Somos monstruos que parten en dos una Anglogalician ebria y la dejan atrás, como si nada. Quedará la sangre sobre el suelo, porque lo mismo que nos mata nos sirve de alimento.
Dos purgados por Edición y supimos entonces que el castigo era en realidad seguir jugando.
Acaba con la herida para que la puta herida pueda volver a abrirse.
Ah! Porco! Don't be talking! I was red mouldy for the want of that pint. Declare to Main I could hear it hit the pit of my bollocks with a storm.
Este es el peaje draconiano que la Causa eligió para nosotros.
En Los Trenes De Laminación Se Trabaja Con Hierro Incandescente
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268 comentarios:
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Jacobo Maíz
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6 de agosto de 2023, 11:45
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Cholo Sudakas
dixo...
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15 de agosto de 2023, 11:36
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A trancas y barrancas
dixo...
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16 de agosto de 2023, 08:18
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Perdía más aceite que un seiscientos
dixo...
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17 de agosto de 2023, 18:49
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Blas Trallero Lezo
dixo...
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19 de agosto de 2023, 00:19
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Anónimo
dixo...
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19 de agosto de 2023, 08:02
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Vate con un váter
dixo...
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19 de agosto de 2023, 08:56
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The naked and the purgados
dixo...
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20 de agosto de 2023, 08:34
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Persiguiendo una marea de metáforas masturbatorias
dixo...
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21 de agosto de 2023, 10:36
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Brann Rilke
dixo...
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29 de agosto de 2023, 18:56
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Guilles De Sifones
dixo...
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29 de agosto de 2023, 18:58
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Una Frase Lapidaria Como Vacuna Ante Este Cúmulo De Despropósitos
dixo...
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30 de agosto de 2023, 22:59
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O Xoves Hai Cocido
dixo...
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31 de agosto de 2023, 09:42
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Deacon Sangriento
dixo...
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31 de agosto de 2023, 17:42
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O Xoves Hai Cocido
dixo...
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21 de setembro de 2023, 10:22
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Malaquías Malagrowther
dixo...
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24 de setembro de 2023, 11:26
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la Vieja Arenisca Roja
dixo...
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24 de setembro de 2023, 20:41
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Sebastián Querol
dixo...
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25 de setembro de 2023, 10:01
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Ximena Quente de Quantrill
dixo...
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28 de setembro de 2023, 21:03
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no juzgar con la mentalidad de hoy
dixo...
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28 de setembro de 2023, 22:26
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Anónimo
dixo...
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28 de setembro de 2023, 22:27
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The Puto Pato Glücklich
dixo...
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30 de setembro de 2023, 07:32
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LA HIJA DEL GUARDAGUJAS
dixo...
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16 de outubro de 2023, 21:45
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Bartolomé Foulkes. Fío Galego
dixo...
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17 de outubro de 2023, 11:16
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Long Night Fucker
dixo...
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18 de outubro de 2023, 20:37
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Tuercebotas Taciturno Que Toca La Tercerola
dixo...
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18 de outubro de 2023, 22:03
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Bruce Dickinson
dixo...
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20 de outubro de 2023, 10:14
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Into the pigsty of Anglogalician Rode the Six Hundred
dixo...
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25 de outubro de 2023, 12:48
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O Xoves Hai Cocido
dixo...
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26 de outubro de 2023, 09:58
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Curtido en Los Barrizales de la Vanidad
dixo...
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27 de outubro de 2023, 10:44
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Raveneau De Truessan
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29 de outubro de 2023, 13:41
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Crisóstomo Sauerkraut
dixo...
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30 de outubro de 2023, 20:22
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El Heterodoxo
dixo...
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31 de outubro de 2023, 19:44
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Se agita el cauce, salpica, tiembla.
dixo...
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31 de outubro de 2023, 19:46
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Id a peregrinar a Casa Dios
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1 de novembro de 2023, 19:44
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Brann Rilke
dixo...
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1 de novembro de 2023, 22:13
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Brann Rilke
dixo...
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1 de novembro de 2023, 22:14
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Jabacho Fodedor
dixo...
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2 de novembro de 2023, 19:30
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O Swine-Herd de Galizalbión
dixo...
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4 de novembro de 2023, 09:58
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La idea misma de "raza" se conjuga mucho mejor con las manipulaciones experimentales genéticas que con los antiguos mitos sobre la fragmentación de la humanidad.
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7 de novembro de 2023, 22:25
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Sebastián Querol
dixo...
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7 de novembro de 2023, 23:39
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Pero no la hay.
dixo...
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8 de novembro de 2023, 10:26
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Que caiga el meteorito ya, por caridad.
dixo...
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8 de novembro de 2023, 10:29
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lo llaman democracia y no lo es
dixo...
