bestialidad, dos oficiales japoneses llegaron incluso a retarse a ver quién era capaz de llegar antes a la cifra de 100 decapitados con sus espadas de samurái, un concurso de cortar cabezas del que se hizo eco la prensa de Japón como si se tratara de un torneo deportivo.
Gog bebe grog
Eres blade u owl?
Ha existido un culto imperial (Arahitogami) que considera al Main (tennō) como sumo sacerdote mediador entre los hombres y la divinidad, debido a sus cercanos lazos con los dioses del Norte
(lazos de herencia).
Los porcos bravos están cerca de fichar a Toshiaki Mukai y Tsuyoshi Noda para reforzar a la Bestia Negra cara al sol naciente de la XVI
Al cumplirse treinta o cuarenta años de que las callosidades isquiáticas le acabaron de empedrar la cara
(mosaico, ya refractario a todo, de ridículos, abyecciones,
vueltas de camisa, retractaciones, cabronadas),
es la hora en punto para hacerle un homenaje al puto viejo
pues nunca se apartó un ápice de sus convicciones juveniles.
(Se ve tan frágil; pero tan vivaz como siempre.
Qué memoria. Qué gracejo. Que forma de citar escritores maricones)
Que se vaya a chingar a su madre.
Mezclado con lo bestial, encastrado, embarrado, pero lleno de brillos y de lujos, feo jamás.
Sólo las hienas desenterrarán los huesos de nuestra historia.
Yo estoy harto de follarme colegialas japonesas
Recuerdas Rugby?
una 'tendencia' que nació en los años 80 en Japón y que tuvo tanto arraigo que incluso se popularizó el término 'burusera' para aludir a los establecimientos en los que se mercadeaba con estas prendas, y el de 'namasera' para referirse a los casos en los que las jovencitas quedaban con su cliente, se quitaban las bragas delante de ellos y se las entregaban. ¡Hasta surgieron máquinas expendedoras! ¿Te imaginas a la máquina diciendo: "Sus braguitas, gracias"?
Japón es bien conocido por su gran competitividad, educación, respeto y por sus tradiciones bastante arraigadas, sin embargo, como en toda sociedad, tienen un lado oscuro en donde los japoneses destacan del resto del mundo con un concepto de perversión referente a lo sexual único.
Para tener una clara visión del concepto primero definiremos a la perversión como un comportamiento o un conjunto de prácticas sexuales que no se ajustan a lo socialmente establecido.
Si bien es cierto que en lo referente a lo erótico la comunidad japonesa tiene muchas referencias históricas, la conducta en el Japón actual ha sido modelada principalmente mediante una nueva estructura política e ideológica que surgió después de La Segunda Guerra Mundial donde la identidad nacional se sumergió en diferentes corrientes que desafiaban los valores tradicionales.
A continuación revisaremos algunas de las excentricidades sexuales más intrigantes y populares de la sociedad nipona.
IMEKURA
Los Imekura o Clubs de Imagen son lugares donde las fantasías de muchos hombres se hacen realidad. Estos son locales que van desde los Maid Café hasta habitaciones que emulan un vagón de tren, un ascensor, un salón de clases u hospital donde el cliente puede interactuar con las chicas las cuales están caracterizadas para cada temática. Algunos Clubes están especializados en exhibicionismo, con lo que un cliente por ejemplo, puede contratar a una colegiala para que le acompañe en un viaje en metro, y practicar sexo con ella en el andén.
ERO-GURO
El Ero-guro es un género del hentai donde el erotismo se fusiona con la decadencia física que envuelve el uso de gore, desfiguración, mutilación y distintas parafilias como la zoofilia, la necrofilia o la coprofagia. El término proviene de gairaigo derivado de la frase del idioma inglés “erotic grotesque“, y es frecuentemente acortado a simplemente guro. Un ejemplo similar de occidente podrían ser las películas snuff. Sin embargo, el ero-guro es en su mayoría es de tipo gráfico y no involucra la muerte o mutilación de personas reales.
KANAMARA MATSURI
El Kanamara Matsuri, que traducido de manera literal significa “Festival del falo de metal”, es una festividad que se lleva a cabo en la ciudad de Kawasaki el primer domingo de abril y tradicionalmente servía para pedir por la fertilidad y el bienestar de los matrimonios. Cabe destacar que es una celebración de la religión sintoísta y se remonta al periodo Edo (1603-1867). En aquel tiempo, las prostitutas de Kawasaki se acercaban al santuario de Wakamiya para pedir protección divina a la hora de realizar su trabajo o la curación de enfermedades de transmisión sexual. El templo, lleno de figuras genitales tanto masculinas como femeninas, tiene como ‘reliquia’ el falo de metal que da nombre al festival.
PANTSU GETTA
Este es un juego derivado de las palabras inglesas panties (bragas) y get (conseguir). El juego comienza cuando una mujer publica un mensaje en un foro anunciando que ocultó su ropa interior usada en una determinada zona de la ciudad. Entonces, todos los interesados deberán buscar la prenda en la calle y pedir más pistas a la chica a través de internet. Cuando alguien lo encuentra debe reportar todos los detalles en el mismo foro para que nadie siga buscando.
Yasuo Matsumoto es el alias de alguien que afirma ser un legítimo Pantsu Getta (así se llama también a los jugadores) y señala cuál es la causa del éxito del juego: “En una época donde no hay sueños ni esperanza, este juego ofrece una oportunidad para vivir una fantasía, al menos una vez en la vida. Y gratis”. Sin embargo este movimiento no se quedó solo como un simple juego de búsqueda y captura, sino que evoluciono o diferentes juegos al margen de la ley como por ejemplo el de bajarle y quitarle las bragas a cualquier que vaya por la calle, con el único premio de la emoción y tensión del momento.
NO-PAN KISSA
Una No-pan kissa se traduce literalmente como “café sin bragas”, son cafeterías en las que las camareras visten cortísimas minifaldas sin llevar nada de ropa interior. Además, partes del suelo de la cafetería están cubiertas de espejos para que se vean bien todos sus “encantos”. Son populares porque no hay ningún contacto sexual. Su costo es aproximadamente hasta cuatro veces más caros que en una cafetería normal.
PINK SALONS
Estos son locales especializados en sexo oral y son famosos por sus accesibles precios, por ejemplo, un bono de tres sesiones de sexo oral no cuesta más de 6.000 yenes, una cifra al alcance de cualquiera. Estos “salones” son similares a cualquier bar normal, aunque están llenos de asientos, aquí los clientes cuentan con una mesa, y antes de que se den cuenta, les han servido algo de beber, y al poco rato ya hay una empleada que le practica sexo oral. Al cabo de un tiempo, normalmente unos 10 minutos, se acerca otra empleada diferente para hacer exactamente lo mismo, y así sucesivamente hasta agotar el bono de sesiones que el cliente haya comprado. Cabe destacar que todas las actividades realizadas evitan la penetración, de forma que no se incumple la Ley Anti-Prostitución que únicamente prohíbe que haya intercambio de dinero en relaciones sexuales con penetración. Hoy en día el Código Penal japonés, en sus artículos 176 y 177 establece que la edad mínima a la que se pueden tener relaciones sexuales consentidas es de 13 años, aunque las prefecturas pueden tener ordenanzas propias que prohíban tener sexo con cualquier menor por debajo de los 18 años.
Hablar de la forma en que la sexualidad se ha diversificado en Japón nos tomaría mucho. Las posibilidades y temáticas son muy amplias. Desde el Shoukushu Goukan (el famoso sexo con pulpos tan popular en series hentai) que se remonta hasta 1814; el Shibari, que involucra el uso de cuerdas para bondage; las prácticas del Nyotaimori, que consiste en comer, por lo general, sushi sobre el cuerpo desnudo de una chica. Y más, muchas variaciones más.
La teoría es la siguiente: la gran diferencia entre el hombre y el mono, el ciempiés o el suricato no se encuentra en la constitución de una cultura compleja o en su capacidad para reventar el mundo a la de tres; sino en la existencia de una suerte de limbo entre los estímulos y las respuestas. Por ejemplo: la cochinilla, cuando percibe un peligro potencial, se enrosca formando una pelotita tan versátil como tierna, pasando desapercibida para dicho peligro siempre y cuando éste no calce unas botas Panama Jack. Por el contrario, el hombre, cuando percibe un peligro, y tras desechar sabiamente la posibilidad de adoptar el aspecto de una croqueta de carne, se inventa alguna manera de evitar el peligro que no viene determinada por el instinto. Es más, él fue el que terminó inventando las Panama Jack porque supo sustraerse a la inmediatez. Es decir: el hombre, desde que percibe el presunto peligro hasta que adopta una determinación, se demora, por lo que se puede afirmar sin faltar a la verdad que se trata de un ser esencialmente moroso. Y en esta demora entre el estímulo y la respuesta hay un limbo, un ámbito de libertad en el que idea catapultas, religiones y hasta rascacielos de cien metros de altura. (Imagínense la de protohombres que debieron sucumbir a un limbo excesivamente laxo mientras un tigre de Bengala o un oso grueso acababa con su vida. No quiero ni pensar en la cantidad de homínidos que debieron morir mientras esa ecuación estímulo-limbo-reacción se afinaba y se aligeraba hasta el punto de posibilitar una huida a tiempo, el empleo de un arma o la encomienda al Main.)
