“(…) una calle de Pontevedra que baja hacia el oeste”
Ernesto Sábato - Sobre héroes y Tumbas
Se me pide que escriba y yo escribo, aunque no sin disgusto, porque era temporada de silencio, hora de dejar que las cosas resbalasen lentamente hasta el charco. Indagación del charco, después; días de ver la lluvia y leer a Hawthorne. Leer a gente que con un párrafo haga inútiles libros enteros de otros. Bibliotecas. Días de sentir la propia biografía contada desde tres siglos atrás, con el atávico placer del escritor que trabaja y al que todos miran de reojo, incapaces de entender que esa pasividad casi larvaria sea en realidad trabajo alguno. Esa época. Esas cosas. El escritor como desagüe y como filtro. El escritor como riñón hipertrofiado, y malhumorado, quieto allá en su mesa mientras la vida finge que pasa. Anotando charla ajena, quizá, en toda su luminosa estupidez.
-Yo es que soy bipolar.
-Ah, muy bien, chica. Hay que tener varios estilos.
El escritor con vastos planes enfrentado al café de la mañana y a la realidad de que incluso el mínimo orden, el que precede al trabajo, es ya extenuante. Él, que nació para conquistar los mares del sur y batirse en duelo en los tejados. Él, que se crió para ser notario y recuperar los herretes de la reina, bajo un antifaz, ocultando su contranaturaleza de fedatario público. Él, que estaba destinado a contener el alma de un pueblo, ya fuese en ratos libres; a trascender el sexo de la época, el género y la moda. Él, que ahora se afana en sostener pequeñas rutinas domésticas para que el alma misma no se le disgregue como una camada de ratones. Rituales mínimos, pasos medidos. El escritor ama de casa y ama de cría. El escritor que caza ideas que si no se apuntan adecuadamente se vuelven ilegibles al cabo de pocos días, cuando con pereza eterna regresa al cuaderno para pasarlas a limpio:
Nota1.- Dice S. que el lenguaje limita, y tiene razón. Siempre son mejores los que -ya sea por un instante- han sabido jugar a perros o a árboles.
Nota2.- La tentación de lo ilegible.
Nota3.- Ya que trabajamos para la síntesis, ¿por qué no vivir después (también) en ella?
Nota4.- El fruto de la acción es el aislamiento y el de la conexión la desconexión.
Nota5.- Los grandes hallazgos de Lou fueron el “says” y el retrato social a través de la conversación. El de Iggy, demostrar que un aullido sexual a tiempo tiene más carga semántica y generacional que varios libros de Foucault (Pop’s all about code/La síntesis)
Nota6.- La clave quizá no sea vencer al tedio, sino usarlo como combustible y aprender con ello a disfrutarlo, igual que uno descubre, con la edad, el placer en el dolor de la segunda fase de una endodoncia. (Nuevos milagros del Tedio)
Nota7.- La comunidad del carajillo/pitillo/sueldillo/carguillo/zurullo… todos unidos hacia La Gran Laconada Final…
Nota8.- Familia (y II ) - “(…) He acabado como los quijotes de mis ensayos. Y como todos los quijotes vuelvo a casa maltrecho a mitad de libro”.
Nota9.- La centralidad, en términos culturales, es siempre parcial y parcialmente inventada (el pulso de la época o el espíritu de la época es múltiple hasta que se consigna, amputando varios y quedándose con uno mediante propaganda, etc)
Nota10.- Hay lucideces de muchos tipos, y la más evolucionada es hermana gemela de la estupidez: esa ventaja genética que es al tiempo una inmolación ritual, pragmática y feliz.
Nota11.- “Viva la muerte” es la única frase lúcida del siglo XX.
Y así siempre. El escritor con su cedazo, ahí lo tenéis, intuyendo en la morralla la pepita de oro que nunca llega. Un lunático que abandonó familia, clase y amigos para estas noches, al cabo sin luna, y esta espera. No los hay de otro tipo. Tratando de convencerse de que hay una épica en todo esto. Terminando por no escribir más que de sí mismo, pero sin molestarse siquiera en encubrirlo. Madame Bovary c’est moi. Tyler Durden c’est moi aussi. Everybody is me. And you. Mi nombre es legion. Y aquí estoy, establecido con mis fosos, mis tenderos y mis putas, al fondo de un tonel vacío.
Nota12.- La feria de las microvanidades, que ni siquiera sabe pecar, blasfemar o divertirse a lo grande.
Nota13.- Contar batallitas que a nadie importan: sólo en eso he sido medianamente precoz (Precoz: de antes de la coz)
Nota14.- En la vida, hasta convertirse en esclavo es un trabajo de imposición sobre el otro. Una vocación de servicio es siempre una vocación de dominio.
Nota15.-
La Atlántida con franqueo pagado.
La vida en mayúsculas y a brocha.
La piel de la serpiente sorprendida (a media muda)
Por diez millones de turcos de permiso
Que beben orina y compran camisetas…
Se me pide que escriba, pues, y escribo, aunque contrariado, recogiendo retales, intentando juntar en las manos la ceniza del año recorrido. Preferiría, en cambio a esto, estar en una taberna cualquiera, en un pueblo cualquiera, bebiendo frente a una ventana. Las tabernas son importantes para el escritor, para este al menos. Las ventanas también. Y lleva tiempo queriendo anotar algo al respecto, una cosa concisa y secular para la que no está capacitado. Las tabernas, cruce de caminos. Las tabernas, Isla de la Tortuga particular donde se vierte esa morralla necesaria de la criba.La vida en mayúsculas y a brocha.
La piel de la serpiente sorprendida (a media muda)
Por diez millones de turcos de permiso
Que beben orina y compran camisetas…
Hace poco un idiota hizo un comentario despectivo sobre una respuesta mía en una entrevista. Comentaba yo, en un inconsciente alarde de sinceridad, que era “de la escuela del bar”. Y es cierto que lo soy. Del bar como frontera, refugio, linde entre mundos, cobijo de toda la locura necesaria. Debió pensar el idiota en cuestión, que tal declaración me alejaba de lo profundo y me dejaba en el embarrado territorio de los punkis de base, el calimotxo y el esputo. Bueno, también he estado allí, y lo disfruté. Aún lo disfruto.
El Dr. Johnson, de quien no se puede decir que fuese precisamente un vago, o un borrachín sin criterio, o una malformada criatura del rock urbano, afirmó, como recuerda su contemporáneo Lichtenberg, que “una silla de taberna es el trono de la felicidad humana”. Por eso, suponemos, se reunía a debatir y emborracharse con los amigotes en el King’s Head, donde fundó su club.
El Dr. Johnson tenía síndrome de Tourette y alimentaba personalmente a su gato Hodges con ostras, que en aquel tiempo no eran manjar sino comida de pobres. Hodges es, desde entonces, una imagen del paraíso para el gallego tipo (si el gallego tipo leyese libros lo sabría): tiene dueño, haraganea a voluntad todo el tiempo que no emplea en adular al citado dueño y se hincha de ostras día sí día también. Y es por desgracia al gallego tipo al que me encuentro cuando bajo al pueblo en busca de mi trono de felicidad: en lugar de taberna (me hubiese bastado una de esos espartanos tugurios que Cunqueiro recordaba de su infancia) aquí hay sólo un café limpito y blanco -con wifi gratis, eso sí-. En lugar del rumor de la república pirata, una tertulia de sesentones orgullosos de poder pagar vino bueno, que se note, y ser gente de orden, parloteando sin cesar con frases prestadas de la televisión. Y al fondo una partida de cartas de cabestros que aprendieron a jugar al tute arreando ganado. Echo por tanto de menos mi taberna de Portugal, a dos o tres kilómetros de la casa a través de un bosquecillo. Aquella estancia gélida y despoblada con parroquianos menos henchidos de sí mismos que consigné en un descarte de un libro y que Johnson, creo, hubiese aprobado:
"Este es el muy apropiado momento, necesario en cada libro, en el que –mientras trabaja hablando de cómo otros trabajan- al autor se le va al carajo la computadora llevándose por delante un par de capítulos a medio hacer, justo cuando ya veía la orilla final, allá a lo lejos. Así, amputado, uno vuelve a escribir a mano y a aporrear la máquina, y se toma un respiro alejado del chat de Facebook, los we transfers que entran y salen, twitter y otras herramientas de colonización mental (muy útiles, por otro lado). Los días siguientes consisten en paseos hasta la tasca de la parroquia, donde atiende una señora sospechosamente parecida a Moe Tucker, y en contemplaciones varias. Se deja que las cosas frenen un momento y reposen, se mira el valle, abajo, con la niebla eternamente posada. Aún no es primavera. Se escucha un acordeón de domingo, se observa a un viejo que juega con un perro. Se pasa por delante de un entierro. Se comprueba que los cerdos del vecino han tenido una camada nueva. Se piensa libremente, por un momento, no en cadena sino creando cadenas nuevas, eslabones difusos. Bonita época la edad de piedra, que le decía Groucho Marx a una señora que recordaba su juventud, en aquella película.
En uno de esos paseos entre la casa y la tasca, recuerdo otra vez los trenes nocturnos. Es un pensamiento recurrente mío, raramente articulado: Es en los viajes en tren por la noche y en los pueblos pequeños en los únicos dos lugares donde me siento en paz con esta Iberia nuestra sin necesidad de estar borracho. Curioso, porque ambas situaciones son cualquier cosa menos una evasión.
Están los pueblos, donde la sociedad se dibuja en toda la claridad de sus servidumbres, pero –esa es la clave- está también adecentada de sus formas más vergonzantes y gratuitas. Se puede observar al humano como caso clínico puro, y tanto su estupidez como su dignidad se pueden aislar con cierta facilidad.
Están también los viajes nocturnos, esos momentos casi oníricos en los que uno mira afuera, a la noche, y ve pasar los lechos de los ríos, los bosques, el llano y las luces lejanas, pero también toda la secuencia de los patios de atrás, los muelles de carga, las garitas de vigilancia, los perros atados, la bombilla aún prendida de alguien que no es capaz de dormir. Es la secuencia de lo que sobrevive de la naturaleza y al tiempo la foto de las líneas de suministro para el entramado del día urbano; la franja fronteriza a la que, mentalmente, uno pertenece. La linde, el cruce de caminos donde ambas sociedades existen por un momento superpuestas.
En ambos esqueletos, el del pueblo y el de esa frontera difusa, atisbo una dignidad que en la ciudad ya sólo encuentro deformada, estilizada hasta la aberración, vacía. Una sociedad, sus entresijos ocultos, su bulla, su silencio, son cosas que es importante observar cuando hablamos de hacer canciones en el idioma que esa sociedad usa, pienso. Y me pido otra cerveza. Y Moe Tucker me la trae".
Como verá el lúcido lector, el texto es más un elogio de la pausa y del trayecto que del espacio mismo al que se viaja y del que se vuelve. Aunque éste bien hubiese valido un libro, o el comienzo de un libro. Decía Stevenson que hay lugares que “piden” una historia. Y así es.
Y nosotros escribimos las historias.
Nosotros, más sociales y asociales que nadie, obligados a componer un ser fronterizo, un vampiro tosco, el más improvisado de los seres, el menos pautado de los monstruos grotescos, el esclavo de “recuerda que sólo eres un hombre” que un día decidió tirarse al monte harto del humillante y riesgoso trabajo de soplarle al cesar en la nuca. Y, tirados al monte, ya se sabe, no queda sino la preferencia por el camino secundario. La tramoya en lugar del escenario, el tugurio poco iluminado frente al nítido espacio de coworking. Prejuicios románticos que guardamos como quien conserva (¿tontamente?) las primeras cartas de amor, a modo de brújula. Y eso ya será siempre así. Nos obligaron a ella, y acabamos amándola. Somos un matrimonio concertado que deviene feliz, nosotros y la sombra.