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8 de novembro de 2023, 10:48
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¿Que porqué, entonces como ahora, destilo tan negra bilis?
dixo...
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8 de novembro de 2023, 11:00
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Amapola Hanoi
dixo...
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8 de novembro de 2023, 11:15
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León Saint-Just
dixo...
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8 de novembro de 2023, 16:37
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Emma Frost
dixo...
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8 de novembro de 2023, 21:19
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canto del macho cabrío
dixo...
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8 de novembro de 2023, 21:26
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División 250
dixo...
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8 de novembro de 2023, 21:32
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Quentin Durward
dixo...
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8 de novembro de 2023, 22:22
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Loko Motola
dixo...
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12 de novembro de 2023, 10:07
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Aleister Saint Germain
dixo...
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13 de novembro de 2023, 13:28
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Velvet Coat
dixo...
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13 de novembro de 2023, 22:28
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Hud Bannon
dixo...
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14 de novembro de 2023, 10:19
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0 Comentarios
dixo...
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22 de novembro de 2023, 19:24
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Locopolladamotora
dixo...
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22 de novembro de 2023, 22:26
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Olga Lega
dixo...
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27 de novembro de 2023, 08:02
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Byatt
dixo...
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30 de novembro de 2023, 00:00
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Don Celta de Estorde
dixo...
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4 de decembro de 2023, 10:09
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Wystan Evelyn Parsnip Pimpernell
dixo...
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12 de decembro de 2023, 09:43
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la Vieja Arenisca Roja
dixo...
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13 de decembro de 2023, 11:28
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Andar por los puertos es una de la formas de pereza que enriquece más
dixo...
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18 de decembro de 2023, 11:21
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Cosaco Dipsómano
dixo...
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19 de decembro de 2023, 23:31
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En el vagón del tren un anuncio del Cirque du Soleil: la primera vez que los vi me parecieron fabulosos, la segunda un montón de chinos dando brincos. Así es mi cerebro.
dixo...
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27 de decembro de 2023, 23:19
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Cowput Keriot
dixo...
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18 de xaneiro de 2024, 17:58
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la Vieja Arenisca Roja
dixo...
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16 de febreiro de 2024, 21:25
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Morfeo
dixo...
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18 de marzo de 2024, 18:29
«A máis antiga ‹Máis antiga 201 – 268 de 268 Máis recente › A máis nova»Emperor of the North Pole en un tren en llamas
Un grupo se degenera desde la traición interna
Yo sobre todo me alegro por el calvo de Amaral, que por fin las ha podido ver
El castigo era seguir sodomizando tractores mientras las huérfanas fabricaban tijeras
Hubo varios capitanes vandeanos muy carismáticos, como Jacques de Cathelineau, que había sido antes vendedor ambulante y tenía fama de santo o el joven conde Henri de la Rochejaquelein, el verdadero acuñador de la famosa frase: "¡Si avanzo seguidme; si retrocedo matadme y si muero vengadme!", que más tarde citaría Mussolini y que se apropiaría descaradamente haciéndola pasar por suya el terrorista Che Guevara.
Señor de los sueños y de los días
que el fárrago no ahogará,
de estas tempranas canas,
se eleva el fuego, el espíritu.
Años, no me habéis traicionado
con un golpe en la nuca.
Este cabello gris es victoria
de fuerzas inmortales.
A la luz de los astros Agosto se lavaba
estrellas y jacintos goteaban de sus barbas
Agosto y a ti, Main todopoderoso, a ti te conjuramos
vuelve en un año a vernos besarnos en el culo
Que entre Virgo y Escorpio hilo de oro cosemos
y una estrella de mar en tu honor encendemos
Las gallinas que entran por las que salen.
Una sesión de circo se iniciaba en la constelación decimoctava
del sana al locu
del locu al colu
del colu al escri
del escri al mingi
del mingi al dormi
del dormi al sana
del sana al vela
del vela al crema
del crema al purga
¿qué es esta historia?
¿qué es esta histeria
de trayectoria?
cuán irrisorio
todo tu viaje
termina en -torio
En todo deseo hay tanta compasión como apetito. Sea cual sea la proporción, las dos cosas se ensartan juntas. El deseo es inconcebible sin una herida. Si hubiera alguien sin heridas en este mundo, viviría sin deseo.
Se puede convertir una pecera en sopa de pescado, pero no se puede convertir una sopa de pescado en una pecera
para que salgan cuatro raciones de panna cotta utilizamos 250 ml de nata para cocinar, 250 ml de leche, 50 gr de azúcar, un toque de extracto de vainilla, gelatina en mi caso, seis láminas y 2-3 cucharadas de semen fresco. Como la cantidad de semen es un poco mayor, se necesitaron dos orgasmos para conseguirla.
