A quien la Causa pesa no es digno, y quien piensa que duerme está despierto.
Ingresar en los Porcos Bravos cuesta un precio: crúor, sudor, jirones de uno mismo. Muchos jóvenes quieren ser, pero muy pocos están dispuestos a pagar este precio. En las sociedades primitivas todo el simbolismo de la entrada en el mundo viril se hace con un sacrificio espectacular al que acuden las tribus enteras. Hay sangre, suplicio, y el muchacho debe dominar el dolor, aguantar la crueldad del rito. Después ya es un hombre y tiene todos los derechos de los hombres. Pero en la actualidad, en esta sociedad occidental decadente, no hay ningún hecho externo que señale esta entrada en el mundo de los adultos. La lucha, si llega a haberla, es sorda y solitaria. Una desgarradora convicción de que el dinero lo puede todo, que las redes sociales son la verdadera realidad, invade al individuo consciente cuando esta lucha ha terminado.
¿Veis esa niebla? Eso es lo que han sudado, lo que han respirado y eyaculado otros Porcos Bravos en la acre Inglaterra antes que nacierais. Hoy vosotros vais a envolveros en esa niebla. No veréis el sol. No tendréis aire propio hasta que volváis a casa con la puta copa. Recuerdas el código. Mundo binario. Mundo pasado, pasado y gris, pero nunca periclitado. ¿Cuántos años tienes? ¡Hostias! a tu edad esto no era ni falta, yo a los dieciséis estaba defendiendo el búnker, yo ya había ganado 5 ediciones, ¡Calla y corre! si te parece voy a hacerlo yo, pero no pares coño ¡cubre a aquel! pero si defiendes como una niña, pero ¿cómo cojones fallas eso?, pero que mierda de pase es ese...
Atacan los Stags a lo kamikaze. El árbitro está a punto de pitar el final del partido, y necesitan como mínimo el gol del empate. Llueve. Un puñado de rapaces sostienen como pueden la línea negra del equipo gallego. Arrecian la lluvia y la furia inglesa.
-¿Estamos jodidos, Main?
Sonríe.
-No mientras respiremos.
236 comentarios:
«A máis antiga ‹Máis antiga 201 – 236 de 236 Máis recente › A máis nova»
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an overdose of temazepam
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26 de novembro de 2024, 22:34
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Para dejar vestigios de silencio como única nostalgia
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26 de novembro de 2024, 22:38
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¿Por qué la pionta 200 no tiene avatar ad hoc?
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26 de novembro de 2024, 22:41
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Caballos, vacas, cerdos, perros, hombres
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26 de novembro de 2024, 22:45
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Cabalgando con el Diablo
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27 de novembro de 2024, 00:04
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As tolemias du Main
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27 de novembro de 2024, 00:05
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Batman
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27 de novembro de 2024, 18:59
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Memorias de un ángel bastardo
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27 de novembro de 2024, 19:14
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El catálogo de lo invisible es inagotable.
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27 de novembro de 2024, 19:25
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No mates al robot, vigila a su amo
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27 de novembro de 2024, 19:28
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Jorge Alay Ladreda
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27 de novembro de 2024, 19:32
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El azul del infierno
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27 de novembro de 2024, 21:13
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Yajirobe Inoshishi
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27 de novembro de 2024, 22:09
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el don de la lisonja
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28 de novembro de 2024, 00:36
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Esopo Peye
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28 de novembro de 2024, 00:38
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Nesnesitelná lehkost bytí.- ¿ Čto za čort ?
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28 de novembro de 2024, 00:40
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Valerio Catulo Marco Tulio Lépido Diocleciano
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28 de novembro de 2024, 00:53
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O Xoves Hai Cocido
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28 de novembro de 2024, 01:12
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el Señor de las Hienas into the skull of a Dead Jester
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28 de novembro de 2024, 22:58
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Joker
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29 de novembro de 2024, 19:32
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La pequeña start-up ideológica cosmopolita creada por Pablo y otros, quitando a la versión original sus aspectos más revolucionarios y localistas y añadiéndole toques aperturistas y colores adecuados al gusto grecorromano, acabó convirtiéndose en la potencia hegemónica en Occidente.