Decía mi amigo L., que no es del todo imbécil, que a él en la vida le hubiese bastado con ser un secundario de película de Peckinpah. Lo encuentro acertado. Deseable. Y siempre que pienso en todo esto recuerdo aquella otra película fallida, “Ride with the Devil”. En una de sus escenas, huyendo de un caseto donde han sido sitiados, uno de los rebeldes recibe un disparo que le atraviesa la boca de lado a lado sin matarlo. Luego, mientras cabalgan por una cañada, bebe agua de una cantimplora y el líquido se le escapa por los orificios de las mejillas, como si fuese un dolorido manantial humano. Pero aún así cabalga.
Regreso después a lo mío, a la criba, al vuelo, aun goteando. ¿En qué pienso, hoy, cuando cierro finalmente esta pequeña divagación requerida por la Anglogalician Cup?
Pienso en el modernísimo párrafo final de Secuestrado; en la necesidad de regalar un ejemplar de El Péndulo de Foucault a cada ocultista de salón, para que aprenda a medir el universo con la mera ayuda de un kiosko de prensa; en la gloria del arabesco cuando se le hace bailar en torno al alma en un bosque de Massachussetts (Hawthorne otra vez); en los exorcismos de baja resolución de otros como yo; en la decadencia de la poesía galaica, como una moneda ya lisiada por los maestros y los años; en la soledad tornada en gracia en las novelas del principio del mundo. Torga, Hamsun. En un viaje futurista y paradójico, de noche, guiando un Chevy, subiendo hacia Sintra, hace acaso un siglo. En el canto espectral de las mañanas, que todos han visto igual que uno, y la necesidad de escoger para él las palabras prestadas y adecuadas. En la lengua como una herencia cosida al paladar. En la amputación como principio. La castración como inicio. La sangre como primer y necesario vínculo del yo consigo mismo. Pienso en la vida disfrazado de mendigo, la única vida tolerable.
Nota16.- -Las edades de lucidez tienen puertas de desgracia. Bendito el que sepa acceder a ellas por puertas de placer.
Nota17. -“Apartarse no sirve, sólo enfrentarse”. Esta frase se puede invertir y no deja de ser mentira.
Nota18. -Waitress & Mermaid / two poorly paid professions…
¿Soñabas con todo esto cuando tu padre te sostenía en sus rodillas y te leía Miguel Strogoff? ¿O era el humo de la pólvora orlando las goletas en el Spanish Main? ¿O era el calambre eléctrico atravesando la piel, bajando por calles siempre nuevas? ¿Los tesoros ocultos? ¿El amor incontenible? ¿Fantaseabas con algo así cuando se abría la vida? Lo dudamos, pobre paria. Y sin embargo esto es lo que resta: perder el miedo a la repetición y entregarse al feísmo, es decir, a la vida. En el día es una tarea inmensa, dolorosa, pero uno no escribiría si no sospechase que la página puede ser, en eso, muy distinta del día. Sí, esto es lo que hay. La linde, la noche, el trayecto de la taberna a la casa. Y el mundo contenido entre ambos. Y la ventana, de la que hablaremos otro día.
Nota.- 19
(…) Tuviste sueños de fiebre y en esto han coagulado:
Muchos libros, un cónclave de cuervos, fuera, el
Resplandor de un invierno de neón
Y una casa vacía, excepto por el gato (…)
“Esto no es un hotel”, le he dicho a ese gato, precisamente, que me saludaba hoy al regresar a casa. A estas alturas mediadas del fracaso ya no sé ni cómo catalogar mi tipo de humor. Pero río igual.Muchos libros, un cónclave de cuervos, fuera, el
Resplandor de un invierno de neón
Y una casa vacía, excepto por el gato (…)
Sirva de velada advertencia, aunque las advertencias sean siempre inútiles.
365 comentarios:
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Prosélito Priápico
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14 de xaneiro de 2018, 22:51
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Diario de un Porco Bravo
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15 de xaneiro de 2018, 11:09
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Violeta Imperial
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15 de xaneiro de 2018, 13:06
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Una nación que estaba en disposición de haber creado una mitología del mar, como, por ejemplo, lo ha hecho Inglaterra
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15 de xaneiro de 2018, 13:46
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El Rey de los Terrores
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15 de xaneiro de 2018, 13:50
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Malaquías Malagrowther
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15 de xaneiro de 2018, 17:15
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Cabalgando con el Diablo
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15 de xaneiro de 2018, 18:24
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última hora desde Sheffield
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15 de xaneiro de 2018, 19:56
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0 Comentarios
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15 de xaneiro de 2018, 19:58
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La Verdad es la cosa más tonta que hay bajo el sol. Intente ganarse la vida con la Verdad y después vaya a los comedores sociales
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15 de xaneiro de 2018, 22:21
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Se le acusó de fornicador de bellas muchachas salvajes, de maricón, de desertor y de detractor de los valores de la Causa
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15 de xaneiro de 2018, 22:34
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Cuervos y halcones trazan sus dramáticas curvas en un cielo gris. Sus pasos son firmes.
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15 de xaneiro de 2018, 22:41
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la Vieja Arenisca Roja
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16 de xaneiro de 2018, 10:13
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Azotador Azorado
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16 de xaneiro de 2018, 14:30
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ha cedido sus orificios para las maniobras más extremas
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16 de xaneiro de 2018, 17:34
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El par torsor nunca duerme
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16 de xaneiro de 2018, 17:38
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Mister Brimstone
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16 de xaneiro de 2018, 18:32
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Guadañas and Calabazas quema rastrojos en las Marcas rubras y ocres del Arcaísmo Yerto
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16 de xaneiro de 2018, 20:52
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El grito de la lechuza
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16 de xaneiro de 2018, 20:57
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Mike Cocks
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16 de xaneiro de 2018, 23:20
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guay...cuantos autores puedo citar
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17 de xaneiro de 2018, 14:15
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animales del sexo
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17 de xaneiro de 2018, 15:46
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Emilio "Mapache"
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17 de xaneiro de 2018, 15:53
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O Derradeiro Xabarín Ceibe
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17 de xaneiro de 2018, 19:11
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Félix Lope de Vega
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Vate con un bate
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17 de xaneiro de 2018, 21:55
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Bayard Sheldon Sartoris
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17 de xaneiro de 2018, 22:13
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si quieres cometer un crimen que perdure más allá de tu propia vida, prueba con el crimen intelectual y escribe.
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17 de xaneiro de 2018, 22:25
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Portavoz en las Sombras Ctónicas del Rodillarato
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17 de xaneiro de 2018, 22:27
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El Troll de las 22.31
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17 de xaneiro de 2018, 22:32
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una práctica sexual que no sea mortífera.
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17 de xaneiro de 2018, 22:34
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Qui êtes-vous?
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17 de xaneiro de 2018, 22:38
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O Xoves Hai Cocido
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18 de xaneiro de 2018, 15:37
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Oliver Cromwell
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escrito en el flujo
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18 de xaneiro de 2018, 17:34
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todos somos Philip Krauss
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18 de xaneiro de 2018, 17:50
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Resulta que es posible que Fernando Pessoa no utilizase 77 heterónimos, como se creía, sino nada menos que 127; podría ser también que el poeta portugués hubiera sido homosexual y que careciese de imaginación
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18 de xaneiro de 2018, 18:13
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The Kranfuckers
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18 de xaneiro de 2018, 19:28
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Veterano de Yardley Gobion
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18 de xaneiro de 2018, 22:43
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El Trampero
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18 de xaneiro de 2018, 22:48
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Malek Deva
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18 de xaneiro de 2018, 23:04
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Centinela
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19 de xaneiro de 2018, 09:07
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un joven mulato nacido en Sevilla del vicio de un soldado norteamericano y de la necesidad de una prostituta sordomuda
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19 de xaneiro de 2018, 15:45
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La Saga de Geralt de Rivia
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19 de xaneiro de 2018, 15:50
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Robamigas Hinchamejillas
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19 de xaneiro de 2018, 19:35
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Algunos cabalistas creen que la palabra perversión encripta púdicamente la expresión latina per viam angostam, pero sus razonamientos son demasiado estrechos, si se me permite el adjetivo.
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20 de xaneiro de 2018, 00:04
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Aleister Saint Germain
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20 de xaneiro de 2018, 00:06
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Somos, pues, polvo de estrellas que piensa sobre las estrellas
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20 de xaneiro de 2018, 00:13
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los enemigos intergalácticos de los contemporáneos
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20 de xaneiro de 2018, 00:18
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memorias de un tractor
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20 de xaneiro de 2018, 00:26
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Sirope de grosella
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20 de xaneiro de 2018, 09:37
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Galician Patriot
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20 de xaneiro de 2018, 11:25
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Nothing beats the giddy excitement of seeing an orange football used in snow
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21 de xaneiro de 2018, 09:22
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loyalist Stag
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21 de xaneiro de 2018, 09:41
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Dorian Sutcliffe
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21 de xaneiro de 2018, 11:13
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John Dicks
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21 de xaneiro de 2018, 14:27
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Nihil Moriarty
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21 de xaneiro de 2018, 14:28
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No lo sé, pero lo hago ahora
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21 de xaneiro de 2018, 14:31
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The wonder of cum
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21 de xaneiro de 2018, 14:38
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singular belleza bárbara
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21 de xaneiro de 2018, 14:42
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La fábrica de avispas
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21 de xaneiro de 2018, 18:48
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Selecto y Desopilante Batidor de Conejos Muertos
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21 de xaneiro de 2018, 18:56
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Buhonero Empalmado e Impío
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21 de xaneiro de 2018, 20:18
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Una tasca con entrada trasera
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21 de xaneiro de 2018, 20:23
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Gatillazo
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22 de xaneiro de 2018, 10:08
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John Bull
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22 de xaneiro de 2018, 20:25
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Owain Glyndŵr Twrch Trwyth
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22 de xaneiro de 2018, 20:28
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Trovador
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23 de xaneiro de 2018, 10:05
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Thornton Payn
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23 de xaneiro de 2018, 10:39
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Una verga y las 5200 verstas
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23 de xaneiro de 2018, 12:45
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Kaw-djer
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23 de xaneiro de 2018, 18:09
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una diversidad de teorías, que no han dudado en acusar a Verne de homosexual, pederasta, masón y hasta de criminal
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23 de xaneiro de 2018, 18:13
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Tyrel Durden en Dundee punkie
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23 de xaneiro de 2018, 18:24
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Roger Peyrefitte
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23 de xaneiro de 2018, 18:28
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Peyrefitte
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Blog Sponja
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Burne K.Jones
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23 de xaneiro de 2018, 21:19
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como los ciempiés y los tejones
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Reset en el Colin Davis,
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¿Donde estaban los músicos?
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porco con los pies al fresco
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Morcilla galaica
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El Sastre de las PeeMeA
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Porcobravo Flâneur
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Nunca le des la mano a un pistolero zurdo
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O Xoves Hai Cocido
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Yo fui Johnny Thunders
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Samuel !!
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Ride with the evil
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25 de xaneiro de 2018, 21:38
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Tono para La Ametralladora
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Centinela
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Los trenes de Tolstoi
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26 de xaneiro de 2018, 12:49
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Un Atildado Harponneur que bevat sulfieten
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 12:55
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He says prophetically
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 15:00
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Jabacho Fodedor
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 15:03
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los brazos muertos de los polipastos, las palancas y las cabrias que parecen pescar monstruos en el fondo de un abismo
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 15:44
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Vago Noctívago
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 18:19
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Λεωνίδας et Les quatre cents coups
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 18:29
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Amapola Hanoi
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 18:37
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este mundo deja entrever todo el engaño de la tramoya.