Porcos Bravos: hombres elegidos por la gran dimensión de su pene con el propósito de servir como sujetos activos durante el coito anal
¿Por qué alucinamos con el edamame y nos olvidamos de los altramuces, también conocidos como chochos?
A dog with its leg caught on barbed wire
Hace un tiempo las moras eran blancas en su mata silvestre. A partir de aquel día, en Yardley Gobion, se vuelven rojas en las sangres que se mezclan a sus pies.
Si desde lejos, aunque separados.
Me reconoces todavía, y el pasado,
—¡Oh tú, partícipe de mis penas!—
Significa algo hermoso para ti,
Entonces dime, ¿cómo tu amada espera?
¿En aquel jardín donde nos encontramos
Después de un tiempo terrible y oscuro?
Aquí en los ríos del mundo sagrado.
He de admitirlo, había algo hermoso
En tu mirada, cuando desde lejos
Alegre volviste tu cabeza,
Hombre siempre reservado, de sombrío
Aspecto. ¿Cómo pasaron las horas, cómo
Mi alma pudo estar serena
Ante la verdad de la separación?
¡Sí!, confieso que fui tuya.
¡Es cierto! Me traes a la memoria
Cuanto ya sé y lo escribes
En tus cartas, también
Yo recordaré el pasado.
¿Era primavera? ¿Era verano? El ruiseñor
Entonaba su dulce canto entre pájaros
De arbustos cercanos
Y con sus aromas los árboles nos envolvían.
Los claros caminos, el matorral, y la arena
Sobre la que caminábamos, tornaban más alegres
Y dulces los jacintos
O los tulipanes, el clavel, la violeta.
Entre paredes y murallas verdeaba la hiedra, verdeaba
Una sacra oscuridad de altas alamedas. Tantas
Noches, tantas mañanas allí estuvimos
Hablando de cualquier cosa y mirándonos con gozo.
Resucitaba en mis brazos el joven
Que perdido llegó de los campos,
El que con melancolía me hizo contemplarlos,
Hasta guardar los nombres
De aquellos lugares que tanto amó,
La belleza que sobre la tierra patria florece
O se oculta en sagradas orillas, y desde lo alto
Contemplar es posible hasta donde el mar se pierde
Y nadie quiere estar. Alégrate y piensa
En la que todavía se complace
Porque para nosotros brilló el radiante día,
El que con declaraciones comenzara, entrelazando
Las manos, uniéndonos. ¡Ay de mí!
Fueron hermosos días. Pero
Una triste oscuridad llegó tras ellos.
¡Que muy solo te encuentras en el hermoso mundo
Siempre me aseguras, amado mío!
Mas no sabes.
El tiempo aquí es gelatinoso. Lo tratas de asir y se deshace entre las manos. Queda en tus palmas un hueco, aire. Nada cambia. Flotan el tedio y la muerte. ¿Estamos muertos? Un día descubres un delgado hilo que proviene del exterior. Lo observas con detenimiento. Puede ser una trampa. Te acercas. Es un hilo de oro, de platino, de una aleación extraña. Lo palpas con la yema de los dedos. Lo haces con prisa, pronto será jalado hacia fuera. Regresará a su destino, la limpia tierra de la libertad. Te aferras a él como la soga que te rescatará de este hálito oleaginoso. Aunque lo apretujas, el hilo se escurre de tus manos. Te corta, te sangra. Se pierde por el portón de entrada. Miras tus heridas. Refulge en ellas el oro, el platino, la valiosa aleación extraña. Te sientas a esperar su vuelta. El hilo no vuelve y, aun a la distancia, sigue cortando
Hablamos de gente con una alergia al trabajo sin parangón en esta u otras galaxias. Organizar vistosas payasadas que no supongan ningún verdadero esfuerzo es su manera de compensarlo.
De los demás maraqueados durante el convivio, nada. Nadita. Humo, fantasmas. Unas decenas más a las listas de los desaparecidos anónimos. Ni una mención a la masacre en Yardley Gobion.
Morirse en Narcolandia representaba un one way ticket a la Dimensión Desconocida.
En mi abuela siempre pienso en esos términos. Meter a su padre y a sus tíos en un tren para la primera guerra. Meter a su marido y a sus hermanos en un tren para la segunda guerra.
Meter a su hijo en un tren para la de Argelia, y cada vez saber por experiencia que la persona que sube al tren ya
nunca volverá. Y aunque volviera, todo habría cambiado
La casita del guardagujas está junto a la línea férrea, al pie de una montaña tan empinada que sólo algunos árboles especiales pueden escalonar a gatas, aferrándose con sus raíces afiladas, agarrándose a los terrones hasta llegar a la cumbre. La casita de madera desvencijada a causa del estremecimiento constante y los fragores. La casita pequeña en un terraplén de veinte metros junto a tres líneas. Allí vive el guardagujas con su mujer, contemplando pasar los trenes cargados de fantasmas que van de ciudad en ciudad. Cientos de trenes, trenes del norte al sur y trenes del sur al norte. Todos los días, todos los meses, todo el año. Miles de trenes con millones de fantasmas, haciendo crujir los huecos de la montaña.
