¿Quién ha puesto al huracán jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al porco bravo detuvo prisionero en una jaula?
Si me muero, que me muera con la cabeza muy alta.
The Main afila su plan A con mimo: hay que ser más ofensivos, rejuvenecer ya la guardia pretoriana para ir acelerando el relevo generacional, soltar lastres. Repitan en voz alta: hay que ser más ofensivos, ir ya rejuveneciendo la guardia pretoriana para acelerar el relevo generacional, ir soltando los lastres.
Estamos a finales de agosto. A lomos de Cabalo. Comienza la pretemporada. Os Porcos Bravos non xogan amigábeis. Siete partidos con distinto nivel de exigencia para siete victorias. Se juega como se entrena. La moral alta, la mirada de acero, las cervezas en las terrazas de Bueu. Así, a patadas, llega la semana del viaje a Sheffield. Y de repente todo vuela por los aires. Tres de ocho titulares causan baja (algunos lo llamarían deserción) y un virulento proceso gripal se ceba con el equipo hasta el punto de convertirlo en el Flu-minense. Encima, un huracán amenaza las Islas.
The Main afila su plan B con saña mientras habla con los cuervos.
En Inglaterra, Lee Gordon se pregunta qué ha pasado. En marzo de 2015 tenían todo el viento de la competición a favor. Y no lo han aprovechado. Una acumulación de dudas y malentendidos con la vieja guardia, aderezados con la salsa de la lenidad, han frenado en seco la trayectoria de los Stags. Una suerte de Brexit interno. Afrontan la XVI con una sola victoria en las últimas tres ediciones. Y fue por penaltis. Lee Gordon viaja entonces a Singapur. Mientras piensa como cerrar de una puta vez el tortuoso proceso de crear su núcleo duro para el equipo astado.
Llovió durante toda la noche en Yorkshire. El día siguiente era domingo, seis de octubre.
Enarbolando el Hrafnsmerki |
La otra crónica, la escrita según el tradicional método galeguidade ao pao, informa:
Sheffield Stags 0 - Porcos Bravos 1
The Sheffield Stags: Dave Moxon (Gk); Andy Marriott; Thomo; Matt Hook; Shabba; Lee Gordon; Col Whaley; Ollie Rae; Dave Howard; Tom Dodd; Rob Southwell; Mark Hayman y Steve Boyle
Os Porcos Bravos: Santi Barrilete (Gk); Frank; Lutzky; Del Río; Serge (1); Manu Blondo; Anxo; Xandre; Neira y Rivas.
Venue: Estrenamos campo. Un más que aceptable y bien delimitado U-Mix Ground, cerca de una mezquita y dos pubs. Esto es Inglaterra, vuestra Inglaterra...y el año es Cero. Contra todo pronóstico no llueve. La querencia a jugar con porterías de waterpolo no se pierde con el cambio. Ella se alza ante la verja a la cabeza de su tribu y espera. No. No llueve.
Attendance: Medio centenar de privilegiados a pesar del anunciado yellow danger por heavy rain. Los valientes aficionados gallegos se hicieron notar pese a su entendible inferioridad numérica.
Uniformes: Los stags visten de blanco tres leones en distintas versiones.
Os Porcos Bravos se despiden de su uniforme negro con ramito de violetas en un sentido homenaje a las otras camisetas históricas del mejor Ronnie Farras.
El Laurence Bowles (o es ya el presente Colin Davies?) al mejor jugador porcobravo es para Neira. De frontman a hombre orquesta.
El Derek Dooley's Left Leg al mejor jugador inglés, es para el debutante Matt Hook, también conocido como Matthäus y que tiene el buen gusto de ser seguidor del Liverpool.
Árbitro: Tato Fenners. Aplicó distinto criterio en cada parte. Aprobado. Debió haber sido más riguroso con la violencia de algún porco bravo y menos con el reloj.
El Dato: Tercera victoria a domicilio del equipo gallego tras las de 2009 y 2013. Un hat-trick que sabe a gloria.
