La programación predictiva es una forma sutil de condicionamiento psicológico proporcionado por los medios para familiarizar al público con los cambios sociales planificados que nuestros líderes deben implementar. Si estos cambios se llevan a cabo, el público ya estará familiarizado con ellos y los aceptará como progresiones naturales, disminuyendo así la posible resistencia pública y la conmoción
El sol quemaba y me entraron ganas de matar algo. Cualquier cosa. Un lagarto grande incluso. Acribillarle. Agarré la Magnum 357 de mi abogado que estaba en el maletero e hice girar el tambor. Estaba lleno: largos y malvados proyectiles: 158 gramos con una linda trayectoria lisa, la unta color azteca. Toqué la bocina unas cuantas veces para que apareciera una iguana. Para poner en movimiento a aquellas cabronas. Estaban allí, lo sabía, en aquel maldito mar de coños… agazapadas, sin respirar apenas, y cada una de aquellas apestosas cabronas cargada de mortífero veneno mientras el cabrón reía en la cima.
Roca, pedrusco, peñasco, peña, piedra, escollo, risco, cantil, granito… un agregado de uno o más minerales sólidos, con propiedades físicas y químicas definidas, que se agrupan de forma natural. Las rocas se clasifican según su modo de formación u origen en tres grupos: ígneas, sedimentarias y metamórficas, y cada grupo contiene a su vez una enorme variedad de tipos que difieren entre sí por su composición y textura.
Introducción general Parte I. Proemial (sobre el concepto de «Teoría de la ciencia») Sección 1. Siete enfoques en el estudio de la ciencia
→ Volumen 2 Sección 2. La Gnoseología como filosofía de la ciencia Sección 3. Historia y teoría de la ciencia Indice onomástico y temático de la Introducción y Parte I
→ Volumen 3 Parte II. El sistema de las doctrinas gnoseológicas Sección 1. Las cuatro familias básicas
→ Volumen 5 Sección 4. Adecuacionismo Sección 5. Circularismo Indice onomástico y temático de la Parte II. Glosario
Volúmenes 6 a 15 (en cocción astada)
Parte III. La idea de ciencia desde el materialismo gnoseológico Sección 1. Campo y espacio gnoseológico Sección 2. Principios y modos de las ciencias Sección 3. Teoría de la verdad científica Sección 4. El concepto de Teoría y las cuestiones de reduccionismo
Parte IV. La clasificación de las ciencias Sección 1. El problema de la clasificación de las ciencias Sección 2. El concepto de ciencias formales (operaciones autoformantes y heteroformantes: Lógica y Matemáticas) Sección 3. El concepto de ciencias naturales Sección 4. El concepto de ciencias humanas
Parte V. Dialéctica e historia de la ciencia Sección 1. Dialéctica entre las ciencias Sección 2. Dialéctica entre tecnología, ciencia, ideología y filosofía: la historia de la ciencia
Mientras lo chupaba, le oí murmurar: —Buena chica... Estaba arrodillado en el suelo, delante de mí. Me cogió de la cintura, me atrajo hacia él, bruscamente, y me hizo caer del sillón. El choque fue breve. Me manejaba con mucha facilidad, a pesar de que era, soy, muy grande. Me obligó a darme la vuelta, las rodillas clavadas en el suelo, la mejilla apoyada en el asiento, las manos rozando la moqueta. No podía verle, pero le escuché. —Acaríciate hasta que empieces a notar que te corres y entonces dímelo. Jamás había imaginado que sería así, jamás, y sin embargo no eché nada de menos. Me limité a seguir sus instrucciones y a desencadenar una avalancha de sensaciones conocidas, preguntándome cuándo debía detenerme, hasta que mi cuerpo comenzó a partirse en dos, y me decidí a hablar. —Me voy... Entonces me penetró, lentamente pero con decisión, sin detenerse. Desde que lo había anunciado, desde que me lo había advertido —vamos a follar, solamente—, me había propuesto aguantar, aguantar lo que se me viniera encima, sin despegar los labios, aguantar hasta el final. Pero me estaba rompiendo. Quemaba. Yo temblaba y sudaba, sudaba mucho. Tenía frío. Mi resistencia fue efímera. Antes de que quisiera darme cuenta, le estaba pidiendo que me la sacara, que me dejara por lo menos un momento, porque no podía, no lo soportaba más.