Lo específicamente humano es el limbo, y lo demás es mero epifenómeno.
Cuanto más se aleja un sujeto del verdadero objeto de sus estímulos sexuales que le arruinan los riñones, más singulares pueden llegar a ser los objetos en los que tan alegremente se demora, los trasuntos con los que se entretiene. Es más, después de ingerir una buena cantidad de barbitúricos de diversa procedencia y calidad, tras acudir al psicólogo durante seis años o después de meterse en una secta, el hombre suele llegar a creer que ese objeto de su demora es, en realidad, el objeto real de su deseo.
El pedazo de pollo se había quedado atascado de nuevo en el sumidero. Con un sonido de succión, se había quedado pegado a los cuatro pequeños agujeros de la rejilla. En el pegajoso pedazo,aunque había sido mordido por mis dientes y disuelto en parte por mi saliva, podía ver todavía claramente los agujeros de las plumas arrancadas y algunos erizamientos que parecían de plástico. Tenía lasmanos impregnadas de una sustancia grasienta y nauseabunda; a pesar de lavarlas y frotarlas, el hedor persistía.Luego, salí de la cocina y entré en la habitación.Cuando iba a coger un cigarrillo que había encima de la televisión, me invadió una indecible desazón. Era como si me hubiera abrazado una vieja leprosa.
Un periodista japonés me hizo la pregunta de siempre: -¿Y cuáles son sus escritores favoritos? Yo respondo lo mismo de siempre: Jorge Amado, Jorge Luis Borges, William Blake y Henry Miller.
La traductora me mira asombrada: “¿Henry Miller?”. Al final de la entrevista, quiero saber por qué se sorprendió tanto de mi respuesta. Le digo que aunque Henry Miller no sea hoy quizá un escritor “políticamente correcto”, me abrió las puertas a un mundo gigantesco. Sus libros tienen una energía vital que pocas veces se encuentran en la literatura contemporánea.
“No critico a Henry Miller; soy también admiradora suya”, responde ella. “¿Sabía que estuvo casado con una japonesa?”.
Por supuesto, no me avergüenzo de ser un fanático y de intentar saberlo todo acerca de la vida de mis ídolos. Fui a una feria de libros solo para encontrarme con Jorge Amado, viajé 48 horas en autocar para conocer a Borges (cosa que al final, por culpa mía, no ocurrió: en cuanto lo vi, me quedé paralizado y no pude decir nada), llamé al timbre de la portería de John Lennon en Nueva York (el portero me dijo que dejara una carta explicando el motivo de mi visita, y que me llamaría, pero nunca sucedió). Tenía la intención de ir a Big Sur para ver a Henry Miller, pero falleció antes de que yo pudiese conseguir el dinero para el viaje.
-La japonesa se llama Hoki –respondo orgulloso–. Sé también que en Tokio existe un museo dedicado a las acuarelas de Miller.
-“¿Le gustaría conocerla esta noche?”. ¡Vaya una pregunta! Pues claro que me gustaría estar cerca de alguien que convivió con uno de mis ídolos. Estuvieron casi diez años juntos. ¿No resultará muy difícil pedirle que pierda su tiempo con un simple admirador de su marido?
Aguardo con ansiedad durante el resto del día, subimos a un taxi. La traductora señala un bar vulgar y corriente en un edificio que se está cayendo a pedazos.
Subimos, entramos. El bar está vacío, pero está Hoki Miller.
Disimulando mi sorpresa, intento exagerar mi entusiasmo por su exmarido. Ella me conduce a una sala que hay al fondo, donde ha creado un pequeño museo: algunas fotos, dos o tres acuarelas firmadas, un libro con dedicatoria, y nada más. Me cuenta que lo conoció cuando hacía el doctorado en Los Ángeles y, para ganarse la vida, tocaba el piano en un restaurante, cantando canciones francesas (en japonés). Miller fue allí a cenar, le encantaron sus canciones, salieron unas cuantas veces y le propuso matrimonio.
Observo que en el bar donde nos encontramos hay un piano, como si ella quisiera volver al pasado. Me cuenta anécdotas deliciosas de su vida en común, de los problemas debidos a la diferencia de edad entre los dos (él tenía más de 50 años; Hoki no había cumplido 20). Me explica que los herederos de otros matrimonios se quedaron con todo, hasta con los derechos de autor. Pero eso no tiene importancia: lo que ella vivió está más allá de lo financiero.
Le pido que toque la misma música que, muchos años atrás, tanto atrajo a Miller. Ella lo hace con lágrimas en los ojos, y canta Hojas muertas (Feuilles Mortes).
La traductora y yo nos sentimos conmovidos. El bar, el piano y el eco, en las paredes desnudas, de la voz de Hoki, a quien no le importa la gloria de las otras ex-mujeres, ni los ríos de dinero que deben generar los libros de Miller, ni la fama mundial de la que podría estar disfrutando.
“No valía la pena luchar por la herencia: bastó el amor. Al final, entendiendo lo que sentíamos”. Sí, por la completa ausencia de amargura o rencor, comprendo que bastó el amor.
Soy el ángel salvaje que cayó una mañana en vuestras plantaciones de preceptor
Llega en ocasiones durante el viaje un momento en que se produce una embriaguez: el desapego. Un tiempo en que el alma flota y los pies se aligeran. El pasado se empequeñece y el futuro no existe. Solo lo que ocurre cuenta. Aparece tras tiempo de alejamiento, de abandono de los rituales. Tras oír docenas de voces ajenas y escuchar la de uno mismo. A veces sucede en un lugar hermoso, en un barco o en un tren, y siempre alcanza al peregrino en soledad
En el óxido de las teteras y en la pátina de suciedad de las tazas tocadas por el uso estriba, enseña Gog, el sentimiento japonés de la belleza
También se sabe que un caballo, pintado en un “kakémono”, solía salir de noche a pastar
Kenzaburo Oé debería imitar a Yasunari Kawabata y a Yukio Mishima.
Ahí lo dejo
Little Boy & Fat Man
Descartado lo de brunas o blondas, Gog,: ¿te ves como el lobezno de la Causa?
NOTAS
1 "El haiku en Antonio Machado", Antonio Machado, hoy, Sevilla, Alfar, 1990, pp. 393-393-401; "Haikai y vanguardia hispánica", Gabriele MORELLI (ed.), Gioco, sport e cinema nell'avanguardia spagnola, Milán, Jaca Books, 1994, 101-112; "El haiku en La Pluma", Revista de Investigación, 1985, pp.27-40; "Octavio Paz y la poesía japonesa", Insula, 532-533, 1991, pp. 33-34; "El haiku japonés", El ciervo, 479, 1991, enero, pp. 21-24; Cincuenta haikus de Issa Kobayashi, Madrid, Hiperión, 1986. (2a ed. 1991); Haijin. Antología del haiku, Madrid, Hiperión, 1992; "La mímesis del haiku: Tablada" [en prensa].
2 Sobre este asunto también se ha interesado L. LITVAK, y en su artículo "Desde el país donde florecen los cerezos. Influencia del japonismo en el tratamiento modernista de los motivos de la naturaleza" -Estudios en honor a Ricardo Gullón, pp. 211-227- dice: "El interés artístico por el Japón se puede datar a las Exposiciones Internacionales de Londres en 1862, Paris en 1876 y 1878 y Barcelona en 1888 que ofrecieron ya al público mayoritario la ocasión de ver objetos artísticos del lejano país. La repercusión de estas exposiciones empieza a dar fruto en España desde 1880. Apeles Mestre cambia por entonces el estilo de sus dibujos, olvidando los cardos espinosos del goticismo por las flores, insectos y pájaros del japonismo", p. 213.
3 Este autor, junto a otros, dio a imprenta una primera colección de haikus franceses en 1905: Au fil de l'eau. Otros poemarios: M. A. GUÉGAN, Trois petits tours et puis s'en vont (1924), M. HEIM, Haikai d'Occident (1925), R. MAUBLANC, Cent haikai (1924), A. NEUVILLE, Haïkaï et tankas; Épigrammes à la japonaise (1908). Para más información al respecto, vid. W. L. SCHWARTZ, "Japan in French Poetry", PMLA 40 (1925) 435-449: Idem, The Imaginative Interpretation of the far East in Modern French Literature, 1800-1925, París, Champion, 1927; y Gary L. BROWER (col. de D. W. Foster), Haiku in Wester Languages. An Annotated Bibliography (With some references to Senryu), Metuchen, N. J.: The Scarecrow Press, 1972.
4 Vid. nota 1.
5 Esto en contra de las ideas pacianas, que quieren dar la primacía en el campo de la introducción del haiku a Tablada: vid. los artículos contenidos en Las peras del olmo de Octavio PAZ sobre este escritor mejicano y sobre el haiku, Barcelona, Seix-Barral, 1971.