Os Porcos Bravos se alejan. 9 triunfos a 7. Nunca habían tenido dos partidos de ventaja. Contando además con la particularidad que nueve ediciones se han disputado en Inglaterra por sólo siete en Galiza.
1611 comentarios:
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Hud Bannon
dixo...
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8 de febreiro de 2024, 20:56
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Hammer Of Gods
dixo...
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15 de febreiro de 2024, 21:59
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Hammer Of Gods
dixo...
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15 de febreiro de 2024, 21:59
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La siesta del Bisiesto dura cuatro años
dixo...
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29 de febreiro de 2024, 23:42
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Crow
dixo...
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4 de marzo de 2024, 23:12
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Skurekail Villsvinhode
dixo...
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29 de marzo de 2024, 19:47
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Pionta Spam
dixo...
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11 de abril de 2024, 20:09
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Enarbolando el Hrafnsmerki
dixo...
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14 de outubro de 2024, 09:38
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Y yo con estas pintas
dixo...
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25 de outubro de 2024, 10:55
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Christoph Ransmayr
dixo...
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30 de novembro de 2024, 22:26
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Huracanes en la periferia
dixo...
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15 de decembro de 2024, 16:11
«A máis antiga ‹Máis antiga 1601 – 1611 de 1611 Máis recente › A máis nova»The wind of change is blowing a hurricane! Give 'em hell!
El gran martillador eterno
púsose a batir el metal,
a golpearlo con ardor;
así forjó el famoso sampo,
también molino que molía
harina, sal y hasta moneda.
¿Es el sampo un símbolo del sol, du Main, de la fertilidad de la tierra?, ¿una superación imaginaria de los entonces rudimentarios instrumentos de explotación agrícola, algo así como un avance tecnológico? Poco importa.
Nos encontramos con no humanos y los usamos todo el tiempo: los mangos de las puertas, los gatos, los huracanes, la luz solar… la conciencia futbolística significan prestar atención y explicar esos no humanos. Es importante desarrollar formas de lectura tales como la punteirolocrítica, y formas de comprensión como la Ontología Orientada a Objetos Anales, que tienen en cuenta este simple hecho. Lo que es extraño es la idea contraria: la creencia, increíblemente extendida en la academia y fuera de ella, de que no necesitamos tener en cuenta a los no humanos, que podemos explicarlo todo en función de los seres humanos, que en principio tienen una apariencia muy solemne: el sujeto, la voluntad, la historia, las relaciones cerveceras (humanas), la voluntad de poder, el Dasein, la episteme, le Main… Esa es la idea que necesitaría llegar a la luz y explicarse ella misma.
Un cuervo nos miró. Un cuervo nos estuvo siguiendo por todo el bosque. Fue tan especial y siniestro que no lo pude ignorar
A sixteenth I know: when all sweetness and love
I would win from some artful wench,
her heart I turn, and the whole mind change
of that fair-armed lady I love.
De nada sirve ser un monstruo si no se es también un teórico de lo maintruoso.
Me he asomado al abismo donde el cuervo levanta la urgencia de su vuelo con el raudo dibujo de un presagio sin hora.
The men rode hard and straight up the valley at the Russian lancers formed up across their line of retreat as fast as their 'poor tired horses would carry' them. The Russian lancers backed away as if they were preparing to fall on the flank of the retreating horsemen when they galloped past. But they did not do so. Restrained perhaps by that curiously indecisive leadership which was becoming a feature of Russian cavalry tactics, the lancers allowed Lord George's men to graze past them, half-heartedly pushing at them with their lances. Or perhaps it was that they were moved to compassion by the sight of these tattered remains of the most splendid-looking cavalry in the world.
For the men of the Light Brigade presented a pitiable sight. Their gorgeous uniforms were torn and smeared with blood, their horses as damp and bedraggled as water-rats. And they were the fortunate ones. Others went past on foot, alone or in pairs or dragging loved horses limping and bleeding to death behind them.
The ground was 'strewn with the dead and dying'. Horses in every position of agony struggled to get up, then floundered back again on their mutilated riders.
