header-photo

It´s the end of the world as we know it

Na 49 con Broadway está un dos Pizzbur de NYC, Sbarro. Non ten a caña fresca dos mariñaos, mais vale ben para o acougo do remate da mañá. Na miña vila e nesta, os camareiros son latinos e teñen os ollos cansos. A guía colombiana dos contrastes de Nova Iorque explícao con retranca galega: “ es el sueño americano”. O sotaque morre na ferida do riso conxelado, e as chonis madrileñas e os seus mozos camisola CR7 continúan a tirar fotos desde o autobus. NYC non pasará por eles. Noto que un leve calor me medra desde o lado dereito do cerebro, transmuta en Vicente Risco e me convida a pasar á navalla ao grupito de ejqueyasabestía que nos tocou en malahora de acompañantes. No envés do turismo, a mirada cansa dos hispanos e o esforzado suor dos galegos de aquén, hai cen anos. As parroquias de aquí e de acolá. A Internacional Emigrante e Pete Seeger e o ice cream de Castelao sobre a Miss Liberty franchute. Non hai guerra de culturas, senón de clases, insistes. Miro o céu agochado entre edificios. Desde aquí onde queda Castropol? Respiro o vento de Cavanardá, mar por medio, e volvo a min.

Os pementos asados e a pasta fresca. Pagará a pena ir tomar o caldo até Hoboken? Alí o berce de Francis Albert, e o cubano que me indica o Craig Patterson desde Inglaterra. Fálame tamén de Newark -Nuarca para os da tribo de nós que aló chegaron, estudados pola amiga Nancy Pérez Rei- onde no bar Galicia Spain (sic) é posíbel falar cos parroquianos do Celta – Valladolid desta semana. Quedará para a próxima, acordamos, e decidimos mollar os ollos nas augas de Brooklyn, no peirao debaixo da ponte. Gústame esta cidade, mais gosto máis de Londres, Pontevedra ou Ribadeo. Aínda que sexa absurdo e estúpido escoller, como explica o Enric González nos seus libros de memoria persoal sobre as cidades habitadas. Decídome polo Radical walking tours of New York City e polo bate dos Mets, que vén sendo o Atlético de Madrid. Eu, en calquer caso, sería de Boston.

A Anglogalician Cup da banda americana podería xogarse nas dúas ribeiras do Hudson, entre galegos e ingleses de descendencia. Escribo isto e penso no main porco e en como perceberá desta volta o convite. Os ingleses, primeiro, terán que vir aquí: costa dos albiois, porto das barbas do Altruán, Rinle das baleas. Nós seguimos na Atalaia, desde o olor de séculos dos Old Customs, na primeiro riff de guitarra do primeiro concerto dos Clash, no tupé incontestable de Richard Hawley, na cervexa negra do Kursal, nas bandeiras célticas do Recuncho, na segunda edición do Merlín e familia, no 11S de Allende bombardeado polos gringos, na Palestina negada por Obama, na voz de Sinatra e na Habaneira de Ribadeo, na herba recén segada e no campo cheirando a regates e centros desde a banda, agardando, agardando, agardando.

Nota: a fotografía é do Altruán, vello e coñecido mariñeiro ribadense, na primeira década do pasado século XX.

334 comentarios:

«A máis antiga   ‹Máis antiga   201 – 334 de 334   Máis recente ›   A máis nova»
  1. John Ford dixo...
  2. Los indios sapokanikan pescaban truchás en su riachuelo Minetta cuando fondeó la goleta "Cavanardá" del lobo de mar Xavier.
    "Tengo que escribir acerca de Nueva Tractorville".Pensó.
    Y "traer al porcobravismo feniano y bravucón para que colonize estas tierras alejadas de la mano de Bogo".
    Henry James,debajo de un olmo,aplaudía.

  3. Madame Olenska, quitándose la capa, se sentó en uno de los sillones. Archer se apoyó en la chimenea y la miró dixo...
  4. Aquel Nueva York está hoy en cualquier lugar con otro maquillaje.
    Los párrafos de X (¿será Mike Barja in disguise?)revelan, más allá del encanto profesado por esa ciudad, cierta ira, la que le provocaba todo lo que había perdido y todo lo que, en nombre del progreso, se había hecho en aquella ciudad que conocía tan bien. No se trata de la ira comprensible que podría sentirse ante la destrucción de algo bello y familiar, sino de algo más extraño y complejo, y por eso merece una gran atención.
    Pero igual entendí yo mal la entrada y debo dedicarme a otra cosa.
    Como a abrazar los 26000 árboles de Central Park.

  5. Pete Te dixo...
  6. Las avenidas,de la 1 a la 12atraviesan la isla de Norte a Sur,y las calles lo hacen de Este a Oeste.La avenida que marca la separación entre Este y Oeste es la famosa Quinta (5th Av.)La numeración de los portales comienza aquí y aumenta según nos acercamos a las riberas del East River o del río Hudson.
    Si quieren comprar algo gracioso vayan al Newel (151 E 57 th E) y adquieran una decoración Horn and Atler realizada con cuernos de gamo...o ciervo.

  7. Erick Honecker dixo...
  8. Checkpiont... Alpha, Bravo, Charlie, vivimos en la mitad Soviética, la guerra fría no ha acabado, la RDL resiste, maldigo al Rodillarato yanki y sus aliados!
    (Aunque nos gusta el nuevo polo oficial...)

  9. Otro Profeta Preußisch Blau dixo...
  10. Va a resultar que el Anti-Rodillo nace a orillas del East River.
    Me explico:
    -The Lost Pints Of London provocó una ola de saqueos e incendios en la ciudad.
    -DO LADO DE ACÓ:OS CHANGARROS DA ANGLOGALICIAN(I) cerró el Bar O'Pino.
    -THE ANGLOGALICIAN CUP: The Pub Sign Says: You Are Still In ... empezó con 10 pubs.Quedan 7.
    -Cada vez que los stags van a Balaídos:0-3.

    ...Y llega X,escribe sobre Nova Iorque y van,y ganan los Giants.
    Hay que joderse.

  11. Dende aquí onde queda Castropol? dixo...
  12. Soñó entonces que era un porco bravo que jugaba al fútbol en un patio de Nueva York.Plenitud absoluta.Descubrió que el genio del sueño no era la ciudad,no era Nova Iorque,sino el porco bravo que jugaba.Y ellos habían tenido que ir a New York para saberlo.

  13. Knut Ø Hansen dixo...
  14. Nosotros llegamos antes que nadie.
    Bueno,había gente que hacía el indio,como los stgas en algunos partidos,y ardillas pero para lo que importa,nadie.
    Lo que pasa es que no nos gustaban las hamburguesas de foca ni eso de jurar a la bandera todos los putos días.
    Les dejo con las pruebas:El hijo de Erico, Leif Ekiksson, sí logró hacer ese viaje después. El no sólo logró ver la tierra, él también desembarcó. Nombró esta nueva tierra Vinland. Era la costa del este de Norteamérica. Probablemente navegó a lo largo de la costa. Hasta es posible que haya navegado a lo que ahora es la ciudad de Nueva York.
    MAPA MISTERIOSO

    Hay mucha evidencia que los vikingos se establecieron en Norteamérica. Las antiguas leyendas cuentan de sus aventuras en Vinland. Los arqueólogos han encontrado una aldea vikinga en Canadá. Hasta es posible que haya un mapa vikingo que muestra Vinland.

    El mapa está un poco desteñido. Se puede ver partes de Europa claramente dibujadas. También se puede ver Islandia y Groenlandia. Más allá de esas islas está Vinland. No se parece a lo que hoy es Norteamárica. A pesar de todo, los vikingos sólo sabían de unas partes pequeñas del continente.

    Sin embargo, no todos están de acuerdo que fueron los vikingos quienes dibujaron este mapa. Algunas personas piensan que es falso. Ellos hacen notar que es el único mapa vikingo que se conozca. ¿Por qué hacer sólo un mapa? Los vikingos no tenían idea de lo importante que llegaría a ser América.

    El mapa es sólo un misterio más de la historia interminable de los vikingos. Los científicos todavía siguen buscando pistas del pasado de los vikingos. Quizás nunca sepamos toda su historia. Pero de por cierto, las historias pintorescas de los vikingos son una parte importante de la Historia Americana.

  15. Andy Warhol dixo...
  16. Tras un largo y tedioso vuelo,llegó a Nueva York a la hora en que declina el día.Le maravilló,de entrada,la gran amplitud física de los espacios americanos.Estoy en el centro del mundo,pensó.Si hay un lugar en el que podría encontrar la felicidad ese lugar es Nueva York.Sólo falta que os porcos bravos se vengan de gira de rugby por aquí.

  17. Uther Pendragon dixo...
  18. Hard Times In New York Town
    Come you ladies and you gentlemen, a-listen to my song
    Sing it to you right, but you might think it’s wrong
    Just a little glimpse of a story I’ll tell
    ’Bout an East Coast city that you all know well
    It’s hard times in the city
    Livin’ down in New York town

    Old New York City is a friendly old town
    From Washington Heights to Harlem on down
    There’s a-mighty many people all millin’ all around
    They’ll kick you when you’re up and knock you when you’re down
    It’s hard times in the city
    Livin’ down in New York town

    It’s a mighty long ways from the Golden Gate
    To Rockefeller Plaza ’n’ the Empire State.
    Mister Rockefeller sets up as high as a bird
    Old Mister Empire never says a word
    It’s hard times from the country
    Livin’ down in New York town

    Well, it’s up in the mornin’ tryin’ to find a job of work
    Stand in one place till your feet begin to hurt
    If you got a lot o’ money you can make yourself merry
    If you only got a nickel, it’s the Staten Island Ferry
    And it’s hard times in the city
    Livin’ down in New York town

    Mister Hudson come a-sailin’ down the stream
    And old Mister Minuet paid for his dream
    Bought your city on a one-way track
    ’F I had my way I’d sell it right back
    And it’s hard times in the city
    Livin’ down in New York town

    I’ll take all the smog in Cal-i-for-ne-ay
    ’N’ every bit of dust in the Oklahoma plains
    ’N’ the dirt in the caves of the Rocky Mountain mines
    It’s all much cleaner than the New York kind
    And it’s hard times in the city
    Livin’ down in New York town

    So all you newsy people, spread the news around
    You c’n listen to m’ story, listen to m’ song
    You c’n step on my name, you c’n try ’n’ get me beat
    When I leave New York, I’ll be standin’ on my feet
    And it’s hard times in the city
    Livin’ down in New York town

  19. Uther Pendragon dixo...
  20. Y de propina.
    Ramblin’ outa the wild West
    Leavin’ the towns I love the best
    Thought I’d seen some ups and downs
    ’Til I come into New York town
    People goin’ down to the ground
    Buildings goin’ up to the sky

    Wintertime in New York town
    The wind blowin’ snow around
    Walk around with nowhere to go
    Somebody could freeze right to the bone
    I froze right to the bone
    New York Times said it was the coldest winter in seventeen years
    I didn’t feel so cold then

    I swung onto my old guitar
    Grabbed hold of a subway car
    And after a rocking, reeling, rolling ride
    I landed up on the downtown side
    Greenwich Village

    I walked down there and ended up
    In one of them coffee-houses on the block
    Got on the stage to sing and play
    Man there said, “Come back some other day
    You sound like a hillbilly
    We want folk singers here”

    Well, I got a harmonica job, begun to play
    Blowin’ my lungs out for a dollar a day
    I blowed inside out and upside down
    The man there said he loved m’ sound
    He was ravin’ about how he loved m’ sound
    Dollar a day’s worth

    And after weeks and weeks of hangin’ around
    I finally got a job in New York town
    In a bigger place, bigger money too
    Even joined the union and paid m’ dues

    Now, a very great man once said
    That some people rob you with a fountain pen
    It didn’t take too long to find out
    Just what he was talkin’ about
    A lot of people don’t have much food on their table
    But they got a lot of forks ’n’ knives
    And they gotta cut somethin’

    So one mornin’ when the sun was warm
    I rambled out of New York town
    Pulled my cap down over my eyes
    And headed out for the western skies
    So long, New York
    Howdy, East Orange

    No las traduzcas.Pierden la garra y querrás arrojarte al Hudson.

  21. Na 49 con Broadway está un dos Pizzbur de NYC dixo...
  22. Especialmente en la que Mister X emprendía un viaje de tres días hacia la edad post-porcobrava por las calles de Nueva York y que le convirtió en profeta de miles de exangües lectores pero, sobre todo, en el de sus propias peripecias.

  23. el dandy epigramático y enlutado de la corte de Galizalbión dixo...
  24. Mi opinión, un tanto subversiva, es que los sentimientos de anonimato y oscuridad del escritor son la segunda propiedad más valiosa que tiene a su cargo durante sus años de trabajo.
    Dos entradas,dos goles.
    ¿Necesitan os porcos B. un striker?

  25. Charles Dickens dixo...
  26. En 1842, el joven Charles Dickens recibió una cálida recepción en su primer viaje a los Estados Unidos. Su fama estaba en ebullición, en Nueva York se quejaba de no poder ir ni hacer lo que quería porque en cuanto salía a la calle lo “seguía una multitud”. Pero la admiración se iba a resentir cuando, en una cena en Boston, el “joven embajador británico de buena voluntad” decidió dedicar su discurso a hablar, por no decir exigir, que la joven república adoptase las normas internacionales de derecho de autor.

    Por aquellos días, Dickens era consciente de que en cuanto sus obras llegaban al continente americano, eran rápidamente reimpresas en ediciones baratas sin que él recibiese “mucho más que una carta de agradecimiento” (y miles de fans, pero estos no contaban monetariamente). En el banquete en cuestión, apoyó su argumento mencionando que sir Walter Scott no hubiese muerto, abatido y en bancarrota, a los 61 años si los editores estadounidenses no le hubiesen “privado de sus justos ingresos”.

    Según el biógrafo Fred Kaplan, a Dickens le criticaron su falta de tacto (la severa depresión económica reciente) y su ingenuidad (había viajado esperando encontrar la “república de su imaginación”, una idea utópica de país en el cual las nociones de equidad triunfasen sobre la política y las relaciones de poder). Pero el hombre, “feliz, libre y de caracter descomplicado… ojos azules y cabello largo negro”, como lo describió el poeta Wadsworth Longfellow, tenía una cruzada entre manos y no cejó. Una semana después, instó a los asistentes a otra cena en Hartford a darse cuenta de que la literatura estadounidense “sólo podría florecer cuando los editores fueran obligados por ley a pagar a todos los escritores lo que les correspondía”, anota Allingham, en lugar de “publicar las obras de cualquier autor extranjero gratis”. Siguió una campaña de cabildeo, recogió firmas y envió una carta al respecto dirigida al Congreso de los Estados Unidos.

  27. Yo no digo nada dixo...
  28. Trasteando en Google:
    "Lo subtitulo así porque este espacio no tendrá ni orden, ni coherencia ni lógica alguna. Será lo que salga de mi mente demente: reflexiones, reflexiones de otros, videos, poemas, memeces, lo que me gusta, lo que no me gusta, es decir, todo lo que va por dentro y, a veces, puede salir fuera. Además, soy el único responsable de lo que se diga aquí. Estais todos invitados a este viaje delirante."Soy tan sensato que soy un cuerdo de atar" "Arránqueme, señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme".

    No habla de New York. Mejor.
    ¿POr que debería THE ARGGGG KAP hablar de la manzana grande?

  29. t dixo...
  30. Menos mal que viene otra.
    En serio.
    Una línea entre mil no justifica la inclusión de Nova Iorque en el mapa porco bravo.
    Luego te cuentan que X es del Politburó del Rodillo y todo encaja...
    New York,No gracias

  31. Otro Profeta Preußisch Blau dixo...
  32. Mientras exista el Atlántico a New Yok estaré unido por la tele basura,la comida basura y lo peor,la cultura basura.
    X ¿de la intelligentsia del Rodillarato?

    Es cierto.
    La vida de otros.Aquí y en la gran manzana.

  33. tejón-teixugo dixo...
  34. O único malo de nova iorke e ke está cheo de yankis, e o único bo e ke esta moi lonxe desta magnífica terra

  35. 40 dólares al mes dixo...
  36. Yo vivía en un edificio de caliza rojiza en el 317 Oeste de la calle 14 (entre la Octava y la Quinta Avenida),que era la típica casa victoriana del New York de Edith Wharton con vestíbulo embaldosado,chimeneas de mármol tallado,inmensos espejos de cuerpo entero con techos increíblemente altos cubiertos con adornos de estuco,puertas abovedadas con frontones elaborados de estilo rococó y todas las demás riquezas de una época neoyorkina de riqueza enorme y gusto fuera de toda duda.