La mujer, como buena mujer, le ayuda a enhebrar los trenes por el justo camino. La responsabilidad de tantas vidas satisfechas les ha puesto un gesto trágico en el rostro. Apenas si pueden sonreír cuando se quedan como suspendidos mirando a su pequeña, una criatura de tres años, graciosa, delicada, con gestos de flor y de paloma. Pasan los trenes con el fragor de hierros y largos metales arrastrados de toda una ciudad que soltara sus amarras, de tantos fantasmas desencadenados y ebrios de libertad.
La hija del guardagujas juega entre los trenes de su montaña con una confianza aterradora. Ignora que los niños ricos de la ciudad se entretienen con unos trenes pequeñitos como ratones sobre rieles de lata. Ella posee los trenes más grandes del mundo… y ya empieza a mirarlos con desprecio. Es un encanto de niñita. Vive despreocupada, suelta como si no quisiera apegarse a nadie. Se diría que un tren la arrojó allí al pasar como por casualidad. En cambio sus padres viven pendientes de ella, la contemplan, mientras todavía es tiempo, la miman, la adoran. Ellos saben que un día la va a matar un tren.
Trepó al tren repleto, en el que los viajeros se amontonaban como arenques y abrió la puerta de un compartimiento. Alguien cerró la puerta desde adentro. El hombre la volvió a abrir y vio a un individuo gordo y a dos mujeres sentadas, acunando unos niños sobre sus faldas.
- Cierre -dijo el gordo, con acritud-. Compartimiento para heridos de guerra.
El viajero permaneció un tiempo como un arenque más en el pasillo, con la perspectiva de pasar así dos horas; de pronto extendió una mano tensa hacia la puerta, la abrió y dijo:
- ¿Tiene usted credenciales? Aquí hay lugares libres. ¡Permítame!
El gordo se ponía de pie cada vez que la puerta se abría, quién sabe por qué.
- No puede entrar aquí -dijo.
El viajero, que era un hombre joven, lo miró de frente, con expresión grave y dijo:
- ¿No se da cuenta que es una desconsideración?
El gordo quiso cerrar la puerta, pero el joven interpuso un pie. El hecho de entrar para sentarse carecía de importancia; pero la gente que estaba allí dentro estaba abusando de sus derechos y no iban a salirse con la suya. El sentido de la justicia del joven lo exigía.
- Me sentaré aquí -dijo-. ¡Quite esa caja!
El gordo se había puesto nuevamente de pie. Su frente estaba perlada de sudor.
- Apiádese de las mujeres -dijo-. En el compartimiento viajan niños a los que es preciso acunar.
- ¿Quiere que permanezca de pie? -preguntó el joven-. Puedo hacerlo, pero no quiero. No hay derecho. El gordo hizo un último intento.
- No le gustará mucho. Los niños lloran continuamente.
El joven se sentó. No estaba mucho más cómodo. El compartimiento estaba en penumbra, las mujeres acunaban a sus críos, que chillaban como si los estuvieran martirizando. Pero él estaba satisfecho en su fuero interno, porque había triunfado la justicia. Permaneció sentado hasta la estación terminal. Tres días más tarde cayó enfermo para no levantarse más. La gente del compartimiento llevaba niños con escarlatina.
A menudo imaginaba que me iba. Me veía subiendo a uno de aquéllos trenes rojos durante la noche a escondidas…
Te llamas liberal y despreocupado, y el día que te apoderes del látigo azotarás como te han azotado
yeaaaah, trains are so metal! :evil:
There were thirty million English who talked of England's might,
There were twenty broken troopers who lacked a bed for the night.
They had neither food nor money, they had neither service nor trade;
They were only shiftless soldiers, the last of the Light Brigade.
They felt that life was fleeting; they knew not that art was long,
That though they were dying of famine, they lived in deathless song.
They asked for a little money to keep the wolf from the door;
And the thirty million English sent twenty pounds and four !
They laid their heads together that were scarred and lined and grey;
Keen were the Russian sabres, but want was keener than they;
And an old Troop-Sergeant muttered, "Let us go to the man who writes
The things on Balaclava the kiddies at school recites."
They went without bands or colours, a regiment ten-file strong,
To look for the Master-singer who had crowned them all in his song;
And, waiting his servant's order, by the garden gate they stayed,
A desolate little cluster, the last of the Light Brigade.