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 18:56
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Malek Deva
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 19:05
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una tramoya apologética
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 19:14
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The man in the high castle
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 20:45
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Millán Astray y Terreros
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 21:32
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Millán Astray y Terreros
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 21:36
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confieso que he bebido
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 22:37
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Vou ó Carniceiro
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 23:22
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Iñaki Ugarte Uiriarte
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 23:30
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Salchicha de ciervo
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 23:47
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Orson (Falstaff at Midnight)
dixo...
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26 de xaneiro de 2018, 23:56
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taking target practice by blowing the heads off live chickens buried up to their necks in the dirt
dixo...
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27 de xaneiro de 2018, 11:47
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Paik Bispo
dixo...
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27 de xaneiro de 2018, 11:51
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Porcobravos 'Til I die
dixo...
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27 de xaneiro de 2018, 12:35
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la vida es demasiado corta como para malgastar dos meses con Sam Peckinpah
dixo...
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27 de xaneiro de 2018, 12:40
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Los púgiles marsupiales de las Antípodas
dixo...
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27 de xaneiro de 2018, 12:44
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la piedra fundacional
dixo...
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27 de xaneiro de 2018, 12:49
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Eurídice Blasco
dixo...
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27 de xaneiro de 2018, 12:50
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Malvado Follomar
dixo...
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27 de xaneiro de 2018, 15:33
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El jergón de Long John Silver
dixo...
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27 de xaneiro de 2018, 19:13
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Nicolás Soneira
dixo...
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27 de xaneiro de 2018, 19:45
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Kindred Dowland
dixo...
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27 de xaneiro de 2018, 19:48
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Ferrotiño
dixo...
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27 de xaneiro de 2018, 20:03
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Bayard Sheldon Sartoris
dixo...
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27 de xaneiro de 2018, 20:06
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Las alubias del Ahorcado Carradine
dixo...
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28 de xaneiro de 2018, 00:07
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Orson (Falstaff at Midnight)
dixo...
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28 de xaneiro de 2018, 00:16
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Bostezando con Boswell
dixo...
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28 de xaneiro de 2018, 00:28
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Inmuscusión Terrupta
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28 de xaneiro de 2018, 12:53
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fm
dixo...
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¿Donde estaban los músicos?
dixo...
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En Resumen
dixo...
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28 de xaneiro de 2018, 15:13
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odio los números capicúas
dixo...
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28 de xaneiro de 2018, 17:41
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Zaštitnik Bitingkerbs
dixo...
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28 de xaneiro de 2018, 17:47
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La senda del perdedor
dixo...
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28 de xaneiro de 2018, 19:24
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el parrandas
dixo...
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28 de xaneiro de 2018, 19:29
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Nihil Moriarty
dixo...
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28 de xaneiro de 2018, 19:30
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Tan loco como la bruma y la nieve
dixo...
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28 de xaneiro de 2018, 19:34
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Prosélito Priápico
dixo...
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28 de xaneiro de 2018, 19:41
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A 4 patas
dixo...
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28 de xaneiro de 2018, 19:51
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Fiódor Underwood Crisóstomo Kincaid (FUCK)
dixo...
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28 de xaneiro de 2018, 19:53
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Doctor Pyg
dixo...
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29 de xaneiro de 2018, 13:58
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Quien no obtempere, se le felpeará
dixo...
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29 de xaneiro de 2018, 16:00
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Las crónicas de un Sochantre armado con un sacho
dixo...
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29 de xaneiro de 2018, 21:09
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A Moveable Feast
dixo...
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29 de xaneiro de 2018, 21:15
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Gonzo Hearst o las Tribulations del periodismo feraz
dixo...
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30 de xaneiro de 2018, 20:59
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Modelo 347
dixo...
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30 de xaneiro de 2018, 22:23
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Tan loco como la bruma y la nieve
dixo...
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30 de xaneiro de 2018, 22:35
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Parental Advisory
dixo...
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1 de febreiro de 2018, 17:02
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zumo de cicuta
dixo...
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2 de febreiro de 2018, 11:00
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Niña que baila
dixo...
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2 de febreiro de 2018, 11:10
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Bunbury hace dueto con Raphael
dixo...
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2 de febreiro de 2018, 12:24
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Odio los números capicúas
dixo...
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2 de febreiro de 2018, 21:09
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Pasé junto a unos árboles viejos y encorvados. Crucé un campo salpicado de piedras
dixo...
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3 de febreiro de 2018, 13:09
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trasnochadores de mucho futuro y morosos en el pago
dixo...
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8 de febreiro de 2018, 23:04
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Se atasca en la tasca
dixo...
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10 de febreiro de 2018, 23:26
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Mozart murió solo, acompañado a la fosa común por un perro y sus fantasmas, a todo el mundo le dio por culo saber esto
dixo...
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10 de febreiro de 2018, 23:33
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Las raíces del mal
dixo...
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10 de febreiro de 2018, 23:45
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Nihil Moriarty
dixo...
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11 de febreiro de 2018, 20:46
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El encuentro
dixo...
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13 de febreiro de 2018, 18:10
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Escocia va a morir en su línea de 22
dixo...
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26 de febreiro de 2018, 08:17
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Macedonio Fernández
dixo...
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26 de febreiro de 2018, 08:18
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¿te gusta por detrás?
dixo...
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30 de marzo de 2018, 18:39
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Consumismo anal
dixo...
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29 de outubro de 2019, 07:17
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Don Ron Mr Clayton
dixo...
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28 de marzo de 2020, 11:36
«A máis antiga ‹Máis antiga 201 – 365 de 365 Máis recente › A máis nova»Un consejo para todos los porquiños: llevas un condón azul dentro de un condón rosa normal, y de esa manera, si la polla se te vuelve azul en pleno sexo anal, sabes que se ha roto la goma de fuera. Un mecanismo de seguridad. Creételo
15 de Enero de 2.018
Dos bofetones tremendos me he llevado con el final de las vacaciones navideñas.
El primero al subirme a la báscula para comprobar mi estado físico de cara a esta complicada temporada de dos partidos.
Menos mal que esa estampa no ha quedado grabada en ningún sitio, salvo en mi memoria para siempre. Con los ojos llorosos, en la linea borrosa de la báscula, titilan desafiantes las luces que marcan los tres dígitos. 1..
Me bajo y vuelvo a subirme de nuevo, para un segundo pesaje. Joder, lo mismo.
Bajo,respiro hondo, miro fijamente a la báscula, le gruño un "no me jodas", le pego una patada a ver si se calibra bien, me subo, respiro de nuevo, bajo la mirada y ....hostias, pues va a estar bien la cabrona. Me vuelve a marcar los tres números.
Me voy, desayuno. La báscula me ha puesto nervioso y para combatir la ansiedad engullo unas cuantas sobras de lo que me ha sobrado de las fiestas, unos mazapanes, un turrón de chocolate, unas nueces para combatir el colesterol....
Ya más calmado voy al ordenador, Lo primero es lo primero y es comprobar si hay algún mensaje importante.
Y aquí cayó el segundo bofetón que me hecho volver un poco a la realidad.
El emain semanal, poniéndonos al orden, avisándonos de nuestra desidia, de la falta de compromiso, de nuestro abandono absoluto de la causa. Y mientras los enemigos preparándose para el desembarco.
Una temporada tan importante, con dos victorias en juego y nosotros de cachondeo
Y yo, MAIN mio, quiero reconocer mi grave error, si MAIN, yo he pecado de pensamiento, palabra obra y omisión. Soy culpable. Merezco la horca a orillas del río Bann. Debo ser purgado.
He sido SOBERBIO, pensando que por haber jugado las ultimas ediciones, ya lo tenia todo hecho en este equipo. Y por pensar que por hablar con el MAIN en alguna ocasión ya me merecía aspirar al delfinatado.
He sido ENVIDIOSO, al ver que otros (los menos) porcobravos estaban delgados y veía que jugaban más que yo y no lo veía justo.
He sido muy LUJURIOSO, cuando viajé con la manada y vi a esas dulces huerfanitas en las noches inglesas, Sin contar por supuesto que mi ordenador está petado y lleno de virus por todo el porno que tengo almacenado.
Y que decir de esa ansía por llevarme los trofeos L.B. He puesto mi lucimiento personal por delante del bien general de todos los Porcosbravos. No se puede ser más AVARICIOSO.
La he tomado con la báscula, la he pegado e insultado, injustamente he descargado mi IRA contra ella.
Me he visto superado por la GULA. Me he dejado llevar, ya me tomo los kebas de tres en tres, como a manos llenas como si no hubiese un mañana. Para comprarme ropa casi que tengo que ir a la sección de embarazadas.
Cada vez que recibo un mensaje del MAIN, para ir a jugar los miércoles, me puede la PEREZA, pongo una triste excusa y me digo, ya iré a la pachanga de la próxima semana.
Entonces, creo que solo me quedan dos caminos, el primero es devolver mi camiseta Porcobrava, que borren mi dorsal para siempre y no volver nunca más a saber de la Anglo Galician Cup.
Y el segundo es acudir a próxima dieta del día 20, arrastrarme hasta el MAIN, besarle los pies y pedir perdón y clemencia. Ponerme en forma estos dos próximos meses y darlo todo en la XV.
Si, creo que optaré por la segunda vía, pero hasta entonces voy a ver pedirme unos kebas y a ver un par de vídeos ( o los que aguante) de estos bonitos que tengo en el disco duro
Pero cuántos perfiles hay en este blog de chicas haciendo una felación?
Están ustedes enfermos?
Es un sentimiento extraño: no hay esperanza en mí, tampoco desesperación. Regocijo, eso sí, e irresponsabilidad, pero nada que ver con un deseo licencioso. Estoy hablando de mi más profundo sentido de la existencia, no de un sentimiento pasajero. ¿De dónde sale usted, Hawthorne? ¿Con qué derecho bebe de mi jarra de la vida? Y cuando la acerco a mis labios, son los suyos y no los mío
Melville le ponía el culo a Hawthorne
Si alguna vez, mi querido Hawthorne, en la eternidad que está por venir, usted y yo nos sentáramos juntos a la sombra en algún rincón del Paraíso; si fuéramos capaces de pasar de contrabando una cesta con botellas de champagne (me niego a creer en un cielo abstemio), y cruzáramos las piernas celestiales sobre la hierba celestial que allí, porque el clima es tropical, crece siempre fértil y exuberante, y brindáramos chocando nuestras copas y nuestras cabezas hasta que ambas, eufónicas, suenen a la par... Después, oh, mi querido amigo-mortal, conversaríamos con sumo placer sobre todos los diversos asuntos que tanto nos afligen ahora, y lo haríamos cuando la tierra entera ya no fuera sino sólo un lejano recuerdo, sí, y su disolución final una antigualla
una cuestión de aduaneros en la que uno quiso recibir y el otro no le quiso dar.
Nota: uno de los aduaneros fue cónsul estadounidense en Liverpool
The Primrose Path of Long Swan John Sudden
—¡La ayuda del diablo, la fe en el diablo, el precio del diablo!
Jefferson Lerma ficha por los stags de Sheffield
DÁME IGUAL que sexa violento, un exemplo desastroso para os pequechos, toma, toma e toma por aquí, voute esnaquizar, verme noxento, por alá, porque afundirse no mundo politicamente correcto de Heidi, Dora a Exploradora e a Doutora Xoguetes non prepara para a xungla da vida diaria e nunca está de máis saber como se lanza unha onda vital en condicións.