  37. Sherringford Holmes dixo...
  38. Bote de pintura lanzado a la cara del gran público.Hijo tardío de la infravalorada Hudson River School,título "Eran las pisadas de un gigantesco porco bravo,Mr X" y críticas de los genios desabridos que hacen guardia junto a la estatua de la Libertad.
    Nove Iorque?
    Allá vamos

  39. Ebenezer Scrooge dixo...
  40. The Brooklyn Eagle era un periódico local (1841-1955),que fue dirigido por Walt Whitman entre 1846 y 1848 y que volvió fugazmente a la existencia para dar cabida a tan excelso artí-culo sobre la ciudad.

  41. Søren Schopenhauer dixo...
  42. El Atlántico se ha malinterpretado por completo.
    Hubo un tiempo de cultura donde Dickens,Conan Doyle,Stevenson o el sodomita Wilde,cruzaban el charco,largaban tres conferencias y se forraban.
    Eran tiempos civilizados.
    Ahora nos conformamos con entradas XXI century donde se come en Ribadeo a lo yanki,te metes con un portugués,dejas dos apuntes étnicos y se la metes a la madame franchute del burdel libertario, y punto pelota.
    Nos conformamos,entre otras,porque es muy buena.

  43. Bebedor, melancólico, impulsivo y valiente dixo...
  44. Una entrada para exponer en el MAMA de New York (nombre apropiado,¿verdad?)
    .- Ah ¿Qué es el MOMA?
    -La jodimos ,pues.
    [Estos yankees,ya saben,dejen los dragones a la cultura goda,los tractores a los porcos bravos y y los búfalos y los ciervos salvajes a los norteamericanos]
    .-¿Qué ya utilizaron la frase?
    Pues noy estoy nada satisfecho con el Atlántico,no es tan majestuoso como esperaba.

  45. Oliver Cromwell dixo...
  46. Existe en New York una casa llamada Jan Martense Schenk House (sic) de 1656,que es la construcción más antigua de toda la ciudad de Nova Iorque,cita obligada para los que hagan turismo colonial y posible cuartel,dado su abolengo,de los stags en la futura edición sidra.

  47. Thomo dixo...
  48. Pulitzer Prize-winning American journalist Murray Kempton once said of New York:

    “The faces in New York remind me of people who played a game and lost.”

    If he was alive today he could say the same about the faces of the people of Pontevedra.

  49. Whitney Houston dixo...
  50. Lo mejor de NY era el crack.

  51. Citoyen dixo...
  52. Antes da morralla galiziana e a morralla anglikana e a morralla neerlandiana e a morralla islandiana, moito antes, os algonquinos xa estaban alí. Cazaban cervos, sacaban proveito das as peles, os cornos, e cos collóns facían unha sopa nutritiva.

  53. Jacobo Saint-Just dixo...
  54. Al este de América se encuentra abierto en el Atlántico, el último fragmento de un antiguo y desaparecido territorio. Poblado por las olas y las lluvias, desintegrado por el viento, todavía resiste con fuerza.
    Más allá de eso,no nos interesa una mierda de dólar lo que pasé con New York.

    *_Los hebertistas bravos , también llamados exagerados,somos un movimiento revolucionario extremista de la Fratría (no aceptamos otra denominación de la manada), procedentes del Club de los jatonejros ,con sede en O Gato Gordo.
    La verdadera sede de la KAP.

  55. Aleister Saint Germain dixo...
  56. La oscura historia de uno de los edificios más emblemáticos de Nueva York
    El impresionante edifico situado en el numero 1 de la calle 72, al oeste de Central Park en Nueva York , no solo es famoso por albergar personajes celebres y ser escenario de la muerte del mítico John Lennon, un halo de misterios y leyendas negras rodean al peculiar edificio.

    Un poco de historia:

    El edificio comenzó a construirse en 1880 y fue terminado 4 años mas tarde. Su diseño corrió a cargo del arquitecto Henry Hardenberg (autor del también mítico Hotel Plaza) y fue avalado con una fuerte inversión del propietario de las maquinas de coser Singer, Edward S. Clark.Su estilo es propio del renacimiento de la Alemania del norte y la distribución de los pisos esta inspirado en la arquitectura francesa de finales del siglo XIX.

    Cuando se construyó estaba tan lejos de la ciudad que ni siquiera llegaba la electricidad y se decía que parecía estar en Dakota (al norte de EE.UU., en la frontera con Canadá), de ahí su nombre. Sin embargo pese a su lejanía y el hecho de que estuviera rodeado de oscuridad, no impidió que tuviera éxito y fuera alquilado por completo.
    Luego Manhattan comenzó su rápida expansión hacia el norte y los precios se dispararon creando cierta exclusividad al edificio y comenzando a ser habitado por personajes ilustres, algunos de ellos muy conocidos como Judy Garland, Boris Karloff, Leonard Bernstein y Lauren Bacall. También ha sido residencia de famosos cantantes como John Lennon (su viuda Yoko Ono sigue viviendo allí) , Jennifer López, Marc Anthony, Bono y su esposa activista Ali Hewson, Sting, Paul Simon o Roberta Flack.
    Pero a pesar de hacerse mundialmente famoso por el asesinato en sus puertas de John Lennon, siempre ocurrieron sucesos extraños entre sus muros.

    A principios del siglo XX estuvo viviendo en el edificio Dakota el famoso mago negro Aleister Crowley. Éste, considerado uno de los hombres mas perversos del mundo, llevó a cabo varios rituales de magia negra dentro del edificio.

  57. Aleister Saint Germain dixo...
  58. Por la misma época estuvo viviendo el actor de cine de terror Boris Karloff, el cual participó en impresionantes veladas de espiritismo. Se dice que cuando murió Karloff hubo fenómenos de poltergeist y su persona se manifestó en el lugar mediante presencia fantasmal, que fue vista y oída por diversos inquilinos que huyeron despavoridos del edificio.

    También se dice que el sumo sacerdote de la brujería Wicca inglesa, Gerald Brossau Gardner, se alojó en este edificio cuando visitó Nueva York. En él celebró rituales mágicos invocadores de las potencias ocultas de la naturaleza. Precisamente, Polanski en el año 1968, se inspiró en este personaje para moldear las características del brujo maléfico coprotagonista de la película “La semilla del diablo” (Rosemary’s baby).

    Durante el rodaje de la” semilla del diablo” , y a pesar que en el lugar solo se rodaron los exteriores, en el edificio Dakota tuvieron lugar todo tipo de extraños accidentes que diezmaron al equipo. En este edificio se produjo el desequilibrio nervioso de la actriz protagonista Mia Farrow y la ruptura de esta con Frank Sinatra. La película convirtió al Dakota en foco de atención al desvelarse por la prensa las connotaciones mágicas y ocultas que el edificio poseía. Diversos grupos de practicantes de la magia negra y de sectas satánicas se congregaron ante el edificio Dakota para amenazar a Polanski y su equipo e impedir que la película se llevara a cabo. Entre estos personajes se encontraba el tristemente célebre Charles Manson, el hombre que tiempo después y con varios miembros de su secta se encargaron de convertir en realidad las amenazas. En 1969 llevaron a cabo la matanza de Cielo Drive, en Hollywood, donde asesinaron a un grupo de personas, entre ellas a la actriz Sharon Tate, esposa de Polanski y a su bebe no nato atravesados por un tenedor.

    Edificio Dakota: ¿Os sirve de cuartel a los porcos bravos ?

  59. Tras las huellas del porco bravo dixo...
  60. Con la proliferación de los locales tipo beer garden por toda la ciudad y el reciente éxito de la segunda semana de la fabricación de cerveza en Nueva York, la cervezamanía ha llegado oficialmente a la gran manzana. Hay cerveza con savor a bacon, degustaciones para encontrar pareja y el hall de la cerveza, con más de mil plazas, abrirá sus puertas este otoño. Para los amantes de la cerveza interesados en probar las cervezas locales, no hay mejor lugar que la Fábrica de cerveza de Brooklyn, creadora de la famosa Brooklyn lager (cerveza rubia).

    La Fábrica de cerveza de Brooklyn está celebrando su 21 aniversario, y fue fundada por un antiguo corresponsal de la Associated Press, Steve Hindy, que aprendió a fabricar cerveza en el caluroso medio oeste, y también colaboró su socio Tom Porter. Profundizando en el rico pasado de Brooklyn en torno a la fabricación de cerveza, ya que hubo un momento a comienzos del siglo veinte donde había 48 fábricas de cerveza en el barrio, la Fábrica de cerveza de Brooklyn es una de las 40 fábricas favoritas de América.
    Ubicada en una antigua fábrica de pelotas, situada en el barrio de Williamsburg, ahora tan de moda, la Fábrica de cerveza de Brooklyn está abierta al público desde el mediodía hasta las 6 de la tarde durante los fines de semana, ofreciendo guías gratuítas del lugar cada hora desde la 1 hasta las 4 de la tarde. Aunque la guía no sea tanto un circuíto como una lección de historia que se imparte en esta fábrica industrial, entre enormes contenedores de la cerveza tostada de Brooklyn, y son algo muy interesante. (Una nota curiosa: el logotipo de la Fábrica de cerveza de Brooklyn fue diseñado por Milton Glaser, el creador del famoso “I love New York”.)

    En la fábrica también se organiza una happy hour todos los viernes, de 6 a 11 de la noche. Además de los clásicos como la cerveza rubia de Brooklyn, los visitantes también pueden saborear algunas de las cervezas que fabrican dependiendo de la estación, como la cerveza de Oktoberfest o la de calabaza, al precio de $4 la bebida ó 6 por $20, en la sala habilitada para degustaciones. Para más información sobre cómo llegar a la fábrica, puede consultar el sitio web de la Fábrica de cerveza de Brooklyn.

  61. Mike Barja celebra el día de los enamorados con un par de muñecas hinchables dixo...
  62. Una noticia poetica que compré en la sección de Trasteo en Google de Macy's:La humilde casa donde pasó sus últimos años el gran escritor estadounidense Edgar Allan Poe, y en la que escribió algunas de sus obras más célebres, acaba de reabrir en el Bronx (norte de Nueva York) luego de más de un año de trabajos de renovación.

    Poe, maestro del gótico y el horror y considerado el inventor del relato de detectives, vivió en esta casa de madera en lo que era por entonces el pueblo de Fordham en las afueras de Nueva York entre 1846 y 1849, cuando murió en misteriosas circunstancias con apenas 40 años de edad.

    La casa, conocida como el “Edgar Allan Poe Cottage” estuvo cerrada durante más de un año por “amplios trabajos” en los que se utilizaron “técnicas tradicionales” para devolverle su aspecto original, explicó a la AFP Neil Ralley, uno de los guías de

    la propiedad administrada por la Sociedad Histórica del Bronx desde 1975.

    “Esta casa museo es única, porque Nueva York tiene varias casas museos de ese periodo o incluso más antiguas, pero todas ellas pertenecían a gente de una posición económica alta. Poe era pobre. Lo que ven aquí es un museo de alguien que probablemente pertencía a la clase trabajadora”, dijo Ralley.

    La vivienda, de dos pisos, techos bajos y pequeñas ventanas para preservar el calor, está amueblada con mobiliario de la época y solo se conservan dos elementos originales utilizados por los Poe: una silla mecedora y la cama en la que murió la esposa del escritor, precisó Ralley.

    Tras pasar varios años en Filadelfia (noreste de EEUU), Poe se había mudado a Nueva York en 1844 con su esposa Virginia Clemm (con la que se había casado cuando ésta tenía apenas 13 años) y su suegra María.

  63. Enrique Jardiel Poncela dixo...
  64. Una ciudad con dos ríos.

    Chinos, negros y judíos

    con idénticos anhelos.

    Y millones de habitantes,

    pequeños como guisantes,

    vistos desde un rascacielos.

    En el invierno, un cruel frío

    que hace llorar. En estío,

    un calor abrasador

    que mata al gobernador

    –que es siempre un señor con lentes–

    y a los doce o trece agentes

    que llevaba alrededor.

    Soledad entre las gentes.

    Comerciantes y clientes.

    Un templo junto a un teatro.

    Veintitrés o veinticuatro

    religiones diferentes.

    Agitación. Disparate.

    Un anuncio en cada esquina.

    “Jazz-band”. Jugo de tomate.

    Chicle. “Whisky”. Gasolina.

    Circunsición. Periodismo:

    diez ediciones diarias,

    que anuncian noticias varias

    y todas dicen lo mismo.

    Parques con una caterva

    de amantes sobre la hierba

    entre mil ardillas vivas.

    Masas con fama de activas,

    Pero indolentes y apáticas.

    “Estrellas”, actrices, “divas”

    y máquinas automáticas.

    Oficinas sin tinteros:

    con “Kalamazoos”, ficheros,

    con nueve timbres por mesa

    y con patronos groseros

    de cara de aves de presa.

    Espectáculos por horas.

    “Sandwichs” de pollo y pepino.

    Ruido de remachadoras.

    Magos y adivinadoras

    de la suerte y del destino.

    Hombres de un solo perfil,

    con la nariz infantil

    y los corazones viejos;

    el cielo pilla tan lejos,

    que nadie mira a lo alto.

    Radio. Brigadas de Asalto.

    Sed. “Coca-Cola”. Sudor.

    Limpiabotas de color.

    Cemento. Acero. Basalto.

    “Garages” con ascensor.

    Prisa. Bolsa. Sobresalto.

    Y dólares. Y dolor:

    un infinito dolor

    corriendo por el asfalto

    entre un “Chevrolet” y un “Ford”

  65. Porco Porco dixo...
  66. Se ha malinterpretado por completo.
    Este blog es un homenaje al Rodiilo a través de los tortuosos caminos del Atlántico.[Y el monólogo de “El Carnicero” envuelto en la bandera yanqui, diciéndole al stag y al lector que “el miedo es lo que mantiene el orden de las cosas”, junto a las fastuosas imágenes de la masa racista enardecida y el posterior “autoataque” americano, dejan una mirada profundamente crí­tica.
    Lo desarrollo:¿Quién es el jefe?
    Boss Tweed era una figura famosa en la política de Nueva York que dominaban la ciudad de Nueva York a mediados de la década de 1800, y, esencialmente, controlaba el Partido Demócrata een el estado de Nueva York durante sus años en el poder. A menudo se le ha señalado como una figura emblemática de la corrupción y la crueldad y el enjuiciamiento exitoso y el encarcelamiento de Boss Tweed marcó un punto de inflexión en la política de Nueva York. Al socavar Tweed y Tammany Hall, el clientelismo político que él encabezó, gran parte de la corrupción rampante en Nueva York fue poner fin, preparando el escenario para una ciudad más igualitaria.

    Tammany Hall en realidad es anterior a William Magear Tweed; Tammany Hall fue creado a finales de 1700 como un club social más general. En la época de William Tweed nació, en 1823, Tammany Hall había adquirido una inclinación claramente político, y como Tweed se convirtió en la edad adulta, se unió a Tammany Hall y comenzó a subir en las filas a través del trabajo duro y bien colocado sobornos. En la década de 1850, William M. Tweed servido en el Congreso de los Estados Unidos, regresar a Nueva York para servir como senador y se unan a su creciente poder político.

    En la década de 1860, William Tweed se ha convertido en Boss Tweed, y estaba plenamente en el control de antigüedad. Se rodeó con sus amigos y asistentes, y se puso a defraudar a la ciudad de Nueva York, en última instancia, teniendo un estimado de 100 millones de dólares de las arcas de la ciudad. Boss Tweed logrado esto a través del anillo Tweed, que aseguró que todos los contratos de la ciudad recibieron a sus co-conspiradores, y que a su vez, aumentó sus facturas, el envío de modo que el dinero extra Tweed.

    Además de ser un genio en la corrupción, Boss Tweed también fue muy hábil en la manipulación política. A través de Tammany Hall, invirtió en una serie de proyectos de obras públicas que fueron diseñados para ganar los corazones de las clases bajas, más adelante con su lealtad a lanzar las elecciones y garantizar que Tammany Hall mantuvo un dominio absoluto sobre la política de Nueva York. Tammany Hall dio a los miembros de la clase obrera una mano, y se espera la lealtad absoluta a cambio.

    En 1870, las noticias sobre la corrupción Tammany Hall comenzó a romperse, y en 1873, Boss Tweed fue encarcelado por su papel en la escándalo de corrupción que otros, como muchas. Contemporáneos sugieren que muchas personas que participan en el Anillo Tweed salió bastante bien parado, porque todo el mundo que participan en encarcelar Tammany Hall se han vaciado las calles de Nueva York. Boss Tweed brevemente fugó de la cárcel, huyendo a Cuba y posteriormente en España, pero fue recapturado y enviado de vuelta a los Estados Unidos, donde murió en 1878.

    Tammany Hall cojeando por unas pocas décadas después de de la caída de Boss Tweed, jugando un papel en la política de Nueva York en la década de 1930.

  67. blackfartie dixo...
  68. Cena con Auden, escribe Wilson en 1970. Ha dado, como todos, por encontrar que en Nueva York ya no se puede vivir.

    2012.Nada cambia.
    Ya hubo un rescate y todo, pero nada cambia.