Añado una yema de huevo de verdad, un chorreón de aceite de trufas de verdad, unas palomitas de arroz rojo (que hago en una sartén caliente de hierro sin parar de mover el arroz hasta que explota) y mínimas virutas de jamón. Difícil o fácil, sofisticado o sencillo solo son adjetivos, tantas veces inútiles.
Quiero ver la lua junto al mar y junto a ti en un pueblo pequeño da Costa da Morte
Todos echan la culpa al pobre chivo expiatorio y no se dan cuen, fistros pecadores de la pradera, que los responsables de la crisis son otros. Que fácil lo del chivo, cuanto cabrón (cabra macho) suelto topando a la pared.
huele tu grandeza de obscuro macho cabrio, compañero proletario, y la Porkkkallada flamea adentro del drama tremendo, que juega la materia con tus entrañas de cabra.
We've had the Devil himself living here amongst us. I seen his footprints out there in the snow. The cloven hoof, the mark of Satan. I seen it clear as day. And I've seen it too. Like the tracks of a pig or a goat
Aquel marinero aplastado sobre la alfombra que le ofrecía unas nalgas musculosas y velludas entre champiñones de terciopelo, realizaba con él un acto que hubiera podido pertenecer a las orgías de un convento, donde las monjas se dejaban joder por un macho cabrío. Era una hermosa farsa que aumentaba la fortaleza de sus hombros sólidos.
Hoy estamos anegados en palabras inútiles, en cantidades ingentes de palabras e imágenes. La estupidez nunca es muda ni ciega. El problema no consiste en conseguir que la gente se exprese, sino en poner a su disposición vacuolas de soledad y de silencio a partir de las cuales podrían llegar a tener algo que decir. Las fuerzas represivas no impiden expresarse a nadie, al contrario, nos fuerzan a expresarnos. ¡Qué tranquilidad supondría no tener nada que decir, tener derecho a no tener nada que decir, pues tal es la condición para que se configure algo raro o enrarecido que merezca la pena de ser dicho!
—Queridos amigos, propongo que el ardiente macho cabrío y el valiente carnero asiático sean recompensados. Los comensales, que en su mayoría estaban siendo felados por ovejas galesas, murmuraron aprobadoramente.
Todo se lo debe a carneros y cabras: sus músculos y sus colmillos, sus astucias y su formidable paciencia. ¡Nada más hay en ti, devorador de almas que no sabes saborear! No dudes siquiera de que hay en el mundo otra cosa bien distinta del bien y el mal. No te lo voy a explicar. Serías incapaz de entenderme. Solo te digo que puedes tener necesidad de alguien que piense y reflexione por ti. El puro espíritu, aun el impuro, es absolutamente incapaz
Reinaba en Viena un duque de carácter tan dulce y amable que aceptaba que sus súbditos violaran impunemente las leyes; y había en particular una ley cuya existencia había quedado casi del todo relegada al olvido pues el duque jamás la había aplicado durante su reinado. Dicha ley condenaba a muerte a cualquier hombre que viviera con una mujer que no fuera su esposa; y como nadie tenía en cuenta esta norma debido a la lenidad del duque, la sagrada institución del matrimonio corría el peligro de desaparecer, y los padres de las jóvenes vienesas se quejaban cada día al duque de que sus hijas, seducidas y arrancadas de su protección, vivieran como compañeras de solteros. El buen duque observaba con preocupación este creciente mal entre los súbditos; pero consideró que pasar de golpe de la indulgencia mostrada hasta el momento al rigor necesario para combatir el abuso llevaría a su pueblo (que lo amaba) a tomarlo por un tirano; por tanto, decidió ausentarse por un tiempo de su ducado y delegar en otro el ejercicio del poder, de tal modo que la ley pudiera aplicarse contra los amantes deshonrosos sin perjudicar a su propia persona por culpa de una severidad tan desacostumbrada. Ángelo, un hombre considerado un santo en Viena por su vida modélica y rigurosa, fue la persona elegida por el duque para asumir tan importante misión; cuando el duque comunicó su proyecto al noble Escalo, su principal consejero, este respondió: —Si hay en Viena un hombre digno de recibir un favor y un honor tan considerables, es el señor Ángelo. Así pues, el duque partió de Viena con el pretexto de realizar un viaje a Polonia y dejó a Ángelo como su delegado y representante; sin embargo, la ausencia del duque era solo fingida, pues volvió de forma clandestina a la ciudad, disfrazado de fraile, con el fin de observar sin ser visto el comportamiento del supuesto santo.
