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Del Cerdo Al Infinito. Una Sombra Ya Pronto Serás

Navegamos sin lastre moral 
 


De la niebla emergió el recinto del Tártaro Laszlo Toth: filas de alambradas tendidas entre postes de hormigón armado. Los barracones alineados formaban calles largas y rectilíneas. Aquella uniformidad expresaba el carácter inhumano del lugar.  En la gélida penumbra, bajo la nieve, dormía la Anglogalician pasada: la felicidad de los primeros viajes ingleses, la charlatanería incierta de los pájaros en abril, el primer contacto con los stags al principio extraños, luego familiares. Anónimo Porco Bravo suspiró al entrar en su celda.  "La vieja guardia ha muerto —se decía a sí mismo—; somos los últimos que molestan y vamos a ser purgados". 

 



— El Main no puede equivocarse nunca —afirmó el supuesto fiscal —. Si usted o yo podemos equivocarnos, el Main no. El Main, camarada Anónimo Porco Bravo, es más que usted y que yo, y que miles de otros como usted o como yo. El Main es la encarnación de la Anglogalician en la historia, y la historia no sabe de escrúpulos ni de vacilaciones. Inerte e infalible, continúa su camino hacia la meta, y en cada vuelta de su órbita suelta el fango que ha recogido y los cuerpos de los ahogados y los facciosos. La historia conoce su destino y nunca se equivoca, y el que no tiene absoluta fe en la Causa no pertenece a la Manada.

"Ahora voy a pagar por aquella entrevista", pensó Anónimo Porco Bravo con una sonrisa desmañada. El cigarrillo estaba llegando a su fin. Le quemaba ya las puntas de los dedos y lo dejó caer al suelo.

- ¿Desde cuándo has pertenecido a la oposición de gusanos organizada contra le Main?

Sabes tan bien como yo que nunca he pertenecido a ninguna organización de oposición. In Main I Trust, eso también lo sabes.

— Como quieras —siguió el fiscal supuesto—; me pones en la desagradable obligación de tener que actuar como un burócrata . O un andamio en la estructura —Y abrió un cajón, del que sacó un legajo de papeles ordenados en carpetas—. Empecemos con el año 2008 —dijo, esparciendo los papeles delante de él—. Segundo partido en Sheffield. Te jactaste de no haber leído el Programa Oficial...

Anónimo se había acomodado en la silla, mientras escuchaba su biografía. Menuda mierda de cargos me espera, pensó.

- En 2014, en la Victoria del "Con Ocho Basta", no le pasaste al Main que estaba desmarcado, un par de veces...

Anónimo miró a la mancha en la pared roja, única señal que habían dejado los hombres con la cabeza numerada. 

También sabía cuál había sido su destino. Por una sola vez, la Anglogalician había tomado un curso que, al menos, prometía una forma de competición más digna para el fútbol; ahora todo se había acabado.

- En 2015, borracho en Newcastle, te equivocaste de puente a la hora de regresar a Gateshead... en 2016 en Bueu te quejaste de un presunto arbitraje a nuestro favor...repito, a nuestro favor

Permíteme hacerte una pregunta a mi vez —digo—. ¿Crees verdaderamente esas estupideces, o sólo aparentas creerlas?

- En 2017, en el Captain's Bar, gritaste que Edimburgo te parecía una ciudad del montón...

Se acordó de sus manías de no pisar sobre las losetas negras, de frotar la ceniza en la manga de un viejo... y vio que lo estaba haciendo otra vez.

- En 2019 te hiciste unas autofotos con un reputado traidor en la ciudad de...

Estoy cansado, y no tengo ganas de seguir este juego más tiempo. Hazme el favor de ordenar que me conduzcan a mi celda.

- Mira. Yo tengo necesidad de demostrar que existe una cierta voluntad de tu parte de reconocer que estuviste equivocado. Es para eso que necesito tu declaración en la que incluyas una confesión parcial. Si actúas como héroe, e insistes en dar la impresión de que no se puede conseguir nada de ti, serás liquidado sobre la base de lo que nos salga de los cojones. Por el contrario, si haces una confesión parcial, hay una base para continuar el examen de tu conducta pasada y hacerla más honorable.  Aun así, no esperes sacar menos de veinte años de expulsión de la Manada, pero eso significa, de hecho, dos o tres años y luego una amnistía. De modo que en cinco años, estarás otra vez en la palestra. Ahora, ten la bondad de meditar con calma antes de contestarme.

La última verdad ha sido siempre la penúltima falsedad. Aquel que demuestra tener razón al final, parece equivocado y dañino al principio. 

Acepto. Confieso lo que me piden. Volveré a ser titular en 2027. Y estoy salvado.



Cuando la unidad es el fin, todos los medios están rúnicos: irascibilidad, malleira, violencia, purga, prisión y muerte. Porque el orden es para el bien del Clan, y el individuo debe ser sacrificado al bien común.

No veía casi nada, pero tenía terreno sólido bajo los pies. Empezó a andar a lo largo de un corredor de paredes borrosas, cuyo fin no podía ver. Ya no habría  más Weer Balkings, ni huérfanas ni tractores. El Lansquenete se mantenía a tres pasos de distancia. Anónimo Porco Bravo sentía su mirada fija en la nuca, pero no volvió la cabeza. Tenía que poner con precaución un pie delante de otro.

Le parecía que llevaban andando por el pasillo de ladrillos amarillos 90 minutos, y nada sucedía aún.

Probablemente oiría cuando el Pretoriano de la Cerilla sacase el revólver de la funda; así que hasta entonces estaba seguro. ¿O es que el camelot du Main procedería como el mago, que oculta sus conejos en la chistera, mientras engatusa al respetable? Anónimo Porco Bravo  procuraba pensar en otra cosa, pero tenía que concentrar toda su voluntad en no volver la cabeza para no convertirse en estatua de sal.

Un golpe sordo le hirió detrás de la cabeza, pero a pesar de que había estado esperándolo, lo tomó desprevenido. Sintió, vagamente, cómo las rodillas se le doblaban debajo del cuerpo, en tanto que éste giraba dando una media vuelta. "Qué teatral —pensó mientras caía—, espero que piten penalti." Quedó contraído en el suelo, con la mejilla apoyada en las frías losas. Lo rodeó la oscuridad, como si el mar del Norte se lo llevase meciéndolo en su superficie nocturna. Los recuerdos de lustros de servicio al porcobravismo pasaron a través de él como los jirones de niebla sobre el agua. Le vino a la memoria, por fin, el nombre del fiscal. Era el famoso F.U.C.K.

¿De quién era el retrato en colores que colgaba encima de su cama en la celda, y lo miraba condescendiente? ¿Era el Main impío de Yardley Gobion, o era el Main feliz de cuando está en Liverpool? ¿El de la sonrisa irónica o el de la camiseta roja?

Una figura familiar se inclinó sobre él, y percibió el olor a cuero fresco de la cartuchera; pero ¿Por qué llevaba el emblema de Ronnie Farras en las mangas y las hombreras del uniforme? y, ¿Por qué le susurraba Main Vindice cuándo levantaba otra vez el negro cañón de la pistola?

Recibió en la oreja izquierda un segundo golpe, aplastante. Entonces todo quedó en silencio. Allí estaba el mar otra vez con sus resonancias. La novena ola lo elevó lentamente. Avanzaba desde lejos, subiendo y bajando sosegadamente, como un encogimiento de hombros de la eternidad celtoatlántica en las costas de Galizalbion.