  69. Guillerme Fróilaz de Traba dixo...
  70. No hay más hermosos caminos que los del mar, que los caminos que saben los salmones y las goletas de antaño y que éstos de los grandes transatlánticos de hogaño. Dan estos caminos poder, riqueza, fantasía.

  71. To kill a mockingbird dixo...
  72. "It´s the end of the world as we know it" supuso la cima de su carrera profesional y el reconocimiento de la aristocracia de Manhattanque que congregó en la famosa fiesta Black and White Ball, que él mismo organizó en el hotel Plaza y fue el culmen de su vida social.

    Sin embargo, el incisivo escritor terminaría por ganarse la animadversión de sus amigos ricos y famosos cuando optó por publicar textos ficticios basados en personajes reales de la alta sociedad neoyorquina.

    Condenado al exilio,vive de la pesca en las afueras de Ribadeo,Galizalbión,rodeado de recuerdos y admirado por los stags.

  73. Paul Morand dixo...
  74. Nueva York no es joven; es más vieja que San Petersburgo. Su aventura será la nuestra. Defendernos contra las novedades de Broadway es rechazar ese orden establecido de antemano que se llama el porvenir.
    "En suma - me decía Mike Barja- , vas a Nueva York a que te lean el porvenir en la mano". Exactamente.
    Hay algunos que afirman que Nueva York no tiene nada de original. Mientras consigue tenerlo, hay una arquitectura, unas maneras, un concepto de la vida puramente neoyorquinos, que trastornan al mundo es la primera ciudad judía del mundo, la segunda ciudad italiana,la tercera alemana. La única capital de Irlanda. Sinclair Lewis describe a Nueva York :"muy poseída de su papel, jugando a la ciudad internacional, con sus judíos rusos vestidos en Londres y que frecuentan restaurantes italianos servidos por mozos griegos al son de una música africana; cien por cien de sucios mestizos". Nueva York no es América; pero es seguro, evidente, que toda América querría ser Nueva York (excepto algunos delicados de Boston, algunos artistas que aman su rancho de Arizona y algunas estrellas de Los Ángeles que prefieren dorarse la piel al sol de Pacífico). La gran ciudad es el único refugio contra la intolerancia y la inquisición puritanas. Manhattan es el microcosmos de los Estados Unidos

  75. Perkele Maljanne dixo...
  76. En un lugar de Manhattan de cuyo nombre no quiero acordarme,(en realidad era The Five Points) no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua,rocín flaco y galgo corredor. Un Burguer de algo más vaca que carnero,Nathan´s Famous, en Coney Island, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos,17-19 P.M. Happy hours, consumían las tres partes de su hacienda.
    Y es Nueva York la ciudad más hermosa del mundo? No dista mucho de serlo. No hay noches urbanas como las suyas. He contemplado la ciudad desde la altura de ciertas ventanas. Es cuando los grandes edificios pierden realidad y asumen sus poderes mágicos. Son incorpóreos, es decir que uno no ve sino las ventanas encendidas.
    Cuadrado en llamas tras cuadrado en llamas, engastados en el éter. Aquí hay poesía pues hemos hecho descender a las estrellas.
    En cuanto al puerto, y a la ciudad del puerto, la última vez que fui allí, un inmenso irlandés se paró a mi lado y trató, en vano, de expresarse repitiendo:
    Supera a Londres.
    Supera a Londres.
    Yo he visto TRactorville desde el agua. Los lotos, blancos y delgados, más allá de un sorprendente azul. El irlandés sólo pensaba en el tamaño. Yo pensaba en la belleza, y a su lado Venecia parecía una escenografía chillona. Nueva York es real.
    Y en cuanto a Venecia; cuando el señor Marinetti y sus amigos hayan logrado destruír esa vieja ciudad, nosotros reconstruiremos Venecia sobre las ciénagas de Jersey, y la utilizaremos como salón de té."
    Tras haber leído todas estas bellaquerías el hidalgo, horrorizado por el escarnio,decidió abandonar la ínsula y acompañado por su escudero, corrió avivadamente dispuesto a salvar la ciudad de los canales.
    La del alba sería cuando Porco Bravo salió de Manhattan

  77. Leonard Cohen dixo...
  78. Me entusiasmó en la primera lectura y eso que no conozco New York; espuma de los días bajo un cielo de plomo fundido y aromas de salitre en los ruidosos embarcaderos del ferry de Staten Island. Y el vuelo circular de las gaviotas sobre los pilotes de madera donde se amarran los transbordadores.
    "Tres gaviotas giran sobre las cajas rotas, las cáscaras de naranja, los repollos podridos que flotan entre los tablones astillados de la valla. Las olas verdes espumajean bajo la redonda proa del ferry que, arrastrado por la marea, hiende el agua , resbala, lentamente atraca al embarcadero. Manubrios que dan vueltas con un tintineo de cadenas, puertas que se levantan, pies que saltan a tierra. Hombres y mujeres entran a empellones en el maloliente túnel de madera, apretujándose y estrujándose como las manzanas al caer del saetín de la prensa".
    Dicen que van a restaurar el viejo y gigantesco puente de Staten Island que unía Battery Park City con Staten Island para celebrar la llegada de Os Porcos Bravos.

  79. Guillerme Fróilaz de Traba dixo...
  80. Siempre que llega la primavera a New York no puedo resistir la llamada de la tierra que llega soplando por el océano desde Tractorville,y tengo que irme.
    Así que me fui.
    A combatir al ciervo en las tierras salvajes del Oeste.
    O a pelear en la Guerra de las Sedes.

  81. Porco Porco dixo...
  82. De repete,me encontré en Times Square.Había nadado 2833.53 millas náuticas a través del Atántico y había vuelto precisamente a Times Square,en hora punta,observando la locura total y frenética de Nueva York con sus millones y millones de personas esforzándose por ganarles,por joderles un dólar a los demás,y muriendo sólo para ser enterrados en esos horribles cementerios de más allá de Long Island.
    Para eso,pensé,me vuelvo a Tractorville.

  83. Patrick Bateman dixo...
  84. Nadie retratará jamás Nueva York como aquel que escribió mis andanzas.

    [un asesino en serie oculto tras la apariencia de un banquero de Wall Street, un "yuppie" del Manhattan de finales de los años ochenta, obsesionado con la música y la moda, a finales de los años ochenta en Nueva York]

    Más "It´s the end of the world as we know it" me alegró el día.
    Aunque porcos,ya saben,no hay Salida.
    No way out.

  85. Pordiosero Metafísico dixo...
  86. Ya se balbuceó en "Angustias no es Wenceslao" de Sept-11.
    Cuando John William De Forest crea en 1868, el concepto de gran novela americana,ebrio de espacios abiertos y sueños imperialistas,la jode.Desde los etéreos campos de centeno hasta los vomitivos pijos de Easton Ellis,cualquier
    junta-letras norteamericano ha perseguido ese sueño de tinta y sudor.
    Algo similar ocurre en vuestra charca provinciana.
    Desde "Waiting By The Liverpool Tide",cada entrada aspira a la etiqueta de la gran entrada definitiva ,a su publicación en el New Yorker, a ser un borracho con problemas de literatura.

    [Continua en la Guerra de las Sedes]

  87. El Trapecista Tracio dixo...
  88. Henry Youngman,presunto seguidor de los stags,dijo aquello de "mi padre era el borracho oficial de la ciudad.La mayor parte del tiempo,eso no es tan malo.Pero resulta que la ciudad era New York".

    Supone uno,que os porcos matarán al padre de H.Youngman,cuando visiten la ciudad.

  89. Brendan Beban dixo...
  90. Licores fuertes como metal fundido.
    Nueva York,el lugar más fascinante del mundo,el centro del universo.Nueva York es como un día de fiesta:Mc Sorley's Old Ale House,Ma O'Briens, Costello's,
    Kearney's o el Metropole,cuna del Twist.

  91. Perkele Maljanne dixo...
  92. Xavier define New York con dos certeras palabras: “geometría y angustia”. Me recuerda aquello de “Nueva York (Oficina y Denuncia)”. “No es el infierno, es la calle. / No es la muerte. Es la tienda de frutas. / Hay un mundo de ríos quebrados y distancias inasibles / en la patita de ese gato quebrada por un automóvil, / y oigo el canto de la lombriz / en el corazón de muchas niñas. / Óxido, fermento, tierra estremecida. / Tierra tú mismo que nadas por los números de la oficina.” El torbellino nos anonada. El porco bravo no está perdido en la ciudad de la destrucción.
    Asesinado por el cielo.
    Pero redimido por el pecado.

  93. Hart Crane dixo...
  94. Nueva York, la experiencia de Nueva York del porco bravo me sirve para hablarles de "Al puente de Brooklyn",de Hart Crane, una oda a una de las panorámicas más recurrentes de la emblemática ciudad norteamericana. Icono arquitectónico, Crane quiso darle una vigencia trascendental de mito: "y con tu curvatura ofrece un mito a Dios".
    El acicate de esa amplitud dimensional mide 1.834 metros y une el barrio de Brooklyn con la isla de Manhattan. Se trata del primer puente colgante del mundo, construido con una estructura de resistencia seis veces mayor de la necesaria. Con la suave curva de sus gruesos cables de acero: "Tus cables respiran aún el Atlántico Norte", suspendidos entre dos torres neogóticas, domina el puerto de Nueva York a más de 84 metros de altura.
    Todos estos elementos de la situación física y geográfica se encuentran muy bellamente dispuestos en el poema y, pasados casi cien años de su escritura, la descripciones todavía resuenan en una actual y llamativa vigencia: la presencia del mar, la perspectiva de la isla de la Libertad con su reconocida y simbólica estatua (que como el símbolo del puente nos hace pensar en el traspaso de un estado a otro, en el anhelo de algún cambio), la vida de la ciudad en las oficinas que nos tienen atados a "alguna hoja de cálculo que será archivada" y el ascensor que "nos libera de la jornada...", las luces del tráfico, los edificios de la ciudad: "iluminados bloques urbanos", las vistas panorámicas desde el puente o hacia el puente que nos convierte en espectadores de una "escena trepidante" que ya hacen pensar al mismo poeta en los cines, incluso el loco que se apresura hacia los parapetos del puente y se inclina un poco... todos estos elementos, actuales, vigentes, presentes en nuestra forma de entender la vida urbana, en la comprensión que supuso el símbolo de la propia ciudad de Nueva York como eje de todo lo moderno se encuentran en este poema, o si me apuran,en esta entrada.

  95. Hart Crane dixo...
  96. To Brooklyn Bridge (Tribue to porcos bravos)

    How many dawns, chill from his rippling rest
    The seagull's wings shall dip and pivot him,
    Shedding white rings of tumult, building high
    Over the chained bay waters Liberty--

    Then, with inviolate curve, forsake our eyes
    As apparitional as sails that cross
    Some page of figures to be filed away;
    --Till elevators drop us from our day . . .

    I think of cinemas, panoramic sleights
    With multitudes bent toward some flashing scene
    Never disclosed, but hastened to again,
    Foretold to other eyes on the same screen;

    And Thee, across the harbor, silver-paced
    As though the sun took step of thee, yet left
    Some motion ever unspent in thy stride,--
    Implicitly thy freedom staying thee!

    Out of some subway scuttle, cell or loft
    A bedlamite speeds to thy parapets,
    Tilting there momently, shrill shirt ballooning,
    A jest falls from the speechless caravan.

    Down Wall, from girder into street noon leaks,
    A rip-tooth of the sky's acetylene;
    All afternoon the cloud-flown derricks turn . . .
    Thy cables breathe the North Atlantic still.

    And obscure as that heaven of the Jews,
    Thy guerdon . . . Accolade thou dost bestow
    Of anonymity time cannot raise:
    Vibrant reprieve and pardon thou dost show.

    O harp and altar, of the fury fused,
    (How could mere toil align thy choiring strings!)
    Terrific threshold of the prophet's pledge,
    Prayer of pariah, and the lover's cry,--

    Again the traffic lights that skim thy swift
    Unfractioned idiom, immaculate sigh of stars,
    Beading thy path--condense eternity:
    And we have seen night lifted in thine arms.

    Under thy shadow by the piers I waited;
    Only in darkness is thy shadow clear.
    The City's fiery parcels all undone,
    Already snow submerges an iron year . . .

    O Sleepless as the river under thee,
    Vaulting the sea, the prairies' dreaming sod,
    Unto us lowliest sometime sweep, descend
    And of the curveship lend a myth to God.

  97. Sweet Juana dixo...
  98. Cuando a Mister X se le dió por ser Lou Reed:
    1. Romeo Had Juliette
    2. Halloween Parade
    3. Dirty Blvd.
    4. Endless Cycle
    5. There Is No Time
    6. Last Great American Whale
    7. Beginning of a Great Adventure
    8. Busload of Faith
    9. Sick of You
    10. Hold On
    11. Good Evening Mr Waldheim
    12. Xmas in February
    13. Strawman
    14. Dime Store Mystery

    New York es un álbum de Lou Reed de 1989. Este fue recibido de muy buena manera como un regreso al estilo de The Velvet Underground. El sonido de rock and roll de este álbum fue inusual para el momento y junto con otros lanzamientos como el álbum de Graham Parker, The Mona Lisa's Sister presagiaron un regreso de la música rock al mainstream. En otro punto de vista, las letras de las 14 canciones son profusas y entretejidas, haciendo de New York el álbum de Reed más cercano a lo conceptual desde los primeros 1970s. Su polemica nota dirige al oyente a oir los 57 minutos del álbum en una sola escucha, "como si se tratara de un libro o una película."

    En 1989, Rolling Stone lo rankeo como 19 en su lista de los mejores álbumes de los 1

  99. Clifford Odets dixo...
  100. Un buen final.
    -Xavier: "Creo que será mejor que me marche."

    -"It´s the end of the world as we know it": "Sí. Bueno, estamos en Nueva York, donde hola quiere decir adiós."

  101. Weldon Kees dixo...
  102. Xavier jugando a las cartas en el Algonquin; una delgada
    Luz azul cae una vez más desde fuera de los estores.
    Los hombres grises con abrigos son fantasmas que se precipitan por la puerta.
    Los taxis surcan las avenidas con amarillo, naranja y rojo.
    Esto es Grand Central, Mr. Xavier .

    Xavier en un tejado sobre los Heights; las barcas
    Se lamentan como los perdidos. Allá abajo, el agua es pizarra.
    A través de sonidos de cubos de hielo en un vaso, un osteópata,
    Vestido para los vínculos, describe un visita al viejo Intourist.
    -Desde aquí es donde el viejo stag saltó, Xavier .

    Xavier caminando por el Parque, admirando al elefante.
    Xavier comprando el Tribune, Xavier comprando el Times.
    Xavier diciendo: "Hola. Sí. Soy Xavier . ¿El domingo
    A las cinco? Me encantaría. Muy bien. ¿Y tú?"
    Xavier solo en Longchamps, mirando a la pared.
    Xavier asustado, borracho, Xavier sollozando en
    La cama con una tal Mrs. Morse. Xavier en casa;
    Decisiones: ¿Toynbee o luminol? Donde el sol
    Brilla, Xavier en bañador de flores, los ojos hacia las olas que rompen
    En la orilla. Donde termina la noche, Xavier en los bares del East Side.

    Xavier con una chaqueta de cuadros escoceses, zapatos veteados,
    Corbata negra, el cuello oxford de la camisa desabrochado,
    El silencioso reloj enjoyado, que se da cuerda a sí mismo,
    Maletín, gabán ligero, ropa primaveral, todo ello cubriendo
    Su triste y corriente corazón, seco como una hoja en invierno

  103. ¿No necesita Nueva York rascacielos nuevos? dixo...
  104. Form follows ego.
    ¿Por qué Nueva York tiene miedo a las alturas ahora,cuándo siempre fue la capital de los rascacielos?
    Gran expresión esa de rascacielos.
    Tomarán os porcos algun día la manzana mundial?
    Esa ciudad que pertenece a los judíos,la patrullan los irlandeses y la gozan negros e hispanos.

  105. un Salvador que surgirá de entre estas calles dixo...
  106. con “"It´s the end of the world as we know it"” os porcos se identifican por primera vez con Nueva York, sus rincones y lugares, personajes solitarios, excéntricos y luchadores, entre los que estalla en cualquier momento la violencia implacable y catártica que nada tiene que envidar a la de una night out in Sheffield.

  107. Billy Budd dixo...
  108. Por los pasajes marítimos de la memoria.
    Resulta que en Liverpool llaman a Sinatra,Francis Albert a secas.Solía acudir al Empire y a empinar el codo al Ma Eggertons.
    Para que luego digan que esta entrada no habla del porcobravismo feniana y de sus inolvidables singladuras

  109. 72 Bruen Street dixo...
  110. En Nuarca, ao pé de Nova York, florece un Centro Orensano cuxos socios son fillos exclusivamente de Ramiráns e de Cartelle. Victoriano Núñez fixo un día unas camisetas nas que a provincia de Ourense aparecía cartografiada coma una illa na que non había nin Galicia nin Portugal. En tempos pasados destribuíronse pegatinas nas que se dicía que “ser de Ourense, catedrático”. Aínda máis insignia da identidade “ourensana”.
    Aos de Mondoñedo ou Ribadeo quédalles Lugo lonxe e alleo.
    Os porcos,nembargantes,sonche de Tractorville,Liverpool,Vigo,Whitby,España ou Galiza.
    Pero,por riba de todo,son do país da boa literatura.