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29 de novembro de 2024, 19:43
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Loki
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29 de novembro de 2024, 21:16
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El fulgor de la llama
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29 de novembro de 2024, 21:32
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Neil Ludd
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29 de novembro de 2024, 21:33
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Los pitufos negros ahora son violetas, Tintín mejor que no viaje al Congo…
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29 de novembro de 2024, 21:52
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The Puto Pato Glücklich
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30 de novembro de 2024, 20:08
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Blas Trallero Lezo
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30 de novembro de 2024, 20:22
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Blas Trallero Lezo
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30 de novembro de 2024, 20:28
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Blas Trallero Lezo
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30 de novembro de 2024, 20:29
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Blas Trallero Lezo
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30 de novembro de 2024, 20:29
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Blutch
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1 de decembro de 2024, 07:44
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Coto Soturno
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1 de decembro de 2024, 22:49
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Hic sunt dracones
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4 de decembro de 2024, 00:59
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Mandragora Bardot
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8 de decembro de 2024, 05:44
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Eres un Plutón
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12 de decembro de 2024, 00:53
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antes que el gallo cante, me negarás tres veces
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12 de decembro de 2024, 01:22
«A máis antiga ‹Máis antiga 201 – 236 de 236 Máis recente › A máis nova»El planeta entero puede ahora tirar adelante razonablemente bien con quizá una docena de protagonistas absolutos en cada área del talento humano. La persona con un don dentro de la media tiene que conservar su talento bajo llave hasta que, por decirlo de algún modo, él o ella se emborrache en una boda y empiece a follar como una cotizada estrella del porno. Tenemos un nombre para estas personas. Les llamamos “exhibicionistas”.
¿Cómo reverenciamos a tales exhibicionistas? Les decimos a la mañana siguiente: “¡Uau, sí que estabas borracho anoche!”
El éxito acarreaba un desgaste que no siempre podía verbalizarse porque alguien iba a responder, inevitablemente, lo obvio: Y el fracaso ¿qué?.
Un hombre, si es bueno de verdad, nunca deja de ser un niño
En los cuentos de verdad, en las historias antiguas que seguían siendo ciertas, la reina, el sultán y la bruja eran puro espíritu y, cuando sufrían una herida mortal, les bastaba con hervir sus viejos huesos para reensamblarse, o agujereaban la barriga del lobo para retomar la vida. Durante una temporada vivían en el fuego, en el cuerpo de una víbora, en un insecto revoloteador o en un cuervo.
Así que corremos hacia el infierno, pero ya estamos en el infierno,
así que corremos hacia el diablo y su oferta y su cruce de camino.
Brindemos por los locos, por los inadaptados, por los rebeldes, por los alborotadores, por los que no encajan, por los que ven las cosas de una manera diferente. No les gustan las reglas y no respetan el statu-quo. Los puedes citar, no estar de acuerdo con ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Pero lo que no puedes hacer es ignorarlos. Porque cambian las cosas. Empujan adelante la raza humana. Mientras algunos los ven como locos, nosotros vemos como genios. Porque las personas que se creen tan locas como para pensar que puedan cambiar el mundo, son las que lo hacen…
Existe un punto, en el éter, situado a siete metros en sentido norte de la veleta del campanario, que no ha sido alterado. Ese punto es, en realidad, una esfera, de veinte centímetros de radio, compuesta por aire luminoso, ya que los cuerpos emplumados e impuros de las aves voladoras y la sarna de los murciélagos nunca lo han hollado. De noche es posible ver resplandecer la esfera, suspendida en la nada.
«¿Y qué tal es que te la chupe una anciana?», pregunté.
«¡Estupendo! Las encías son aún más suaves que el chichi».
Como siempre he dicho, los heteros no tienen vergüenza.