E dáme igual que non se entenda que As Bolas do Dragón e a Illa do Tesouro fixeron máis pola normalización lingüística deste país que os sesudos plans da Xunta de Galicia, porque os datos están aí comendo perrechas
luengas, levíticas barbas, ojos claros y mirada ausente
Mandarina malcriado, maestro maricón y el flojo sapo sopa, Don‟t worry man, nothing‟s happening at all
Pero he nadado por bibliotecas navegado por océanos.
The Anglogalician es un borrador para una nueva metafísica.
alguna vez fuimos mocedad con camisas blancas inmaculadas
con pequeñas bufandas rojas alrededor de nuestros cuellos
cantando canciones de Esperanza y Progreso
sin saber que éramos la Bestia del Main
a la que aquí tanto temían
que casi bloqueábamos la luz.
¿El concúbito del hombre con la mujer in vase praepostero es verdadera sodomía?
R. Que no lo es esencialmente, por no ser ad indebitum sexum, mas en el fuero externo se reputa por tal, por la similitud que tiene con la verdadera sodomía, y así en dicho fuero se castiga con la pena ordinaria, que ésta. P. ¿Son sodomía los tactos lascivos entre dos hombres, siguiéndose de ellos polución? R. Que no; porque falta el concúbito, a no ser con afecto ad vas praeposterum; en cuyo caso el deseo o afecto contraerá la malicia de la sodomía. La polución o congreso tenido in ore sive viri, sive feminae, aunque no sea sodomía, trae consigo una deformidad gravísima que debe manifestarse en la confesión.
La austera épica del “porche y el rifle y la tasca”.
Long Swan John Sudden es un tocapelotas desbocado. Se mueve como una trilladora con el depósito lleno de éter
Y así vi en visión los caballos y a los que sobre ellos estaban sentados, los cuales tenían corazas de fuego, de jacinto, y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de porcos bravos; y de su boca salía fuego y humo y azufre
Y luego, había el niño de nueve años que mató a sus padres y pidió al juez clemencia porque él era huérfano.
Cada paso que das tomó rehenes contra ti
No sé qué habrá pensado el resto del mundo al oírlo, pero lo supongo. El hombre, y la humanidad, por extensión, suele guardar en el baúl de la cobardía el oro de ley de los valores eternos, y pone en circulación el níquel de los antivalores temporales. Pero llega un momento en que no puede más y se desahoga. Y entonces proclama a voz en grito el secreto que estaba escondiendo y la mentira en que vivía. Esta vez la osada voz de la juventud que es siempre la primera en denunciar las ambigüedades y las contradicciones sociales, condena a los guardianes del orden muerto y glorifica a los cantores del orden vivo. Y no es difícil imaginar el eco que este clamor subversivo habrá encontrado en los corazones angustiados de los depravados de Galizalbión. Las gaitas de los héroes gallegos nunca han encadenado a la libertad
tenemos un intelectual hastiado de la vida en el blog
habrá que sacrificarlo..................
Tres árboles contra el cielo bajo, y el jinete en el viejo caballo blanco
Sacrifico este post al Señor de la noche Estrellada
a la Guacamaya de Fuego
al Llanto de las Moscas
a la Lluvia Verde
Al que Guarda la Miel
a la Hermandad de los Hermanos Menores
al de la Máscara que Llora
al Rugoso Caracol de Tierra
al Vertidor de los Cuatro Rincones
a los Juntadores de Corteza para Preparar la Cerveza Ceremonial
a los leñatores del eucalipto
7. Lo dirijo al que toca la flauta y el tambor cuando van a lavar
los paños en el ojo de agua
a la que chapotea en las cascadas y se moja el pelo con agua de lirios
a la que da el pecho a su hijo en el cañaveral
a los que buscan el arcoiris en el aceite de los charcos
a los remeros que inventan el canto con sus brazos
a los que lavan el nixtamal bajo la lluvia
a las que acarrean el agua en cántaros
y caminan por la carretera
A la niña viendo luciérnagas
a la niña con el candil en la mano
a los chamacos que saltan con el rastrojo en llamas
a los que corren sobre el fuego
entierran a sus muertos en la cocina y cantan entre los escombros
al que engaña a su muerte en las camas de los moribundo
al que baja de los cerros para no quemarse con las estrellas.
Al que agarra la mano a la muerte y baila con ella
a las que tienen muchas nueras y cargan iguanas en sus cabezas
a los camaroneros divisando el cometa de madrugada
al que arremanga su camisa y pide un hacha
a la que vende tamal de bola, de mumu y chipilín
a los que cortan elote tierno para comerlo crudo
y amarran la pata del perro que roba pollo
a los que se avientan al hoyo en el entierra de un amigo
al porco bravo que no puede bajar del techo por estar tan gordo
al que hace lo que puede
Xabarín! (Beeeennn!)
(Xabarín xa-xabarín xa-xabarín)
Cando o choio está confuso
Entre o toxo ou o asfalto
Cando a vida é traidora
Como o gol en propia meta
Fai coma min
Pon fuciño de Xabarín, fuff, fuff
Fai coma min, fuff, fuff
Pon fuciño de Xabarín
Cando sobe a marea
E os pelmas enchen a praia
Cando baixa a marea
E os pelmas seguen estando
Fai coma min
Pon fuciño de Xabarín, fuff, fuff
Fai coma min, fuff, fuff
Pon fuciño de Xabarín
Esta ropilla; pues primero fue greguescos, nieta de una capa y bisnieta de un capuz, que fue en su principio, y ahora espera salir para soletas y otras cosas. Los escarpines, primero son pañizuelos, habiendo sido toallas, y antes camisas, hijas de sábanas; y después de todo, los aprovechamos para papel, y en el papel escribimos, y después hacemos dél polvos para resucitar los zapatos, que de incurables, los he visto hacer revivir con semejantes medicamentos
Long Swan John Sudden no tuvo esa forma prestigiosa de tristeza que llamamos paciencia.
Tuvo penas mejores que la mayoría, eso sí que tuvo.
Y un arce secreto.
No tuvo instrumentos raros, no,
ni tuvo dinero. Es decir, el que tuvo no era suyo.
Las brújulas, los astrolabios y las clepsidras
eran sus síntomas.
Tuvo un traje de colores
que lo hacía parecerse a sus juguetes,
que permitía estar desnudo en la hojarasca
(palabra envolvente para las hojas podridas)
sin cambiar de estación ni entrar del todo en ella
como creía que debían ser las cosas en los parques.
Tuvo heridas, sí, como todos
o un poco más, en la frente, en el pecho, en el zapato:
zonas lisas, aptas para las semillas.
Sí, bueno, tuvo amores
pero se sabe poco de cuántos y de quiénes,
si eran de ardilla o de huérfana
los nombres de las cartas que quemaba.
Le decían que era un genio
pero no por dónde serlo
y no tenía un mapa, por cierto,
sino un jardín peligroso
donde los druidas ocultaron
algunas notas del piano. Tuvo noches, sí,
a toda hora, haciendo más exacto
el arpegio: complicado, matemático,
el trémolo que empuja al bourbon.
Y no tuvo, no. Long Swan John Sudden tuvo
formas rotas de la geometría,
campanas pequeñas
difíciles de apagar, tuvo relojes secundarios
y gatos que conocen el árbol
pero guardan el secreto. ¿Lansquenetes? No, te digo, no tuvo.
Dime ahora
¿qué tan lejos permanece?
Todo lo que ya ha pasado es particulas, todo lo que está por venir es ondas
“¡Que un judío leproso, nacido de una ramera y de un soldado, en el rincón más mezquino del universo, se atreva a hacerse pasar como la voz de aquel que, según dicen, ha creado el mundo! Para tales pretensiones, convendrás en ello, lector, eran necesarios por lo menos algunos títulos. ¿Cuáles son los de ese ridículo embajador? ¿Qué hará para demostrar su misión? ¿Cambiará la faz de la tierra; los azotes que la afligen desaparecerán, el sol alumbrará noche y día? ¿Dejarán de mancillarla los vicios? ¿Veremos por fin reinar la felicidad? Nada de esto. Es mediante trucos, brincos y retruécanos como el enviado de Dios se anuncia al Universo.
El seno de su fabuloso padre se abre para recibirlo, y ese Creador, sencillo en otro tiempo, se hace triple para complacer a ese hijo digno de su grandeza. Pero ¿se contentará con esto ese santo Dios? No, sin duda, su poder celestial se dedicará a más grandes favores. A la voluntad de un sacerdote, es decir de un pícaro cubierto de mentiras y de crímenes, ese gran Dios creador de todo lo que vemos, se rebajará hasta descender, diez o doce millones de veces cada mañana, a un trozo de oblea que, debiendo ser digerido por los fieles, se transmutará pronto, en el fondo de sus entrañas, en los más viles excrementos, y eso para satisfacción del tierno hijo, inventor odioso de esa monstruosa impiedad en una cena de taberna”
Todo lo que es contrario al orden natural del Main es vicioso y depravado y degenerado.IMWT
Tengo una pregunta para usted, Long SJS:
¿Unos mitos cuya naturaleza ficticia resulta transparente para la Manada pueden funcionar verdaderamente como mitos?
¿Por qué razón todos aquellos que han sido hombres de excepción resultan ser claramente melancólicos, y algunos hasta verse atrapados por enfermedades provocadas por la bilis negra?’
La escritura nunca fue un punto de redención, sino de aceptación cruda y sin cortapisas del dolor. Esta es la otra cara de la leyenda
Pollo marinado con miel y limón - Henrique Sá Pessoa
Ingredientes:
La ralladura y zumo de 1 limón y otro limón entero
3 cucharadas de miel
2 dientes de ajo
1 cebolla
1 cucharada de comino en polvo
1 cucharada de orégano fresco
1 pechuga entera de pollo
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta al gusto
Preparación:
En un bol ponemos la ralladura y el zumo de 1 limón, el ajo picado, la miel y el comino en polvo. Mezclamos bien.
Ponemos una plancha al fuego con un poco de aceite. Salpimentamos las pechugas y las asamos para que se doren.
Forramos una bandeja de horno con papel sulfurizado. Cortamos el otro limón en rodajas y los disponemos en la bandeja. Encima ponemos el orégano fresco.
Pincelamos los limones con la mezcla de limón y miel. Ponemos el pollo encima de las rodajas de limón y lo pincelamos también con la marinada.
Precalentamos el horno a 200ºC y horneamos el pollo unos 30 minutos, o hasta que esté hecho.
Sacamos del horno y servimos acompañado de ensalada o verduras.
(¡Oh Main! ¿debo tomar en consideración
la eventualidad de hacer junto a ustedes la Guerra Civil
dejando a un lado mi vieja idea de Revolución?)
Lo que ellos motejan de sagacidad no deja de ser salacidad de tercera categoría
You think we’re bluffing? We don’t bluff!
Su sexualidad era rara, le atraía la homosexualidad (aunque posiblemente la dejó en deseo) y se carteó con una señorita Ardilla con la que posiblemente nada real concluyó.
O mesmo conto desde 2008
Long Swan John Sudden
Sabes que pasó en Yardley Gobion?