They strove to stand to attention, to straighten the toil-bowed back;
They drilled on an empty stomach, the loose-knit files fell slack;
With stooping of weary shoulders, in garments tattered and frayed,
They shambled into his presence, the last of the Light Brigade.
The old Troop-Sergeant was spokesman, and "Beggin' your pardon," he said,
"You wrote o' the Light Brigade, sir. Here's all that isn't dead.
An' it's all come true what you wrote, sir, regardin' the mouth of hell;
For we're all of us nigh to the workhouse, an' we thought we'd call an' tell.
"No, thank you, we don't want food, sir; but couldn't you take an' write
A sort of 'to be continued' and 'see next page' o' the fight?
We think that someone has blundered, an' couldn't you tell 'em how?
You wrote we were heroes once, sir. Please, write we are starving now."
The poor little army departed, limping and lean and forlorn.
And the heart of the Master-singer grew hot with "the scorn of scorn."
And he wrote for them wonderful verses that swept the land like flame,
Till the fatted souls of the English were scourged with the thing called Shame.
They sent a cheque to the felon that sprang from an Irish bog;
They healed the spavined cab-horse; they housed the homeless dog;
And they sent (you may call me a liar), when felon and beast were paid,
A cheque, for enough to live on, to the last of the Light Brigade.
O thirty million English that babble of England's might,
Behold there are twenty heroes who lack their food to-night;
Our children's children are lisping to "honour the charge they made - "
And we leave to the streets and the workhouse the charge of the Light Brigade!
Ingredientes para Salchichas Frescas a la Cerveza
Para 4 Personas
500 g. de Salchichas Frescas
2 Dientes de Ajos
1 Cebolla
330 de Cerveza
Pimienta Negra
1-2 Hojas de Laurel
Aceite de Oliva VE
Sal
Para hacer las salchichas frescas a la cerveza tienes que empezar por cocinar las salchichas. Puedes elegirla de la marca que más te gusten, las mías son Campofrío y dan un resultado estupendo.
Lo primero es coger una sartén amplia y añadirle un buen chorrito de aceite.
Coloca las salchichas y las haces al fuego hasta que comiencen a dorarse por ambos lados.
Esto es importante para que después, al cocerlas, no se deshagan y queden enteras y con buen color al final.
Las sacas todas a un plato en el que las reservarás hasta que tengas preparada la otra parte de la receta.
Por otro lado, vas a ir preparando las cebollas y los ajos.
Puedes pelarlas y partirlas en trocitos pequeños o, como a mi más me gusta, en juliana. Es decir, se trocean haciendo “gajos” para que después queden alargaditas en el plato final dándole un toque muy bonito.
También pela y pica los ajos.
Una vez que los tienes preparados, los meter es la sartén junto con un poquitín más de aceite y una pizca de sal.
Así se hace la salsa de las salchichas frescas
Cuando empiece a cambiar de color le añades por encima las salchichas y lo mueves.
A continuación le pones la cerveza por encima. También le añades un pelín de pimienta y una hojita de laurel.
Pon el fuego fuertecito y, cuando veas que hierve, lo bajas para que se cocinen a fuego suave.
Tras aproximadamente 15 minutos ya puedes retirarlas.
¡Y tendrás el plato de salchichas frescas a la cerveza más rico del mundo!
Yet could we turn the years again,
And call those exiles as they were
In all their loneliness and pain,
You’d cry, ‘Some woman’s yellow hair
Has maddened every mother’s son’:
They weighed so lightly what they gave.
¡Abajo las estalactitas!
¡Arriba las estalagmitas!
Para que no creáis que exagero al encarecer los tormentos del infierno, os diré que allí, hasta cuando a uno le sirven hirviendo el chocolate, para tomarle hay que romper con los nudillos de los dedos el hielo que le cubre
Qué labia. Qué cielo amarillo.
Y en los puentes desiertos el peso de la historia y cada tanto
el ronquido de un tractor con las alas erizadas de bayonetas.
Main profetiza, exhorta y amenaza y tiembla
de sentir que se inclina la masa inmóvil de los siglos
irremediablemente, igual que los cañones en sus ejes,
al borde de esa mañana de octubre.
Esperábamos el cambio de andén y vimos a la niña correr como si la estampida viniera. Levantó el polvo y antes de alejarse demasiado me miró con sus ojos azulísimos. Corrió entre los raíles y su vestido tinto y su pamela antigua me recordaron los dialectos extraños con los que solemos nombrar la soledad. El sombrero se redujo entre las luces y caminó despacio por el borde en el que nosotras habíamos dejado el silencio del exilio.
Me aprietas una mano para cruzar porque sabes lo fuerte que golpea la niebla, porque sabes que de una orilla a otra se va el aliento; pero he quedado allá, donde la niña, porque ella sabe bailar con gracia entre el hambre y las mañanas semejantes, porque sabe llevar el queso en la mano poderosa. Donde está la niña está la verdad del paisaje que nos transfigura en pequeñas moneditas de maíz.