Caminé por el mapa estelar de mármol que traza una revolución sideral del equinoccio y fija para siempre, me había dicho el hombre de Recuperación, para todos los tiempos y para todas las personas que pueden leer las estrellas, la fecha en que se inauguró la presa. El mapa estelar era, había dicho, para cuando todos nos hubiéramos ido y quedara la presa. No había pensado mucho en eso cuando lo dijo, pero pensé en ello entonces, con el viento silbando y el sol poniéndose detrás de una colina baja con la finalidad de una puesta de sol en el espacio. Por supuesto que esa era la imagen que había visto siempre, la había visto sin darme cuenta del todo de lo que veía, una dinamo finalmente libre del hombre, espléndida al fin en su absoluto aislamiento, transmitiendo poder y liberando agua a un mundo donde no hay nadie.
Las etimologías son la vida privada de las palabras.
Si recuerdas esto, controlarás el blog.
Coleccionaba botones: para extender el cuello. O se hacen visible en desaparición de los amarres.
Supo calcular la duración exacta de las estaciones: una cana al aire en la estación del tren.
Deconstruir el partido en la lluvia de Sheffield.
Y dan coces, y mugen, siempre tranquilas.
Adoctrina, aunque al final todo no sea otra cosa que la rama desnuda de un árbol en noviembre
Para ser capaz de ejecutar una venganza, y tener el rencor necesario para ello, hay que liberarse del resto de los ocho sentimientos humanos: alegría, ira, tristeza, gozo, amor, rencor, odio y gratitud.
Cuando uno ha salvado un obstáculo con las patas delanteras, ha de salvarlo también con las traseras.
Un perro obsequió a un asno con carne, y éste ofreció paja al perro, con lo que ambos quedaron hambrientos.
Jabar iok
¿Lo ágrafo? El tegumento del locus traumático. Locus indica locura. El sufijo –ura significa resultado.
¿Locura? Es corolario del lugar: Sheffield.
El placer de la gastronomía acarrea hallazgos sublimes, y tiene por fuerza que causar fascinación a los literatos animados con tal forma de gozo. En contraposición a la imagen culposa que formulan las alegorías medievales de la gula, la felicidad alimentaria que suele pintarnos el escritor aficionado a la glotonería es el último destello de esa aristocracia espiritual que Néstor Luján descubrió en los viejos tratados culinarios. Por supuesto, la divisa de este patriciado -imaginario, claro está- nada tiene que ver con herencias o grandezas materiales. En realidad, se trata aquí del ideal propio del epicureísmo: placer y despreocupación dentro de una digna existencia. Justamente lo mismo que refleja el primer tratadista gastronómico: Arquestrato, griego de Sicilia y amigo de Pericles.
A la vera del siciliano, y con parecido gusto, Luján recuerda a otros escritores de quienes no se conserva ni la más mínima huella literaria: Timáquides de Rodas, Numenios de Heracles, Metreas de Pitania, Egemón de Tasia y Filoxeno de Citera. En expresión latina, se suma al festín el general Lucius Licinus Lucullus; ese mismo Lúculo a quien nuestro Julio Camba dedicó un formidable librito que lleva por rótulo La casa de Lúculo. Idéntica admiración despierta Apicio, cuyo recetario «es el más antiguo de los libros latinos de cocina que se conservan. Bajo el título de Apitii Celii de Re Coquinaria libri decem se publicó sin fecha en Venecia un incunable anterior al de 1498 de Milán, que se tiene por la segunda edición» (Historia de la gastronomía, Barcelona, Plaza & Janés, 1988, p. 36). Tomamos el dato bibliográfico del antecitado Luján, indiscutible maestro de la escritura coquinaria hispánica, e introductor entre nosotros de los clásicos del género. A saber: una lista de referencias que comienza con la obra del clérigo italiano Venancio Fortunato (530-609) y se prolonga con Le Viandier, de Guillaume Tirel, llamado Taillevent, del cual se distribuyeron cinco ediciones góticas a partir de 1490.
