Nada de piedad. Después de la matanza todavía nos quedará la esperanza de una Anglogalician purificada. Yo hablo siempre de mí porque no quiero convencer sino vencer. Tengo derecho a arrastrar a los traidores y a los vagos al río Bann y colgarlos, yo no obligo a nadie a que me siga, pero purgaré a quien no lo haga.
No hay belleza sino en la lucha. Ninguna edición sin carácter agresivo puede ser considerada una obra maestra. Nada que no sea ganar en octubre se tendrá en consideración. Nada que no sea útil para la Causa mantendrá sus hojas.
¡Estamos sobre el promontorio más elevado de los siglos! ¿Por qué deberíamos protegernos si pretendemos derribar las misteriosas puertas del Imposible? El Tiempo y el Espacio y el Futuro no caerán este otoño. Vivimos ya en lo absoluto porque ya hemos creado la eterna victoria omnipresente.
Van a pagar caros los 6 años de espera, su media docena de excusas y las tres nuestras, su falta de seriedad. Van a pagar mientras les pegamos. Un repaso. Van a perder mientras les perdemos. Podemos prometer y metemos. La lealtad al compromiso desde la serenidad del honor a la Idea.
A los que no nos comprendieran bien… les decimos con un irreductible desprecio: os Porcos Bravos, de quienes os creéis jueces, os juzgarán un día u otro, convertidos en vuestros verdugos. Os esperamos en el cambio de sentido que es la inevitable liquidación del mundo de la dejadez en todas sus formas. Estos son nuestros objetivos, y serán los futuros objetivos de la Anglogalician, con estos ingleses o contra otros.
El que mira el mar ve a Inglaterra.
Pero los que defienden la corona sólo ven a Galiza.