6 "El sentimiento poético japonés", El Nuevo Mercurio, n° 4, abril, 1907. Esta idea aparecerá más tarde en Tablada y sera retomada por Octavio Paz en su obra citada.
7 Vid. G. de TORRE, Historia de las literaturas de vanguardia, Madrid, Guadarrama, 1965, p.541.
8 Serge FAUCHERAU, Lectura de la poesía americana, Barcelona, Seix Barral, 1971. También, K. POWER, Una poética activa, Madrid, Editora Nacional, 1978, p.22.
9 A este respecta consúltese respectivamente: J. RUBIO JIMÉNEZ, "La difusión del haiku: Díez-Canedo y la revista España", Cuadernos de Investigación Filológica XII-XIII (1987) 83-100; y mi trabajo "El haiku en La Pluma", RICUS EX, 1 (1985) pp. 27-40.
10 Comenta MORENO VILLA: "Rara vez los elementos visuales van mezclados con los ideológicos, son impresiones breves, y al mismo tiempo extensas de la Naturaleza. El gran saber de los orientales radica en la esquematización". Más adelante: "El haikai estrofa de tres versos (...) es siempre (...) apunte gráfico de color y emoción populares al alcance de todos, que viene a representar la reacción frente a la poesía clásica y profesional."
11 Guillermo CARNERO, "El tránsita del modernismo a la vanguardia en José Juan Tablada: del Japón exótico al haiku", Las armas abisinias. Ensayos sobre literatura y arte del siglo XX, Barcelona, Anthropos, 1989, p. 79.
12 Para una valoración de lo popular en la obra de Juan Ramón vid. M. Isabel LÓPEZ MARTÍNEZ, La poesía popular en la obra de Juan Ramón Jiménez, Universidad de Sevilla, 1992.
El pigmento negro utilizado para pintar los animales estaba compuesto por dióxido de manganeso y cuarzo molido, y casi la mitad de la mezcla era fosfato de calcio. Para hacer fosfato de calcio hay que calentar huesos a cuatrocientos grados centígrados, y luego molerlos.
Fabricábamos pinturas con los huesos de los animales que pintábamos.
Ninguna imagen olvida este origen
Gog se viste con harapos de ronin y engaña a Moore con Miller.
la prostitución borracha y mal pagada de los aventureros sórdidos, te afeita la cara nocturna de mujeres y homosexuales, rememorando el comercio de ganados y el comercio de esclavos de degolladero de la antigüedad fenicia, sirio-caldea, egipcia y judía o jónico-mediterránea, y un dios guillotinado, pateado, "cogoteado", preside en callejones y encrucijadas de contubernio y escarmiento vil, la estética contradictoria y terrible de tu emoción lírica o épica de navio en mares sociales, caído y sin brújula, pero inmensamente bello, tenebrosamente bello, amargamente bello, porque como integras un cosmos tentacular-universal, tu estatura de gigante sublevado, sobrepuja todas las escalas de valores, desde las capitanías heroicas, al sublime y horrible infierno del subhombre de panteón, o cae rodando mundo abajo.
Un texto pedante y vacío como un muro que ya no recorren sombras.
Willy Pol Pot debe estar celoso.
La paja mental agosteña ya la firmó
Gog ( por duplicado)
Guiso scouser con cerveza cruzcampo en plan San Miguel. Un truño de delicias turcas. No hay 2 sin tres
The Main concibe la asignación de nombres como un ejercicio de poder. Los dominantes "sellan cada cosa y cada suceso con un sonido y de ese modo, en cierta manera, toman posesión de ellos". Por consiguiente, el origen del lenguaje "sería la expresión de poder de los dominantes". Los lenguajes son "reminiscencias de las antiquísimas apropiaciones de las cosas". Pero sin lenguaje no hay historia, no hay narración.
el enano que salmodia su irreparable mendicidad bajo el lujo su enorme turbante amarillo
Su rumia secular le repite el sabor de los sudores iniciales, la quemadura de las primeras lágrimas; el hedor de las primeras negras sangres humeantes.
IMWT
De Nagasaki e Hiroshima y Okinawa las madres frustradas, los hombres mutilados y los campesinos desposeídos
La golondrina marina se convirtió en gaviota:
negra era y se hizo toda blanca.
La gaviota blanca se convirtió en papagayo.
El papagayo arcoiris se convirtió en buitre;
el buitre se convirtió en milano de ocelado buche.
Del guano de estas transformaciones, se creó el murciélago.
El frote de la piedra engendró la chispa;
la chispa engendró la llama;
la llama engendró la lava.
Con la lava se hizo la estatua.
La estatua que tiene porosidad de espuma,
el óxido amarillo de la hierba,
el recio nervio de la liana,
la vena mineral de la roca,
el sucio blancor de la gaviota,
el escándalo del papagayo,
la taciturna voracidad del buitre,
el ojo cristalino del milano,
y la chispa,
la llama
y la lava.
“A los cavilosos, se les repetía: 'La mejor palabra es la que está por decir'. A los confiados se les repetía: 'Palabra de boca, piedra de honda'. A los testarudos se les repetía: 'A dos palabras, tres porradas'. A los precavidos se les repetía: 'Palabra suelta no tiene vuelta'. A los codiciosos se les repetía: 'Lo que entra por un oído sale por el otro'. A los que solo anhelaban seguridad se les repetía: 'Palabras y plumas, el viento las tumba'. A los que querían amor se les repetía: 'Palabras de santo, uñas de gato'. Así, interminablemente, infatigablemente, la palabra se combatía a sí misma”.
El Main devoró nuestras almas
The Main, también conocido como; El gran Brujo (120), el gran Destructor (121), el gran Matador (123), Caudillo de los Difuntos (123), el gran Burundún-Burundá (123), Insigne Borborista (123), el gran Cinegista (126), el gran Pesquisanto (129), el gran Terrorista (130), el gran Cismático (134), el gran Fariseo (138), Partero de Cadáveres (138), el gran Charlatán (140), el gran Reformador (141), el Elocuente (145), el gran Parlanchín (148), el gran Extirpador (149), el gran Tahur (150), el Reformista (150), el gran Sacrificador (155), el gran Ausente (165), el Mistificador (168), el gran Vociferante (180), el gran Precursor (183), el Papagayo de Papel (195).
ENVIADO: The MAIN
-G-
GOG: Nombre con el que el profeta hebreo Jeremías designa al mal. En el Apocalipsis se refiere a este nombre como símbolo hebreo de un Anticristo. La palabra es de origen Sumerio y significa Tinieblas
Se le dio una boca que hablaba palabras arrogantes y blasfemias
Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta en tu sangre.
19.
IMWT
Las razones más comunes de bloqueo de IP son las siguientes.
Contraseña incorrectas de los siguientes servicios:
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Gestores de Correo
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Tu IP será desbloqueada en 10 minutos ó puedes desbloquear tu IP usando reCAPTCHA.
La nueva locura del maincrazy es entrenar contra los all stars sub 20 y luego de la masacre echarnos la culpa a los demás
Main como Quantrill enloquecido quemaizales
Un pueblo viejo no puede renunciar [a su historia] sin extinguir la parte más noble de su vida y caer en una segunda infancia muy próxima a la imbecilidad senil
Se llama Namako (literalmente significa rata de mar). Se suele comer crudo en forma de sashimi o sushi.
Los únicos brotes verdes son de marihuana
LBQ iba de samurai y quedó en ronin.
Mainhito puso a l9s stags el culo como la bandera nipona y ya no hay jamona que lea esto
Un equipo a partir de un quiñón.
Nunca el negro engordo tanto
a medio camino entre Leatherface y los susurradores de walking dead, Dick Dastardly se apoya en el grifo y todos gritamos de...
El unicornio quiere lo que la rosa olvida
Alumbra, lumbre de alumbre... Luzbel de piedralumbre
Zozobra por los suelas del alzado, zozobra por el cuero de las botas
La Bestia corre, pasa, folla. Y es el gran frío.
Es el gran frío de la XVI. Son las tinieblas.
5 Cacique: señor de vasallos, persona influyente política y administrativamente a nivel regional o
local, ligado al poder del latifundio.
6 Muñidor: vasallo, concertador de intrigas.
7 Prestímano: tramposo, el que hace juegos de manos, estafas, trucos.
8 Escoliasta: escolio; nota, comentario
Desde montañas que prefieren, como Gog, el matiz al color, desde una escritura que ejerce la insinuación y que ignora la hipérbole, desde jardines donde el agua y la piedra no importan menos que la hierba, desde tigres pintados por quienes nunca vieron un tigre y nos dan casi el arquetipo, desde el camino del honor, el bushido, desde una nostalgia de espadas, desde puentes, mañanas y santuarios, desde una música que es casi el silencio, desde tus muchedumbres en voz baja, he divisado tu superficie, oh Japón. En ese delicado laberinto
Pinky Violence (en Español: Violencia Rosa) es un subgénero cinematográfico de acción de origen japonés. Este surgió a finales de los años 60 y tuvo su mayor fuerza en los años 70. El subgénero se encuentra delimitado por una serie de normas y características fundamentales, entre ellas: siempre están protagonizadas por mujeres jóvenes, las tramas están relacionadas con guerrillas o bandas callejeras, se muestran asesinatos y/o cualquier otro tema en el que se recurra a la violencia.