¿Y qué queda aún de todo ello en el reino literario? Indudablemente, la respuesta implica una larga historia que conviene resumir. Veamos: el género cobra fuerza entre nosotros a partir del siglo xvi, sobre todo después de editarse el Libre de doctrina per a ben servir de tallar i el art de Coch ço es de qualsevol manera de potatges y salses, de Robert de Nola, y asimismo gracias a Enrique de Aragón (1384-1434), marqués de Villena, cuyo Arte cisoria enseñó a muchos cómo había que usar el cuchillo para trinchar un capón o trocear un conejo asado. Oportunamente, la literatura picaresca frecuentó el asunto de la comida, pero sin el detenimiento mostrado luego por Francisco Martínez Motiño. No en vano, el Arte de cocina, pastelería, bizcochería y conservería (Madrid, Luis Sánchez, 1611) puede codearse con los recetarios franceses dedicados a satisfacer los apetitos de Luis XIV.
La sofisticación y talento de las cocinas de Francia tienen su reflejo en autores magistrales, como Alexandre-Baltazhar Grimod de la Reynière (1758-1838) y Jean Anthelme Brillat-Savarin (1755-1826). En español, fueron su equivalente aproximado dos notorios escritores gastronómicos del siglo xix: Ángel Muro y Mariano Pardo de Figueroa, llamado Doctor Thebussem. Ya en nuestro tiempo, se presentan como herederos suyos -en la narración de asuntos coquinarios, se entiende- Juan Perucho, su buen amigo Luján y el novelista y comunicólogo Manuel Vázquez-Montalbán, así como Álvaro Cunqueiro, a cuyo juicio ha sido en la cocina donde el hombre -el civilizado, el que viene desde Platón hasta Proust, para quedarse sólo con dos P; el que construyó las catedrales, fundó las Universidades, hizo las Cruzadas e inventó el soneto- puso más imaginación, mucha más que en el amor, o que en la guerra. Por lo demás, pese a su recargado etnocentrismo, no es ésta una mala forma de sintetizar la filosofía gastronómica que Cunqueiro compartió con Víctor de la Serna, Busca Isusi, Luis Bettónica y Xavier Domingo.
Las tripas me rugen como si llevase una hiena en el estómago
¿Y qué es una eria ?
A hostias con los herejes
Sin duda, Odín ha enviado al Main para crear the Anglogalician.
¿Por qué no impregnas unas cuantas obleas con un poco de metadona?
Smash the control images, smash the control machine.
Lo que más me preocupa es que esta corriente actual de “cancelaciones” y “linchamientos”, que son muy desagradables pero al fin y al cabo no tienen consecuencias penales, acabe por degenerar en una recuperación plena de los organismos censores estatales, bien con la excusa de hacerse eco de un “sentir popular» o bien porque realmente llegue un momento en que contemos con una mayoría de ciudadanos a los que la censura les parezca beneficiosa y consideren que existen obras que merecen ser atajadas de manera preventiva y en última instancia castigadas. Por desgracia, tampoco lo veo tan disparatado.
El contexto es imprescindible. Reeditar obras alterándolas para acomodarlas a criterios modernos me parece un ejercicio espurio y cínico. Condenarlas al olvido, una idiotez. Lo que hay que tener claro es que han dejado de ser productos de consumo popular creados para el público mayoritario de su tiempo y que por tanto no deberían seguir comercializándose como tales, algo que sólo responde al interés económico, cuando su verdadero interés a día de hoy es el histórico.
Scots Wha Hae, tenemos after shave de lefa y alfalfa para los follaovejas.
Los norteamericanos pasan por ser los inventores de la historieta y algunos de los mejores exponentes de este arte, sin duda, se han dado en aquel país. Pero no siendo tan conocido como los grandes clásicos del cómic useño, José Luis Salinas merece figurar entre los mejores autores de la historieta a nivel mundial. Formó parte de ese selecto grupo de dibujantes argentinos que llegaron a ser figuras de primer orden, como Alberto Breccia o Bruno Premiani, aunque sin duda Salinas descuella por encima de todos ellos por méritos propios. Se le puede considerar algo así como el patriarca de los magníficos ilustradores de su país, y hasta de los autores españoles e italianos que vinieron después. El propio Breccia llegó a afirmar de él: "Salinas fue bueno desde el principio".