Even now the guns still fired at them. But only from the Causeway Heights. On the Fedioukine Hills the Russian artillery had been driven from their positions by a spectacular charge of the 4th Chasseurs d'Afrique, who had shown what brave horsemen can do when well directed and skilfully led.
The leader of the Light Brigade was already home. He, at least, felt clear of blame for the unskilful manner in which the brigade had been directed. 'It is a mad-brained trick,' he said to a group of survivors. 'But it is no fault of mine.'
He rode up to Lord Raglan to offer the same excuse.
'What did you mean, sir?' Raglan asked him, more angry than his staff had ever seen him before, shaking his head from side to side, the stump of his arm jumping convulsively in its empty sleeve. 'What do you mean by attacking a battery in front, contrary to all the usages of warfare and the customs of the service?'
'My Lord,' Cardigan said, confident of his blamelessness, 'I hope you will not blame me, for I received the order to attack from my superior officer in front of the troops.'
It was, after all, a soldier's complete indemnification. Lord Cardigan rode back to his yacht with a clear conscience. And when his anger had cooled Lord Raglan had to admit that the brigade commander was not to blame. He had 'acted throughout', he wrote in a letter typical of many generous comments on Cardigan's part in the disaster, 'with the greatest steadiness and gallantry, as well as perseverance'.
With Lucan, Lord Raglan was not so forgiving. Soon after his conversation with Cardigan, who had naturally put the entire blame on his brother-in-law, Raglan said to Lucan sadly, 'You have lost the Light Brigade.'
Lucan vehemently denied it. He had, he said, merely carried out an order given to him both in writing and verbally by an A.D.C. from Headquarters. Lord Raglan, according to Lucan, now made a curious reply.
'Lord Lucan,' he said, 'You were a lieutenant-general and should, therefore, have exercised your discretion and, not approving the charge, should not have caused it to be made.'
Un huracán era una bandada de pájaros muy alta en la noche; una bandada blanca que se acercaba ruidosamente y de improviso era sólo la cresta de una inmensa ola que se abalanzaba sobre el barco. Un huracán era el griterío y el llanto en la oscuridad de la bodega y el ácido hedor de los vómitos. Era un perro enloquecido por el oleaje que desgarró los tendones de un marinero. La espuma de las olas cubrió la herida.
Hay un huracán en el centro del salón. Vomito sobre la mesa y saco mis demonios ante la mirada atenta del perro. Tengo veneno en las comisuras, anoche no debí decírtelo, pero la oscuridad nos vuelve mansos y una caricia tiene potencial revolucionario cuando sabes cómo tocar a otra persona. Están robándole años de vida a mi madre las pastillas que le dieron en la seguridad social. Destroy the system, they can detect your feminism. Si no estuviéramos tan enfermos de competencia, podríamos usar la literatura como un repositorio de voces diferentes donde la mujer ecuatoriana que cuida de tu abuelo tuviese derecho a un discurso público. Las mujeres que me rodean no tienen derecho a un discurso público y las que lo tienen están tomando antidepresivos porque el trabajo devora todo lo que fueron tiempo atrás. Llevo diazepam dentro del monedero, pero no te lo dije el mes en que nos conocimos por miedo a las consecuencias. Hay un huracán en el centro del salón: alguien me desviste y yo camino recto hasta perderme en el umbral del vómito que hay sobre la mesa. Estoy matriculada en un curso sobre la lucha de clases que cuesta ciento diez euros. Las mujeres de mi familia tienen que limpiar seis casas ajenas durante varias horas para ganar ciento diez euros. He aprendido menos con el curso que viéndolas hablar a ellas sobre conciencia de clase. Tengo veneno en las comisuras, anoche no debí decírtelo, pero la oscuridad nos vuelve mansas y una caricia tiene más potencial revolucionario cuando sabes cómo tocar a otra persona. Hay un huracán en el centro del salón. Hay un huracán en el centro del salón. Hay un huracán en el centro del salón. Hay un huracán en el centro del salón. Hay un huracán aquí dentro.
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