Long Swan John Sudden
¿qué opinas del jazz?
estas cosas no ocurrieron nunca, pero son siempre
Casi todos los escenarios de batallas pasadas ofrecen un paisaje semejante: tumbas, silencio y soledad. Pero Spion Kop parece algo distinto. Se asciendepor una empinada cuesta a una colina de cráneo calvo donde hay numerosostúmulos y monolitos en recuerdo de los caídos de ambos bandos. Quizás era el fuerte viento de aquella mañana soleada en que visité la colina, un viento fresco y aullador, lo que otorgaba una atmósfera peculiar a Spion Kop. O tal vez lo diferente fuera la larga fosa común en donde reposan los restos de un par de cientos de soldados británicos, una larga fosa que no es más que la línea de la trinchera donde perecieron. Una fotografía tomada el día posterior a la batalla muestra la excavación repleta de cadáveres de soldados, la misma línea exacta que hoy sigue la tumba cubierta de piedras. Es una visión macabra. La serenidad de otros cementerios militares alzados en los campos de batalla encuentra su contrapunto de crueldad en Spion Kop. Abajo de la colina, el paisaje de África se extiende hasta parecer casi infinito, sobre el azul de las aguas de un pantano y sobre cadenas de colinas que se suceden las unas a las otras, mientras que la vista no encuentra barreras que la detengan. Uno no puede explicarse en sitios como Spion Kop por qué los hombres luchan en lugares desde donde se divisan panoramas tan amplios que parecen proponer una visión de la eternidad
La Slag van Spioenkop tuvo lugar durante la Segunda Guerra Anglo-Bóer entre los días 23-24 de enero de 1900, en la cima de Spioenkop (430 metros) y su resultado fue una famosa y dura derrota de las tropas británicas que sufrieron 1.500 bajas entre muertos y heridos. Muchos de aquellos soldados procedían de Liverpool y alrededores.
Los historiadores no han explicado todavía si dos insignes testigos presenciales del desastre inglés en Spion Kop llegaron a conocerse entonces. Me refiero a Winston Churchill y el Mahatma Gandhi.
Churchill estaba en el conflicto para escribir como periodista, en tanto que Gandhi había organizado un grupo de voluntarios indios que asistían a los británicos en aquella «guerra de hombres blancos».
En 1906, el periodista Ernest Edwards explicaba en un artículo del Liverpool Echo que la nueva grada de Anfield se había ganado el apelativo de Spion Kop entre los aficionados, bastantes de ellos veteranos de las guerras contra los bóers, un mote que, a su juicio, “siempre se usará en el futuro”. No sabía cuán acertado estaba. 22 años después, cuando se construyó un techo para cubrir la grada, ésta fue bautizada oficialmente como ‘The Kop’. En aquel entonces, sólo en esa grada cabían 30.000 almas. En ‘The Kop’ se situaron los más vociferantes hinchas del Liverpool, por lo que ‘The Kop’ no sólo se empleó para referirse a esa parte de Anfield, sino para designar a los hinchas del Liverpool en general.
Por su parte, el recuerdo ingénito, sea como sea innato al individuo, tiene peso material. No puede ser despachado recurriendo al dualismo y, aduciendo que, en todo caso, la paradoja sólo está en la mente. Así, obviamente, la paradoja no tendría ningún valor; solo estaría en la psique de un individuo, y no generaría más que una pequeña incomodidad para el obsesivo compulsivo y un entretenimiento para el ocioso. Pero, si hacemos caso a los hechos de la novela, esos sueños no son imaginarios, son recuerdos que enlazan físicamente a un sujeto con un tiempo determinado; hasta tal punto los sueños deben ser entendidas como una conexión física, que son son conditio sine qua non para viajar atrás en el tiempo. ¿Cómo puede interpretarse este vínculo? He aquí el ángulo muerto de la paradoja.
Imaginaos un infierno barato. Y luego meted más putas en él.
El planeta solía ser civilizado, pero conforme el mundo es más primitivo, sus tesoros son más fabulosos.
Querido LSJS
¿hay más sodomitas o más gomorritas en la Anglogalician Cousa?
Algunos exégetas esotéricos postulan la existencia del “cuarto ojo” en el chorromoco tasquero, pero no dicen más. No sabemos si se trata de una oquedad sellada por maldición divina o atrofiada por involución, es decir, por una evolución retro.
Hay una autenticidad en su estilo que emociona, o apabulla, según lo que se busque, o según el tamaño y flexibilidad de los prejuicios; qué tan nómadas o sedentarios sean.
Leerlo es como una fiesta en la que no sabes qué pasará, pero a la que vas preparado para todo.
Nathaniel Hawthorne, un escritor norteamericano de estilo romántico y credo puritano, leyó alguna vez una curiosa noticia en un periódico y el hecho le inspiró Wakefield (Salem, 1837), un cuento que no se parecía a nada de lo que se había escrito hasta entonces ni, lo que es más extraño, al resto de su obra. Es la historia de un hombre pulcrísimo que un día le comunica a su mujer acerca de un viaje que lo retendrá una semana o más. A pesar de lo inusual del asunto, el hombre no explica las razones del viaje. Su mujer, que lo sabe aficionado a secretos inofensivos, tampoco se las pregunta. El hombre se despide y sale. No tiene un plan ni ideas preconcebidas. El viaje no existe. Quizá solo busca que su esposa lo extrañe y sufra un poco; no mucho. La quiere y es, ya dijimos, un hombre bueno. Sale, pues, compra una peluca, alquila una habitación a la vuelta de la casa y allí queda atrapado, postergando siempre, por razones que él mismo no puede explicar, su regreso a casa. Así pasan veinte años de dudas y añoranzas. La mujer enferma. El hombre se entera y sufre. “¡Wakefield, Wakefield, estás loco!”, se dice. Una tarde sale a dar un paseo y en el camino lo sorprende la tormenta. Sin pensarlo ha ido a parar frente a su casa. Hace frío. Por la ventana se ve el fuego del hogar. Sube las escaleras y entra. “Su rostro que era vulgar ahora es extraordinario”.
Poco después un hombre que conoció a Hawthorne y que siempre quiso follarle el culo, un tal Herman Melville, escribió Bartleby, el escribiente (1853), un cuento que solo tenía dos antecedentes en la historia de la literatura: Mardi, una extraña novela suya publicada en 1849, y Wakefield.
No hay que esperar mucho del hecho de que Hawthorne y Melville se hayan conocido; no es ese el puente que une estas dos islas de la literatura. Que se sepa, nunca tramaron una revolución de la narrativa ni incurrieron en manifiestos estéticos. En los comentarios de Melville a la obra de Hawthorne, como en los de Poe, no se menciona a Wakefield. Y Hawthorne, por su parte, no menciona a Melville, siguiendo la tradición que quiere que un viejo no cite a un joven. Ninguno menciona la rareza de Wakefield y Bartleby. Pasaron sin verla junto a la revelación o, lo que es más probable, eran tan grandes que ninguna hazaña podía impresionarlos, y las suyas menos que ninguna. Quizá ver y ejecutar hazañas les resultaba cotidiano.
Bartleby es un hombre tan gris para los que lo rodean como Wakefield, y tan demencial, pero mucho más enigmático; es el personaje literario del que menos sabemos. Ignoramos su pasado y hasta su presente. No se sabe quién era ni de dónde venía ni qué pensaba. Solo se sabe que apareció un día en la oficina de un abogado y pasó a formar parte de su equipo de copistas, oficio que desempeñó con eficiencia hasta la mañana en que se negó a copiar una línea más, a explicar su conducta, a hablar, a atacar, a defenderse, a abandonar la oficina y finalmente a vivir, mientras su jefe ensayaba en vano el diálogo, la fuerza, el grito y la policía, debatiéndose entre la cólera y la piedad. Es una obra tan moderna que parece haber sido escrita hoy.
Los hombres entraban por turnos. Yo estaba en cuclillas para chuparles o acostada y encogida de costado, tratando de ofrecer mejor el culo para facilitar su penetración. Detrás, no había nada pensado para suavizar el contacto con la chapa ondulada, y las sacudidas me hacían bastante daño. Pero habría podido permanecer agazapada allí toda la noche, menos anquilosada a causa de la penosa postura que entumecida por la atmósfera del nicho inadecuado en que estaba ovillada y en el que me hundía, como parece que ocurre en ciertos sueños opacos, y miraba cómo me hundía. No tenía que cambiar de sitio: a intervalos regulares la puerta de atrás se levantaba, el hombre saltaba dentro, una nueva silueta se colaba. En el pequeño vehículo bamboleante, yo era el ídolo inmóvil que recibe sin pestañear los homenajes de una serie de fieles. Era la que me imaginaba ser en algunos de mis fantasmas
Estos comienzos de "me solicitan un soneto" recuerdan aquello de
Entre el deshielo de primavera, la sequía del verano y la melancolía del otoño el Main solicitaba material para florear Su Enorme Aparato mediático.
–Vale, pero puede resultar una catilinaria.
–Concedido– responde, magnánimo Él.
(Todo aspirante a dictador, todo conducatorzuelo sabe que siempre ha de permitirse la crítica encorralada, el buenrollismo aparente, veranillo de San Martín criticón en la luenga noche de piedra del despotismo Porco-ilustrado. Dejar que todo cambie para cambiar nada.)
Sobredosis de comedores de nabos
Matar al jaguar, aunque sea mañana.
Echas de menos las Dietas en el Fagin's?
Pele has made the extraordinary suggestion that racism does not exist in European football because 'the teams are full of blacks'.
Pele remains in silence about The Anglogalician
Mad, soundless revels of the dragging dead—
And not a corpse had either hands or head!
Historias engendradas a partir de la literatura leprosa del Vacuum Realism
Ejemplo perfecto de malestar destilado en visceral obra de pesimismo lúcido, hay otra clase de pesimismo?
El método es el paroxismo, el camino es el del nihilismo.
- Bueno, pues pregúntamelo.
-¿Quieres casarte conmigo?
El romanticismo es el último refugio, pero este termina en una tumba en mitad de un maizal
The Anglogalician es el agujero negro de la demolición del individuo
Nuestra adhesión, inquebrantable, a este mencionado código de honor, viril, que no ha sido impuesto desde fuera, que es íntimo, inexplicable para los demás, es nuestra trinchera y parapeto
Nuestras vidas no son más que símbolos. Todo lo que hacemos forma parte de un patrón sobre el que no tenemos derecho a decidir
Los primeros conejos aturdidos comenzaron a salir; dos de ellos sangraban por el hocico y, aunque no parecían estar heridos, iban tambaleándose, casi cayéndose. Apreté la botella de plástico y les rocié con un chorro de gasolina que hice pasar por la llama del mechero, mantenida a cierta distancia mediante una varilla de aluminio para sostener tiendas de campaña. La gasolina se inflamó en una llamarada al pasar por encima del
mechero encendido, bramó en el aire y cayó entre destellos por encima y alrededor de los conejos. El fuego prendió en los conejos, que salieron corriendo envueltos en llamas,
tropezándose y cayendo. Miré alrededor por si había otros, mientras los dos primeros desprendían llamaradas cerca del centro de los Territorios, y caían finalmente sobre la
hierba, con los miembros rígidos pero retorciéndose, chisporroteando con el viento. Una pequeña llama centelleó alrededor de la boquilla de mi lanzallamas; la expulsé apretando
la botella. Apareció otro pequeño conejo. Lo alcancé con el chorro de llamas y se fue zigzagueando hasta que lo perdí de vista en dirección al arroyo que hay al lado de la
colina en donde me atacó el macho salvaje. Rebusqué en la Mochila de Follar y saqué la pistola de aire comprimido, la amartillé y disparé en un solo movimiento. Fallé el disparo y
el conejo siguió dejando un rastro de humo alrededor de la colina.