Nacido en la ciudad de Buenos Aires en 1908, Salinas fue un artista autodidacta, que empezó trabajando en el campo de la publicidad para la Editorial Columba y la revista El Tony, donde hacía de todo, desde el diseño de letras hasta el acabado de los dibujos a tinta. Aprendió muy pronto a imitar el estilo de los grandes ilustradores de comienzos del siglo XX, como el norteamericano Charles Dana Gibson o el argentino de origen español Alejandro Sirio.
Pero no sería hasta 1936 que dio comienzo a su exitosa carrera como dibujante de cómics en la revista "Patoruzú" de la Editorial Dante Quinterno, iniciando para esta publicación una serie de aventuras de corte realista, la primera de este tipo en su país, titulada "Hernán el Corsario", con guiones del propio dibujante. El propósito del editor era competir con el diario "El Mundo", donde se publicaba otra historieta de época con protagonista juvenil, "Quique, el niño pirata" de Luis Cazeneuve.
Salinas estuvo desde el principio muy influido por el estilo clásico del genial Harold Foster, el autor del Príncipe Valiente. "Hernán" fue una historieta pionera en su género, tanto en Argentina como a nivel mundial, en la que es posible apreciar la evolución del autor, que empezó planificando muy a la manera de las tiras diarias, planteando una simple sucesión de viñetas, para ir hacia una composición de la página mucho más compleja, parecida a la de las planchas dominicales de aquellos autores norteamericanos a los que tanto admiraba (Foster, Alex Raymond o Stan Drake) y más apropiada para desplegar la acción que necesitaban sus historias.
Tanto el personaje de Hernán como los argumentos están bastante inspirados en las novelas de aventuras de Emilio Salgari, como el "Corsario Negro", y en las de otros autores folletinescos. Muy pronto Salinas destacó como un autor de vanguardia, desarrollando un estilo propio y demostrando una prodigiosa soltura en el manejo de la tinta para el negro pleno, la distribución de grises a base de pincel seco y el plumeado de rayas, para representar tanto la figura humana como los animales, los detalles del vestuario, la ambientación histórica, etc. Tanto es así que se ha afirmado que llegó a superar en este dominio técnico al propio Alex Raymond.
También adoptó con gran habilidad los recursos del reciente lenguaje cinematográfico, la planificación de las páginas, los encuadres, las perspectivas en picado, etc. causando un fuerte impacto entre sus lectores. La serie continuó sin interrupciones, salvo un breve lapso, hasta el año 1942.
Es posible que inspirara en España al famoso "Cachorro" de Iranzo, aunque los registros de estilo y argumentales de este último autor sean muy diferentes a los del maestro argentino.
Años antes, en 1937 empezó para la revista "El Hogar" su brillante serie de adaptaciones al cómic de diez novelas de aventuras de autores diversos. Las primeras, "El Capitán Tormenta" de Emilio Salgari y "Miguel Strogoff" de Julio Verne se resienten, por imposición del editor, de un exceso de texto, ya que el dibujo sólo acompañaba a una especie de resumen literario. Más adelante Salinas se fue liberando de este tipo de trabas para desarrollar de una forma mucho más creativa las historias, apoyándose sobre todo en el dibujo. Es más, el procedimiento de trabajo era bastante original, porque era el propio dibujante el que escogía los títulos y las escenas más significativas que quería adaptar y realizaba los dibujos, siendo posteriormente el crítico literario José de España el encargado de añadir los guiones y los textos de apoyo, a veces un tanto extensos.