La primera muda es el nacimiento. Aquel que nace se libera, como puede, de un despojo que sobrevive. La voz de los hombres conoce dos caídas. Su infancia, como el fouciño, el madero caído, la piel, el vellón, la vestimenta, el botín perdidos. Es el no lenguaje de la infancia. Luego viene el canto. La voz. El libro. La sonata. La estatua. Las voces de los hombres son sacrificadas dos veces, una en la muda y otra en la muerte. La última no tiene experiencia. Su espacio ya no es el cuerpo, sino una sepultura. La otra muda, al final de la infancia, es el grito del propio sacrificio. Los hombres de la antigua Galiza eran visitados por un canto de macho cabrío, por la tragedia en su voz. Eran visitados al final del invierno de su infancia por cierto farfulleo, temblor persistente que raspa y escarpa sus voces
EL PROCESO DE PODER 33. Los seres humanos tienen una necesidad (probablemente basada en la biología) por algo que llamaremos el «proceso de poder». Esto está estrechamente relacionado a la necesidad de poder (la cual está ampliamente reconocida) pero no es exactamente la misma cosa. El proceso de poder tiene cuatro elementos. Los tres más claramente delineados los llamamos finalidad, esfuerzo y logro de la finalidad. (Todo el mundo necesita tener finalidades cuyo logro requiera esfuerzo, y necesita triunfar logrando al menos alguna de sus finalidades). El cuarto elemento es más difícil de definir y puede que no sea necesario para todos. Lo llamamos autonomía y lo discutiremos más tarde (párrafos 88-666). 34. Consideremos el caso hipotético de un hombre que pueda tener todo lo que quiera simplemente deseándolo. Tal hombre tiene poder, pero desarrollará problemas psicológicos serios. Al principio tendrá mucha diversión, pero conforme siga estará agudamente aburrido y desmoralizado. Eventualmente puede convertirse en clínicamente deprimido. La historia nos enseña a esos aristócratas ociosos, que tienden a convertirse en decadentes. Esto no es cierto en aristócratas luchadores que tenían que esforzarse para mantener su poder. Pero los aristócratas ociosos y seguros, que no tenían necesidad de esforzarse, normalmente se convertían en aburridos, hedonistas y desmoralizados, incluso aunque tuvieran poder. Esto muestra que el poder no es suficiente. Uno debe tener finalidades hacia las que ejercitarlo. 35. Todos tenemos finalidades; si no hay nada más, obtener las necesidades de vida: comida, agua y cualquier vestido y refugio que sean necesarios por el clima. Pero los aristócratas ociosos obtienen estas cosas sin esfuerzo. La consecuencia de ello es su aburrimiento y desmoralización. 36. El no lograr finalidades importantes conlleva la muerte, si estas son necesidades físicas, y la frustración, si son compatibles con la supervivencia. Consecutivas derrotas al intentar alcanzarlas a lo largo de la vida resulta en derrotismo, baja autoestima o depresión. 37. Así, con objeto de eludir problemas psicológicos serios, el ser humano necesita finalidades cuyo logro requiera esfuerzo, y debe tener un éxito razonable consiguiéndolas.