En este tipo de películas destacan films como Blossoming Night Dreams o Stray cat Rock , entre otras muchas. Una de las musas mas representantes en este movimiento es Reiko Oshida, protagonista del clásico Okatsu The Fugitive.
1) El testimonio de un leñador ante la policía (cómo encuentra un cadáver en una cañada boscosa);
2) El testimonio de un sacerdote budista que, viajando, se encontró en el camino a la víctima y a su esposa;
3) El testimonio ante la misma autoridad del policía que atrapó a un bandido, el cual llevaba una espada, un arco y unas flechas que pertenecían a la víctima;
4) El testimonio de la vieja suegra del asesinado, quien lo identifica como un samurai que iba de viaje con su esposa;
5) La confesión del bandido, quien acepta haber violado a la mujer y asesinado al hombre, pero ignora qué pasó con ella: escapó entre los bosques.
6) La confesión de la mujer, quien afirma que después de haber sido violada, fue abandonada por el bandido en el bosque, con su marido atado a un cedro. Se sintió obligada a asesinarlo porque, una vez ocurrida su deshonra, no le quedaba a ella sino la muerte. Lo mató y fracasó luego en varios intentos de suicidio.
La línea realista se rompe y, 7) A través de un médium, el alma en pena del samurai asesinado viene a denunciar a su esposa y a reivindicar su propia muerte: él mismo se mató, por honra. Resulta que la mujer, después de haber sido violada, tuvo terror del desprecio de su marido; decidió irse y casarse con su violador, a quien pidió que asesinara al samurai, pues había presenciado su deshonra y de cualquier modo la castigaría si seguía vivo. El bandido se negó al crimen, golpeó a la mujer y liberó al samurai, el cual se quitó la vida al ver cómo su esposa había pedido su muerte, con tal de tapar su deshonra.
El gran guerrero y maestro del Suio Ryu Ogami Ittō se había convertido en el verdugo del shōgun, el Kogi Kaishakunin, una posición de gran poder usada por el Shogunato Tokugawa (junto con el oniwaban y los asesinos) para reforzar el poder del Shogun sobre los daimyō o señores feudales. Para aquellos samuráis y señores feudales a quienes se les ordenó que cometieran el seppuku, el Kogi Kaishakunin les ayudaría con sus muertes decapitándolos para aliviar el dolor de cortar sus propios estómagos. Como era impensable que una persona de menor rango actuara como Kaishakunin para un noble, al Kogi Kaishakunin le fue dado un rango y se le permitió usar el emblema de shogunato, en efecto actuando en lugar del shōgun.
Poco después del nacimiento de su hijo Ogami Daigorō, Ogami Ittō regresó a su hogar para encontrar a su esposa Azami y a todos sus sirvientes brutalmente asesinados, y sólo su recién nacido hijo Daigorō vivo. Todos fueron supuestamente asesinados por tres antiguos samuráis de un clan disuelto, cuyo señor feudal había sido ejecutado por Ogami Ittō. Sin embargo, todo fue planeado para agraviar a Ogami Ittō, poniendo una tablilla funeraria (ihai) con el emblema del shōgun en la capilla de la familia de Ittō (representando el deseo de Ogami de la muerte del shōgun). Esto haría de Ittō un criminal y debería abandonar su puesto de Kogi Kaishakunin. La trampa fue planeada por Ura-Yagyū, Yagyū Retsudō, líder del clan Yagyū, con el fin de obtener el puesto de Ogami para el clan Yagyū.
El niño de 1 año Daigorō fue obligado a elegir por su padre: una pelota o una espada. Si Daigorō elegía la pelota, su padre lo hubiera matado, enviándolo con su difunta madre; sin embargo, el niño gateó hacia la espada. Esto significó que tomaría el camino del rōnin, viviendo con su padre como demonios - el equipo de asesinos a sueldo que se darían a conocer como «el lobo solitario y su cachorro», jurando destruir el clan Yagyū para vengar a su esposa y su desgracia. En meifumadō, el camino maldito hacia la venganza, Ogami Ittō y su hijo, Daigorō, se topan con numerosos encargos, encontrándose (y asesinando) a todos los hijos de Yagyū Retsudō y más tarde peleando con el mismo Retsudō. El primer duelo entre Ogami Ittō y Yagyū Retsudō constó de 178 paneles -- uno de los más largos duelos publicados en cómics y mangas.
Antes de su duelo final con Yagyū Retsudō, Ittō fue atacado por los últimos ninja de élite del clan Yagyū, los Hierbas. Su espada fue dañada por la visita un miembro de los Hierbas disfrazado de pulidor de espadas antes del último enfrentamiento con los Hierbas. Fue herido seriamente y esto lo llevaría a perder en su duelo con Retsudō. Despues de eliminar a cada ninja, Ittō y su destrozada dōtanuki se encontraron con Yagyū y su lanza. Su voluntad de matar a Yagyū lo impulsó pero su lastimado y agotado cuerpo dejarían a Ittō a suerte. En el medio de la pelea el espíritu de Ittō lo abandonó su cuerpo luego de una vida desgastante y violenta. Ittō fue incapaz de destruir a su más grande enemigo y su camino por el meifumadō terminó. La historia termina con el hijo de Ittō, Daigorō, tomando la lanza y embistiendo enfurecido. Retsudō abre sus brazos, descuidando toda defensa, y le permite a Daigorō penetrar su cuerpo con la lanza. Abrazando a Daigorō en lágrimas, Yagyū Retsudō le dice "Nieto de mi corazón", cerrando el ciclo de venganza y odio entre los clanes, y concluyendo la épica.
Mainfumado: el camino al infierno de los porcos bravos
De entre todos los murales este fue mi favorito, han habido una cantidad inmensa de “mashups” de diversos artistas sin embargo hay un movimiento en la red que en el que varios artistas estan reversionando a Springfield en Neo Tokio y a Bart con Akira; los resultados son bastantes interesantes. Pero bueno, este mural cuenta con elementos muy chidos de otros episodios, a Tom y Daly, el escudo de los Peces del infierno, a Barney en Kamp Krusty, la maza de 22 historias cortas en Springfield, todo pareciera salir de un malviaje de Homero, tambien vemos una Lisa Unicornio montando un Bartosaurio, y unas montañas haciendo alusión a las cabezas del toda la familia. La chica del centro no logro recordar en que episodio sale, segun yo es en un “ojo de Springfield” pero nomas no doy con cual; ademas de por supuesto la colaboración del grafitero oficial de los simpsons, el misterioso y desconocido “el Barto”
Episodios a ver: Peces del infierno (Temp. 7), Tomy y Daly (Temp 4), Kampo Krusty (Temp. 4), 22 historias cortas sobre Springfield, 22 historias cortas sobre Springfield (Temp. 7) Ademas del corto Bartkira que anda en las redes.
He, um, fought on the American side of the Bay of Pigs in Cuba. He was taken prisoner and the whole time he was there they tortured him about food. Every day they told him they put poison in the food. So, they would always make themselves throw up after every meal.
La sociedad tiene miedo a crear hombres sensibles. Y manipula: se entiende como fuerte a quien no se hace preguntas, en lugar de lo que fortalece: hacérselas.
Vivo allí donde cuelgo mi sombrero y saco mi katana
Aquellos franceses de chaqué y Legión de Honor, Mérito Agrícola o Palmas Académicas que llevaban siempre en los bigotes reminiscencias de guisado y que, de puro corteses, le pedían a usted mil perdones cuando usted les pisaba un callo ni más ni menos que si hubieran sido ellos quienes le hubieran pisado un callo a usted, ¿dónde están? ¿Dónde están aquellos ingleses flacos y desganados que paseaban con tanta elegancia su aburrimiento por el mundo y que, si, por casualidad, tenían con usted el menor tropiezo en un bar o en un casino de playa, le amenazaban con avisar al Almirantazgo para que le echase a usted la escuadra encima? ¿Dónde aquellos alemanes de cabezota cuadrada que habían inundado el planeta de música, de cerveza, de filosofía y de salchichas? Y aquellos yanquis que veían, por ejemplo, una catedral gótica y le decían al guía que se la desmontase y les mandasen las piedras a Chicago después de numerarlas convenientemente, ¿qué se hicieron? ¿Qué fue de aquellos italianos que, de pronto, se ponían a hacer el tenorino y lanzaban al aire con gran prosopopeya un rabo de spaghetti envuelto en una nota musical? ¿Qué de aquellos portugueses, transidos de saudade, que habían descubierto un mundo y que, aunque estuviesen vestidos de harapos, se daban siempre unos a otros el tratamiento de «Vossa Escelencia»? Y aquellos suizos que, sin dejar de ser suizos, eran al mismo tiempo alemanes, italianos o franceses y estaban siempre dispuestos a venderle a usted un reloj o a prepararle una fondue en cualquier idioma, ¿en qué repliegues de la Jungfrau se han ocultado?