  111. Francis Albert dixo...
  112. Cuentan los libros de historia que los primeros emigrantes españoles que llegaron a la costa este estadounidense lo hicieron en 1898, y como consecuencia del proceso de descolonización que tuvo lugar en el Caribe. Tendrían que pasar, por lo tanto, más de sesenta años para que otra oleada de emigrantes, esta vez procedentes de Galicia, decidieran cruzar el río que separa Manhattan de New Jersey y establecerse en una pequeña ciudad costera bautizada con el nombre de Newark. Fue el principio de lo que hoy se conoce como la Pequeña Galicia, un reducto que muchos consideran como la comunidad de gallegos más importante dentro de Estados Unidos.
    Como todos los barrios de emigrantes, la Pequeña Galicia de Newark está situada a apenas unos metros de la estación de trenes, si bien muchos de los que llegaron a este país lo hicieron en realidad en avión o por mar. Hoy, sin embargo, resulta casi imposible encontrar a algún gallego que reconozca haber llegado al país en barco, o más concretamente «haberse caído de él», eufemismo con el que antiguamente se identificaba a quienes se escapaban de los mercantes.
    «Sobre todo en la década de los sesenta era bastante común que los gallegos que estaban embarcados salieran para visitar a algún familiar aquí y ya no volvieran más», cuenta Manuel Ayuso, un pintor nacido en Santa Uxía de Ribeira y que tuvo la «suerte» de llegar a Estados Unidos en 1947. «Una época en la que había oportunidades aquí para poder estudiar y avanzar», recuerda.
    Para los que llegaron después, sin embargo, el camino hacia el sueño americano fue más duro. La mayoría de los gallegos que aterrizaron en Newark durante los años setenta y ochenta se vieron condenados a realizar trabajos manuales que en muchas ocasiones conllevaban un riesgo adicional. En una parte estaban los que se jugaban la vida en los llamados scaffolding, unos andamios de gran altura que se utilizan para la limpieza y la construcción de los rascacielos. Y en el otro lado se situaban aquellos que se gastaban las manos y la salud como estibadores en el puerto de la ciudad, «un trabajo que al principio solo los irlandeses, los gallegos y los vascos querían hacer», según relata Sergio Seijas, dueño del restaurante Spain 92, uno de los más populares del área.
    Ahora Little Galicia es cada vez más little, y algún día llegará a desaparecer.
    Curiosidad:El bar del Centro Orensano tiene futbolín y botellas de anís El Mono
    en la estantería.

  113. Anxo Fernández dixo...
  114. 15.000 gallegos en Newark que "sólo sienten una distancia física con Galicia".

    El "alma gallega de Nueva York".
    Aunque sea en el estado de New Jersey.

    Conclusión: Os galegos xogarían na casa.

  115. Misfits en un Saco de Patatas dixo...
  116. Galegos en New Jersey.
    Bardo atlántico en New York.
    Porcos bravos.
    Sin comentarios acerca de los nombres de algunos bares.
    Técnica literaria Luca Brasi.

    Ahora resulta que Mr X se creyó David Chase y escribió el capítulo piloto de Los Soprano jugan la IX contra Os Porcos Bravos en el campo de los Mets [que no New Jersey Nets]
    El título es un poco largo pero funcionará con algunos ajustes.

  117. Brendan Mac Court dixo...
  118. ¿Que hace usted en New York?
    .-Trabajo en los muelles como trabajador de costa,vulgo estibador.
    .-Ya veo.¿Le agrada esta ciudad?
    .-Me encanta.George fue un tonto al soltarla.Los casacas rojas se fueron demasiado pronto.
    .-Ya volverán,hijo,ya volverán.

    Post-todo: Recomiendo el Dick Edward's y el Clavin's.

  119. Perkele Maljanne dixo...
  120. Me paso la vida acechando la menor oportunidad para venir aquí, llego, y en el acto me siento poseído de una indignación terrible contra todo. Nueva York es una ciudad que me irrita, pero que me atrae de un modo irrestible: la vorágine, el abismo, el pecado, las mujeres fatales, las drogas malditas...
    Para mí Nueva York es la ciudad romántica por excelencia. ¿Conciben ustedes nada más romántico -para poner un ejemplo concreto- que esto de prohibir las bebidas alcohólicas a fin de elevar a la categoría de delito el acto de tomarse un aperitivo?
    Nueva York es, ante todo, el momento presente. Es el momento presente sin más relación con el porvenir que con el pasado. El momento presente íntegro, puro, total, aislado, desconectado. Sólo Nueva York ha acertado a encarnar nuestra época, y probablemente ésta es la verdadera causa de que la gran ciudad nos atraiga y nos rechace a la vez de un modo tan poderoso. Nos atrae porque uno no puede vivir al margen del tiempo, y nos rechaza por la estupidez enorme del tiempo en que le ha tocado vivir a uno.

  121. Perkele Maljanne dixo...
  122. Quien ha vivido en Manhattan sabe hasta qué punto el viento preside la vida de la ciudad. El viento recrudece los fríos terribles del invierno, rompe los paraguas y los toldos, derriba los árboles y los semáforos, hace trastabillar y caer a los ancianos y a los enfermos, no deja dormir; a veces acelera el paso de los nubarrones y despeja los cielos, otras, trae los aguaceros de finales del verano o principios de otoño, cuando llegan las colas de los huracanes devastadores del Caribe, ya muy debilitados. En su faceta menos agresiva el viento anima las calles: hace planear las gaviotas y ondear las banderas y levanta las faldas de las chicas.
    Tan excesivo como el viento es la lluvia. A menudo el cielo se encapota en pocos segundos, sin previo aviso, y empieza a caer el agua. El caos se produce de inmediato: los sótanos se inundan, las avenidas se convierten en ríos crecidos. En las calzadas el agua se acumula en los baches, donde los autobuses meten el morro, levantan surtidores de muchos metros de altura, que empapan a los viandantes. El viento no cesa cuando llueve: se lleva los paraguas y los sombreros y hace que la lluvia caiga casi horizontal, que penetre bajo las marquesinas y abofetee al que encuentra. En medio de la confusión pasan los coches de los bomberos, que acuden a las emergencias causadas por el aguacero, a través de los atascos, tratando de abrirse paso con las sirenas y las bocinas. Parece que haya llegado el fin del mundo.
    En verano estas tormentas vienen acompañadas de mucho aparato eléctrico. Los rascacielos atraen los rayos, que bajan restallando por las fachadas mientras retumba el trueno. En invierno el viento viene del norte y como en el camino no encuentra sistema montañoso que lo detenga llega a Nueva York sin perder fuerza ni frialdad. Una vez en Manhattan, se mete por los callejones que forman los rascacielos alineados y corta la piel, porque a veces sopla a veinte o treinta grados bajo cero

  123. Un cucurucho de arenques ahumados dixo...
  124. Mi conocimiento de la ciudad (Nueva York) era vaporoso; luces lacerantes, y el retumbar del metro, el hueco de la escalera que había que subir, cuatro paredes de un verde sucio, una cama donde derrumbarse a medio lavar, guiso, café, pan, cafetera, una acera que cabecea ligeramente bajo mis pasos, luego, de nuevo la larga cola de carretillas. Había grandes fogatas de coke llameante donde calentar las manos, y allí calentaba las mías, lo justo para respirar un poco, mucho tiempo después de que ya no las sintiera en absoluto. Recuerdo a un hombre cayéndose de su andamio, colgado del techo a treinta metros de altura, y viniendo a aterrizar a un metro de mí. En el momento de tocar el suelo estaba rojo, pero la sangre se retiró de su rostro como un telón que se levantara y quedó azul y blanco bajo las luces de la obra.Mi amigo me prestó un dólar y compré dos barras de pan negro y un cucurucho de arenques ahumados y me encerré en mi habitación durante una semana. Tenía miedo de salir a la calle, un miedo, terrible a los coches y al ruido. Miedo del propietario y miedo de los hombres. Miedo de los amigos

  125. Don Revie dixo...
  126. Woodwork: The Only Brooklyn Bar To Watch English Football In.
    Woodwork in Brooklyn is a bar for football fans of every stripe. Here's why you need to pay it a visit the next time you're in New York.
    Congratulations for yours blog.

  127. Húsar Carpetovetónico dixo...
  128. LA MÍSTICA NORTEAMERICANA
    Hay algo excesivo en la cultura norteamericana, algo grandilocuente, que expande sus efectos sin remedio a lo largo y ancho del mundo, igual da que sea por fervorosa alianza o por oposición. Poseen algo infantil ajeno por completo a la mirada europea. Cualquier asunto lo convierten en un espectáculo, como si ese fuera su sino, su destino inexorable. A veces resulta imposible dirimir de dónde les llega esa sensación de constante grandeza y heroidicidad, de hazaña. Es como si nosotros, que ya vivimos la majestuosidad del Imperio Romano o la enormidad de la España de los siglos XVI-XVII, o la colonización inglesa y los grandes proyectos faraónicos de esas familias reales que ocuparon los tronos en media Europa, ya no pudiéramos creer en la historia. La juventud de Estados Unidos quizá les permita todavía aferrarse a la fantasía de su superioridad, de su esencia como nación.
    La sociedad norteamericana se sustenta en dos pilares básicos que en el fondo engloban a todos los demás, incluso los falsifican: Dios (la religión) y el dinero. Upton Sinclair lo sabía extraordinariamente bien cuando escribió Petróleo. Quizá aquellos antiguos colonos que pagaron con sangre la ocupación de esos territorios inmensos sean los causantes de una filosofía de esa índole. A excepción de algunas grandes ciudades, como San Francisco o Nueva York, o ciertos sectores ilustrados de la población, Estados Unidos parece a menudo un mundo aparte respecto a Europa. Es el país más rico de la tierra y, sin embargo, sustenta un record de pobreza inigualable en el resto del mundo opulento, posee niveles de bienestar para amplios sectores de la población absolutamente intolerables, aglutina una violencia inusitada en sus calles y niveles de analfabetismo muy superiores a cualquier país europeo. A su vez, lleva en sus entrañas una profunda carga metafórica que produce y exporta su mística por doquier. Es como si supieran de que están hechas las masas, en qué consiste vender cualquier cosa por mediocre o insuficiente que sea.

  129. Húsar Carpetovetónico dixo...
  130. No en vano, el poeta fundador de la literatura norteamericana no es otro que Walt Whitman y sus cantos heroicos a la naturaleza y a la extensión del continente y sus gentes; algo impensable en nuestra fatigada Europa. Bastaría comparar la tierna inocencia y la hermosa grandeza expresada por Whitman, que publicó Hojas de hierba en 1857, con el refinamiento amargo y profundo, tan oscuro, de Baudelaire, que editó sus Flores del mal en 1855. Casi coetáneos, los separan años luz en muchos aspectos. Es posible que Whitman percibiera Estados Unidos en el fondo como un país lleno de la esperanza de su juventud, una enorme extensión de tierras por descubrir, donde los indios seguían defendiendo sus espacios en algunas zonas y los colonos extendían su dominio; una sociedad de sueño, de ilusión renovada, donde los pioneros protegían sus miserables posesiones con armas de fuego y su propia vida, mientras que el París de Baudaleire olía a rancio y a humanidad, denotaba el cansancio acumulado de los siglos de civilización europea, la escasa actitud estética de la burguesía dominante y su crueldad para el pueblo, los efectos colaterales del desarrollo científico y económico, lo que provocó en el poeta esa primera conciencia clara de la individualidad atormentada y su tenebrosa relación con la negrura, la queja inicial del hombre espantado ante el progreso inminente y salvaje, ante el poder de la máquina frente a la humanidad primigenia, cercano el momento en que la esperanza de la Ilustración se iban desvaneciendo ante la decrepitud de nuestro mundo; Montesquieu ha muerto, cómo dijeron algunos. Podría estar ahí la diferencia, pero tampoco logro adivinarlo.
    Mientras Kafka, a comienzos del siglo XX, despojaba parte del sentido de la palabra individuo, y anticipaba de alguna forma el advenimiento de las grandes utopías antihumanistas, al supeditar a sus personajes a unas fuerzas aleatorias, incomprensibles e inexorables que empujaban la vida hacia lugares no deseados, llenos de puntos muertos y rincones de absurdo, fuera con el humor negro de sus formas narrativas o con la angustia de las encrucijadas inevitables, los norteamericanos siguen ensalzando la figura individual por encima de cualquier otra posible reflexión sobre el mundo, como si no hubieran perdido la esperanza en ese sueño, sea desde la literatura de esos autores adorados por la crítica y una buena parte del público europeo, o desde los peores libros imaginables que, sin embargo, venden como churros a lo largo y ancho de la tierra. Inspira confianza ese culto tan norteamericano al héroe. Siempre nos salvarán de alguna de nuestras desgracias.
    Ejemplo final de un héroe del porcobravismo:Las putas y los borrachos de Bukoswki corren despavoridos, se protegen aterrados entre cuatro paredes pero aún así no reposan, no están tranquilos y se ven empujados a la verborrea y el ruido. Hank, el alter ego de Bukowski, bebe compulsivamente, busca un trabajo tras otro para sobrevivir, aspira a alcanzar algún día la normalidad virulenta e incesante de su país.

  131. Inglés superafincado dixo...
  132. ¿Y qué animal tiene los colmillos inferiores de gran tamaño? Fácil, el cerdo.
    Esta teoría ha sido ofrecida por el Blog de “Niu Llor Hog”, quien propone que el animal podría ser un jabalí o un capibara, una especie de cerdo/rata gigante de Sudamérica.

    El astado hastiado de ganar en dos continentes,now and ever, puede ser un stag (venado/ciervo).

    Dicen los que saben.

  133. High on the Hog dixo...
  134. Les clavó sobre las botas
    mordiscos de jabalí.
    el mundo del inconsciente que descubriera Mister X y atraerá a estos poetas con tintes, a veces, de amargura, como en el descubrimiento de la ciudad de Nueva York. O en los versos casi siempre amargos de Willy Rice . Los porcos bravos , según Mike Barja, son como los erizos pero no como los stags: un día sienten frío y deciden juntarse. Entonces inventan De Anglogalician Bowl y el resultado es como en los erizos: nada queda de la experiencia amorosa, como no sean las espinas de la frustración o los celos,o la derrota o el tractor.


    Wild Boar Inn


    507 Seguine Ave
    Staten Island, NY 10309

  135. El Sármata Borracho que fue Samurái Vagabundo dixo...
  136. Buscano otras verdades me topo con ésto.
    Será la razón del gran charco, la memoria del Titanic o nuestro viento en las velas,será otro chasco pero,el Pub Google neoyorquino no es tá frecuentado como Sheffield o Londres.
    Hablamos de una grandísima entrada.
    Con lo que me tope:

    "Temí a Nueva York,
    la indefensión y anonimato;
    vos me enseñaste a amarla
    y aceptar ambivalente
    el ser autónomo y solo.

    Ciudad de hierro y vidrio,
    comprimida y disparada hacia arriba.
    Ciudad de espejos verticales,
    sus edificios reflejan al mundo.
    Manzana incandescente
    en pedestal de granito,


    no bastó para sostener tu dulce peso
    el día que –traspiés premonitorio–
    besaste el suelo para despedirte.

    Ciudad de percherones y taxistas,
    juglares y pordioseros,
    tiendas "por cita" y ventas callejeras,
    artistas y hombres de negocios.
    Ciudad de judíos e hispanos,
    negros y chinos. Ciudad cósmica,
    sede de Naciones Unidas,
    centro del comercio del mundo,


    escenario del Juicio Final
    de nuestro matrimonio.
    Creí no poder volver, pero estoy aquí."

    Falta otra pata para la trilogía.

  137. “Oh no! it’s too big!”. dixo...
  138. Docs curiosidades y una perplejidad.


    La inscripción que reza en la base de la Estatua de la Libertad ("Give me your tired, your poor ..."), es el poema titulado "The New Colossus" escrito por la poetisa neoyorquina Emma Lazarus en 1883 con el fin de recaudar fondos para construir el pedestal.
    The New Colossus
    Not like the brazen giant of Greek fame,
    With conquering limbs astride from land to land;
    Here at our sea-washed, sunset gates shall stand
    A mighty woman with a torch, whose flame
    Is the imprisoned lightning, and her name
    Mother of Exiles. From her beacon-hand
    Glows world-wide welcome; her mild eyes command
    The air-bridged harbor that twin cities frame.
    "Keep ancient lands, your storied pomp!" cries she
    with silent lips. "Give me your tired, your poor,
    Your huddled masses yearning to breathe free,
    The wretched refuse of your teeming shore.
    Send these, the homeless, tempest-tost to me,
    I lift my lamp beside the golden door!"
    Cualquier persona puede tener un objeto con el emblema del Departamento de Policía de Nueva York o las letras NYPD, excepto los propios policías de la ciudad. Los agentes de Nueva York que deseen tener una camiseta, una gorra, un bolígrafo, una taza, un pin o cualquier otro elemento con las letras NYPD o con el emblema del departamento, salvo los de su propio uniforme, deben pedir una autorización por escrito.