Me cargué a otros tres conejos con el lanzallamas antes de guardarlo en la bolsa. Lo último que hice fue dirigir la llamarada de gasolina al macho, que seguía sentado, relleno,
muerto, y rezumando sangre a la entrada de los Territorios. Las llamas cayeron a su alrededor de manera que el enorme conejo desapareció entre jirones de humo negro y llamaradas naranjas. Tras unos segundos se prendió la mecha y aquella bola de fuego
hizo explosión lanzando algo negro y humeante por el aire del atardecer y esparciendo toda clase de restos por los Territorios. La explosión, mucho mayor que las de las
madrigueras, y sin nada que amortiguara el sonido, se expandió por las dunas como un latigazo, me dejó un pitido en los oídos y hasta me levantó del suelo.
Lo que quedó del macho aterrizó lejos, detrás de mí. Seguí el olor a chamusquina hasta encontrarlo. No quedaba prácticamente más que la cabeza, una pegajosa tira de la columna y las costillas y como la mitad de la piel. Rechiné los dientes y recogí los restos humeantes, me los llevé hasta los Territorios, y los lancé allí desde lo alto del terraplén.
Me quedé quieto bajo los últimos rayos de sol, cálidos y amarillentos a mi alrededor, con un hedor a carne y hierba quemada en el aire, con el humo elevándose desde
madrigueras y cadáveres, gris y negro, con el dulce olor de la gasolina desparramada sin quemar que provenía de donde había dejado el lanzallamas, y respiré hondo y me la casqué
Long SJS vuelve a frecuentar las tascas del fatalismo, la violencia, los hombres obsesivos y los paisajes telúricos.
¿Será la irradiación de un alma inmunda la que se trasluce en su envoltura de barro y la transfigura?
Un chorro de sangre gris marengo
Men of Harlech stop your dreaming
Can't you see their spear points gleaming
See their warrior's pennants streaming
To this battle field
Men of Harlech stand ye steady
It cannot be ever said ye
For the battle were not ready
Stand and never yield
Form the hills rebounding
Let this war cry sounding
Summon all at Cambria's call
The mighty force surrounding
Men of Harlech onto glory
This shall ever be your story
Keep these fighting words before ye
Cambria (Welshmen never) will not yield
Modern Words used by Regimental Band
Tongues of fire on Idris flaring,
news of foe-men near declaring,
to heroic deeds of daring,
calls you Harlech men
Groans of wounded peasants dying,
wails of wives and children flying,
for the distant succour crying,
calls you Harlech men.
Shall the voice of wailing,
now be unavailing,
You to rouse who never yet
in battles hour were failing,
His our answer crowds down pouring
swift as winter torrents roaring,
Not in vain the voice imploring,
calls on Harlech men
Loud the martial pipes are sounding
every manly heart is bounding
As our trusted chief surrounding,
march we Harlech men.
Short the sleep the foe is taking,
ere the morrows morn is breaking,
They shall have a rude awakening,
roused by Harlech men.
Mothers cease your weeping,
calm may be your sleeping,
you and yours in safety now
the Harlech men are keeping,
ere the sun is high in heaven
they you fear by panic riven
shall like frightened sheep be driven,
far by Harlech men.
Men of Harlech (another version)
March ye men of Harlech bold,
Unfurl your banners in the field,
Be brave as were your sires of old,
And like them never yield!
What tho' evry hill and dale,
Echoes now with war's alarms,
Celtic hearts can never quail,
When Cambria calls to arms.
By each lofty mountain,
By each crystal fountain,
By your homes where those you love
Await your glad returning,
Let each thought and action prove,
True glory can the Cymru move,
And as each blade gleams in the light,
Pray "God defend the right!"
Clans from Mona wending,
Now with Arvon blending,
Haste with rapid strides along
The path that leads to glory,
From Snowdon's hills with harp and song,
And Nantlle's vale proceeds a throng,
Whose ranks with yours shall proudly vie,
"And nobly win or die!"
March ye men of Harlech go,
Lov'd fatherland your duty claims,
Onward comes the Saxon foe,
His footsteps mark'd in flames;
But his march breeds no dismay,
Boasting taunts we meet with scorn,
Craven like their hosts shall flee
Like mists before the morn.
On the foemen dashing,
Swords and bucklers clashing;
Smite with will their savage band
Nor think of e'er retreating:
But with a firm unflinching hand,
In blood quench ev'ry burning brand,
And for each roof tree cast away
A Saxon life shall pay.
Thus each bosom nerving,
From no danger swerving,
Soon shall the invader feel
The doom of fate rewarding;
They firmly grasp the flashing steel,
And as ye strike for Cymru's weal,
Be this your cry, till life's last breath –
"Our Liberty or Death!"
Wele goelcerth wen yn fflamio
A thafodau tan yn bloeddio,
Ar I'r dewrion ddod I daro,
Unwaith eto n un:
Gan fanllefau'r tywysogion
Llais gelynion, trwst arfogion,
A charlamiad y marchogion,
Craig ar graig a grbn!
Arfon byth ni orfydd.
Cenir yn dragywydd;
Cymru fydd fel Cymru fu,
Yn glodus ymysg gwledydd,
'Nghwyn oleuni'r goelcerth acw,
Tros wefusau Cymro'n marw,
Annibyniaeth sydd yn galw,
Am ei dewraf dyn.
Canta acerca de lo que pasó, pero no habla de ello. Odia ese momento en que las bandas se ponen a contar historias entre canciones. La canciones ya hablan por sí solas. O deberían.
—Y fuera de esto, señora Lincoln, ¿disfrutó usted la obra?
Julio Verne.- Buenos días. ¿Qué desea?
Miguel Strogoff.- No se haga el tonto. Soy Miguel Strogoff. Demasiado lo sabe. Vengo a hablar con usted.
Julio Verne.- ¡Ah! Miguel Strogoff. Yo creí que ahora estaba usted en San Petersburgo. ¿Y qué tiene que decirme?
Miguel Strogoff.- Creerá usted que me he quedado tan contento al terminar la novela. ¡Pues no! El que sea un honrado empleado de correos no le da derecho a hacerme atravesar toda la Siberia con una carta subido en un carruaje ruso que solo tiene un palo con una rueda debajo, que resultará muy típico para una novela siberiana, pero que es un asco de carruaje.
Julio Verne.- Yo creí que en Siberia no habría otro vehículo.
Miguel Strogoff.- ¡Usted no creía nada! ¡El caso era fastidiarme! Y no solo me hace atravesar toda Siberia, sino que además no cesa de ponerme osos pardos y feroces tártaros delante del carruaje. Como si no hubiera otras cosas. Por ejemplo: bailarinas de San Petersburgo, que están estupendas.
Julio Verne.- Es que...
Miguel Strogoff.- Y no para aquí la cosa. Cuando llego a mi destino después de pasar mil calamidades, por cierto, no vea el tiempo que perdí para encontrar Irkutun, mi destino, va usted y me hace casar con Nadia Fedor, colaboradora pueblerina. Entonces, ¿para qué están las bailarinas de San Petersburgo?
Cuando nuestros pensamientos, bajo la engañosa apariencia de la lógica, no son más que la expansión de nuestros instintos naturales, luego poseen vida propia, independiente de nuestra razón y nuestra voluntad. Ni Main ni amo
Hay que considerar lo que debe ocurrir en la Anglogalician como si ya hubiera ocurrido y ver el presente en el futuro, ya que el futuro no es más que un presente un poco más lejano.
y tres semanas después sigue siendo correcto poner Tyler Durden.
¿no hay corrector o qué?
Esto está lleno de claveles verdes en el ojal
El amor pederasta tiene inscripto su propio fin: cuando la voz del efebo, luego de un período necesario de gallos, vira hacia la gravedad viril, los pantalones cortos se reemplazan por otros que bajan sobre unas piernas de sátiro y la maleta escolar, por un portafolios de empleado público: “Basta un verano para hacer del fino cabritillo un cabrón peludo”, dice Peyrefitte que dice la Antología Griega.
Peyrefitte practica el arte de la injuria con la gracia de los bellos tiempos en que miss Nathalie Barney decía de Janet Flanner: “Es brillante como un botón, pero, ¿para qué sirve un botón?”. De Pablo Vl dijo que cuando era arzobispo salía con un actor, “y no es que lo supiese por los comunistas o por los porteros”.
Era amigo de Cocteau, quien prologó su libro El exiliado de Capri, pero le reprochaba su entrada en la Academia. Como muchos proscriptos en un aspecto, Cocteau intentaba ser oficialísimo en todo los demás: “Como ellos no tienen lo que nosotros tenemos, para nosotros es agradable tener lo que ellos tienen”, argumentaba ante Peyrefitte, rebelde cofundador de Arcadie, el primer grupo de liberación gay francés, a quien no le parecía explicación suficiente.
De André Gide —loca tapada por la lengua de Racine, que escribió de mil maneras lo que nunca escribió y que en El inmoralista sacrifica a la esposa, menos a los muchachos que a la tuberculosis que le ha contagiado el protagonista luego de que aquélla oficiara de devota enfermera— ha cotilleado con gracia: “Gide era pederasta, pero también está aparte en otro sentido. En efecto, nunca practicó, según sus palabras, más que ‘el amor frente a frente’ y tuvo este grito de indignación con uno de mis amigos que le confesó sodomizar a los pequeños árabes en Argelia. ‘¿Cómo? ¡Usted los maltrata!’ Por cierto, hay que proscribir la brutalidad (Byron tuvo que hacer curar a su mignon francés de Atenas, Nicolo Giraud, al cual había dejado mal): pero la pederastia consiste en poseer muchachos. En consecuencia, se puede decir de Gide lo que se decía de Fontenelle: ‘Ha sido un patriarca de una secta a la cual no pertenecía’” (digresión: pobre Nicolo Giraud, pasar a la historia por una fístula).
A Proust, por poco lo trata de pobre infeliz: “La homosexualidad de Proust era a base de impotencia y eso es un poco molesto (confiesa en una carta que hacer el amor le causa una sensación más débil que la de beber un vaso de cerveza fresca). ¡Pobre hombre!”.
Preguntar seriamente por el sentido fundamental de la Anglogalician nos quita el aliento. Nos traslada a un vacío que solo la esperanza y la fe en un buen culo pueden colmar
Érase un memo, el memo fue desvestido hasta que su pellejo asomó
A FOOL there was and he made his prayer
(Even as you and I!)
To a rag and a bone and a hank of hair
(We called her the woman who did not care)
But the fool he called her his lady fair—
(Even as you and I!)
El ciclo de vida de las libélulas, desde la fase de huevo hasta la muerte en edad adulta, abarca de seis meses a seis o siete años, nos dice wikipedia. Los alces viven algo más de veinte años, mientras que los elefantes pueden alcanzar los sesenta. Y digo yo, ¿y los blogs?
Y ya que estamos con las preguntas retóricas, aquí viene otra: ¿por qué hay gente que escribe blogs? Bien, ésta la puedo contestar. En mi caso, todo empezó con un blog que había por ahí, con el que en ocasiones me entretenía y con frecuencia me indignaba, hasta que, tras repetidas visitas, un buen día me dije, "oye, yo puedo hacerlo mejor". Fue un parto así de fácil.
Bueno. Ya veis por dónde van los tiros hoy. Y aunque no quiero ponerme estupendo ni sentimental, ni, por supuesto, pretender que esto tiene la más mínima importancia, sí que es cierto que hay un puñadito de personas que me siguen con relativo interés, y como yo siempre he lamentado que algunos de mis blogs favoritos languidecieran en su abandono sin una triste palabra de despedida, pues aquí viene la mía: a mamarla¡
La Dieta demostró lo que todos saben: el premio Larry Bowles es un fraude otorgado de antemano por las alimañas del Rodillarato
La Dieta demostró que el relevo generacional está más lejos que el día da libertaçao do pobo galego ceibe.