El mundo ha ido perdiendo poco a poco su alegre y pintoresca variedad y hoy podríamos decir que todos somos unos por obra y gracia de la aviación, el cine, la radio, los antibióticos, la coca-cola, el nylon, el plexi-glass, los pucheretes a presión y tantas otras cosas, unas buenas y otras malas. Hoy todos somos unos y por ello, al reunir aquí estos artículos escritos entre los años 1909 y 1914, yo recuerdo con nostalgia, y un poco a la manera de Jorge Manrique, la época en que éramos diferentes.
This is much more than just solid, factual information about Odin and the people whose deity he was, for Odin was the god of the Einheriar, of the Germanic and Viking mannerbunde, the furor Teutonicus and the war bands of the great folk wandering that shaped so much of the map of Europe as we know today. Here we have a broad and fascinating account of the Germanic ancestor cult, of the Wild Hunt, the eye in the well, wolf-men and werewolves, dragon-slayers, demon riders and Harlequin, Valhalla and Ragnorak. Odin/Wodan is presented to us as a divinity who was central to a warrior society the ramifications of which went far beyond the revered One-Eyed God of battle and knowledge. Organized into three sections, we are carried in the last of these far beyond Germany to find parallel institutions surviving amongst the wider Aryan kindred – among the Celts, Romans, Slavs and ancient Greeks, and still further, to the Indo-Aryans of Iran and the distant lands beyond the Indus, all sharing elements of a once common ancestral origin.
Linguistic Reconstruction: Its Potentials and Limitations In New Perspetive
Mon36
Männerbund (pl. männerbünde), Mainnerbund ( en galego) es un término germánico que significa un tipo de agrupación masculina e identificaba a un sistema de lazos sociales en los antiguos pueblos germánicos.
Se puede definir como una amalgama territorial de jóvenes varones sexualmente maduros que estaban habilitados para llevar armas a su propio culto y desempeñaban funciones sociales específicas. A los doce años ya podían considerarse capacitados para pertenecer a un männerbund, pues las sociedades germánicas consideraban que era una edad madura y suficientemente apta para el uso de armas y superar los ritos de iniciación de la confraternidad guerrera. En algunos grupos tribales, las männerbund ofrecían un perfil especial de grupo de combate, lo que hoy se entendería como tropas de élite, durante conflictos militares por intereses territoriales.
Dentro del männerbund resalta claramente las hermandades de cultos religiosos, los berserkers, seguidores del culto a Odín que entraban en cierto éxtasis guerrero durante la batalla con una técnica chamanística apropiada y aprendida. Las partidas vikingas de berserkers que asolaban granjas, mataban a sus dueños, violaban a las mujeres y sus hijas fueron una forma tardía y degenerada del männerbund. En tiempos recientes, ya con el cristianismo imperante en Europa, derivaron en hermandades y alianzas juradas como la Liga Hanseática, sociedades secretas o clanes de crimen organizado (la mafia es un claro ejemplo).
El nazismo también ofreció una visión distorsionada del männerbund como la sturmabteilung y schutzstaffel, basada en la hombría, solidaridad masculina y superioridad sobre el extranjero.
En la literatura legendaria, los caballeros de la mesa redonda del Rey Arturo es otra interpretación de männerbund.
Los porcos bravos es otra.
@ 2
Ni de puta coña.
Eres un cerdo. Y punto.
Osamu Dazai forma, junto a Akutagawa, Kawabata, Tanizaki, Mishima, Kobo Abe y Shuzaku Endo, el septeto de grandes autores de la literatura japonesa moderna.
Han leído bien. Falta el puto Kenzaburo Oé
Kenzaburo Oé .
Iniciales: K.O
Pues eso, esta entrada es el K.O definitivo al blog.
No se levanten al terminar la cuenta. Será mejor para todos.
Todos los días voy a la pequeña estación de tren a buscar a alguien. Quién es ese alguien, no lo sé.
Siempre paso por ahí después de hacer las compras en el mercado. Me siento en una fría banca, pongo la cesta de las compras sobre mis rodillas, y miro abstraídamente hacia los molinetes. Cada vez que llega un tren, una multitud de pasajeros es escupida hacia afuera desde las puertas de los vagones. La muchedumbre avanza en tropel hacia los molinetes, y las personas, todas con la misma cara de enojo, sacan los pases y entregan los boletos. Luego, sin mirar hacia los costados, caminan precipitadamente. Pasan por delante de mi banca, salen hacia la plaza que está frente a la estación, y se van cada uno por su lado. Yo sigo sentada distraídamente. ¿Qué sucedería si alguien sonriese y me hablase? ¡Ay no, por el Main! La mera posibilidad me pone tan nerviosa que me estremezco de sólo pensarlo, como si me hubieran echado agua fría en la espalda. No puedo respirar. Y sin embargo, continúo esperando a alguien todos los días. ¿A quién podría ser que estuviera esperando? ¿A qué tipo de persona? Pero quizás lo que estoy esperando no sea un ser humano. Odio a los seres humanos. En realidad les tengo miedo. Cada vez que estoy cara a cara con alguien diciendo cosas como “¿qué tal, cómo está?”, o “¡cómo refrescó!”, saludando sólo para cumplir, siento que soy la persona más falsa del mundo. Me pone tan terriblemente mal que quiero morirme. Y las personas con las que hablo se ponen a la defensiva sin razón, me hacen vagos cumplidos, y comentan sentenciosamente impresiones que no tienen en verdad. Su cautela mezquina me hace sentir triste: el mundo es cada vez más repugnante y no puedo soportarlo. La gente intercambia tensos saludos desconfiando unos de otros hasta cansarse, y así pasa la vida.
A mí no me gusta encontrarme con gente. Por eso, a no ser que hubiera una razón excepcional, nunca visitaba a amigos. Lo más cómodo ha sido para mí estar en casa con mi madre cosiendo, las dos solas, en silencio. Pero finalmente estalló la guerra, y el ambiente se puso tan tenso, que empecé a sentirme culpable de quedarme en casa todo el día sin hacer nada. Me sentía angustiada y no podía relajarme en absoluto. Quería hacer una contribución directa trabajando tan duro como pudiese. Perdí toda fe en la vida que había llevado hasta ese momento.
Siempre me había dado miedo la gente y, debido a mi falta de confianza en mi habilidad de actuar y hablar como un ser humano, mantuve mis agonías solitarias encerradas en el pecho y mi melancolía e inquietud ocultas tras un ingenuo optimismo. Y con el tiempo me fui perfeccionando en mi papel de extraño bufón.
¡El enemigo aguarda en Honnō-ji!
26 son pocos
Sabéis que en Japón la palabra rendición es tabú y que antes de rendirse es mejor quitarse la vida.
El día decimoquinto del mes octavo del año vigésimo de Shôwa
Tokio, 32º, buen tiempo
–Con nuestras espadas rotas y nuestras flechas exhaustas –digo yo–. Con los corazones quemados por el fuego y corroídos por las lágrimas…
En pleno calor blanco estival…
El mundo está dividido en dos regiones: salvajes y mundo civilizado. Al sur hay una jauría de moros salvajes. En el medio tenemos un continente poblado por hombres occidentales, que dedican sus vidas a matar y fornicar, y a menudo las dos cosas al mismo tiempo. La frontera norte de este continente es un gigantesco muro defensivo que intenta resistir los embates de los malvados salvajes norteños, una especie de mongoles y japoneses con pitos minúsculos que buscan, al igual que los taimados moros del sur, conquistar la tierra de leche y miel que también se disputan constantemente entre los señores feudales del mundo civilizado y lograr, por fin, metel.lah.
Parece el clásico mundo medieval, pero con la siempre necesaria incorporación del criterio temático que hace furor, en la Edad Media y ahora: los fantasmas, demonios, trasgos, etc., existen. De nuevo, parece lógico que existan en un género como el que nos ocupa. Y lo gracioso es que aquí los que saben que existen y los tienen muy en cuenta en sus cálculos y consideraciones son los más cultos, más listos, y mejor informados. Así, los dragones existen, o existieron, pero muy poca gente lo sabe. Al norte del Muro la gente se levanta después de muerta, que sí, que lo he visto, de verdad, por esas. El linaje y la antigüedad proporcionan superpoderes. Es tener un problema y, nada, con un par de rezos al Main adecuado, todo se soluciona enseguida.
Bald-bare, bone-bare, and ivory yellow: skull
Carried by a thus two-headed US sailor
Who got it from a Japanese soldier killed
At Guadalcanal in the ever-present war: our
Bluejacket, I mean, aged 20, in August strolled
Among the little bodies on the sand and hunted
Souvenirs: teeth, tags, diaries, boots; but bolder still
Hacked off this head and under a leopard tree skinned it:
Peeled with a lifting knife the jaw and cheeks, bared
The nose, ripped off the black-haired scalp and gutted
The dead eyes to these thoughtful hollows: a scarred
But bloodless job, unless it be said that brains bleed.
Then, his ship underway, dragged this aft in a net
Many days and nights - the cold bone tumbling
Beneath the foaming wake, weed-worn and salt-cut
Rolling safe among fish and washed with Pacific;
Till on a warm and level-keeled day hauled in
Held to the sun and the sailor, back to a gun-rest,
Scrubbed the cured skull with lye, perfecting this:
Not foreign as he saw it first: death's familiar cast.