    ¿Que le apasó a la franquicia Google de Nova Iorque?

  139. Zampabollos Bávaro dixo...
  140. De aquí a Lima,se dice.
    Nueva York se pelea con Londres por ser la cuna del punk.En el pub google de Sheeffield estaban con Hawley&Cocker ,y en Nueva York la franquicia no triunfó como era de temer con los antecedentes del gremio de piontantes.

    El CBGB abrió sus puertas en diciembre de 1973 bajo la propiedad de Hilly Kristal. Estuvo ubicado en el 315 de Bowery, entre la 1º y 2º del Lower East Side de Manhattan, hasta el 15 de octubre de 2006, cuando tuvo que cerrar sus puertas debido a una deuda de 75.000 dólares y al encarecimiento de la zona, que se revalorizó en una importante operación especulativa que se llevó a cabo durante el gobierno de Rudolph Giuliani.


    El CBGB es uno de los locales emblemáticos de la historia del rock ya que en sus dependencias se desarrolló buena parte del germen de la explosión punk y new wave que se vivió a nivel mundial a finales de la década de los años 70 y primeros 80. Sin embargo, su propietario, Hilly Kristal, tenía unos planes muy diferentes al punk.

    Sus sílabas corresponden a Country, BlueGrass and Blues, que inicialmente eran los estilos musicales que iban a predominar en la programación del club. Pero Kristal también añadió otras iniciales: OMFUG [Other Music for Uplifting Gormandizers/Otra música para consumidores voraces].

    Esto mre lleva al gran tema de mi comentario.¿Por qué nunca hubo unas Olimpiadas en New York?

  141. Perkele Maljanne dixo...
  142. El jazz está en la sangre de la noche.
    Le hago un corte con la botella de una Budweiser
    y Ella Fitzgerald canta: «Heaven, I’m in heaven...».
    Y cuanto más alcohol, más más arriba en el cielo.
    Y un rato después: «Die, the rest is silence...»
    le susurro al taxista que me saca
    de la noche imborrable en Greenwich Village.

  143. Mike Barja pasea por malas callas en el taxi de Travis Bickle dixo...
  144. La imaginación al poder. Es muy fácil ser creativo con lo inexistente: utopías, distopías, marcianos. El reto está en reinventar la realidad. Fea, común a todos, obstinadamente fiel a sí misma. Ingobernable. Anti-Guía Michelin en prosa y verso, narra la conquista de Nueva York por un porco bravo .
    Mister Xavier sigue la estrategia de Godzilla: recorre las calles, escruta rostros, edificios, corazones. Y procede a ajustarlo todo a su medida. Xavier humaniza la ciudad igual que la ciudad deshumaniza a los hombres: apropiándose de su alma. Madriguera Manhattan es inhóspita, diversa, nos reduce a “una misma pérdida continua que morirá algún día”. Por la ciudad sentimos un amor-odio adolescente: nos rebelamos contra su arbitraria autoridad, nos resistimos a su matriarcado abusivo, pero no se nos escapa el “azar que es respirar/ aquí o en cualquier otro sitio”. Y porque la contradicción no es patrimonio de la humanidad, la docupoesía del ribedense se permite sutiles oxímorones (“Mi mujer y yo nos reímos de esta gente falsa/que tanto nos gusta”) y perversas confusiones de valores, como fabular “un dios made in USA fan del football, de la comida rápida,/de aplastar a los enemigos, de Frank Sinatra”. No ocupamos espacios: habitamos culturas. It´s the end of the world as we know it es todo lo que Nueva York significa para Xavier . Es una experiencia personal más allá del individuo: la ciudad se procesa como una idea. El ombligo del mundo tiene forma de manzana. Bienvenidos a Nueva Ribadeo. La imaginación Es el poder.

  145. Gattuso dixo...
  146. Alla destra si vedeva New York, eravamo nel porto di New York

  147. Pol Hoster dixo...
  148. Se ha dicho muchas veces, y es verdad, que, más que un lugar, Nueva York es un estado de ánimo. La idea puede servir de punto de partida para intentar atrapar algún aspecto oculto de su personalidad. Conscientes del misterio en que está envuelta, los literatos neoyorquinos se vieron obligados a forjar una forma de escritura capaz de horadar el caparazón de la ciudad, extrayendo del fondo de la misma su más recóndita esencia.

    El género inventado se sitúa en algún lugar entre la literatura y el periodismo. Corría el año 1925 cuando se dio a conocer su primera cristalización. Fue entonces cuando salió a la luz The New Yorker, publicación para la que no hay equivalente en ningún otro lugar del mundo y sin la cual no es posible entender el espíritu de Nueva York y sus gentes.

    En las páginas de la recién nacida revista se gestó un género literario cuyo fin era ayudar a los neoyorquinos a entender y dar adecuada expresión a su entorno. Son muchas las singularidades que hacen irrepetible esta publicación: las viñetas, la inclusión de cuentos y poemas inéditos, una forma especial de entender casi cada aspecto, tanto del periodismo como de la literatura, y, por encima de todo, una forma de reportaje que ha pasado a ser conocido como perfil.

    El perfil es un retrato en profundidad de la forma de ser de un individuo o un lugar. La fórmula secreta que permite llegar a lo más hondo del asunto a tratar es un aspecto del estilo que hace de él un arma de una sutileza rayana en lo invisible. Los mejores escritores americanos, sin excepción, han velado sus armas escribiendo perfiles para The New Yorker, por cuyas páginas han desfilado y siguen haciéndolo hoy las mejores firmas de la literatura universal.

    De entre los millares de perfiles escritos durante las décadas que han transcurrido desde la fundación de la revista hay dos, firmados por E. B. White y Truman Capote, que estuvieron a punto de alcanzar lo imposible: atrapar en unas decenas de páginas la esencia de lo que es Nueva York, o por lo menos, una mitad de la ciudad.

  149. Trauman Cipote dixo...
  150. El de White se titula simplemente Esto es Nueva York, y es cierto que logra fijar de manera indeleble lo que de permanente hay en algunos de los lugares más emblemáticos de Manhattan. A su vez, en Una casa en Brooklyn Heights, Capote aporta lo que le falta al medio Nueva York de White: el espacio que se abre al otro lado del Puente de Brooklyn. Compuestas con total independencia una de otra, las semblanzas neoyorquinas de estos dos autores trascienden las señas de identidad de la época en que fueron escritas, logrando entre las dos atrapar lo que hace a Nueva York acreedor del título que tuvo en su tiempo Roma: ser una ciudad eterna.

    El perfil de White es de 1948 y se publicó en forma de libro un año después. Muy distinta fue la suerte de Una casa en Brooklyn Heights, texto que permaneció sepultado entre los manuscritos que el autor de A sangre fría dejó inéditos tras su muerte y no llegaría a la imprenta hasta 2001. La unidad que constituyen estos dos reportajes es tal, que en las librerías neoyorquinas se suelen ofrecer conjuntamente al lector, cuidadosamente publicados por la misma editorial.

    Cuenta Washington Irving en las páginas iniciales de su exquisita Historia de Nueva York, libro publicado en 1809, que, con anterioridad a la llegada de los primeros europeos, había en la punta meridional de la pequeña isla de Manhadoes un poblado indio cuyos habitantes se dedicaban al pacífico oficio de la pesca. Situada en la confluencia de dos ríos que desembocaban en una amplia bahía, en 1524 arribó a sus orillas el explorador italiano Giovanni da Verrazano, que andaba a la sazón buscando un paso que le permitiera proseguir viaje en dirección Noroeste. En 1609 llegó al mismo enclave el navegante inglés Henry Hudson, quien bautizó al río que bañaba la costa occidental de Manhadoes con su apellido. Un año después, los holandeses le compraron el poblado a los indios algonquinos por una cantidad irrisoria.

    La colonia se denominó Nueva Orange y Nuevo Ámsterdam antes de adquirir el nombre definitivo de Nueva York. Irving, de 26 años de edad, pone estas y otras historias en boca de Diedrich Knickerbocker, el idiosincrático narrador de la obra. El libro llegó a ser un best seller de proporciones extraordinarias y convirtió el apellido de Knickerbocker en sinónimo de neoyorquino. Al escribir la historia de los primeros tiempos de su ciudad natal, centrándose en el periodo neerlandés, Washington Irving se interesa exactamente por lo contrario que, andando el tiempo, procurarían captar Truman Capote y E. B. White, es decir, no lo que aspira a la condición de eterno, sino lo efímero.

  151. O' Jette dixo...
  152. Son innumerables los libros que buscan dejar constancia de la grandeza perdida de la ciudad, y no solo arquitectónicamente. Irving publica su crónica del Nueva York perdido cuando la ciudad cumplió sus primeros dos siglos de existencia. Resulta conmovedor constatar que desde el primer momento Nueva York encerraba en su totalidad el germen de su futuro ser. Dice Knickerboker que en torno al año 1640, con una población que no llegaba al millar de habitantes, la inmensa mayoría de los cuales no habían nacido allí, se hablaban en la colonia 18 idiomas.

    Acercarse a Nueva York a través de su literatura exige dejar en suspenso los prejuicios estéticos que podamos tener y adoptar una actitud abiertamente democrática. No en vano, el autor neoyorquino más emblemático es Walt Whitman, cuya proeza consistió en saber hacer llegar su formidable corpus poético a toda suerte de lectores.

    Es importante señalarlo: Cuando Nueva York recibe el homenaje de sus hijos se niega a distinguir entre alta y baja literatura. Si se quiere entender de manera cabal lo que sucede en sus calles y rincones, es imperativo aceptar por igual a los autores supuestamente cultos y a quienes viven de satisfacer el apetito de las masas. Los intelectuales podrán o no dar la espalda a los best sellers, es su problema, pero la ciudad en sí acepta con idéntica alegría libros como Sexo en Nueva York (1997) o El diablo viste de Prada (2003), así como novelas de la altura literaria de Great Jones Street (1973), de Don DeLillo.

    Para algunos de sus contemporáneos, las historias de O. Henry (1862-1910) pecaban de sentimentalismo. Lo maravillosamente irónico de su caso es que un siglo después de la muerte de este autor, mientras que sus críticos han caído en el olvido, sus cuentos neoyorquinos siguen siendo tan deliciosos de leer hoy como lo fueron en su día.

    El gran O. Henry no estaba solo. Los mejores cronistas de la ciudad suelen tener un alma gemela en otro vértice del tiempo. Así como Capote lo fue de E. B. White, quien mejor complementa el retrato neoyorquino que nos ofrecen los cuentos de O. Henry es uno de los grandes colaboradores de The New Yorker. Se trata de Joseph Mitchell, el genial creador de Joe Gould, un vagabundo del Village que quiso registrar una historia oral del mundo que cupiera entre los límites de Nueva York. No lo consiguió, por supuesto, ni siquiera logró reducir a la ciudad en sí.

  153. Manzana Podrida dixo...
  154. Así las cosas, lo mejor es abandonarse a una lectura perfectamente desordenada, desde el punto de vista cronológico. Las disquisiciones de los detectives metafísicos de Paul Auster no están reñidas con las novelas de costumbres urbanas escritas por E. L. Doctorow, Isaac Bashevis Singer o Henry Roth, los tres grandes de la literatura judeo-neoyorquina. Una de las novelas más deliciosas que tienen como escenario Nueva York es Desayuno en Tiffany's (1958), de Truman Capote. Y nadie ha conseguido aún llegar a las alturas alcanzadas por J. D. Salinger en El guardián entre el centeno (1951) o Francis Scott Fitzgerald en las escenas neoyorquinas de El Gran Gatsby (1925).

    Si el tiempo no importa, menos aún el lugar. Uno de los rasgos más llamativos de la historia literaria de Nueva York es que los autores de algunas de sus páginas más inolvidables no nacieron aquí. Uno de los poemarios más sobrecogedores jamás escritos sobre la ciudad es Poeta en Nueva York (1929-30), de Federico García Lorca. En su recorrido, Lorca recoge los símbolos esenciales del paisaje urbano: Broadway, Harlem, Wall Street y, por supuesto, el Puente de Brooklyn, sobre el que convergen con avidez las miradas de innumerables poetas, uno de ellos, alguien tan inesperado como Vladímir Maiakovski.

    En algún caso, vinieron a morir aquí, como ocurrió con el galés Dylan Thomas, una de las víctimas más legendarias del legendario Hotel Chelsea. Y hablando de escritores malditos, casi nadie tiene presente las páginas que dedicó el francés Ferdinand Céline a Manhattan en su estremecedor Viaje al fin de la noche (1932), como tampoco es apenas conocido el impacto que tuvo la ciudad en Máximo Gorki, cuya ideología se tambaleó ante la grandeza inclasificable de Nueva York.

    Una de las más logradas semblanzas de la ciudad la llevó a cabo el poeta y diplomático francés Paul Morand en Nueva York (1929). Tanto por la profundidad de su visión como por la extraordinaria calidad de su prosa, hasta hoy, nadie que se exprese en español ha superado las crónicas neoyorquinas que escribió en nuestro idioma el héroe de la independencia cubana, José Martí, durante los años que vivió en la Gran Manzana a finales del siglo XIX.

  155. híjole, dixo...
  156. Nueva York no olvida a los suyos, por supuesto, y los exhibe con orgullo. En cuanto a los escritores oriundos de la ciudad, la literatura norteamericana está en deuda con Nueva York por haber nacido en ella Herman Melville y Walt Whitman, autores, respectivamente, de la mejor novela (Moby Dick, 1851) y el mejor libro de poemas (Hojas de hierba, 1855-1892) de toda la historia de la literatura norteamericana.

    ¿Cómo abarcar la ciudad con una sola mirada? Nueva York es la suma de cinco condados: Manhattan, Brooklyn, Queens, el Bronx, Staten Island. Dentro de cada uno de estos barrios infinitamente cambiantes hay un sinfín de enclaves urbanos, todos con una fuerte personalidad: Harlem, Wall Street, Washington Heights, Williamsburg, Forest Hills, Coney Island... Además de carácter, todos tienen su propia historia literaria, imposible de resumir. Los negros, los hispanos, los judíos, los polacos, los italianos, los irlandeses y los asiáticos, entre otros, tienen una larga nómina de autores que enriquecen de manera incesante la literatura que tiene por objeto la ciudad.

  157. Nos lo ponen a huevo dixo...
  158. Otra forma de viejar a Nova Iorque es posible.
    En tres párrafos absurdos de sodomiagafapasta:

    1.-Como se acercaba la hora de comer, decidimos ir a otro de nuestros sitios favoritos: Porchetta. Cogimos el metro y nos dirigimos al Lower East Side para disfrutar de uno de los mejores bocadillos de cerdo que he comido en mi vida (antes nos detuvimos en Kim’s Video & Music, en la 1ª Avenida, para comprar el vinilo de Lee Ranaldo). Como en el local casi no hay espacio, nos acercamos al Tompkins Square Park, para comerlo tranquilamente.
    2.- El motivo principal del paseo por Chelsea era The High Line, el parque de Nueva York construido donde había una vía de tren elevado abandonada, que es uno de los principales reclamos de la ciudad (habíamos estado en otras dos ocasiones, pero en ambas había coincidido que era invierno –aparte de que en esta ocasión era primavera, ya habían inaugurado un nuevo tramo–). Es obligatorio un paseo por el parque, desde el que se ve la ciudad de Nueva York bajo una perspectiva diferente y, además, hay excelentes vistas del IAC –un edificio de Frank Gehry–, y del hotel The Standard, al que The High Line lo cruza literalmente).
    3.- Realizadas las compras, decidimos que lo mejor era una comida-merienda-cena antes del concierto de Perfume Genius en Brooklyn. Uno de nuestros restaurantes favoritos (que, además, está cerca del hotel) es Company, una pizzería excelente gracias a la cual descubrí en nuestro anterior viaje un objeto que os enseñaré más adelante.

    Tras la pizza Popeye y una jarra de cerveza Ommegang, nos dirigimos al hotel a dejar las cosas y a cambiarnos, para, acto seguido, coger el metro hasta Brooklyn.

    El concierto era en The Glasslands Gallery, un sitio muy cutre de Williamsburg en el que hay muy buen ambiente y mejores conciertos (normalmente de grupos de la escena indie poco conocidos o que están empezando).

  159. José María Fonollosa dixo...
  160. FIFTH AVENUE

    Ese sentirse solo a la salida
    del trabajo, del cine, al ir a casa...

