Dear Prime Minister:
Como usted sabe, Francia es la cuna de todo salvo del fish and chips... y de la AGC.
Francia inventó la fotografía y el cine, la calculadora, el barco de vapor, la ruleta, el ciclismo, la guillotina... Francia ganó la I Guerra Mundial. Francia ganó la II Guerra Mundial.
En fin...
Cuando la peste china lo permita podrá ver usted por las Islas ciertos antropoides fardados de negro, comen grelos y dicen muchas mentiras, sueñan con su balaclava y se refocilan, porque al fin y al cabo scrofas son/parecen pero...
no llegan para jugar una pachanga, señor Boris, no
no es pachanga, puesto que tiene trofeo
no es pachanga, es competicion internacional regulada
no es pachanga, es una lid tan noratlántica como el Megalitismo
no es pachanga, puesto que tiene normas (escritas con caca untada en un palito, expuestas en el Museo de la Trapallada)
no es pachanga, puesto que tiene Historia (oral y escrita), y pseudo-Historia, bulos, mitologías, fábulas, patrañas...
no es pachanga puesto que tiene tercer tiempo, bar time, fratría y cerveza tibia
No diga pachanga, porque sus entrenamientos son programados, sacrosantos, penalizables
no diga pachanga puesto que lugares culturales son visitados y pisoteados cada año, de Stoker a Stevenson
no diga pachanga porque arrastran tradiciones musicales, cuasi himnos
no diga pachanga porque tiene su literatura, y tal costra mítico-épica que impide ver el bosque: Main-lies
no diga pachanga puesto que tiene bandera
no diga pachanga, señor Boris: diga AGC
-----yours sincerely
233 comentarios:
«A máis antiga ‹Máis antiga 201 – 233 de 233 Máis recente › A máis nova»
-
Odio los números capicúas
dixo...
-
-
20 de novembro de 2020, 19:54
-
RODILLO
dixo...
-
-
20 de novembro de 2020, 20:05
-
Céline
dixo...
-
-
20 de novembro de 2020, 20:36
-
Nearca Renuente
dixo...
-
-
20 de novembro de 2020, 20:43
-
El cruzado de las pachangas
dixo...
-
-
21 de novembro de 2020, 14:04
-
Scoundrel Scourge
dixo...
-
-
21 de novembro de 2020, 14:34
-
Beatrice Lafoyet
dixo...
-
-
21 de novembro de 2020, 19:37
-
Same can con distinto collar
dixo...
-
-
22 de novembro de 2020, 13:13
-
Mike Cabicha
dixo...
-
-
23 de novembro de 2020, 18:11
-
Radical Porco Bravo
dixo...
-
-
23 de novembro de 2020, 18:56
-
Nihil Moriarty
dixo...
-
-
23 de novembro de 2020, 19:12
-
Cómo nos las apañamos después de la Pachanga
dixo...
-
-
23 de novembro de 2020, 19:40
-
Camelot du Main
dixo...
-
-
23 de novembro de 2020, 19:48
-
La cosmovisión chamánica del orín de renos y del muscimol
dixo...
-
-
24 de novembro de 2020, 12:25
-
Gandhi en tranvía
dixo...
-
-
24 de novembro de 2020, 17:22
-
André Chenier
dixo...
-
-
24 de novembro de 2020, 17:51
-
Cañoneando el anticipo de vuestra Devastación
dixo...
-
-
24 de novembro de 2020, 21:38
-
París, la ciudad que garantiza que te sientas siempre extranjero.
dixo...
-
-
25 de novembro de 2020, 19:14
-
Frivolidad y filosofía son las dos ubres de la Ilustración.
dixo...
-
-
25 de novembro de 2020, 19:44
-
Colin Frasca Reyerta conocido como Connor O' Farrell
dixo...
-
-
25 de novembro de 2020, 19:50
-
Charles Ardant Dupiq B'Auverville
dixo...
-
-
25 de novembro de 2020, 20:16
-
The Puto Pato Glücklich
dixo...
-
-
25 de novembro de 2020, 20:19
-
Emilio "Mapache"
dixo...