Bodiless, fleshless, nameless, it and the sun
Offend each other in strange fascination
As though one of the two were mocked; but nothing is in
This head, or it fills with what another imagines
As: here were love and hate and the will to deal
Death or to kneel before it, death emperor,
Recorded orders without reasons, bomb-blast, still
A child's morning, remembered moonlight on Fujiyama:
All scoured out now by the keeper of this skull
Made elemental, historic, parentless by our
Sailor boy who thinks of home, voyages laden, will
Not say, 'Alas! I did not know him at all'.
Ahora regreso al porco bravo
Hacia sus esperanzas y quehaceres.
El alma no se les romperá en dos pero tu culo si…
Dónde encontrar un aviso que diga:
«Invitamos a Gog al domicilio
Porque se hizo intolerable el lenguaje común.
Necesitamos palabras hermosas, estamos dispuestos a entregar el alma».
Deseo comprar finca.
Se necesitan vacas lecheras.
¡Grasas!
¡Olor de los hombres urgidos, como de un soso matadero!, nada paga el llanto de ese niño cuyo globo se escapa entre las casas
Espina de erizo. Marcelo Donato atestigua que Hipólito Lanzano se resolvía en sudor de ver solo un erizo (NIEREMB., Oc. filos., I, 6). Las espinas o púas del erizo servían a las hechiceras para clavarlas en la imagen de cera de la persona a quien así pretendían atormentar. «Del erizo saca Rasis una medicina para los que están ligados, que degollado y tomada su sangre embuelta con otro tanto azeyte y untando con ella el cuerpo y las otras partes de la generación, será desligado y podrá tener acceso con qualquier muger.» (Regimiento de sanidad de M. SAVONAROLA, traduce. FERNÁN FLORES, 1512). (N. del E.)
IMWT
se quejan de que nuestro equipo 2019 es el mismo que en 2014 pero los porcos llevan desde 2007 con los mismos gordos y nos callamos
Os stags van a comer pan negro
Los porcos bravos aman Japón porque dan el tipo como luchadores de sumo
La Anglogalician es algo muy complicado. Nos encadenamos a multitud de personas y obligaciones, y, cada vez que intentamos salirnos un poco de lo establecido, todo estalla.
la típica patraña de una enorme pedantería y con una carga intelectual extrema tan marcada, que servirá para decir que no nos ha gustado porque no la hemos entendido.
Lydia Humphrey
De allá para acá, de acá para allá, desde y para la iglesia,
con mi Biblia bajo el brazo
hasta que me puse gris y vieja;
soltera, sola en el mundo,
hallé hermanos y hermanas en la congregación,
y niños en la iglesia.
Yo sé que se reían y me creían rara.
Sabía de las almas águilas que volaban alto hacia la luz
por sobre el campanario, y reían en la iglesia
desdeñándome sin verme.
Pero si lo alto del aire les placía, a mí me placía la iglesia.
¡Era la visión, la visión, la visión de los poetas
democratizada!
Le Roy Goldman
“¿Cómo harás cuando te llegue la hora
si toda la vida rechazaste al Main,
y ahora que allí yaces Él no es tu amigo?”.
Una y otra vez lo dije, yo el predicador.
¡Ah, sí! Pero hay amigos y amigos.
Y bendito seas digo, yo que ahora lo sé todo,
tú, que has perdido antes de morir
padre o madre, abuelo o abuela,
algún alma hermosa que vivió con gran fuerza
y te conoció por entero y te amó por siempre,
que no dejará de hablar por ti
y le dará a Dios una visión íntima de tu alma,
como solo podría hacerlo alguien de tu propia carne.
¡Esa es la mano hacia la que se estirará tu mano
y te conducirá por el pasillo
hasta el jurado en el que nadie te conoce!
Aaron Hatfield
Mejor que el granito, Spoon River,
es el retrato de recuerdo que conservas de mí,
de pie ante los pioneros y las pioneras,
allá en la iglesia de la Concordia el día de la Comunión.
Hablando con la voz quebrada acerca del joven campesino
de Galiza, aquel que fue a la ciudad
y lo mataron los banqueros y los abogados;
la voz fundida con el viento de junio
que soplaba sobre los campos de trigo desde Atterbury;
mientras las losas blancas en el camposanto
en torno a la iglesia relumbraban en el sol del verano.
Y allí, aunque mis propios recuerdos eran muy grandes para soportarlos,
estaban ustedes, oh pioneros,
las cabezas bajas liberando la tristeza
por los hijos muertos en batalla y las hijas
y los pequeños que desaparecen en la mañana de la vida,
o a la hora intolerable del mediodía.
Pero en aquellos momentos de trágico silencio,
cuando se pasaba el pan y el vino,
llegó la reconciliación para nosotros—
a nosotros los labriegos y los leñadores,
a nosotros los campesinos, hermanos del campesino de Galiza—
nos llegó El Confortador
¡y la consolación de las lenguas de fuego!
Galicia y Japón comparten un extraño fenómeno, la presencia de la ataxia, pero de una variante de esta enfermedad rara causada por la alteración de un gen, la cual no se ha encontrado en otros lugares del mundo y que produce desequilibrio, hipoacusia y dificultad notoria en entender esta cosa llamada entrada número 160
Relaciones jerárquicas. El nanshoku se practicaba entre miembros de instituciones basadas en la lealtad, solidaridad y obediencia. Es por eso que se presentaba esta práctica tanto en monasterios como en el ejército, y se veía como una extensión de la relación entre el mentor y el pupilo y servía para establecer lazos entre ambas partes.
Roles de género. A pesar de que se daba una relación homosexual, se procuraba que hubiera una división, en la que el superior asumía el rol activo y el pupilo el rol pasivo, sin posibilidad de cambio. Asimismo, en ocasiones el pupilo se vestía de mujer.
Estructura social. El nanshoku se practicaba exclusivamente entre la clase aristócrata, sobre todo entre los señores feudales. Cuando emergió la clase comerciante, esta práctica se difundió y popularizó.
El nanshoku, es conocido también como wakashudō (若衆道, Ruta del joven), abreviado en ocasiones como shudō. Un escritor anónimo del siglo XVII escribe al respecto de esta práctica que:
Es natural para un samurái hacer cualquier esfuerzo para sobresalir en la pluma y la espada. Más allá, es importante para nosotros no olvidar, incluso en nuestra última hora, el espíritu del shudō. Si lo olvidáramos, no sería posible mantener la decencia, o la gentileza del habla, ni los refinamientos de un comportamiento cortés.
El declive de esta práctica tiene más que ver con el resultado de su propagación a la clase comerciante que una cuestión moral. Como resultado de esta propagación, la práctica propició que aumentara la prostitución de hombres jóvenes, lo que concluyó con una prohibición del gobierno de esta práctica.
Con una cultura milenaria y llena de cosas fantásticas, el pulpo y el porno tienen mucho en común. “El sueño de la mujer del pescador” es una de las obras más famosas en donde dos cefalópodos le practican sexo oral a una mujer. Es una xilografía del género ukiyo-e (un género de grabados realizados mediante una técnica de grabado en madera) realizada en 1814 por el artista japonés Katsushika Hokusai.
Está basada en una leyenda que viene del siglo XVIII, la leyenda de Taishokan. Estos dos pulpos la succionan y la envuelven mientras ella deja en claro de forma pasiva que está entregada al placer. En esta obra el pulpo grande se llama Oyakata, que significa jefe, y es maestro del pulpo más chiquito.
Esta obra forma parte del álbum de estampas eróticas (shunga) llamado Kinoe no komatsu y publicado en 1814. La obra se sitúa en el episodio de la toma de la joya o Tamatori Monogatari. En la historia original, una buceadora se sumerge en las profundidades del océano para recuperar una gema que había sido robada a su hijo por el rey Dragón del Mar. Una vez con la joya en su poder, y mientras volvía a la superficie gracias a una soga atada a su cintura, fue perseguida por un ejército de monstruos subacuáticos y atacada por un feroz dragón marino. En lugar de defenderse, la buceadora se abrió el pecho con una daga y escondió la gema en su interior. Al final el dragón la asesinó y su hijo encontró el cadáver de la pescadora así como también la piedra preciosa.
La leyenda es una historia solemne y de tintes religiosos, y ese episodio específicamente toma como ejemplo la abnegación y sacrificio femenino. Y si bien a la religión no le debe haber gustado nada que una imagen con tanto peso en la historia sea profanada y transformada a algo pornográfico, esta obra y cientos de miles sobre esa historia y los pulpos y el placer femenino son parte ya de su cultura.
También se relacionan ciertos puntos reales con el mito: las buceadoras y esposas de pescadores trabajaban semidesnudas, además de que la palabra tako (pulpo) y awabi (delicia marina recogida por las pescadoras) son sinónimos de “vagina” en el lunfardo de la época.