    Saber que nadie espera que uno llegue
    para alegrarse al verle o rechazarle,
    hace enemiga calle la desierta
    e inhóspita la calle más poblada.

    Los amigos... Me cuentan sus problemas
    y se marchan aprisa. Y uno queda,
    de nuevo, otra vez, solo y debe, siempre,
    replegarse en su yo y su aburrimiento.

    Qué vacío descubre uno en sí mismo
    cuando uno mismo busca su yo interno.
    Qué ser desagradable se contempla
    cuando su propio ser uno examina.

    Y aquí, entre tanta gente, en la ciudad,
    siente uno que no importa nada a nadie.

  161. Osmundo V. dixo...
  162. Fui allí en busca de los solitarios domingos pintados por Edward Hopper, en los que se oye respirar la despiadada melancolía de Nueva York.

  163. Colson Whitehead dixo...
  164. No importa cuánto tiempo lleves aquí, eres neoyorquino desde la primera vez que dices "Aquello era el Munsey's" o "Allí estaba el Tic Toc Lounge". Que antes de que plantaran ese cibercafé solías arreglarte la suela de los zapatos en el negocio familiar que ocupaba ese mismo lugar. Eres neoyorquino cuando lo que estaba antes es más real y está más vivo que lo que hay ahora.
    Yo empecé a construirme mi Nueva York en el tren de la línea 1. Mi primer recuerdo de la ciudad es mirar por la ventanilla del metro al tiempo que éste emergía del túnel camino de la cale 125 y se detenía en las vías elevadas. Era a principios de la década de los setenta, de modo que todo estaba sucio, porque esa es mi ciudad y a ella me aferro. Y todavía hablo del edificio de la Pan Am, no por afectación, sino porque eso es lo que es. Para la recién llegada de Des Moines, que inicia su primera semana de trabajo en una aseguradora de Park Avenue Sur, el titán que asoma por encima de Grand Central es el edificio Met Life y siempre lo será. Por supuesto, se equivoca: cuando yo lo miro veo claramente las letras gigantescas que anuncian la Pan Am, ¿verdad? Y, por supuesto, a los ojos de los veteranos que mantienen el mito de que existió un tiempo anterior a la Pan Am, me equivoco.
    Existen ocho millones de ciudades descarnadas en esta ciudad descarnada: polemizan y discuten entre sí. Este lugar se multiplica cuando no miras.

  165. Vate con un Bate dixo...
  166. Sois ricos
    Juntáis al culto de Hércules el culto a Mammón,
    y alumbrando el camino de la fácil conquista,
    la Libertad levanta su antorcha en Nueva York

  167. fm dixo...
  168. Inicio bíblico.

    Tentados por la Gran Manzana. Habla a las claras de la grandeza adquirida por la competición.

    A Xavier, vello altruán,solo cabe reprocharle que no se prodigue más,por éste, su blog.

  169. Cubierto de barro dixo...
  170. Tú eres una borrasca cristiana,X,tentando con una manzana,y sin ánimo de fusilar a nadie.

  171. Brendan Behan dixo...
  172. New York,New York.En el crepúsculo desierto de Manhattan,cuando agoniza la tarde,pisábamos Broadway de la mano,como si fuéramos el primer hombre en la luna,luefo el cuervo poetico rompió el silencio graznando con delicadeza y sobre las huellas de Brendan Behan,bailé calle arriba y calle abajo.

  173. Thomas Wolfe dixo...
  174. Sólo los muertos conocen Brooklyn

  175. Mister Brimstone dixo...
  176. Ir en caballo de madera al infierno, leo en el capítulo
    veintidós de la Inglinga Saga. Viuda, balanza, borne y
    finibusterre fueron los nombres de la horca en la germanía; marco
    (picture frame) el que le dieron los malevos antiguos de Nueva
    York.

  177. He says prophetically dixo...
  178. Half of this story can be found in the records of
    the Police Department; the other half belong behind
    the business counter of a newspaper office.

    One afternoon two weeks after Millionaire Nor-
    cross was found in his apartment murdered by a bur-
    glar, the murderer, while strolling serenely down
    Broadway ran plump against Detective Barney
    Woods.

    "Is that you, Johnny Kernan?" asked Woods,
    who had been near-sighted in public for five years.

    "No less," cried Kernan, heartily. "If it isn't
    Barney Woods, late and early of old Saint Jo!
    You'll have to show me! What are you doing East?
    Do the green-goods circulars get out that far?"
    said Woods.

    "I've been in New York some years, I'm on the city
    detective force."

    "Well, well!" said Kernan, breathing smiling joy
    and patting the detective's arm.

    "Come into Muller's," said Woods, "and let's
    hunt a quiet table. I'd like to talk to you awhile."

    It lacked a few minutes to the hour of four. The
    tides of trade were not yet loosed, and they found a
    quiet corner of the cafe. Kernan, well dressed
    Slightly swaggering, self-confident, seated himself op-
    posite the little detective, with his pale, sandy mus-
    tache, squinting eyes and ready-made cheviot suit.

    "What business are you in now?" asked Woods.
    "You know you left Saint Jo a year before I did."

    "I'm selling shares in a copper mine," said Ker-
    nan. "I may establish an office here. Well, well!
    and so old Barney is a New York detective. You
    always had a turn that way. You were on the po-
    lice in Saint Jo after I left there, weren't you?"

    "Six months," said Woods. "And now there's one
    more question, Johnny. I've followed your record
    pretty close ever since you did that hotel job in Sara-
    toga, and I never knew you to use your gun before.
    Why did you kill Norcross?"

    Kernan stared for a few moments with concen-
    trated attention at the slice of lemon in his high-ball;
    and then be looked at the detective with a sudden,
    crooked, brilliant smile.

    "How did you guess it, Barney? " he asked, ad-
    miringly. "I swear I thought the job was as clean
    and as smooth as a peeled onion. Did I leave a string
    hanging out anywhere? "

    Woods laid upon the table a small gold pencil in-
    tended for a watch-charm.

    "It's the one I gave you the last Christmas we
    were in Saint Jo. I've got your shaving mug yet.
    I found this under a corner of the rug in Norcross's
    room. I warn you to be careful what you say. I've
    got it put on to you, Johnny. We were old friends
    once, but I must do my duty. You'll have to go to
    the chair for Norcross." Kernan laughed.

    "My luck stays with me," said be. "Who'd have
    thought old Barney was on my trail!" He slipped
    one hand inside his coat. In an instant Woods had
    a revolver against his side.

  179. He says prophetically dixo...
  180. "Put it away," said Kernan, wrinkling his nose.
    "I'm only investigating. Aha! It takes nine tailors
    to make a man, but one can do a man up. There's
    a hole in that vest pocket. I took that pencil off my
    chain and slipped it in there in case of a scrap. Put
    up your gun, Barney, and I'll tell you why I had
    to shoot Norcross. The old fool started down the
    hall after me, popping at the buttons on the back of
    my coat with a peevish little .22 and I had to stop
    him. The old lady was a darling. She just lay in
    bed and saw her $12,000 diamond necklace go with-
    out a chirp, while she begged like a panhandler to
    have back a little thin gold ring with a garnet worth
    about $3. 1 guess she married old Norcross for his
    money, all right. Don't they hang on to the little
    trinkets from the Man Who Lost Out, though?
    There were six rings, two brooches and a chatelaine
    watch. Fifteen thousand would cover the lot."

    "I warned you not to talk," said Woods.

    "Oh, that's all right," said Kernan. "The stuff
    is in my suit case at the hotel. And now I'll tell you
    why I'm talking. Because it's safe. I'm talking to
    a man I know. You owe me a thousand dollars, Bar-
    ney Woods, and even if you wanted to arrest me your
    hand wouldn't make the move."

    "I haven't forgotten," said Woods. "You counted
    out twenty fifties without a word. I'll pay it back
    some day. That thousand saved me and -- well, they
    were piling my furniture out on the sidewalk when I
    got back to the house."

    "And so," continued Kernan, "you being Barney
    Woods, born as true as steel, and bound to play a
    white man's game, can't lift a finger to arrest the
    man you're indebted to. Oh, I have to study men
    as well as Yale locks and window fastenings in my
    business. Now, keep quiet while I ring for the
    waiter. I've had a thirst for a year or two that wor-
    ries me a little. If I'm ever caught the lucky sleuth
    will have to divide honors with old boy Booze. But I
    never drink during business hours. After a job I
    can crook elbows with my old friend Barney with a
    clear conscience. What are you taking?"

    The waiter came with the little decanters and the
    siphon and left them alone again.

    "You've called the turn," said Woods, as he rolled
    the little gold pencil about with a thoughtful fore-
    finger. I've got to pass you up. I can't lay a
    hand on you. If I'd a-paid that money back -- but
    I didn't, and that settles it. It's a bad break I'm
    making, Johnny, but I can't dodge it. You helped
    me once, and it calls for the same."

    "I knew it," said Kernan, raising his glass, with
    a flushed smile of self-appreciation. "I can judge
    men. Here's to Barney, for -- 'he's a jolly good
    fellow.' "

    "I don't believe," went on Woods quietly, as if be
    were thinking aloud, "that if accounts had been
    square between you and me, all the money in all the
    banks in New York could have bought you out of
    my hands to-night."

    "I know it couldn't," said Kernan. "That's why
    I knew I was safe with you."

    "Most people," continued the detective, "look side-
    ways at my business. They don't class it among the
    fine arts and the professions. But I've always taken
    a kind of fool pride in it. And here is where I go
    'busted.' I guess I'm a man first and a detective
    afterward. I've got to let you go, and then I've got
    to resign from the force. I guess I can drive an ex-
    press wagon. Your thousand dollars is further off
    than ever, Johnny."

  181. He says prophetically dixo...
  182. "Oh, you're welcome to it," said Kernan, with a
    lordly air. "I'd be willing to call the debt off, but
    I know you wouldn't have it It was a lucky day
    for me when you borrowed it. And now, let's drop
    the subject. I'm off to the West on a morning train.
    I know a place out there where I can negotiate the
    Norcross sparks. Drink up, Barney, and forget your
    troubles. We'll have a jolly time while the police
    are knocking their heads together over the case.
    I've got one of my Sahara thirsts on to-night. But
    I'm in the bands -- the unofficial bands -- of my old
    friend Barney, and I won't even dream of a cop."

    And then, as Kernan's ready finger kept the but-
    ton and the waiter working, his weak point -- a tre-
    mendous vanity and arrogant egotism, began to show
    itself. He recounted story after story of his suc-
    cessful plunderings, ingenious plots and infamous
    transgressions until Woods, with all his familiarity
    with evil-doers, felt growing within him a cold ab-
    horrence toward the utterly vicious man who had
    once been his benefactor.

    "I'm disposed of, of course," said Woods, at
    length. "But I advise you to keep under cover for a
    spell. The newspapers may take up this Norcross
    affair. There has been an epidemic of burglaries and
    manslaughter in town this summer."

    The word sent Kernan into a high glow of sullen
    and vindictive rage.

    "To hell with the newspapers," he growled.
    "What do they spell but brag and blow and boodle in
    box-car letters? Suppose they do take up a case
    what does it amount to? The police are easy enough
    to fool; but what do the newspapers do? They send
    a lot of pin-head reporters around to the scene; and
    they make for the nearest saloon and have beer while
    they take photos of the bartender's oldest daughter
    in evening dress, to print as the fiancee of the young
    man in the tenth story, who thought he heard a noise
    below on the night of the murder. That's about as
    near as the newspapers ever come to running down
    Mr. Burglar."

    "Well, I don't know," said Woods, reflecting.
    "Some of the papers have done good work in that
    line. There's the Morning Mars, for instance. It
    warmed up two or three trails, and got the man after
    the police had let 'em get cold."

    "I'll show you," said Tiernan, rising, and expand-
    ing his chest. "I'll show you what I think of news-
    papers in general, and your Morning Mars in par-
    ticular."

    Three feet from their table was the telephone
    booth. Kernan went inside and sat at the instrument,
    leaving the door open. He found a number in the
    book, took down the receiver and made his demand
    upon Central. Woods sat still, looking at the sneer-
    ing, cold, vigilant face waiting close to the trans-
    mitter, and listened to the words that came from the
    thin, truculent lips curved into a contemptuous smile.

    "That the Morning Mars? . . . I want to
    speak to the managing editor . . . Why, tell
    him it's some one who wants to talk to him about the
    Norcross murder.

    "You the editor? . . . All right. . . . I
    am the man who killed old Norcross . . . Wait!
    Hold the wire; I'm not the usual crank . . . oh,
    there isn't the slightest danger. I've just been dis-
    cussing it with a detective friend of mine. I killed
    the old man at 2:30 A. M. two weeks ago to-
    morrow. . . . Have a drink with you? Now,
    hadn't you better leave that kind of talk to your
    funny man? Can't you tell whether a man's guying
    you or whether you're being offered the biggest scoop
    your dull dishrag of a paper ever had? . . .
    Well, that's so; it's a bobtail scoop -- but you can
    hardly expect me to 'phone in my name and address.

  183. Woody X Xav Allen dixo...
  184. "Capítulo primero: El adoraba Nueva York, la idolatraba de un modo desproporcionado -no no, mejor así-, El la sentimentalizaba desmesuradamente –eso es-, para él, sin importar la epoca del año, aquella seguía siendo una ciudad en blanco y negro que latía a los acordes de George Gerswin...

    No, volvamos a empezar:

    Capítulo primero: El sentía demasiado románticamente Manhattan, vibraba con la agitacion de las multitudes y del tráfico. Para él Nueva York era bellas mujeres y hombres que estaban de vuelta de todo...

    No tópico, demasiado tópico y superficial. Hazlo más profundo:

    Capítulo primero: El adoraba Nueva York , para él era una metafora de la decadencia de la cultura contemporánea. La misma falta de integridad que empuja a buscar las salidas fáciles convertía la ciudad de sus sueños en...

    No no suena a sermón, quiero decir que... tengo que reconocerlo, quiero vender libros:
    Capítulo primero: Adoraba Nueva York, aunque para él era una metáfora de la decadencia de la cultura contemporánea. Qué dificil era sobrevivir en una sociedad insensibilizada por la droga, la música estrepitosa, la televisión, la delincuencia, la basura...

    No demasiado amargo, no quiero serlo:
    Capítulo primero: El era tan duro y romantico como la ciudad a la que amaba. Tras sus gafas de montura negra se agazapaba el vibrante poder sexual de un jaguar -esto me encanta-. Nueva York era su ciudad y siempre lo sería".

  185. Porco Porco dixo...
  186. No como el gigante de bronce de la fama griega
    de conquistadores miembros a horcajadas de tierra a tierra;
    aquí en nuestras puertas del ocaso bañadas por el mar, se yergue
    una poderosa mujer con una antorcha, cuya llama
    es el relámpago aprisionado, y su nombre,
    Madre de los exiliados. Desde su mano de faro
    brilla la bienvenida para todo el mundo; sus apacibles ojos dominan
    el puerto de aéreos puentes que enmarcan las ciudades gemelas,
    "¡Guarden, antiguas tierras, su pompa legendaria!" grita ella
    con silenciosos labios. "Dame tus cansadas, tus pobres,
    tus hacinadas multitudes anhelantes de respirar en libertad,
    el desdichado desecho de tu rebosante playa,
    envía a estos, los desamparados que botó la ola, a mí
    ¡Yo alzo mi lámpara detrás de la puerta dorada!"

  187. my name is luka dixo...
  188. Pasó por la Calle Cuarenta y ocho, donde estaba su restaurante italiano favorito,
    el Patsy's, y cenó tranquilamente, a pesar de lo insólito de la hora


    ¿Podría el Birras ser el Luca Brassi de la A.G.C.? ¿Luca Brassi es una técnica literaria?

  189. Don Celta de Estorde dixo...
  190. X creía que esta energía se vinculaba a la antigüedad del lugar, a los estratos de historia y de vivencias que se acumulan con el tiempo, y por eso nunca tuvo ojos (ni oídos) para Nueva York. Su rechazo a convertirla en materia de sueño está relacionado, en el fondo, con su negativa a hablar inglés: ciudad sin cafés ni terrazas, sin calles que pudieran caminarse cómodamente, sin el espesor o la espesura históricos de su rival europea Tractorville, Nueva York volvía inservible la sintaxis divagante y todo ese largo y delicado sondeo verbal que era una de las marcas de la casa.

  191. Cosaco Dipsómano dixo...
  192. Nunca he viajado a Nueva York, pero he soñado mil veces esa ciudad, con su vientre de ballena malherida y sus ojos de huérfana estéril, que entierra el rostro entre sus manos, lamentando no haber engendrado vida de peltre, pese a saber que la vida en el Nuevo mundo es un árbol enfermo con las ruedas de un tractor descarrilado

  193. Don Celta de Estorde dixo...
  194. Me voy a Nueva York, y los jamones son de York

  195. Tuercebotas Taciturno Que Toca La Tercerola dixo...
  196. -No me importa decirle que el tractor cuesta una fortuna.La encontré en una tiendecita en el Village.
    -Pues no parece usted del campo.
    -Oh,por Bogo y las mil pintas-suspiró el porco bravo y encendió el porro con un gran clic de mechero-.Me refiero a Greenwich Village de New York,honey.Donde los porcos bravos sueñan con selenitas inalcanzables.