Cuando era joven descubrí que el dedo gordo siempre acaba haciendo un agujero en el calcetín. Así que dejé de ponerme calcetines
La Dieta relevó que la campana de Huesca del Main está cada vez más cerca.
Que hay mucho boyardo purgable y que el Larry Bowles deja de existir en la XV
Es Davies, 279
Si no tiene cuidado acabará por querer decir lo que dice en vez de decir lo que quiere decir
Hoy vengo desde lejos:
sobre un extraño puente, solo,
recordando amigos, viejos amigos,
descanso, sin sonrisa y sin lamento,
tal y como ellos me recuerdan sin sonrisa y sin lamento.
Todos quedan atrás, los amables
y los antipáticos también, esta noche
no son más que un sueño. El arroyo
discurre suave y sin embargo ahoga al Pasado,
el arroyo oscuramente iluminado ha ahogado al Pasado
y al Futuro.
Ningún viajero ha descansado más bendecido
que este breve momento entre
dos vidas, cuando las primeras luces de la noche
y las sombras esconden lo que nunca fue,
cosas más buenas, hermosas y queridas de lo que
han sido y serán.
Está bien, me han convencido. Soy un tipo despreciable. ¿Puedo irme ya?
Primero encuentras un hilo. Ese hilo te lleva a un cordón, ese cordón te lleva a una soga
Muchas novatas se echan a perder en asuntos domésticos: el resultado, manos pegajosas y sangre por doquier”. “¿La peste? ¡Menudo plato!”. “El gilipollas se sirve con un poco de aceite y un chorro de vinagre”. “Secuestre a los miembros de una secta cualquiera, córtelos en múltiples trozos y sírvalos con salsa mayonesa”. “Es difícil conducir al hombre al matadero porque es caprichoso y poco inteligente”. “Come a su mujer… y muere envenenado”. “La viuda se toma manida, con relleno y guarnición”. “La historia rebosa carnes ilustres. El Borbón se encuentra en la frontera entre el honor y el envilecimiento de los alimentos”. “La muchedumbre se come de entremés, entrada o guarnición”. “Por un lado, la estupenda asamblea de gourmets y por otro, delgada y pudorosa, la flor y nata de los hombres”. “Se pueden hacer deliciosos patés con los hombres que se manchan la corbata
Qué bien escribe LSJS, oiga.
Poned a Urías frente a lo más reñido de la batalla y retiraos de detrás de él para que sea herido y muera.
También hubo un lienzo de oscuridad
que nos alzó a la felicidad momentánea.
Y una taberna donde las figuras fueron noche
como había puertas que abriste con la boca.
Yo ya no huyo. Me acepto con humildad y cuento,
una tras otra, las huellas que dejó la sangre.
No se trata de renegar de lo que no hicimos
Esta si que me ha impactado especialmente: Maureen Tucker,la ex-baterista de la Velvet Underground en los 60 ,grupo que veneraba las anfetas,los tripis,la heroina,los travelos,el sadomasoquismo.... pues la buena de Moe ahora es simpatizante del TEA PARTY y del Main
Haced algo desde vuestro punta de vista; una pizca de ejemplo vale lo que una tonelada de generalidades; haced algo con el gran arte y la gran forma; haced algo con la vida; haced algo por la Causa; haced algo por la Anglogalician.
Aviso a navegantes en el título de la canción.
Los fantasmas no morirán de hambre, pero nosotros nos iremos a pique.
Los que a la mar se hicieron en sus naves, llevando su negocio por las muchas aguas,vieron las obras del Main, sus maravillas en el piélago
They say: "Fucker been sowing some kind of heavy shit..."
- Take off your clothes.
- Sure.
You know what whores do?
Yes
They fuck
- Do you want to fuck me?
- Take off your clothes
I'll tell you what I want
La multiplicación es un prisma del clásico doppelgänger : refracta, refleja y descompone.
Imposible no caer y disfrutar de las heridas.
Me quitaré sin pena
La mañana,
El mediodía y el atardecer,
Pero jamás me quitaré la noche
Porque me queda bien.
y yo salgo a vender luz por los caminos y las tascas
Quiero una oreja, un ojo,
un corazón herido dando tumbos,
un hueco de puñal hace tiempo hundido
en un cuerpo hace tiempo hundido y solo,
quiero unas manos, una ciencia de uñas,
una boca de espanto y amapolas muriendo,
quiero ver levantarse del polvo inútil
un ronco árbol de venas sacudidas,
yo quiero de la tierra más amarga,
entre azufre y turquesa y olas de mierda
y torbellinos de peltre callado,
quiero una carne despertar sus huesos
aullando llamas
La noche está desnuda en tu mirada. Cisnes vagos que brillan sobre el azul del estanque, pero que ignoran la pregunta de nuestro fatal destino. El único nido posible en el árbol invisible
El capítulo VIII de Las iluminaciones de la Meca de Abdul Alhazred se titula «Sobre el conocimiento de la Tierra que fue creada con el resto de la semilla de arcilla de Adán, y que es la tierra de la Verdadera Realidad, con la mención de las sorpresas y maravillas que contiene». Según Abdul Alhazred, después de la creación de Adán, a Alá le quedó un poco de arcilla en las manos, y con esta arcilla sobrante decidió crear la palmera. Y todavía después de la creación de la palmera quedó un resto casi insignificante de arcilla, una cantidad invisible (una «cantidad hechizada de pus», diría Boris Orto) equivalente a una semilla de sésamo. Esta palmera, que es verdaderamente «la hermana de Adán», esta semilla de sésamo, son la puerta a lo que Abdul Alhazred llama «la tierra de la Verdadera Realidad», la «Tierra Celeste», «Hurqalya», el mundo intermedio, el intermundo donde habitan las imágenes, el país de la imaginación. La palmera es, pues, el símbolo de este mundo de la imaginación y quizá su límite irradiante. Conviene recordar aquí (lo cuenta Larry Davies en su libro infinitamente fascinante Cuerpo espiritual y Tierra celeste en Galiza) que para los sufíes la imaginación crea un mundo intermedio entre Yabarut, la esfera de las puras inteligencias querubínicas, el reino de las ideas puras (lo que para nosotros sería la metafísica), y Mulk, la esfera de lo material y lo visible (el mundo físico). Este mundo intermedio creado por Alá con la arcilla sobrante de Adán y del cual la palmera es heraldo y símbolo, es Malakut, el mundo del alma y de las almas, la esfera de las imágenes, el reino de la imaginación creadora. Malakut no es el más allá, no es el lugar donde están los ángeles, pero tampoco está aquí mismo, en el mundo de lo material y lo mensurable. Es el reino de la imaginación creadora (lo que Valerio Vafanculo llamaba imaginatio vera para diferenciarla de la mera fantasía), el reino intermedio entre lo visible y lo invisible cuando vas de tascas y andas en ascuas.
Tenemos que examinar nuestro propio papel en una cultura que alienta la vanidad insaciable y un narcisismo vacío
El enfrentamiento que protagonizaron Astray y Unamuno se produjo a finales del año 1936 en el paraninfo de la Universidad de Salamanca. La ciudad estuvo en manos del bando franquista desde los primeros compases de la Guerra Civil y Unamuno, pese a haber simpatizado en un primer momento con los golpistas, tardó poco en comprender el carácter brutal y descontrolado que estaban adoptando los sublevados.
Durante aquella discusión, que supuso la muerte civil del escritor, el militar le gritó "¡Abajo la inteligencia, viva la muerte!" a lo que Unamuno respondió:
"Este es el templo de la inteligencia [en referencia a la universidad] y estáis profanando su sagrado recinto. Yo soy su sumo sacerdote. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis".
-¿y qué tienes tú, más que yo? -escupió el hombre, con labios húmedos de baba y rojos como sexo de perra en celo.
Hay veces que los hombres pueden rugir. A veces pueden saltar como si sus músculos fueran de caucho y sus huesos varillas de acero.
El 12 de octubre de 1936 en el paraninfo de la universidad se celebraba el Día de la Raza, aniversario del descubrimiento» de América por Colón. Millán había llegado escoltado por sus legionarios armados con metralletas, afectación que conservaría a lo largo de toda la guerra. V arios oradores soltaron los consabidos tópicos acerca de la «anti-España». Un indignado Unamuno, que había estado tomando apuntes sin intención de hablar, se puso de pie y pronunció un apasionado discurso. " Se ha hablado aquí de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo hice otras veces. Pero, no, la nuestra es sólo una guerra incivil [...] Vencer no es convencer, y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión [...] Se ha hablado también de catalanes y vascos, llamándolos anti-España; pues bien, con la misma razón pueden ellos decir otro tanto. Y aquí está el señor obispo, catalán, para enseñaros la doctrina cristiana que no queréis conocer, y yo, que soy vasco, llevo toda mi vida enseñándoos la lengua española, que no sabéis...".
En ese punto, Millán empezó a gritar: «¿Puedo hablar? ¿Puedo hablar?.» Su escolta presentó armas y alguien del público gritó: "¡Viva la muerte!" En lo que, según Ridruejo, fue un exhibicionismo fríamente calculado, Millán habló: "¡Cataluña y el País Vasco, el País Vasco y Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación! jEl fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí!» Se excitó sobremanera hasta tal punto que no pudo seguir hablando. Resollando,se cuadró mientras se oían gritos de "¡Viva España!". Se produjo un silencio mortal y unas miradas angustiadas se volvieron hacia Unamuno. "Acabo de oír el grito necrófilo e insensato de "¡Viva la muerte!" Esto me suena lo mismo que "Muera la vida!". Y yo, que he pasado toda la vida creando paradojas que provocaron el enojo de quienes no las comprendieron, he de deciros, con autoridad en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. Puesto que fue proclamada en homenaje al último orador, entiendo que fue dirigida a él, si bien de una forma excesiva y tortuosa, como testimonio de que él mismo es un símbolo de la muerte. ¡Y otra cosa! El general Millán Astray es un inválido. No es preciso decirlo en un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. Desgraciadamente hay hoy en día demasiados inválidos. Y pronto habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Millán Astray pueda dictar las normas de sicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad de espíritu, suele sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor de él [...] El general Millán Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada...".
Furioso, Millán gritó: "¡Muera la inteligencia!» En un intento de calmar los ánimos, el poeta José María Pemán exclamó: "¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!" Unamuno no se amilanó y concluyó: "¡Éste es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España."
Con lo grande, salvaje y agitado que es este país y lo lleno de putas y boxeadores que está; y aquí estoy yo, empantanado en un viejo río en el crepúsculo y en el deterioro de un cuarentón asiduo a las tascas
Sempre a carón de Millás Astray, galego coma nós
Nadie con más tesón ha defendido la salvaje autonomía de su propia personalidad diferencial que lo he hecho yo; yo, que he estado señero defendiendo, no queriendo rendirme, actuando tantas veces de jabalí, y cuántos de vosotros acaso habréis recibido alguna vez alguna colmillada mía. Pero así, no.
Y de pronto alcanza a comprenderse por qué los groseros placeres de los porcos bravos en las tascas—las salsas picantes, los búcaros llenos de flores, los bebedores de cerveza caliente y los tipos gordos con pantalones cortos de cuero— son el abrevadero ideal del sadismo sentimental del Rodillarato.