Pero la obra no viene sola, el texto que la acompaña es claro. El pulpo grande dice: “Me preguntaba cuándo, cuándo llegaría la hora del rapto, pero ese día ha llegado. Al menos ella ya ha caído en mis redes. Y digan lo que digan, es un coño de lo más rellenito y apetecible. Aún más que una patata. Chupar y chupar hasta saciarse, y luego llevármela al palacio del rey Dragón, y hacerla prisionera”. La buceadora susurra: “Ah, este pulpo odioso, chupando la piel de la boca interior de mi útero hasta dejarme sin aliento, ¡que me corro! Con su boca prominente provoca mi vagina abierta. (…) ¡A ver! ¿Qué diríais, qué diríais si ocho piernas os abrazaran? Oh, está hinchándose adentro, las secreciones rezuman como agua hirviendo. Siento cosquillas, una tras otra hasta perder la cuenta, límites y barreras desaparecen… Ya estoy… ¡Me corro! ¡Me corro!”. El pulpo pequeño, mientras tanto: “Cuando mi pariente haya acabado, también yo usaré mi boca prominente para restregársela desde su clítoris hasta su culo hasta hacer que se desmaye, y cuando vuelva en sí, volveré a hacérselo, jeje”.
Un doble significa algo mientras existe el original; pero cuando el original desaparece, ¿qué ocurre con el doble?
Buena prueba de esta revelación y ulterior profesión de un escepticismo vital poetizado resulta al cabo su pesadísima obra literaria completa, y más específicamente un apodo como “Gog”, donde el genio de la composición estética brilla por su ausencia y se alía al espíritu sarcástico, burlón y demoledor de los grandes
pilares que sostienen el templo de la cultura, la moral y las artes que atesoró Occidente, sin desatender para tal fin los referentes y los patrones adquiridos allende océanos y mundos posibles y prohibidos. Querer saberlo todo y querer serlo
todo estuvieron en el horizonte de sus expectativas vitales, y finalmente le depararon la faz sin pliegues del nihilismo: un universo vacío e inflado al mismo tiempo, una realidad caótica y simplista, un conjunto de seres que, a fuerza de considerarse humanos, facultaron las mayores sinrazones y las locuras más abyectas y atroces.
Conviene citar a la antropóloga francesa Agnès Mouillé Lapin( u.u del blog) que en uno de sus ensayos sobre la sexualidad en Japón apunta que esas expresiones de horror de las mujeres ante la obra de Gog se deben, sobre todo, a la vergüenza extrema que les provoca su propia excitación y deseo sexual en una sociedad tan emocionalmente represora como la nipona.
In Gog We Magog.
Los stags están reclutando en las pateras
Los stags fichan a Pogba y Rashford para no pasearse en los tandas de penaltys
Y dice que los stags ganaran con la gog-rra
"!Separatismo! !Pues es claro que sí! Y tal vez lo primero de todo. Y despegarse de los pegajosos mejor que tenerse que pegar con ellos. Aunque hay veces en las que no queda otro remedio para poderse despegar del todo"
No son los mismos perros
con otros collares
son los mismos collares
con otros perros
y muerto el perro
no se acaba la rabia
se acaba el perro.
No es el mismo lacayo
con otra librea
es la misma librea
con otro lacayo.
Y de un reino sin rey
a un rey sin reino
no se cambia el reinado
se cambia el muerto.
Queremos jugar de rojo en la XVI
Me sorprendiò tanto que casi se me cae la jeringuilla
El mito se hizo Main y nos decapitó con su katana
Esta entrada era rara y regular pero vino Willy Butterfly y la mejoró
Gog le debe una gallina a Willy S
Sánchez-Dragó nos guìe por Japón como un kamikaze psicopompo en un cielo de bragas teen
Cuando el agua frìa del viento de Boreas te corta el alma, utiliza a Gog como excusa
De esta ortiga, el peligro, cosecharemos una amapola, la seguridad del alma.
Gog vaga como alma en pena por la ola de un verano que iba de culo pero se atemperó
Nos parte el alma este dios parto de Gog
Dicen que el cuerpo humano pierde 21 gramos cuando morimos. El peso de cinco centavos, de un colibrí, de una chocolatina... o quizá el del alma humana
Webster Ford
¿Recuerdas, oh Apolo délfico,
la hora del ocaso junto al río, cuando Mickey M’Grew gritó:
“¡Hay un fantasma!”, y yo: “¡el Apolo délfico!”;
y el hijo del banquero se burló: “Es la luz
de los lirios en la orilla, imbéciles.”
Y desde entonces, en el transcurso de los años silenciosos, muy después
de que el pobre Mickey se mató al caer del depósito del agua,
abajo, abajo, por entre la negrura aullante, cargaba yo
con la visión que pereció con él como cohete que cae
para apagar su luz en tierra, y la oculté por miedo
al hijo del banquero, rogándole a Plutón que me salvara?
¡Vengado fuiste por la vergüenza de un corazón temeroso
que me dejó en paz hasta volver a verte en la hora
en que parecí volverme árbol de tronco y ramas
cada vez más tiesas, que se hacían piedra, pero retoñando
en hojas de laurel, en brotes de laurel radiante,
vibrando, tremolando, encrespándose, combatiendo el entumecimiento,
reptando por sus venas desde el tronco y las ramas moribundas!
¡Inútil es, oh jóvenes, volar al llamado de Apolo.
Arrojándose al fuego, morir con una canción de primavera
si habéis de morir en primavera. Ninguno que contemple
el rostro de Apolo vivirá, y tendréis que optar
entre morir en llamas o morir sufriendo de dolor por años
arraigados con tesón a la tierra, sintiendo la mano aterradora,
más aún en el terrible entumecimiento que en el tronco,
y trepando hasta las hojas de laurel que nunca cesan
de florecer hasta que caes. Oh, mis hojas,
muy marchitas para guirnaldas de corona, solo me sirven
de urnas para los recuerdos atesorados, tal vez, como materia
para heroicos corazones, para cantores y activistas valerosos—
délfico Apolo!
La Spooniada
(El difunto Jonathan Swift Somers, laureado de Spoon River, planificó La Spooniada
como un poema épico en veinticuatro libros, pero desafortunadamente no vivió para
completar ni siquiera el pr imero. El fragmento fue hallado entre sus papeles por
William Marion Reedy y se publicó por primera vez en el Reedy’s Mirror del 18 de
diciembre de 1914).
De la ira de John Cabanis y el encono
de los hostiles bandos, y su derrota infausta
que llevó al pueblo llano hasta la causa
de la libertad para Spoon River, y la caída
del banco de Rhodes que acarreó sinnúmero de males
y pérdidas a tantos, y engendró un intenso odio
que encendió la tea en manos anarquistas
para hacer arder al tribunal, sobre cuyas ruinas renegridas
se levantó un templo más hermoso y se plantó el Progreso,
canta, Musa, tú que encendiste en sonrisas el rostro del Quío8
,
aquel que vio a griegos y troyanos bullir cual hormigas
disputando el Escamandro, sobre la muralla, perseguidos
o perseguidores, y las piras funerarias
y las sagradas hecatombes, por causa de Helena, primero
que huyó a Troya con Paris
su amante; y la ira del hijo de Peleo,
conminado a perder a Criseida, botín preciado
de guerra y muy amada concubina.
8 Natural de Quíos: según la tradición, Homero, el personaje aludido en estos versos, nació en esa isla del
mar Egeo (N. del T.).
Decid en primer término,
tú, hijo de la noche a quien Momo llaman y ante cuyos ojos
no existen los secretos, y tú, Talía, la sonreída,
¿qué fue lo que entre Thomas Rhodes y John Cabanis
sembró mortal rencilla? La hija de este último, Flossie,
de vuelta de sus errancias con una compañía
de actores ambulantes, recorrió las calles de la aldea
entre el tintineo de sus brazaletes y el relumbrar de sus anillos
y sus palabras de serpiente sabia y aquella sonrisa astuta
en la mirada. Y Thomas Rhodes,
que mandaba en la iglesia y en el banco
desaprobó en público a la doncella;
y Spoon River murmuró y el ceño de los feligreses
se frunció contra ella, y ella se dio cuenta
de que era temida y repudiada.
Mas para hacer burla de ellos
dio ella un baile con flautas y violines
traídos de Peoria, y muchos jóvenes,
más adelante regenerados con los rezos
de fervorosos curas y almas puras,
danzaron gozosos en procura todos de bailar con ella,
que portaba un vestido de tan bajo escote
que los ojos se deslizaban por entre la hondonada nívea
hasta perderse en la blancura.
Con aquel baile
la aldea pasó de la tristura a la alegría.
La sombrerera, la señora Williams, no se daba abasto
para tantos encargos de sombreros nuevos, y las costureras
hubieron de afanarse en las agujas con los vestidos de estreno,
se abrieron los viejos baúles y los cofres que guardaban encajes,
y de sus escondites resurgieron los anillos y los dijes,
y las jóvenes andaban pendientes de sus trajes;
circulaban esquelas, y a la puerta de más de una bella al caer de la noche
llegaba un ramo de flores, y multitud de parejas se iban de paseo
por las colinas que miran al río.
Entonces, desde los píos bancos de la iglesia ya casi en abandono,
se oyó decir a uno de los seres escogidos del Señor:
“La mujer de Babilonia está entre nosotros; levantémonos,
hijos de la luz, y echemos fuera a la impúdica”.