-
-
27 de novembro de 2020, 16:03
-
John Ford
dixo...
-
-
29 de novembro de 2020, 13:55
-
ya podría haberse esmerado más representando Escocia, y no recurrir a tópicos dignos de quien jamás la hubiera pisado, como castillos, clanes y kilts. Sólo faltaba Sean Connery.
dixo...
-
-
30 de novembro de 2020, 18:28
-
Menelao Virgilio Eiroa Rábago
dixo...
-
-
5 de decembro de 2020, 19:47
-
Full English Breakfast
dixo...
-
-
5 de decembro de 2020, 21:30
-
Andar por los puertos es una de la formas de pereza que enriquece más
dixo...
-
-
7 de decembro de 2020, 18:38
-
Caracoles y ancas de gabacho
dixo...
-
-
10 de decembro de 2020, 20:05
-
Jan van Leiden
dixo...
-
-
16 de decembro de 2020, 19:49
-
Søren Schopenhauer
dixo...
-
-
25 de xaneiro de 2021, 19:08
-
Arando en Lesbos
dixo...
-
-
30 de xaneiro de 2021, 16:31
-
McCoy Hogfield
dixo...
-
-
31 de xaneiro de 2021, 10:15
«A máis antiga ‹Máis antiga 201 – 233 de 233 Máis recente › A máis nova»Los mitos dan sentido a la vida de la comunidad a lo largo del tiempo. El problema es que, con el transcurso de los siglos y los cambios generacionales, los mitos colectivos se vuelven opresivos, formas muertas que solo sirven para perpetuar valores estériles.
Citoyen desnuda la gran impostura del sueño anglogalicioso: la libertad individual aplastada bajo el peso mortal de los mitos comunitarios.
Nous avons pachangas sur la fête de l´âne et sur celles des fous; ils peuvent servir a l´histoire universelle de l´Anglogalician
ya no vivimos en el siglo de las Luces, sino en el de la velocidad de la luz
Dos nombres del trigo que crecen en el pan de las batallas.
Por un momento temí –pero también deseé- que ella fuera a hacerme un francés allí mismo. La pachanga la chupaba mal, esa era la puta verdad. Quod Eros demonstrandum. Pero no la llevó a cabo: se quedó sentada en la cama, las piernas recogidas entre sus brazos, el sexo casi abierto o tal vez abierto pero no bien visto con mis ojos tímidos.
Bueno, el bicho de mi ansiedad vuela de costado sólo de costado
han comenzado los grillos francese.
Te esperaba antes de todo esto. Incluso hice café.
Hay una pachanga atrapada en la Anglogalician conmigo.
Es hermosa, pero cuando aterriza en mi brazo me estremezco; me la quito y la pisoteo.
Groselleitor no es más que el enésimo troll participante en el eterno circo mediático angloangustioso. Está bajo los focos porque da enlaces, clics y polémicas; desaparecerá o será reemplazado pronto por otro que dirá burradas mayores o las mismas con distinto traje. No son inocuos pero tampoco nuevos.
Las teas rescatadas de la quema y los pachangas psicodélicas
Decir pachanga es una aberración en el corazón de lo real
Las cosas son en su totalidad lo que parecen, y detrás de ellas…no hay nada
No es tiempo para pachangas. Nada inventado es más interesante que nada de lo que está ocurriendo. Estamos dentro de una competición de VERDAD.
Una metedura de pata escogida al azar por sus resonancias: la traducción del concepto lacaniano “la petite a” como “la pequeña tiene” (sic). Lo que es una categoría del sistema edípico redefinido por Lacan se convierte en una ficción verbal cargada con insinuaciones pedófilas interruptas ( ¿Qué tiene finalmente la pequeña?). Sostengo la convicción de que quien firma la traducción (Drieu La Rochelle ) no es la misma persona que la hizo. Falta una revisión del texto también por parte de la editorial, que consiente que un libro de esta calidad se publique con tantos errores. No es la primera vez que me encuentro con traducciones del francés hechas con descuido imperdonable, pero ésta bate récords. Una de dos: o nuestro desprecio al francés es proporcional a nuestro mediocre alejamiento de “lo francés” como categoría estética y cultural, o, más bien, la ignorancia de la lengua del divino Sade, Baudelaire, el marica Proust y el genial Céline, con todo el daño intelectual que eso puede producir, es creciente entre nuestros traductores, editores, escritores y demás hombres de cultura. French, please!...)