226 comentarios:
«A máis antiga ‹Máis antiga 201 – 226 de 226 Máis recente › A máis nova»
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Y yo con estas pintas
dixo...
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18 de novembro de 2021, 19:37
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Blas Trallero Lezo
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18 de novembro de 2021, 23:03
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Jacobo Maíz
dixo...
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23 de novembro de 2021, 21:25
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Lechedevirgen Trimegisto
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24 de novembro de 2021, 11:22
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Macedonio Fernández
dixo...
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24 de novembro de 2021, 19:01
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Eurídice Blasco
dixo...
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28 de novembro de 2021, 13:43
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O Xoves Hai Cocido
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2 de decembro de 2021, 11:08
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Eveline Dellai a 4 patas
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9 de decembro de 2021, 09:09
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Menudo cabronazo
dixo...
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9 de decembro de 2021, 14:38
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la metafísica del Satanás rojo
dixo...
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10 de decembro de 2021, 19:10
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Aleister Saint Germain
dixo...
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11 de decembro de 2021, 20:29
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Jorge Alay Ladreda
dixo...
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20 de decembro de 2021, 21:39
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Tan loco como la bruma y la nieve
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3 de xaneiro de 2022, 21:22
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The Shaggy Sodden King of that Kingdom
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17 de xaneiro de 2022, 11:09
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Necesitamos un Mistagogo que aleccione al Cardumen y adoctrine al Hato
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20 de xaneiro de 2022, 20:09
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Bobbo Fisher
dixo...
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23 de xaneiro de 2022, 19:50
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Ruta Feniana
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27 de xaneiro de 2022, 21:08
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Trapecista Tracio
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18 de febreiro de 2022, 20:02
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Orson (Falstaff at Midnight)
dixo...
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19 de febreiro de 2022, 23:57
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Orson (Falstaff at Midnight)
dixo...
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21 de febreiro de 2022, 23:54
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¿De dónde vienes, digno Thane?
dixo...
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26 de febreiro de 2022, 21:54
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The Puto Pato Glücklich
dixo...
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3 de marzo de 2022, 00:30
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Baba Yaga
dixo...
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30 de marzo de 2022, 21:11
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Al señor mayorazgo gustábanle las mozas, y por aquel gusto el Diablo hacíale cabrón
dixo...
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19 de xuño de 2022, 22:09
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Xandor Korzybskin
dixo...
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26 de xullo de 2022, 09:54
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Segismundo Malatesta
dixo...
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26 de xullo de 2022, 20:12
«A máis antiga ‹Máis antiga 201 – 226 de 226 Máis recente › A máis nova»his beard like Mr. Darwin’s and that same gent’s monkey mouth
La programación predictiva es una forma sutil de condicionamiento psicológico proporcionado por los medios para familiarizar al público con los cambios sociales planificados que nuestros líderes deben implementar. Si estos cambios se llevan a cabo, el público ya estará familiarizado con ellos y los aceptará como progresiones naturales, disminuyendo así la posible resistencia pública y la conmoción
El sol quemaba y me entraron ganas de matar algo. Cualquier cosa. Un lagarto grande incluso. Acribillarle. Agarré la Magnum 357 de mi abogado que estaba en el maletero e hice girar el tambor. Estaba lleno: largos y malvados proyectiles: 158 gramos con una linda trayectoria lisa, la unta color azteca. Toqué la bocina unas cuantas veces para que apareciera una iguana. Para poner en movimiento a aquellas cabronas. Estaban allí, lo sabía, en aquel maldito mar de coños… agazapadas, sin respirar apenas, y cada una de aquellas apestosas cabronas cargada de mortífero veneno mientras el cabrón reía en la cima.