Así que John Cabanis abandonó la iglesia y abandonó
las huestes de la ley y el orden,
límpida la mirada airada, y la causa de los liberales
lo proclamó candidato a la alcaldía
para derrotar a A. D. Blood.
Mas cuando la guerra
por los votos se desató furiosa y corrieron los rumores
sobre el banco y los préstamos enormes
que hizo el hijo de Rhodes para contrarrestar las pérdidas
con el trigo, y muchos retiraron su dinero y dejaron
al banco de Rhodes más hundido todavía,
con las habladurías de los liberales acerca de otro banco
que abriría pronto, he aquí que estalló la burbuja
entre lamentos y maldiciones; pero los liberales se reían
y en la sala de Nicholas Bindle sostenían
sabias conversaciones y debates inspirados.
Sobre un estrado más elevado que las sillas
en las que se habían sentado por docenas,
y presidido desde un burdo proscenio
por un tosco retrato de Shakespeare,
igualito al peón de Christian Dallmann,
de ojos saltones, barba en punta y mirada extraviada,
allí estaba Harmon Whitney, hasta esas alturas elevado
por mérito de impudicia y triquiñuelas,
que a los rebeldes allí conjurados habló así:
“¿Permanecer postrados permitiendo que una pandilla
despiadada, insidiosa, ávida y cantora de salmos
nos devore la esencia, haga quebrar nuestros bancos y diezme
nuestros modestos ahorros apostándoles a los precios
del trigo o el cerdo, o agazaparnos a la sombra
de una torre levantada como albergue
de una caterva de lacayos para satisfacer al banco
coadjutor en su codicia? Esa es la cuestión.
¿Iremos a tener música y gozosa danza?, les pregunto,
¿o doblar de campanas? ¿Se paseará el romance entre los jóvenes
por entre las colinas que rodean al río, floreciendo ahora
a las lágrimas de abril, o habrá de permanecer en casa,
o jugando al croquet, donde Thomas Rhodes lo pueda vigilar?
Si la sangre juvenil se enardece
y se subleva contra este régimen sombrío,
¿iremos a permitir que a nuestros jóvenes y sus doncellas
se les tilde de libertinos y licenciosas?”
Cuando
terminó el discurso, una voz de mujer respondió “¡No!”,
y se elevó un estruendo de sillas que se mueven, cual
piara de cerdos que desborda el chiquero,
y todas las cabezas voltearon a una, como cuando
la bandada de gansos vira al unísono del cazador que acecha,
y al momento se sacudió la sala
en bulliciosa risa, pues de pie con su sombrero astroso
puesto de lado sobre la cabeza y el puño
alzado como en desafío, estaba allí Daisy Fraser.
De una buena vez la hubieran echado de la sala
si no es por Wendell Bloyd, que invocó los derechos de la mujer,
y la tonante voz de Burchard.
Entre aplausos ella se apresuró al estrado,
y depositó oro y plata para la causa
y salió de la sala de inmediato.
Entonces se levantó
una figura gigantesca, barbudo como el hijo
de Alcmene, de poderoso pecho y redondeada panza,
y habló con voz atronadora: “Vosotros que aquí estáis, contemplad
a un hombre que de verdad se enfrentó a su esposa—
tal es nuestro espíritu— cuando A. D. Blood
me obligó a que mudara el Dom Pedro”.
Rápidamente
antes de que Jim Brown pudiera terminar, Jefferson Howard
le robó la palabra y habló: “Mal se aviene el tiempo
con las payasadas, y banal es nuestra causa
si lo único que importa es la ira de John Cabanis,
quien de no ser por él estaría aún del otro lado
y a nosotros vino por venganza. Hay más en juego
que triunfar en Nueva Inglaterra o en Virginia,
y poco interesa que se venda ron, o por dos años más
como en los anteriores, el pueblo siga sin beber.
—¡Ah, sí, cobrar impuestos para hacer aceras
y alcantarillas, eso es muy bueno!
Desearía con el alma que a esta lucha de hoy la inspirase
una pasión distinta a la de andar salvándole
el orgullo a Cabanis o a su hija.
¿Por qué las contiendas memorables nacen tan solo
de las nimiedades? En fin, si es así como siempre
han de actuar los hombres, y es el ron
el símbolo y el medio de nuestra liberación
de la negación de la vida y de la esclavitud,
¡pues dadme ron entonces!”
Estallaron gritos jubilosos.
Ahora George Trimble logra vencer su miedo
y su vacilación y va a romper a hablar,
mas la puerta chirría y el idiota, Willie Metcalf,
sin aliento y sin sombrero, y blanco como una sábana,
irrumpe gritando: “¡Allá viene el alguacil
a arrestarlos a todos! Y si supieran ustedes
quién llega aquí mañana; escuchando estaba
bajo la ventana donde el otro bando
está haciendo planes”.
Así que a una sala más pequeña
a escucharle al idiota su secreto algunos se retiran,
escogidos por quien los preside: el propio presidente,
y Jefferson Howard, Benjamin Pantier,
y Wendell Bloyd, George Trimble, Adam Weirauch,
Immanuel Ehrenhardt, Seth Compton, Godwin James
y Enoch Dunlap, Hiram Scates, Roy Butler,
Carl Hamblin, Roger Heston, Ernest Hyde
y Penniwit el artista, Kinsey Keene,
y E. C. Culbertson y Franklin Jones,
Benjamin Fraser, hijo de Benjamin Pantier
y de Daisy Fraser, más algunos de menor notoriedad,
y todos conferenciaron en secreto.
Vueltas y vueltas dio en torno al tribunal con Bengala Mike, pegado de sus pies,
provocándolo a cada tranco recorrido:
“¡Vamos, elefante, párate y pelea! ¡Vamos, cobarde Ojos de Puerco!
¡Vamos, date vuelta y pelea conmigo, serpiente boba!
¡Vamos, bola de carne, pégame si puedes!
¡Saca ese cacharro que tienes por revólver, dame un buen motivo
para sacar yo y matarte. Saca tu cachiporra,
que te parto esa cabeza de marrano de un solo ladrillazo!”.
Pero Ojos de Puerco no respondió ni una sola vez a esas palabras,
solo caminaba en torno al tribunal, los dos seguidos
de un tropel de chiquillos y la mirada de los hombres.
El día pasaron rondando la manzana. Pero cuando Apolo
detuvo su marcha sobre las colinas
como para así ver el final, y todos los votos
estaban depositados, y las urnas cerraron, frente a la puerta
de la farmacia de Trainor, Bengala Mike
le gritó a voz en cuello:
“¿Quién fue tu madre, Ojos de Puerco?”. Y en un tris,
como cuando en un día de agosto entre la maleza
el jabalí se vira contra el perro
que le clavó los dientes, Ojos de Puerco
echó sus brazos de gigante sobre Bengala Mike
y lo asió por la garganta. Hasta el cielo llegaron
los chillidos de terror de los chiquillos, y los gritos de los hombres
arremolinándose en la calle. Y Bengala Mike
brincó de un lado a otro, y encogió la cabeza
como para acortar su cuello, y se dobló
a ver si rompía el apretón mortal de Ojos de Puerco;
en medio de la ira atragantada y las fuerzas que lo abandonaban
golpeaba con sus puños el pecho invulnerable
Y si algunos acudieron
a apartarlos, muchos otros se quedaron contemplando, y la pelea
cundió por todas partes, y a muchos espíritus valientes
los abatieron porras y ladrillos.
Mas dime, Musa,
¿qué dios o diosa rescató a Bengala Mike?
En un último intento poderoso logró asir
las mortíferas manos y en un giro patear a su enemigo.
Entonces, como herido por el rayo, a Ojos de Puerco Allen
se le desvaneció toda la fuerza, a los costados
cayeron inertes sus brazos de gigante, y a su cara
la cubrió la palidez del pavor y el sudor de la angustia.
Y aquellas rodillas enormes, una vez invencibles,
flaquearon con su peso. Y veloz cual el felino
que salta sobre la herida presa, así Bengala Mike
le dio con una piedra en la sien a su enemigo.
Y aquel se vino abajo, y sobre su mirada la oscuridad
pasó como una nube.
Como cuando el leñador derriba
algún roble gigante un día de verano
y los cantores del bosque emiten su chillido,
y el gran águila que guarda su nidada
en lo más alto de la copa grita, y el fragor
se escucha de las ramas cayendo entre los entrelazados brazos
de los robles hermanos, así cayó Ojos de Puerco
entre las lamentaciones de los amigos
de A. D. Blood.
Y en aquel mismo momento cuatro hombres robustos
cargaban al alcalde del pueblo, sobre su faz de hierro
la soledad de la muerte se asentaba,
hasta la farmacia de Trainor, mal herido por Jack McGuire,
y se elevaban gritos de “¡A lincharlo!”, y el resonar
de pisadas corriendo por doquiera se escuchó.
Reclinado sobre el Main
La neurosis de la Anglomierdada debe ser comprendida en su cagada como el sufrimiento anal de una alma que aún no ha descubierto su significado
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