Así que me puse a pensar y pensar, y luego pensé un poco más.
Llegué a la conclusión de que no sabía qué coño hacer con los que niegan que esto sea una pachanga.
¿más grosella en las pintas?
Algunas reglas son buenas y necesarias de verdad. Pero otas solo son reglas. Tienes que quebrantarlas prudentemente
esa tierna mentalidad romántica de la vieja fe
Cuando el poder dice de algo que no es obligatorio, dejar de cumplirlo resulta a veces bastante arriesgado. Porque en el inconsciente del poder dormita todo loquenoesobligatorio: los novillos que hayamos hecho faltando a los desfiles del Main, a las excursiones a burdeles, a las reuniones tácticas de Barry Milk...; y cuando casi te ves rogando para que te pidan cuentas de una vez por todas, para que te echen a patadas, te encarcelen, te humillen y rompan en dos tu vida, cuando lo único que te importa ya es poder llegar a superarlo, aún adviertes en sus miradas ese fugaz destello que te dice claro, claro, si tú fuiste el que dijo pachanga.
Quiero decir que sería un error que se llevara usted la impresión de que esto que vemos es un mundo estable y cerrado, un mundo de franceses —por así decir— al que no pueda entrar porque, según los clichés, es usted un gallego demasiado amorfo, demasiado desprovisto de peso y demasiado nebuloso. Todo lo contrario: no tendrá más remedio que reconocer que aquí, más allá de ese decorado de cartón que es la París que se agita delante de sus narices, se ha dado un paso evolutivo hacia otro estado de transformación que no le permite identificarse con él, ya que usted —¡sí, usted!— posee una forma demasiado estable, es aún demasiada materia: carne, piernas, jersey-de-cuello-alto-de-intelectuales, pantalón de pana; en fin, que está usted demasiado vivo. Aquí se ha producido un acto de desmaterialización que está reservado aún a hombres como nosotros. Una reducción de la materia semejante a la que se produce cuando el agua se transforma en vapor. Un desplazamiento centrífugo de las moléculas que imposibilita el contacto y la comunicación, no por motivos psíquicos, sino meramente físicos
Las más altas inteligencias no dicen menos tonterías que el común de los mortales; simplemente, lo hacen con más autoridad.
Dice el séptimo Pergamino del Main: "El sostener que The Anglogalicia es pachanga siempre trae malas noticias para la cosecha de grosellas"
Hay algunas cosas, a todos nos debe pasar, que producen una felicidad incierta y desconocida, como recorrer esos caminos bárbaros que llegan a Pachangabourg y sueltan su licor extremo.
El mejor camino para criticar cualquier ideología o competición con ínfulas de transcendencia es la ironía salvaje ya que, como sucede con todas ellas -y con la Anglogalician, principalmente-, la seriedad de sus sofismas les incapacita para digerir la más mínima dosis de sentido del humor.