Los racistas y apologetas del genocidio siempre necesitan una caricatura de homogeneidad barbárica para vender su mercancía.
El arte y la cultura entre los Oniromantes también es prolífico: hay escultura, arquitectura, pintura, literatura, danza y modalidades exclusivas, como las impresiones efímeras
Mucha gente en los Planos Oníricos tiene creencias religiosas. Unos creen en cosas particulares de su especie y otros creen en cultos interespecie, pero hay algunos que creen en Entidades que sólo se pueden encontrar en los Planos Oníricos. Las Entidades Oníricas más conocidas que suelen ser adoradas son los llamados Dioses Oníricos del Milegu que se dividen a su vez en Deidades del Sueño, Señores de la Consciencia y Dioses Contadores de Historias.
Algunos Oniromantes aprovechan a reunirse en tabernas y otros lugares para compartir relatos, intercambiar objetos o hacer tratos. Estas tabernas también suelen ser frecuentadas por Cazadores Interplanares, Cazadores de Habilidades o Pralatavi.
Al respecto de la vestimenta que suele llevar un oniromante hay varias corrientes mayoritarias y muchas más minoritarias, pero las dos más seguidas son el Noxaji Elmoughkimenge o armonía de las envolturas materiales y el Inai Kinurnaldeldtai o perfeccionamiento eterno del exterior. El Noxaji postula que cuantas menos prendas y artilugios se lleven a los Planos Oníricos, la sintonización mística con estos será mejor y se podrá hacer un mejor trabajo. Por otro lado, el Inai postula que los objetos que los seres inventan les mejoran, y que cuanto mejor equipado viaja un oniromante a un Plano Onírico mejor podrá hacer su trabajo.
Los seguidores de cada creencia siguen su creencia sin importarles que los demás no la sigan, salvo en contadas excepciones. Una de ellas es cuando una expedición a los Planos Oníricos cuenta con creyentes de distintas creencias. Con lo que suele haber roces entre los miembros. Igualmente estos roces suelen solucionarse los primeros días.
Los sueños son en muchas ocasiones el único lugar donde dos enamorados separados en la vida real pueden estar juntos. Y de hecho, muchos Planos Oníricos están llenos de amantes. Los Saonirild son una especie que usan los Planos Oníricos para conocer posibles parejas amorosas y también para mantener el contacto con ellas una vez las han encontrado. De esta manera, aunque no puedan estar juntos en persona siempre pueden soñar el uno con el otro.
Los sueños a veces se usan para secuestrar a un amante o a un pretendido amante y otras para entrar en la parte sentimental del encéfalo de alguien con una fantasía. Los usos que ofrecen los Planos Oníricos son infinitos.
Como alternativa al preservativo, si quieres mantenerte limpio de enfermedades, debes seguir el siguiente método: 1. Después de la relación sexual, agita tu pene con todas tus energias. De está manera expulsarás a los gérmenes que tengas en la uretra. Mírate la punta del rabo, si de ahí ya no sale nada, puedes pasar al siguiente paso. 2. Mete la polla en la pica y lávala a conciencia con agua caliente y jabón, que quede bien limpia. 3. Pégate una meadita, expulsarás todo lo malo que pudiese quedar dentro
Para salvar la nueva epifanía hay que acudir, ya es hora,
con el hacha y el fuego al nuevo día.
Oye cantar los gallos de la aurora.
Un uso indiscriminado de las palabras corre el riesgo de reducirlas al vacío y transformarlas en puros significantes que no comprenden ni resguardan realidad alguna.
El Discurso universitario es en cierta forma una modificación del discurso del amo: mientras que el discurso del amo se basa en la presencia absoluta de un Amo que posee todas las respuestas y acapara todo el poder, el discurso universitario sustituye al amo por el “experto” y habla de un discurso que se valida por sí mismo, por su propia racionalidad. El discurso universitario, de este modo, opera señalando que es posible un conocimiento explicativo que nos dé las respuestas, sino ahora, si a medida que vaya ampliándose la investigación.