Con todo, en estos trabajos se aprecia cada vez más el predominio del elemento gráfico, siendo los bocadillos de texto utilizados muy rara vez y como un elemento más bien decorativo. Esta serie se prolongó en el tiempo hasta 1947, y constituye un ejemplo del buen hacer de su autor, al que le importaba sobre todo que en su obra prevaleciera la calidad, y no tanto la cantidad, criterio opuesto al que progresivamente fue imponiéndose en la industria del cómic norteamericano.
Tras Salgari y Verne siguieron "Los Tres Mosqueteros" de Alejandro Dumas, "La Costa de Marfil", otra vez de Emilio Salgari, "Ella" de H. Rider Haggard, y "La Pimpinela Escarlata" de la baronesa de Orczy. Después vendrían sin duda sus mejores trabajos: las adaptaciones de "El Último de los Mohicanos" de Fenimore Cooper, "El libro de la las Selvas Vírgenes" de Rudyard Kipling (su favorito) "Ayesha", la continuación de "Ella" de Rider Haggard y por último "Las minas del Rey Salomón", de ese mismo autor. Especialmente en "El libro de la las Selvas Vírgenes" y en "La Costa de Marfil", Salinas dio rienda suelta a su fértil imaginación a la hora de dibujar selvas de una espesura lujuriante y de captar el movimiento y el carácter de los animales salvajes, con gran realismo y belleza.
La revista "Patoruzú" en la que seguía publicando "Hernán el Corsario" pasó muy pronto, y en gran medida gracias a él, de una periodicidad quincenal a otra semanal, y esto produjo cierta sobrecarga de trabajo, que a la larga Salinas no fue capaz de gestionar. Además por aquellos mismos años también dibujaba de forma simultánea para esta misma revista otra serie humorística, titulada "Ellos", bajo el seudónimo de Joseph Louis.
Esto hizo que se planteara mejorar sus condiciones de trabajo, y que ya en 1941estableciera sus primeros contactos con el mercado norteamericano, a través de Percy Foster, el representante de la King Features Syndicate en Argentina. Llegó a presentar algunas muestras de su trabajo a los editores yanquis, recibiendo no pocos elogios de su parte. Sin embargo, la entrada de los USA en la Segunda Guerra Mundial no era la circunstancia más favorable para el contrato de artistas extranjeros, por lo que aún hubo de esperar hasta 1949. En ese mismo año decidió realizar un "viaje de prospección" a Nueva York, para conocer de primera mano la todopoderosa industria del cómic norteamericano. Allí empezó desde lo más básico, incorporándose como si fuera un principiante más en la "cadena de montaje", recortando y pegando dibujos, para adaptar las tiras originales a otros formatos, etc.
Pero en muy poco tiempo consiguió hacerse valer, hasta el punto de que la KFS le contrató para dibujar una tira de distribución internacional, que llegó a publicarse durante casi veinte años en más de 300 periódicos de todo el mundo: "Cisco Kid" y Cisco&Miño.
Los caballos son admitidos en este establecimiento, los perros a duras penas, pero los niños no.
Y aunque el canto que escuché hablaba de la guerra, de las hazañas heroicas de una generación entera de jóvenes gallegos sacrificados por el egoísmo del Main, yo supe que por encima de todo hablaba del valor y de los espejos, del deseo y del placer.
Y ese canto es nuestro amuleto.
Empezó el relato en la caída y todo lo que la explica es una niebla.
Yo me acercaré a tu mesa, te preguntaré si bailas
Y daremos vueltas por la pista vacía
Tú me mirarás sonriendo con una expresión cansada
Será en cualquier fiesta una noche cualquiera
Aquí, como cuando Saturno se encontraba en Capricornio, la vida descendía hasta el fondo… Tan grande era el anhelo que su alma estaba entrelazada con la esencia del lugar.
Érase una vez un grimorio (libro de conocimiento mágico europeo) del siglo XV con un ritual para consagrar anillos a los demonios. Con la invocación a los daimonion (δαιμόνιον) el conjuro prometía que la persona a quien se le ensartara el anillo caería como muerta.
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