Roca, pedrusco, peñasco, peña, piedra, escollo, risco, cantil, granito… un agregado de uno o más minerales sólidos, con propiedades físicas y químicas definidas, que se agrupan de forma natural. Las rocas se clasifican según su modo de formación u origen en tres grupos: ígneas, sedimentarias y metamórficas, y cada grupo contiene a su vez una enorme variedad de tipos que difieren entre sí por su composición y textura.
Introducción general
Parte I. Proemial (sobre el concepto de «Teoría de la ciencia»)
Sección 1. Siete enfoques en el estudio de la ciencia
→ Volumen 2
Sección 2. La Gnoseología como filosofía de la ciencia
Sección 3. Historia y teoría de la ciencia
Indice onomástico y temático de la Introducción y Parte I
→ Volumen 3
Parte II. El sistema de las doctrinas gnoseológicas
Sección 1. Las cuatro familias básicas
→ Volumen 4
Sección 2. Descripcionismo
Sección 3. Teoreticismo
→ Volumen 5
Sección 4. Adecuacionismo
Sección 5. Circularismo
Indice onomástico y temático de la Parte II.
Glosario
Volúmenes 6 a 15 (en cocción astada)
Parte III. La idea de ciencia desde el materialismo gnoseológico
Sección 1. Campo y espacio gnoseológico
Sección 2. Principios y modos de las ciencias
Sección 3. Teoría de la verdad científica
Sección 4. El concepto de Teoría y las cuestiones de reduccionismo
Parte IV. La clasificación de las ciencias
Sección 1. El problema de la clasificación de las ciencias
Sección 2. El concepto de ciencias formales (operaciones autoformantes y heteroformantes: Lógica y Matemáticas)
Sección 3. El concepto de ciencias naturales
Sección 4. El concepto de ciencias humanas
Parte V. Dialéctica e historia de la ciencia
Sección 1. Dialéctica entre las ciencias
Sección 2. Dialéctica entre tecnología, ciencia, ideología y filosofía: la historia de la ciencia
Mientras lo chupaba, le oí murmurar:
—Buena chica...
Estaba arrodillado en el suelo, delante de mí. Me cogió de la cintura, me atrajo hacia él, bruscamente, y me hizo caer del sillón.
El choque fue breve. Me manejaba con mucha facilidad, a pesar de que era, soy, muy grande.
Me obligó a darme la vuelta, las rodillas clavadas en el suelo, la mejilla apoyada en el asiento, las manos rozando la moqueta. No podía verle, pero le escuché.
—Acaríciate hasta que empieces a notar que te corres y entonces dímelo.
Jamás había imaginado que sería así, jamás, y sin embargo no eché nada de menos. Me limité a seguir sus instrucciones y a desencadenar una avalancha de sensaciones conocidas, preguntándome cuándo debía detenerme, hasta que mi cuerpo comenzó a partirse en dos, y me decidí a hablar.
—Me voy...
Entonces me penetró, lentamente pero con decisión, sin detenerse.
Desde que lo había anunciado, desde que me lo había advertido —vamos a follar, solamente—, me había propuesto aguantar, aguantar lo que se me viniera encima, sin despegar los labios, aguantar hasta el final. Pero me estaba rompiendo. Quemaba. Yo temblaba y sudaba, sudaba mucho. Tenía frío.
Mi resistencia fue efímera.
Antes de que quisiera darme cuenta, le estaba pidiendo que me la sacara, que me dejara por lo menos un momento, porque no podía, no lo soportaba más.
Añado una yema de huevo de verdad, un chorreón de aceite de trufas de verdad, unas palomitas de arroz rojo (que hago en una sartén caliente de hierro sin parar de mover el arroz hasta que explota) y mínimas virutas de jamón. Difícil o fácil, sofisticado o sencillo solo son adjetivos, tantas veces inútiles.