Lo que los estudiantes pedían era la sustitución del discurso del amo por el discurso universitario: la imaginación al poder, la inteligencia al poder, los jóvenes al poder, otro mundo es posible, etc. No se daban cuenta que estaban sustituyendo a un amo autoritario por otro amo aún más autoritario, puesto que contra un amo autoritario uno se aprieta los machos y se revela, pero contra la fuerza de la razón solo es posible la locura. Frente al discurso universitario parece que sólo caben los ciudadanos cínicos del socialismo burocrático (lo realizan sin creer realmente en él), o los perversos del capitalismo liberal (lo realizan sabedores de su superioridad científica). En ambos casos son sujetos que, ya sea mediante la distancia cínica, o mediante la perversión liberal, actúan haciendo funcionar el sistema y ocultando sus propias inconsistencias. De nuevo, igual que en el discurso del amo, el discurso universitario tiene que esconder su propia inconsistencia mediante una fantasía: ésta puede ser, por ejemplo, la del “progresismo”, que coloca en un futuro imposible la solución de los problemas actuales mediante el desarrollo técnico. O mediante todo tipo de proliferación de amos y sátrapas que justifican la posición racional que ocupamos nosotros, cuando a poco que se rasque, nos damos cuenta de que estos mismos amos que se creían ya superados son deudores del capitalismo liberal.
Victimismo reaccionario, disfraces de cordero para los lobos en una época cuyo paradigma heroico no es ya el combatiente, sino la víctima.
Hacerse de derechas es como hacerse del Madrid: una confortable suscripción a la victoria y la impunidad.
La pluralidad está bien; dar voz a dementes, no.
Un arácnido recorre sobre mi cabeza un techo que (88 metros cuadrados) para él constituye el país llamado Espejo. Creo haber descrito hace 16 años hechos similares en mi estudio, antes de ponerme después a disertar sobre el suicidio de la civilización occidental. Veredicto: el derecho a la ambigüedad al que todo ciclotímico tiene derecho cuando habla acerca de la más impertinente encrucijada moral.
¿Recuerdas la amapola que calcinó el verano, la amapola marchita,
negro crespón del campo?
un referente del elitismo camp encubierto precisamente por esa exégesis redentora del gusto de masas.
Ahora las cosas tenían colores extraordinariamente variados. Ahora se podía ver sin ser cegado o deslumbrado. A veces, lo real volvía. A veces la noche iba penetrando poco apoco en los días. A veces el alquitrán era sólido e hiriente. A veces se podía olvidar la felicidad del sexo anal. A veces había que volver a luchar contra el viento y protegerse del frío
Una excusa, una justificación, un arrepentimiento; una búsqueda del perdón, o del olvido, pero siempre necesitamos escondernos detrás de algo.
Un tren es un lugar extraño. Un lugar que, aunque no lo parezca, puede hacerte sentir cosas excepcionales que ninguna otra cosa te podría dar. Yo he estado visitando cada tren de todo el
mundo. He vivido cada humo, cada sonido y cada velocidad. Me he sentado en todos los asientos habidos y por haber. Pero a mi parecer se hace extraño que nunca dejan de aparecer más y más...
¿Porqué visito trenes? Pues porque los trenes son lugares normales, grandes o pequeños, con muchos o pocos vagones. Pero hay excepciones, trenes raros, por ejemplo, trenes, como el tren de la ciudad escondida de Liverpool que no tienen wokes, o solo un vagón, como el del reloj de cuco,
que son pequeños como nueces o grandes como una montaña, como los de Glasgow o Gotemburgo.
El Strenhoen de Yarley Gobion, es el tren más raro del mundo. Es un tren grande, muy grande. Tiene más de
cien vagones, asientos de terciopelo. Una gran locomotora. Pero, lo más extraño, es que no tiene ni un pasajero. He leído muchos libros sobre él y siempre me he preguntado ¿Cómo se mueve el tren? Si no lleva nadie a abordo, ¿Cómo es posible?.
Para responder a mis preguntas, he partido en busca de ese extraño tren. He cruzado Los océanos más grandes, los desiertos más calurosos y hasta el pico más alto de la tierra. Pero por fin, después de un año de búsqueda lo he encontrado. En el páramo helado de Siberia, ante unas débiles
y pequeñas rocas y delante de dos robustos árboles, se encontraba el más majestuoso de los trenes.
Sé perfectamente que era ese, tenía esas ornamentaciones de oro y unas puertas de metal laminado peltreado y lo diferencié, sobre todo, por el obvio cartelito que pendía de su vagón trasero y que decía, escrito con una caligrafía exquisita, “Strenhoen”.
Estas señales de arrepentimiento llegaron quizá un poco tarde, y confieso (pues no debo ocultar nada a mi querido amigo el Público) que me quiten lo follado en trenes nocturnos que iban a ninguna parte.
Desde hoy en adelante usaré toda cosa como un tren que me aleje de ti y me cubra con la deshonra del olvido
Casi nada es nunca tan urgente que no pueda esperar a que uno regrese a casa y oiga sus mensajes, como sucedía antes del móvil. No deseo recibir llamadas mientras paseo, o voy en tren, o estoy en un restaurante, o en el cine. Estar ilocalizable me parece una bendición. Estar siempre localizable, por tanto, la mayor maldición.
de pronto pienso que de nosotros no quedará sino uno, cuando al zarpar éramos ochenta y ocho
I fucked an orphan in Yarley Gobion. Dirty cow. During what we were doing, she tried to stick her finger up my bum. I nearly hit the roof, you can imagine. I mean, what have you got to think of a woman who'd want to do that?