El Francés me dice, en francés, que él se dedica a la lucha libre. Su nombre de guerra es Scaramouche El Magnífico, me hace jurar que no lo revelaré a nada ni a nadie. También me dice que es un masón, que le preocupa la frágil arquitectura del universo, que nuestro planeta es una catedral y que las arenas de lucha libre son pequeñas catedrales adentro de esa gran catedral que es el mundo. El Francés me dice que yo podría ser luchador, que yo tengo físico de luchador. Me inscribe en un gimnasio o me inscribo en un gimnasio. Me entrena. Me pone a pelear en algunas arenas de pueblo chico. Para que me vaya endureciendo, me dice. Fue entonces cuando decidí ser lo que yo quería ser en la vida: yo quería ser luchador. Abrirme camino a golpes y patadas. Me pregunté si en esto no habría algo de rencor clasista, de ganas de revancha, de crecer pegando. No encontré respuesta y tampoco la busqué demasiado. En algún momento, El Francés me dice que me tengo que buscar un nombre, que ya basta de luchar con mi nombre y apellido porque es muy largo y los anunciantes de las peleas me mimran raro y se confunden al decirlo al micrófono. Lo encuentro un día que, caminando por Pachangabourg, me caigo en un agujero negro y profundo. Me hundo en mierda de cloaca hasta las cejas. Me digo entonces: “Voy a llamarme El Agujero Negro”. Se me ocurre mi nombre mucho antes de que los agujeros negros se pongan de moda en la boca de los astrónomos. Mejor en inglés, me recomienda alguien del gimnasio: Black Hole Grosella. Le digo que prefiero en francés. Me dice que no sea idiota, que no exagere. Me dice “Black Hole Grosella”. Me dice: “Vas a utilizar una máscara negra con un espiral plateado cuyo centro estará exactamente entre tus ojos. Malla negra y botas plateadas”.
En la topografía del silencio trascendemos la tierra plana, la polla enhiesta, un mundo de cabeza; nuestras historias, mito hecho a mano.
Un paso adelante, dos pasos atrás
¿Será decir pachanga lo que me purgue?
Aquí viene el futuro y no puedes huir de él
Si hay una lista negra del Main yo quiero estar en ella
Las sombras nos dan una tregua, y esa tregua se llama Anglogalician Cup
Muchos me preguntáis “oye si me levanto a las 14:00 qué hago? desayuno o como?”
Como experto en esta materia diré que hay que hacer las dos cosas. Primero unas alubias con cerveza negra, morcilla, salchichas y bacon y 45 minutos después unas lentejas. Y no hay discusión, tenemos que disfrutar de nuestra juventud pachanguera.
Estoy sentado al borde de una orange plank road,
el chofer cambia la rueda.
No me gusta el lugar de donde vengo.
No me gusta el lugar a donde voy.
¿Por qué miro el cambio de rueda
con impaciencia?
Sí, en efecto. Pachanga. Se pasaban el día echándose de sus grupúsculos los unos a los otros. Es un comportamiento muy francés
-Lo que he hecho ha sido cortar pequeñas porciones de realidad de aquí y de allá y me he familiarizado con ellas, como una oveja que emprende un camino por el campo y nunca se desvía del término pachanga.
Nadie es un héroe para su ayuda de cámara ni para el culo que aguanta sus embestidas.
Hace ya bastantes años, en una época en la que me dedicaba a follar sin pedir demasiadas explicaciones conocí a una chica, tres años mayor que yo, con quien tuve un affaire corto del que no me siento demasiado orgullosa. Tras unas semanas de tiras y aflojas me dejó, posiblemente por culpa mía. Durante un tiempo merodeé por los alrededores de su casa con la intención de cruzármela, cosa que nunca sucedió, y luego me dediqué a "googlearla". Así llegué hasta la chica número dos.
Hace ya bastantes años conocí a la chica número dos. Nos caímos bien y comenzamos a charlar hasta que, poco a poco, se me fue instalando no sólo en la cabeza. Tuvimos una relación rara, siempre en segundo plano. Teníamos otras historias porque pensábamos que, básicamente, éramos amigas aunque ambas éramos perfectamente conscientes de que nos deseábamos. Días, semanas, meses, años y "número dos" siempre estaba allí. La quería conmigo y, al mismo tiempo, quería protegerla de mi. Sabía que lo que yo podía darle no era suficiente. Supongo que fallé, no es nada extraño en mi. Me convertí en una decepción por miedo a la decepción, y puse un océano de por medio con una excusa falsa.
Pensé que sería fácil pero tampoco, en esta ocasión, estaba en lo cierto. Hoy, "número dos" ya no está. Intento consolarme con viejas fotografías, recordando lo que nos dijimos y lamentando lo que nos dejamos por decir. Y me falta. Soy un desierto.
Superior technology, my ass.
Publicar un comentario