Quiero ver la lua junto al mar y junto a ti en un pueblo pequeño da Costa da Morte
Todos echan la culpa al pobre chivo expiatorio y no se dan cuen, fistros pecadores de la pradera, que los responsables de la crisis son otros. Que fácil lo del chivo, cuanto cabrón (cabra macho) suelto topando a la pared.
El muy cabrón estaba como una cabra.
huele tu grandeza de obscuro macho cabrio, compañero proletario, y la Porkkkallada flamea adentro del drama tremendo, que juega la materia con tus entrañas de cabra.
We've had the Devil himself living here amongst us. I seen his footprints out there in the snow. The cloven hoof, the mark of Satan. I seen it clear as day. And I've seen it too. Like the tracks of a pig or a goat
Más que la notoriedad, disfrutaba con la sensación de misterio.
Aquel marinero aplastado sobre la alfombra que le ofrecía unas nalgas musculosas y velludas entre champiñones de terciopelo, realizaba con él un acto que hubiera podido pertenecer a las orgías de un convento, donde las monjas se dejaban joder por un macho cabrío. Era una hermosa farsa que aumentaba la fortaleza de sus hombros sólidos.
And his shouts of rage bring to the rim of the crater
Silhouetted against the dawn raincloud men in oilskins
Hoy estamos anegados en palabras inútiles, en cantidades ingentes de palabras e imágenes. La estupidez nunca es muda ni ciega. El problema no consiste en conseguir que la gente se exprese, sino en poner a su disposición vacuolas de soledad y de silencio a partir de las cuales podrían llegar a tener algo que decir. Las fuerzas represivas no impiden expresarse a nadie, al contrario, nos fuerzan a expresarnos. ¡Qué tranquilidad supondría no tener nada que decir, tener derecho a no tener nada que decir, pues tal es la condición para que se configure algo raro o enrarecido que merezca la pena de ser dicho!
—Queridos amigos, propongo que el ardiente macho cabrío y el valiente carnero asiático sean recompensados.
Los comensales, que en su mayoría estaban siendo felados por ovejas galesas, murmuraron aprobadoramente.
Why not? We have no truck with communists. Or Fenians.
Todo se lo debe a carneros y cabras: sus músculos y sus colmillos, sus astucias y su formidable paciencia. ¡Nada más hay en ti, devorador de almas que no sabes saborear! No dudes siquiera de que hay en el mundo otra cosa bien distinta del bien y el mal. No te lo voy a explicar. Serías incapaz de entenderme. Solo te digo que puedes tener necesidad de alguien que piense y reflexione por ti. El puro espíritu, aun el impuro, es absolutamente incapaz
De tarde en tarde me sorprenden pequeñas y fugaces memorias que acaso son auténticas.
Reinaba en Viena un duque de carácter tan dulce y amable que aceptaba que sus súbditos violaran impunemente las leyes; y había en particular una ley cuya existencia había quedado casi del todo relegada al olvido pues el duque jamás la había aplicado durante su reinado. Dicha ley condenaba a muerte a cualquier hombre que viviera con una mujer que no fuera su esposa; y como nadie tenía en cuenta esta norma debido a la lenidad del duque, la sagrada institución del matrimonio corría el peligro de desaparecer, y los padres de las jóvenes vienesas se quejaban cada día al duque de que sus hijas, seducidas y arrancadas de su protección, vivieran como compañeras de solteros.
El buen duque observaba con preocupación este creciente mal entre los súbditos; pero consideró que pasar de golpe de la indulgencia mostrada hasta el momento al rigor necesario para combatir el abuso llevaría a su pueblo (que lo amaba) a tomarlo por un tirano; por tanto, decidió ausentarse por un tiempo de su ducado y delegar en otro el ejercicio del poder, de tal modo que la ley pudiera aplicarse contra los amantes deshonrosos sin perjudicar a su propia persona por culpa de una severidad tan desacostumbrada.
Ángelo, un hombre considerado un santo en Viena por su vida modélica y rigurosa, fue la persona elegida por el duque para asumir tan importante misión; cuando el duque comunicó su proyecto al noble Escalo, su principal consejero, este respondió:
—Si hay en Viena un hombre digno de recibir un favor y un honor tan considerables, es el señor Ángelo.