Tenemos tecnologías para contemplar este abismo de trenes en llamas
El tren taladraba la oscuridad.
Los viajeros aguardaban en pie
en los andenes con la mirada perdida en el
vacío, una actitud sustentada por años de
práctica. Al pasar a toda velocidad, se preguntaba quiénes eran en realidad. Su cuerpo se estremecía en los tramos de mayor aceleración. Viajaban tan rápido que a veces
creía que estaban a punto de perder el control. El ruido crecía hasta un nivel doloroso que él asimilaba como una prueba personal.
Otra curva delirante. Había tanto hierro en el chirrido de esas curvas que casi podía saborearlo, como cuando, de pequeño, te llevas un juguete a la boca.
Si despierta de noche la manada, yo quisiera ser ellos, no ser yo; correr con ellos -brutales y magníficos-, son ellos mis canciones de Honor.
La cosa había irrumpido desconsideradamente en su vida, le había sorbido la médula, sin advertir siquiera quién o qué era ella. Volvería y la enfrentaría. ¿Qué otra cosa había?, se preguntó, y se respondió: nada.
De modo que regresó, sola en el tren mientras los campos pasaban a toda velocidad, y dormitó a lo largo de una noche eterna bajo la colcha con rosas silvestres de la pensión. Esta vez hizo el mismo recorrido de antaño, saliendo de la casa y franqueando el portillo; encontró enseguida el viejo rastro, su mirada atenta descubrió la estela de desechos de la cosa, y muy pronto estaba de vuelta en el claro, donde encontró intacto el túmulo de huesecillos que había dejado junto al tronco de un árbol. Lanzando un leve suspiro, cayó de rodillas, y luego se sentó de espaldas al bosque en descomposición y llamó en silencio a la cosa. Casi de inmediato percibió la perturbación, vio la agitación de las ramas, oyó el lento avance, olió el viejo olor. Era un día gris y ordinario. Cerró los ojos por un breve momento, mientras el ruido y el movimiento se incrementaban. Cuando la cosa llegara, la miraría a la cara, vería lo que era. Juntó las manos en el regazo, sin apretarlas. Sus nervios se relajaron. Su sangre fluyó más lentamente. Estaba preparada.
Todo está en calma delante de mis ojos: las cigüeñas varadas
sobre el silencio, y los frutales florecidos más allá del tendido del ferrocarril.
Las noches, los puentes ferroviarios, el cielo tormentoso.
Sus horribles compañeros no lo sabían;
Pero en aquel niño la mentira del retórico
Reventó como una tubería: The Anglogalician había hecho un maquinista.
Roja noche los trenes de roja noche van llevando locos a otros sitios alejados
Diciembre es esta imagen de la lluvia cayendo con rumor de tren
Pasó un tren y me pareció que era mi polla la que hacía aquel
estruendo.
Odio el tren, mucha gente. Me rodean una hija que habla por teléfono con su madre endavant endavant dice qué horror y una lesbiana inglesa que intenta conquistar a una jovenzuela de dientes equinos. La lesbiana, algo mayor y corte de pelo entre mujer abertzale (las más feas del mundo) y camionero desesperado. Las dos tienen una argolla en la nariz como las que ponen a las vacas e imagino enseguida que durante un morreo apasionado se enganchan por las argollas y tienen que llamar a un herrero para que las desenganche. Se me pone morcillona.
El otro lado de las vías del tren es necesario.
La experiencia directa de “lo otro” es necesaria para no acabar siendo una oveja.
Acostado contigo, oigo pasar los trenes,
y sus ventanas cruzan encendidas mi frente
rasgando el terciopelo de esta noche.
La pausa de silencio me deja una luz roja,
la nota en el pentágrama de cables y de vías
oscuras y brillantes. Acostado contigo,
oigo cómo se alejan con el ruido más triste.
Quizá me he equivocado no subiendo a uno de ellos.
Quizá el último acierto sea ─abrazado a ti─
dejar pasar los trenes en la noche.
Me quedé dormido en el metro entre las estaciones de Ataraxia y Diazepan. Acostumbro a echar una cabezadita cuando el cansancio me vence de vuelta a casa y, en ocasiones, me paso y llego hasta Irrestricto, con lo que supone de pérdida de tiempo. Pero en esta ocasión noté que alguien tocaba mi hombro y mientras despertaba oí la voz joven de una mujer que me decía: ya llegamos. La miré con agradecimiento mientras me apeaba del vagón vacío.
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