  197. Al Oeste Del Ocaso dixo...
  198. La ciudad es aquel lugar en el que los hombres andan siempre en busca de una salida y donde están condenados a errar siempre. En ninguna parte del mundo es eso más cierto que en Nueva York. Por horrible que sea su aspecto, es recordada como una ciudad de una belleza altiva y apasionada: el lugar del eterno deseo, y también aquel donde los hombres sienten que su vida será colmada gloriosamente y su hambre saciada

  199. Al Oeste Del Ocaso dixo...
  200. Dicen que cuando en Nueva York son las tres de la tarde, en Europa son las nueve de diez años antes.

    No me da miedo reconocer que Nueva York es la mejor ciudad que existe sobre la faz de la tierra. Sólo hay que mirarla, ya sea desde el aire, desde el río, o desde la estatua del padre Duffy. Es fácil ver que Nueva York es la mejor ciudad del mundo, por un lado y por el otro y por cualquier lado: de espalda, de cara y de perfil

  201. Al Oeste Del Ocaso dixo...
  202. Llegué a Nueva York y guardé rigurosa cola y no fumé y, en el formulario para no inmigrantes, fui prudente y no dije que había viajado a Nueva York para encontrarme con la nieta de Trotski. Las primeras horas las dediqué a recorrer todos los lugares recomendados por los amigos y también los que me recomendé a mí mismo. Fui al Cañón de los héroes de Brooklyn a presenciar el apoteósico recibimiento de la ciudad a los Yankees, el mejor equipo de toda la historia del beisbol. Subí al Empire State, crucé Tiffanys en diagonal, fotografié el juke-box de un bar anónimo que terminó por convertirse en mi cuartel general (el Runyons, en la segunda avenida), escuché música religiosa en la catedral de St. Patrick, almorcé en el Hotel Plaza, vi el atardecer sobre el Hudson en un banco parecido al de Woody Allen en aquel amanecer en el que profesó su declaración de amor (“Digan lo que digan esta es una ciudad maravillosa”), y me senté a llorar a la entrada de la Grand Central Station.
    Nueva York no es una ciudad perfecta. Pero es una ciudad donde cada par de zapatos condensa una historia. Ahora mismo, mis zapatos cuelgan de un cable frente a Hart Street, la calle del corazón, la calle de mi casa, a donde he ido a dormir cada noche desde marzo, para levantarme cada día y seguir luchando y no rendirme. Sé que mi historia solamente ha sido una entre tantas. Y sé que, de alguna manera, todas las miradas en el metro, las lágrimas, los temores, los abrazos y los atardeceres, pero sobre todo las palabras, ya son parte del espíritu de esta ciudad

  203. Mister Brimstone dixo...
  204. -Vamos a pasarlo bárbaro en New York,verás.

    - Estoy deseando llegar allí.La Estatua de la Libertad,el Empire State,los Knicks y los nets,la emoción de un estreno en Broadway,los animados coloquios en el Village ante una cerveza aguada,las mentalidades sugestivas y contemporáneas,los porcos bravos corriendo por Central Park.

  205. Otro Profeta Preußisch Blau dixo...
  206. ...Digo los del gafeísmo-jinx-bogey porque el invierno en New York es el peor de su historia...llevan unos tres meses que la manzana está podre y aterida..y bueno,todos sabemos de quién es la culpa del winter is coming

  207. Enrique Mortaleña dixo...
  208. La historia podría ser aplicable a cualquier pareja que va a un sitio y se les acaba la suerte. Creo que Nueva York todavía es un sitio horrible para hacerte viejo. Al principio resulta novedoso, pero al final, es duro

  209. Enrique Mortaleña dixo...
  210. Casas de cincuenta pisos,
    servidumbre de color,
    millones de circuncisos,
    máquinas, diarios, avisos
    y ¡dolor, dolor, dolor!

    Estos son los hombre fuertes
    que vierten áureas corrientes
    y multiplican simientes
    por su ciclópeo fragor,
    y tras la Quinta Avenid
    a la Miseria está vestida
    con ¡dolor, dolor, dolor...!

    ¡Sé que hay placer y que hay gloria allí,
    en el Waldorff Astoria,
    en donde dan su victoria
    la riqueza y el amor;
    pero en la orilla del río,
    sé quiénes mueren de frío
    y lo que es triste, Dios mío,
    de dolor, dolor, dolor...!

    Pues aunque dan millonario
    sus sus talentos y denarios,
    son muchos más los calvarios
    donde hay que llevar la flor de la Caridad
    divina que hacia el pobre a Dios inclina
    y da amor, amor y amor.

    Irá la suprema villa
    como ingente maravilla
    donde todo suena y brilla
    en un ambiente opresor,
    con sus conquistas de acero,
    con sus luchas de dinero,
    sin saber que allí está entero
    todo el germen del dolor.

    Todos esos millonarios
    viven en mármoles parios,
    con residuos de Calvarios,
    y es roja, roja su flor.

    No es la rosa que el Sol lleva
    ni la azucena que nieva,
    sino el clavel que se abreva
    en la sangre del dolor.

    Allí pasa el chino,
    el ruso, el kalmuko y el boruso;
    y toda obra y todo uso
    a la tierra nueva es fiel,
    pues se ajusta y se acomoda
    toda fe y manera toda,
    a lo que ase, lima y poda
    el sin par Tío Samuel.

    Alto es él, mirada fiera,
    su chaleco es su bandera,
    como lo es sombrero y frac;
    si no es hombre de conquistas,
    todo el mundo tiene vistas
    las estrellas y las listas
    que bien sábese están listas
    en reposo o en vivac.

    Aquí el amontonamiento
    mató amor y sentimiento;
    mas en todo existe Dios,
    y yo he visto mil cariños
    acercarse hacia los niños
    del trineo y los armiños
    del anciano Santa Claus.

    Porque el yanqui ama sus hierros,
    sus caballos y sus perros,
    y su yacht y su foot-ball;
    pero adora la alegría,
    con la fuerza, la armonía:
    un muchacho que se ría
    y una niña como el sol.

  211. Un Atildado Harponneur que bevat sulfieten dixo...
  212. −¿Dónde fuiste esta vez? A Sheffield no.
    También lo sé.
    −A Nueva York.
    −¡La Gran Manzana!
    −¿Eh?
    −Así es como llaman a Nueva York.
    −¡Oh!
    −¿Viste algún espectáculo o alguna
    película?
    −No, me di una vuelta por Times Square y
    compré un libro de Willy Melones
    −¡Vaya suerte! −Ella, el ajado tractor que le emboscó en Bristol, no compartía su entusiasmo por Willy Salmones. Ella era más de R.C.

  213. Necrón dixo...
  214. Política de segundo de BUP y un aberrante tufo pueblerino, no me extraña que os guste tanto la entrada.

  215. Malaquías Malagrowther dixo...
  216. El Sol me despertó esta mañana alto
    y claro: «¡Eh! ¡Hola! Llevo
    quince minutos intentando
    despertarte. No seas tan grosero, sólo
    eres el segundo poeta al que he decidido
    hablar en persona
    así que
    ¿por qué no estás más atento? Si debo
    quemarte por la ventana para que despiertes
    lo haré. No puedo estar aquí colgado
    todo el día».
    «Perdona, Sol, es que anoche
    me quedé hasta tarde hablando con Hal».

    «Cuando desperté a Mayakovski
    no tuvo tantos remilgos», dijo el Sol
    con arrogancia. «La mayoría de la gente
    ya está levantada para ver
    si hago mi aparición».
    Traté
    de disculparme: «Te eché de menos ayer».
    «Así está mejor», dijo. «No sabía
    que ibas a salir». «Quizá te preguntes
    por qué me he acercado tanto…»
    «Sí», respondí; comenzaba a sentir calor
    y me pregunté si no me estaría quemando
    de todos modos.
    «La verdad, quería decirte
    que me gusta tu poesía. Veo mucha
    en mis rondas y la tuya no está mal. No es que seas
    la octava maravilla del mundo, pero
    eres distinto. Ahora bien, he oído que para algunos
    estás loco –aunque esos que lo dicen
    son demasiado tranquilos para mi gusto–, y que algunos
    chiflados piensan que eres un reaccionario
    aburrido. No estoy de acuerdo.
    Tú sigue tu camino,
    como yo, y no hagas caso. Verás
    que mucha gente se queja siempre
    de la atmósfera, que si hace calor o frío,
    que si está muy claro o muy oscuro, que si los días
    son demasiado cortos o demasiado largos.
    Si
    un día no apareces piensan que eres un vago
    o que estás muerto. Tú ve a lo tuyo, me gusta.

    Y no te preocupes de tu linaje,
    ya sea poético o personal. El Sol, ya lo ves, brilla
    sin distinción sobre la selva, sobre la tundra,
    el mar, el gueto. Fueras donde fueras
    yo estaba al tanto y seguía tus pasos. Esperaba
    que te pusieras a trabajar.

    Y ahora
    que vives como quieres, por así decirlo,
    incluso si nadie te lee excepto yo
    no debes deprimirte. No todo el mundo
    puede levantar la vista, ni siquiera para verme. Les
    daña los ojos».
    «¡Oh, Sol, te estoy tan agradecido!»

    «Gracias, y recuerda que te estoy viendo. Me resulta
    más fácil hablarte desde aquí
    fuera. No tengo que bajar colándome
    entre los edificios para que me prestes atención.
    Sé que te encanta Manhattan, pero
    deberías levantar la vista más a menudo.
    Y
    abraza siempre las cosas, la gente la tierra
    el cielo las estrellas, como hago yo, libremente y con
    una idea del espacio adecuada. Esa
    es tu vocación, todo el cielo lo sabe,
    y deberías seguirla hasta el infierno si
    es necesario, cosa que dudo.
    Quizá
    volvamos a hablar en África, por la que siento
    especial afecto. Ahora sigue durmiendo,
    Frank, y tal vez deje un poemita
    de despedida en ese cerebro tuyo».

    «¡Sol, no te vayas!», ya estaba despierto
    del todo. «No, debo irme, me están
    llamando».
    «¿Quiénes?»
    Incorporándose, dijo: «Algún
    día lo sabrás. También a ti te están
    llamando». Oscuramente se levantó, y entonces yo dormí.

  217. Spare Ass Carlota and other tales of blood and wank dixo...
  218. Lo echó con una memorable frase, gritada en plena calle en Nueva York: "no quiero tu asquerosa pija"

  219. Bellnap Long dixo...
  220. No se puede hablar con calma del problema mongoloide de Nueva York
    podemos exhalar

  221. que revienten las tarimas que llega los sinvergüenzas dixo...
  222. De la profesionalidad. De Nueva York. De la cobardía y la vergüenza. De la historia. Lo práctico se combina con lo filosófico, la mirada al pasado se compensa con las esperanzas del futuro.

  223. el Señor de las Hienas into the skull of a Dead Jester dixo...
  224. En la oscuridad de la noche en un lugar fuera de Nueva York,
    un observatorio donde con una sola mirada se pueden
    abarcar los hogares de ocho millones de personas.
    La gigantesca ciudad a lo lejos es un largo montón parpadeante,
    una galaxia espiral vista desde un lado.
    En el interior de la galaxia se empujan tazas de café por el
    mostrador, los escaparates piden limosna a los paseantes,
    un enjambre de zapatos que no dejan huella.
    Las trepadoras escaleras de incendios, las puertas del ascensor que
    se cierran deslizándose, detrás de puertas con cerraduras de
    seguridad un constante oleaje de voces.
    Cuerpos desmadejados dormitan en los vagones del metro,
    las vertiginosas catacumbas.
    Sé también -sin toda esa estadística- que justo ahora están
    tocando a Schubert y Gog y las hienas en alguna habitación por ahí y que para
    alguien esos tonos son más reales que todo lo demás.

  225. Adonis dixo...
  226. NUEVA YORK,
    mujer, estatua de mujer
    que alza en una mano un harapo llamado libertad,
    una hoja de papel que llamamos historia,
    mientras, con la otra estrangula a una niña
    cuyo nombre es Tierra.
    el tiempo agoniza, mas tú eres el Presente:
    Oigo lágrimas que retumban como volcanes.
    Veo mandíbulas que devoran hombres como se devora el pan.
    Tú eres el raspador que borra el rostro de Nueva York.
    Tú eres el huracán que la levanta cual hoja y la lanza al aire. veo mensajes que por las calles de Manhattan van hacia ti volando. Cada mensaje es un carro lleno de perros y gatos. Ésta es la era americana: el siglo veintiuno para los gatos y los perros; para los hombres, el exterminio.

  227. Coto Soturno dixo...
  228. Cuando cruzaban las marismas a la temprana luz azulada, Nueva York parecía a lo lejos una ciudad extranjera, un lugar donde uno podría ser feliz

  229. rangers vs islanders dixo...
  230. Oh New York, New York orgasmos de luces, edificios y munición.
    Oh New York, New York tus violadores, asesinos y corruptos.
    Oh New York, New York tu suave mezcla entre cielo e infierno desatados.
    Esperar magia donde solo hay inmundicia, es como esperar del diablo una suave caricia. La dama libertad no te dará la bienvenida a un mundo donde alguien como tu no será más que comida. No mires rascacielos, observa gigantes con piel de cordero, esperando por devorarte.

    Oh New York, New York y aún así, no puedo dejar de amarte.

  231. Sabina Nobel dixo...
  232. Empecé con el borgoña
    Pero pronto ataqué cosas más fuertes
    Todo el mundo dijo que me guardaría las espaldas
    Cuando el juego se hiciera violento
    Pero fui yo quien salió perdiendo
    Ni siquiera hubo alguien para contestar mi farol
    Me vuelvo a Nueva York
    Creo que ya he tenido bastante

  233. Vicente Jado dixo...
  234. Nada de máquinas ni de moderno en sí. Nada de gulf-stream ni de cock-tail, pues el gulf-stream y el cock-tail ya son más máquinas que una locomotora o una escafandra, y más modernos que Nueva York y los catálogos.


    Yo os digo, entonces: busquemos en otros sitios, lejos de la máquina y de la aurora, y tan lejos de Nueva York como de Ribadeo.

  235. Brendan Behan se va de pintas con Mike Barja dixo...
  236. -Oye, Carlota, se me ha olvidado. ¿Es espresso o expresso? -le preguntó Willy S.
    -Espresso.
    -¿Cómo lo sabes?
    -Soy de Nueva York -contestó ella.
    -Es cierto -recordó-. Los putos italianos no tienen la equis, ¿verdad?
    -Y tampoco la jota -dijo Mike Barja.
    -¿Y eso por qué?
    -Son así de descuidados, aunque menos que los negros -intervino Carlota-. Simplemente, las pierden.

  237. Javier Villafañe dixo...
  238. “Era invierno, yo me estaba muriendo de hambre intentando ser escritor en Nueva York. No había comido en tres o cuatro días. Así que finalmente dije: ‘Me voy a comer una gran bolsa de pochoclo’. Cada grano era como un churrasco. Tragaba y echaba pochoclo a mi estómago que decía ‘¡Gracias, gracias!’. Estaba en el paraíso, caminando por ahí, hasta que dos tipos pasaron a mi lado y uno le dijo al otro: ‘¡Jesús!’. El otro dijo: ‘¿Qué pasa?’ ‘¿Viste a ese tipo comiendo pochoclo? Dios, era horrible.’ Así que no pude disfrutar el resto del pochoclo. Pensé qué quisieron decir con eso de que ‘era horrible’. Yo estaba en el paraíso. Supongo que era un poco cochino. Ellos siempre pueden distinguir a un tipo hecho mierda”.

  239. Castelao dixo...
  240. Â luz dunha fiestra ensombrecida por un rañaceo. Poida que fronte a min haxa checoslovacos, austríacos, polacos, finlandeses, xudeus, alemáns e doutros povos e razas, pero estou seguro que eles non adiviñan que â luz desta fiestra traballa un galego desterrado. Ningún dos meus veciños de enfrente sabe que hai unha Patria que se chama Galiza, e non podo esixirlles que adiviñen a miña eisistencia

  241. House of meretrices dixo...
  242. ¿De veras Nueva York era tan provinciana entre sus rascacielos frente a un París de pobretonas cantinas y buhardillas, o a un prostibulario Berlín en bancarrota?

  243. la mejor universidad para un escritor es una casa de putas dixo...
  244. Nueva York

    Papa loco de los espantapájaros

    que guardas el corazón de los pantanos

    en tu pecho de cemento armado.

    Nueva York

    Taquillero de los ocasos

    en que cantan los emigrados

    las canciones de los rebaños.