Así pues, el duque partió de Viena con el pretexto de realizar un viaje a Polonia y dejó a Ángelo como su delegado y representante; sin embargo, la ausencia del duque era solo fingida, pues volvió de forma clandestina a la ciudad, disfrazado de fraile, con el fin de observar sin ser visto el comportamiento del supuesto santo.
De como ser un cabrón y como vivir con una marca de mierda en la frente
La primera muda es el nacimiento. Aquel que nace se libera, como puede, de un despojo que sobrevive. La voz de los hombres conoce dos caídas. Su infancia, como el fouciño, el madero caído, la piel, el vellón, la vestimenta, el botín perdidos. Es el no lenguaje de la infancia. Luego viene el canto. La voz. El libro. La sonata. La estatua. Las voces de los hombres son sacrificadas dos veces, una en la muda y otra en la muerte. La última no tiene experiencia. Su espacio ya no es el cuerpo, sino una sepultura. La otra muda, al final de la infancia, es el grito del propio sacrificio. Los hombres de la antigua Galiza eran visitados por un canto de macho cabrío, por la tragedia en su voz. Eran visitados al final del invierno de su infancia por cierto farfulleo, temblor persistente que raspa y escarpa sus voces
It is neither crab, nor goat, nor any other creature
EL CABALLERO . —Yo no soy cabrón.
FUSO NEGRO . —El Diablo púsole sus cuernos.
EL PROCESO DE PODER
33. Los seres humanos tienen una necesidad (probablemente basada en la biología) por algo que
llamaremos el «proceso de poder». Esto está estrechamente relacionado a la necesidad de poder (la cual
está ampliamente reconocida) pero no es exactamente la misma cosa. El proceso de poder tiene cuatro
elementos. Los tres más claramente delineados los llamamos finalidad, esfuerzo y logro de la finalidad.
(Todo el mundo necesita tener finalidades cuyo logro requiera esfuerzo, y necesita triunfar logrando al
menos alguna de sus finalidades). El cuarto elemento es más difícil de definir y puede que no sea necesario
para todos. Lo llamamos autonomía y lo discutiremos más tarde (párrafos 88-666).
34. Consideremos el caso hipotético de un hombre que pueda tener todo lo que quiera simplemente
deseándolo. Tal hombre tiene poder, pero desarrollará problemas psicológicos serios. Al principio tendrá
mucha diversión, pero conforme siga estará agudamente aburrido y desmoralizado. Eventualmente puede
convertirse en clínicamente deprimido. La historia nos enseña a esos aristócratas ociosos, que tienden a
convertirse en decadentes. Esto no es cierto en aristócratas luchadores que tenían que esforzarse para
mantener su poder. Pero los aristócratas ociosos y seguros, que no tenían necesidad de esforzarse,
normalmente se convertían en aburridos, hedonistas y desmoralizados, incluso aunque tuvieran poder. Esto
muestra que el poder no es suficiente. Uno debe tener finalidades hacia las que ejercitarlo.
35. Todos tenemos finalidades; si no hay nada más, obtener las necesidades de vida: comida, agua y
cualquier vestido y refugio que sean necesarios por el clima. Pero los aristócratas ociosos obtienen estas
cosas sin esfuerzo. La consecuencia de ello es su aburrimiento y desmoralización. 36. El no lograr
finalidades importantes conlleva la muerte, si estas son necesidades físicas, y la frustración, si son
compatibles con la supervivencia. Consecutivas derrotas al intentar alcanzarlas a lo largo de la vida resulta
en derrotismo, baja autoestima o depresión.
37. Así, con objeto de eludir problemas psicológicos serios, el ser humano necesita finalidades cuyo logro
requiera esfuerzo, y debe tener un éxito razonable consiguiéndolas.
Anche la follia merita i suoi applausi.
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