    Nueva York

    Polo tercero, disecado

    y tremendo bosque fálico

    habitado de pobres y millonarios.

    Nueva York

  245. Odio los números capicúas dixo...
  246. Son las 12:20 en Nueva York un viernes
    tres días después del Día de la Bastilla, sí
    es 1959 y yo voy a lustrarme los zapatos
    porque voy a bajarme del tren de las 4:19 en Easthampton
    a las 7:45 y después voy directamente a una comida
    y no conozco a los que van a darme de comer

    Camino por la calle sofocante que empieza a asolearse
    y pido una hamburguesa y una leche malteada y compro
    un horrible NEW WORLD WRITING para ver lo que los
    poetas
    están haciendo en Ghana actualmente
    sigo al banco
    y a miss Stillwagon (oí una vez que se llamaba Linda)
    no se le ocurre jamás mirar mi cuenta
    y en el GOLDENGRIFFIN compro un pequeño Verlaine
    para Patsy con dibujos de Bonnard aunque también
    pienso en el Hesíodo, trad. por Richmond Lattimore o
    el nuevo drama de Brendan Behan o Le Balcon o Les Nègres
    de Genet, pero no, me quedo con Verlaine
    durmiéndome prácticamente sin decidirme

    y para Mike nomás entro a la Licorería
    PARKLANE y pido una botella de Stregay
    después me voy adonde vine a la 6a. Avenida
    y a la cigarrería del Teatro Ziegfeldy
    pido sencillamente un cartón de Gauloises y un cartón
    de Picayunes, y un NEW YORK POST con el rostro de ella

    y ya estoy sudando mucho para entonces y me acuerdo
    de mi reclinada en la puerta del excusado en el FIVESPOT
    mientras ella susurraba una canción en el piano
    a Mal Waldron y todo mundo y yo conteniendo el aliento

  247. William Topaz McGonagal dixo...
  248. "En Nueva York comí salchichas de pork ..."

  249. Andar por los puertos es una de la formas de pereza que enriquece más dixo...
  250. ... Ruido, ruido y hombres pálidos, (... ¡ruido!..), casas y casas y casas y casas con 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, etc. etc. pisos, público, público y público, dolor, público, público y público, bencina en las cosas, bencina en las almas, bencina en las bestias, bencina y oro, oro y bencina, bencina en las cosas, bencina en las almas, bencina en las bestias, bencina; así es, asi New-York la máquina burocrática y mala; y... un cielo cualquiera, ordinario, amarillo, do cuarto, quinto, sexto, o sétimo orden, sobre el vasto poema trunco y muerto, muerto y trunco y la vanidad azul de los edificios norteameri-canos. ..
    New-York, New-York es como un grande aviso grande, fenomenal, universal, tracen dental pegado en el trasero cosmopolita de la tierra... ¡New-York! . . (— si le aproxima¬seis un fósforo, solo un fósforo aquella yvan ciudad comercial arderia como una hoja seca, como una hoja seca, como tina hoja seca que iluminase, solitaria, los cuatro puntos, los cuatro puntos cardinales!..).

  251. Quique Mocos dixo...
  252. No me voy de esta ciudad con la resignación de los visitantes en tránsito
    Me dejo atar, fascinado por ella
    a los recuerdos del presente:
    cosas que no tuvieron, por definición, un futuro
    pero que, ciertamente, llegaron a envejecer, pues las dejo a sabiendas
    de que son, tal vez, las últimas elaboraciones del deseo,
    los caprichos lábiles que preanuncian la vejez.

    En una barraca, cerca de Nueva York, el martillero liquidó el saldo de su negocio
    —un stock de fotografías antiguas—
    ofreciéndolas a gritos en medio de la risotada de todos:
    “Antepasados instantáneos”, por unos centavos
    Esos antepasados eran los míos, pues aunque los adquirí a vil precio
    no tardaron, sin duda, en obligarme a la emoción
    ante el puente de Brooklyn
    como si Manhattan, que se enorgullece de volatilizar el pasado
    conservándolo en el modo de la instigación a desafiarlo
    fuera mi ciudad natal y yo el hijo de esos antiguos vecinos de los que la voz gutural
    hace irrisión, y el martillo.

    No me voy de esta ciudad sin haber amado aquí
    a la mujer que conocí y no conocí ni haber agotado la vida conyugal
    reflotando en el negocio de plantas o antigüedades.

    La isla dispone de fantasmas artificiales
    con que llenar los huecos de la contra-historia
    Ellos ocupan en la memoria, con la naturalidad que ésta se permite en relación a la nada
    el lugar de los verdaderos ausentes: caras que vi en las bouffoneries del Soho
    directement angeliques: esas muchachas caídas de la luna a la nieve
    vestidas de pierrot y sus acompañantes andróginos
    fueron y no fueron mis amigos de juventud
    Se congelan lágrimas que son de frío
    pero que memorizan, asimismo, a John Lennon
    Reconozco la nieve de antaño, que cae
    sobre Blecker Street en este día acrónico
    mientras se hace de noche a la velocidad simultánea del vuelo de un murciélago
    y pasan películas de mi tiempo en mi barrio.

    Como si me retuviera algún negocio en la ciudad
    veo a Cary Grant e Irene Dunne
    que acaban de morir en una vieja comedia
    víctimas del capricho de uno de los primeros automóviles deportivos
    (la máquina del glamour)
    Sigo sus apariciones y desapariciones
    —una cita de Meliès en la magia blanca y sonora de Hollywood—
    la sorpresa de esta pareja en otro tiempo ideal
    cuando el paisaje se espejea en ellos —los transparentes— por gracia del celuloide.

    Como mis propios fantasmas, esos figurines inverosímiles
    evocan, de manera en sí misma realista, alguna época acrónica de lo imaginario
    Son los antepasados instantáneos de los deseos que provocan
    en la inocencia total de sus reencarnaciones o desplazamientos
    desde su absoluta lejanía en blanco y negro
    El beso final no ocurre en la pantalla
    sino entre la pantalla y la media luz de la sala
    un corte insubsanable en que se juntan y se besan el presente y el pasado: labios incompatibles
    que ninguna comedia puede reunir.

    Lo que me ata a la ciudad es todavía más irreal que ese beso
    blanco, que connota glamour, escrito en la luz centelleante
    (el placer del ojo en el paraíso de la visión artificial)
    haciendo el reconocimiento de cómo es lo que no es
    hic et nunc, en el Blecker Cinema
    Esta ciudad no existe para mí y yo no existo para ella
    allí, en ese punto en que los tiempos convergen
    bajo la especie de la Duración
    Existe para mí, en cambio, en la medida en que logro destemporizarla
    desalojarla, por unos contrasegundos, de la convención que marca el reloj
    con sus pasitos de gato en la rutina del living
    Trabajo que Hércules no se soñaba
    en franca competencia con la Meditación Trascendental
    Si yo lo consiguiera, sentiría apoyarse desaprensivamente en mi brazo
    (el de Cary Grant) la mano enguantada
    pronta a desaparecer, de una muerta: Irene Dunne
    —Frisson Nouveau— y entre la pantalla y la media luz de la sala
    (borrado ya del tiempo el día de mi partida:
    dos de enero de mil novecientos ochenta y uno)
    Se tocarían (no) como para cualesquiera de los espectadores
    —gatos descongelados en el invierno de Nueva York—
    pasado, presente y futuro
    en una unidad de medida que reúna esos tiempos incompatibles
    para ellos y para mí, pero no para ellos: los veros vecinos de Washington Square.

  253. Charles Ardant Dupiq B'Auverville dixo...
  254. la libertad es una verde señora francesa que ilumina con su antorcha el puerto de new york

  255. Ariadna a cuatro patas dixo...
  256. Cuando entramos en el puerto de Nueva York, estuve presenciando desde la toldilla el desembarco de los centenares de emigrantes que habían hecho el viaje ocultos en me panza del Imperator. Era un rebaño de gente miserable, judíos y polacos en su mayoría, que se apretujaban en las pasarelas guardadas por la policía como el ganado se apelotona en la mangada. Aquellos desdichados se abrían paso lentamente, cargados con sus míseros petates y arrastrando a sus mujeres y sus hijuelos hasta llegar al lugar donde los agentes de admisión los examinaban rápidamente, como los veterinarios examinan a las reses que van al matadero, y sin contemplaciones aceptaban a unos y rechazaban a otros. Los policemen, altos y fuertes, separaban violentamente a los padres de los hijos y a las mujeres de sus maridos, insensibles a los gritos y protestas de aquellos infelices, cuyas quejas eran en aquella batahola tan débiles como el balido de las ovejas azuzadas por los mastines.

    No sé por qué me desconcertó profundamente aquel espectáculo. Miré con rabia los gigantescos rascacielos que proyectaban sus sombras monstruosas sobre el puerto y entré en Nueva York con una extraña sensación de miedo. Yo no había visto nunca tratar así a la gente. Me horrorizaba pensar que pudiera verme humillado de aquel modo. Y desembarqué apretando en el bolsillo nerviosamente una pistola que me había comprado en París.

    Por Nueva York anduve con mi pistola en el bols aparato fotográfico en bandolera. Yo había visto que todos los turistas llevaban una máquina de hacer fotografías y no quería ser menos. Me encontré con un sevillano pintoresco que andaba por allí viviendo a salto de mata; era un in audaz y gracioso, que me sirvió de cicerone. Con él fui al barrio chino una noche y anduvimos olisqueando por los fumaderos de opio. Nunca me han mirado con tan malos ojos como los que nos echaban aquellos chinos tristes y sucios cuando mi paisano y yo nos parábamos bromeando a la puerta de sus inmundas viviendas. Ya de madrugada nos sacó de allí con muchos aspavientos una ronda de policía con la que topamos.

    Nueva York no me gustó. Demasiado grande y demasiado distinto. Ni aquellas simas profundas eran calles, ni aquellas hormiguitas apresuradas eran hombres, ni aquel hacinamiento de hierros y cemento, puentes y rascacielos era una ciudad. Va un hombre por una calle de Sevilla pisando fuerte para que llegue hasta el fondo de los patios el eco de sus pasos sonoros, mirando sin tener que levantar la cabeza a los balcones, desde donde sabe que le miran a él, llenando la calle toda con su voz grave y bien entonada cuando saluda a un amigo con quien se cruza: «¡Adiós, Rafaé...!», y da gloria verlo y es un orgullo ser hombre y pasar por una calle como aquélla y vivir en una ciudad así.

    Pero aquí en Nueva York, donde un hombre no es nadie y una calle es un número, ¿cómo se puede vivir?

  257. Me comes el plátano? dixo...
  258. con los oídos llenos de agua ultramarina
    impidiéndonos distinguir si el viaje era de ida
    o de vuelta
    de ahí que no sabemos qué vino primero
    si la fanesca o el marmitako
    o un canario rebelde dentro de una jaula
    con alas y platanitos acuñados en patacones
    del tamaño de ese corazón que hacemos con los dedos
    hasta llegar a Nueva York donde a la guagua
    le salieron alas a la sombra de un viaje redondo
    guagua aérea donde viajan todos los wawas
    embajadores del paladar en cada faena pesquera
    y en la cocina fusion donde las moléculas se disipan
    con el rocío del sudor que transpiran los cocineros
    guaguas que cogen la guagua para ir a todos lados

  259. PORT OF ENTRY: NEW YORK dixo...
  260. We are the rejects of the world
    forced out of ancestral lands
    by war, famine, hierarchy, class,
    prosecution, persecution, for having the wrong
    family name, skin tone, religion or being born
    in the wrong part of town

    relocated from one wasteland to another
    scattered in the dust yet guided by
    unsuspecting ushers who were also once
    strangers with surnames ending in open vowels

    Ellis Island 1921:
    they had 6 seconds to scan each immigrant during
    the line inspection to detect those who should be held
    for a more thorough medical examination
    they had a right to appeal if rejected
    the last recourse was to smuggle them back in
    not much has changed in one hundred years

    we are the segundones of the world, the weak,
    the meek, the landless and disinherited,
    so far removed from the old country
    that we had to make up our own nation
    of necios— stubborn men and women—
    exceptionally inventing our own games with
    our own rules, and eventually our own omnipresent
    gods that pop up in movies and songs
    in the midst of our simulacrum that will never
    measure up to centuries of fratricidio
    we’ve always known that a replica of the Eiffel Tower
    will never be the Eiffel Tower
    just like birds accept they will never be dinosaurs
    again
    in the end
    we also made up our own language
    a patois of sorts, a coded language to detect
    newcomers, to fool the master, el patrón,
    the employer, to bypass the algorithm

    we are the rejects of the world, global LPC’s
    Liable to become public charges
    we’ve always known our destitute condition
    just like we know ……………………………that
    this is our last chance for redemption

  261. Eurig Salisbury dixo...
  262. ¿Ud. es galés, ya veo, como Dylan? Sí, Dylan, todavía en Manhattan, sereno como ningún dominio y las gaviotas de Mumbles, hermano.

    Dylan en el remolque de la nieve —su historia—, la puerta de Dylan se abre de nuevo, el rugido de Dylan, el repicar de Dylan y Dylan que pierde su tiempo.

    El garabato de Dylan y su disparate —el Laugharne de Dylan—,
    la armonía exuberante de Dylan que rima, a veces, con el mar, el Dylan cotidiano de Manhattan.

    Mas detenga el lápiz —Dylan espera—, espera suceder, su mente formidable para algunos que espera inscribirse.

  263. su Me cago en dios se había estrenado en la ciudad como Holly shit dixo...
  264. Curioseé por la sede editorial con considerable desvergüenza. Tiraba de las asas de todos los cajones donde aparecía escrito, en una cartela, algún nombre legendario: “Correspondencia de Dylan Thomas”, decía uno; “Correspondencia de TS Eliot”, decía otro. “Literatura Anglogaliciosa/Derechos”, otro más. Pero todos estaban cerrados.

    En un armario de puertas acristaladas, vi pegado una enorme hoja de papel con un poema manuscrito: iba firmado por Lawrence Ferlinghetti.

    Todo era tan mítico que para salir al balcón había que saltar por la ventana.

    Eran las doce de la noche en lo más alto de la ciudad.

    Manhattan bramaba contra el río Hudson, y el río Hudson bramaba contra Manhattan.

    Desde las alturas no se puede continuar el camino.

  265. Odio los números capicúas dixo...
  266. Mientras recorre a pie la Quinta Avenida a medianoche, Xabi arranca a silbar. Desconoce el título de la melodía y tampoco le interesa; es compleja, la silba a menudo cuando está solo. Lleva el torso desnudo y los pies descalzos, solo viste unos pantalones caquis; siente el pavimento viejo y deteriorado bajo los pies. Camina por el centro de la ancha avenida; hay parches de hierba y maleza alta a ambos costados, donde las aceras se agrietaron y luego se deshicieron hace ya mucho tiempo, y así continúan, a la espera de unas reparaciones que no llegarán nunca. En los parches de vegetación, Spofforth oye un variopinto coro de chasquidos y del roce de las alas de los insectos. El sonido lo inquieta, como siempre en esa época del año: la primavera. Hunde sus grandes manos en los bolsillos. De inmediato, incómodo, las vuelve a sacar y comienza un trote largo, ligero, atlético, en dirección a la enorme silueta del Empire State.

    El portal del edificio tenía ojos y boca; su cerebro era el de un imbécil, cabezota e insensible.

    —Cerrado por obras —le dijo la voz a Spofforth cuando este se acercó.

    —Cállate y abre —dijo Spofforth. Y a continuación—: Soy Robert Spofforth. Máquina Nueve.

    —Lo siento, señor —dijo la puerta—. No había visto que…

    —Muy bien. Abre. Y di al ascensor exprés que me espere abajo.

    La puerta permaneció en silencio durante un momento. Luego dijo:

    —El ascensor no funciona, señor.

  267. Segismundo Malatesta dixo...
  268. Cuando las reses vuelven del matadero,
    vibran trémulos de placer insólito
    los carrillos de los carnívoros WASPs,
    refugiados en sus cavernas de terciopelos rojos.
    Sweetheart,
    entrada en carnes negras como el hollín,
    oficia malhumorada el servicio de comida
    a los funcionarios de la ONU.
    La Hepburn vuelve al escaparate de Tiffany’s
    vistiendo los harapos de un homeless
    que se orina en la esquina de la Quinta Avenida.
    Hace frío.
    Hace calor.
    Hay una lluvia que satura el ambiente con el olor a paño mojado.
    La calle suena a película de 1950.
    Exhala vapor por las bocas de las alcantarillas
    que se ancla en el cauce del Hudson.
    El templo de los mercaderes se funde
    con el reino de los cómicos,
    y la confusión de lenguas entre los uniformados
    con insignias NYPD
    hace las delicias de Woody Allen.
    Sin hambre verdadera, me ofrezco un bocadillo de pastrami
    que arrojo a la papelera de Central Park.

«A máis antiga ‹Máis antiga   201 – 334 de 334   Máis recente › A máis nova»

Publicar un comentario