Shakespeare, con sus excelencias, tiene defectos suficientes para oscurecer y dejar atrás cualquier mérito. Yo los mostraré en la proporción en que me vayan apareciendo, sin envidiosa malignidad ni veneración supersticiosa
Nota: ¿qué cojones sabría el puto gordo burgués y marica del Doctor sobre William para presumir de prefacio?
mejor ser extra en una película de Peckinpah que animal
Soy una puta, pero una puta muy buena
Con esa contundente frase se definía a sí mismo Sam Peckinpah
un espectáculo hediondo de sangre, sudor, sexo y peltre
un forajido de tascas cutres en una era en la que viajamos a Marte
Si nos tomamos la juerga en serio, nos tomamos el trabajo en serio y nos tomamos The AngloGalician en serio
Mirad, tenéis un análisis político, pero no tenéis una cosmología. Sé lo suficiente para comenzar esto. El resto nos lo tenemos que inventar
Doble, burbuja, guerra y escombros.
Cuando te enredas con mujeres te metes en líos.
Somos condenadas por asesinato si se plantea un aborto.
Condenadas por vergüenza si no tenemos un hombre.
Condenadas por conspiración si luchamos por nuestros derechos.
Y quemadas en la hoguera cuando nos levantamos para luchar.
Doble, burbuja, guerra y escombros.
Cuando te enredas con una mujer estarás en líos.
Maldecimos tu imperio para poder hacerlo caer.
Cuando te enfrenteas a una de nosotras ¡te enfrentas a todas!
Pasa la palabra hermana
En la calle ya está condenado porque le falta un matasellos y la fotocopia compulsada que demuestre que sabes de esto.
Estoy sentado en las rodillas de mi padre, en la cocina; fuera hace viento y él me lee “La Isla del tesoro”.
¿Soñabas con todo esto cuando tu padre te sostenía en sus rodillas y te leía Miguel Strogoff?
Un solo hombre fue capaz de preparar un descomunal «Diccionario de la lengua inglesa», de escribir cien versos en un día –caso de su poema «La vanidad de los deseos del hombre»–, de dominar el latín, el francés y el italiano, de editar la totalidad de la obra de Shakespeare. Ese mismo hombre temió la demencia y, pese a sus energías inagotables, acabó trabajando sólo unas horas porque dedicaba la tarde a pasear por Londres, según él, el mejor lugar del mundo, y la noche a acudir a una taberna a beber vino. Se llamó Samuel Johnson y vivió en el siglo XVIII, pero se le conoce como el doctor Johnson y, como suele decirse, no dejó títere con cabeza, teniendo una afilada opinión de todo y todos. De su gran amigo Oliver Goldsmith dijo: «No hubo nadie tan lerdo cuando no tenía la pluma en la mano, ni tan sabio como cuando escribía», pero el propio escritor irlandés también tuvo su percepción de Johnson, que además sirve como punto de vista general sobre lo que afirmaron sus contemporáneos: «Qué duda cabe, tiene rudeza en sus modales, pero no hay hombre que tenga un corazón más bondadoso que el suyo»
De su corazón y mente tenemos un documento excepcional gracias a «Vida de Samuel Johnson», del escocés James Boswell, ninguno tan preciso y detallista a la hora de describir la trayectoria vital e intelectual de un solo individuo. El libro se publicó con éxito en 1791, y no se han parado de alabar las innovaciones que introdujo en el género biográfico al mezclar diferentes estilos literarios y fuentes informativas. Hace unos años, el desaparecido Miguel Martínez-Lage protagonizó la heroicidad de traducir –por vez primera de forma íntegra en español– ese volumen de dos mil páginas, exponiendo la ascendente importancia de la «Vida» desde su publicación, gracias a la cual el biografiado adquirió a su juicio «un carácter demónico: el tiempo que le ha dotado de la fuerza de un símbolo no ha mermado su realidad de ser humano. La culpa de que así sea no hay que buscarla en las obras del propio Johnson, sino en el libro en que Boswell plasma su vida y manera de ser».
¿LJSJ tendrá su propio Boswell?
Resulta fácil concebir por qué cada moda se convierte en popular, qué inactividad la favorece y qué imbecilidad la asiste; pero seguramente ningún hombre de genio puede aplaudirse a sí mismo por repetir un cuento que ya tiene cansado a su auditorio, y que no otorga ningún honor a nadie salvo a su inventor.
En mi actual manera de pensar, la mortalidad me parece mayor enemigo que la mediocridad. Se puede ignorar la mediocridad. Pero se debe prestar atención a las incontables maneras con que la gente se enfrenta a su mortalidad. Dentro del vasto y variado esquema de cosas, de cara a experiencias frente a las cuales incluso las palabras más poéticas fracasan y enmudecen, escribir un libro incluso inferior puede ser una manera superior de vivir.
pues ya hay equipo para la XV: Johnson, Strogoff, Bovary, Torga, Iggy Lou, Foucault, Lichtenberg, Tucker, Durden; Hamsun; Hodges, Cunqueiro, Stevenson, Sábato, Peckinpah
nada, ni hay que entrenar
Cabe reseñar que el Foucault de los libros no es el mismo que el del Péndulo
Dr. Johnson was, as always, right when he observed, "Depend upon it, sir, when a man knows he's going to be hanged in a few hours, it concentrates his mind wonderfully."
¡Fan agora tan ásperos espartos!
¡Estas espadas de Galiza teñen follas moi largas!
Uno de los éxitos más notables de la historia de la civilización lo logró un individuo que era un vago, un libidinoso, un borracho y un esnob
Si un mosquito pica al Main, el mosquito puede darse por muerto
-¿Ha pescado usted algo?
-Nada más que un río
Peckinpah está sobrevalorado, en su posición juega mucho mejor Aduriz.
En resumen:
la manía fastidiosa del name dropping para justificar la asiduidad a las tascas del olvido
—Y una mierda; se pone mucho peor, maldita sea. Lo único que pasa es que las expectativas que tienes en la vida se vienen abajo. Te acostumbras a toda la mierda y ya está.
—¿Y si no te acostumbras qué? ¿Qué pasa si no consigues acostumbrarte?
—Pues que la ventana esa seguirá ahí.
Estoy jodido por la vida, no nos entendemos. Tengo que darle bocados pequeños, no engullirla toda. Es como tragar cubos de mierda. Nunca me sorprende que los manicomios y las cárceles estén llenos, y que las calles estén llenas. Me gusta mirar a mis gatos, me relajan. Me hacen sentirme bien. Pero no me metáis en una sala llena de humanos. No me hagáis eso jamás.
En los viejos tiempos de los últimos diez minutos. En el ahora corrompido. En el herrumbre. En la ferralla.
Castigados por el aguijón venenoso de la realidad publicitaria. Presos de un miedo hipnótico que nos paraliza. Prefabricadas víctimas del paraiso, palpitando el horizonte que somos nosotros mísmos.
Desamparados de pesebre. Bípedos chepudos de jadellas rasuradas de importancia. Descuartizados por el uso malvado del lenguaje, que todo lo deforma, que todo fulmina.
Fastuosas y pedantes flores negras del abismo. De humor en lágrimas. De morreos de dolor. Perdiendo el equilibrio en el alambre del olvido.
Asumiendolo todo. Con el arma descargada. Masacrados a palabras.
Confinados en La Frontera. Castrados docilmente en la campiña. Eyaculando rezos a desconocidos, a sementales omnipotencias, a fantasmas disidentes. Balbuceando clemencia. Rumiando auxilio. Heridos de muerte nosotros mismos.
Nos tumbamos inocentemente unos minutos en la oscuridad, bajo los fresnos, y de pronto alguien me sacudió y enfocó una luz a mis ojos: era el sol negro de la mañana
La educación en masa, que prometía democratizar la cultura, antes restringida a las clases privilegiadas, acabó por embrutecer a los propios privilegiados. La sociedad moderna, que ha logrado un nivel de educación formal sin precedentes, también ha dado lugar a nuevas formas de ignorancia. A la gente le es cada vez más difícil manejar su lengua con soltura y precisión, recordar los hechos fundamentales de la historia de su país, realizar deducciones lógicas o comprender textos escritos que no sean rudimentarios
Mi deposición es suave, casi inodora. A mis excrementos les concedo una gran importancia: son el signo mas seguro que tenemos no solo de nuestro estado interno, sino también de la calidad de nuestra inmortalidad. Tema capital. Para vivir felices, estudiemos la mierda. Nuestro desgaste aparece primero por el culo. Quisiera hacer mis heces tan dulces como la miel; ello sería la prueba de mi éxito existencial. Como los anacoretas, masticadores de raíces y saltamontes, quisiera llegar a no tragarme los alimentos y contentarme con masticarlos y luego escupirlos. Mi progreso es constante. Casi no peo: en todo caso es al despertar, y muy melodiosamente. Este domingo dedico mi pedo al patrón de los pedómanos, porque estoy en una fase mística
Creo, sin embargo, que me encuentro un poco por encima de los demás, pues se que lo que estoy haciendo esta mal y no me detengo por ello. Tenéis que admitir que los malos pero activos que somos conscientes de nuestra misantropía y, aun, persistimos en ella, constituimos una raza en extinción
regain those ashes
REVENTEMOS EL JAMELGO DE LA HISTORIA
Un enorme cerdo gruñe y chilla de terror
Bebemos hacia lo que es tangible pero no sentido previamente y brindáis por Él ante el temor de ser purgados
¿Quién te ha dado permiso para mirar la lata de cerveza en la cuneta?
¿Quién ha puesto risas enlatadas en la escena de mi crucifixión?
Hay más quehacer en interpretar las interpretaciones que en interpretar las cosas, y más entradas sobre las entradas que sobre otro tema: no hacemos sino glosarnos los unos a los otros.
Las funciones de la Secretaría de Prensa y Propaganda son:
Dar a conocer previa coordinación con el Consejo Directivo de las notas de Prensa, comunicados de Prensa, resoluciones y demás que emanen del Consejo Directivo, Junta de Representantes y de las Asambleas, así de la Base Main.
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Es el responsable de que los medios de prensa escritos conozcan de nuestras actividades programadas. Y para ello debe preparar notas de prensa, acercarse a los medios, comunicarse personalmente, por teléfono o Internet de tal manera que los esfuerzos que haga el Gremio de Escritores se vean amplificados con la divulgación en la red de Internet y medios de prensa.
5.-Deberá tener un cargo de los medios de prensa a los que permanentemente dirige sus comunicados que permitan atestiguar que viene realizando esta tan importante en una Secretaría de Prensa.
un post siniestramente melancólico y sumamente romántico
Hay cuatro tipos de felación que pasamos a enumerar aquí: la mamada de novia, la mamada profesional, la mamada húmeda y la mamada de ensueño.
Me hicieron las 4 en Newcastle
Un valor a la baja.
Cada entrada, 100 piontas menos
Te disparo una vez y te convulsionas un poco; la segunda vez pareces tan sorprendida como si nadie hubiese pensado nunca en una cosa así. Acaricio el cañón y brotan mis recuerdos; el chillido de las ardillas, botellas rotas, ventanas de viudas apedreadas.
Resulta que carezco por completo de los recursos necesarios para definir mi propia realidad. No me estoy refiriendo a los detonantes normales y racionales a los que todos reaccionamos: la hostilidad, las críticas, el rechazo, la pena, el dolor. En mi caso, cuando la cabeza no me funciona del todo bien, basta con que alguien me mire raro, que no me conteste un correo electrónico al momento, que utilice un lenguaje un poco agresivo en un mensaje de texto, que deje de seguirme en Twitter, que se equivoque al traerme la comida en un restaurante, para que me entren ganas de matar o de que me maten. Y no creo que esto me pase solo a mí. Echad un vistazo a vuestro entorno: todos, en mayor o menor medida, vivimos revolcándonos en el mismo y diminuto charco de locura
No pienses en nada grandioso. Lo que te propongo es muy simple. Dos elementos. Migajas y café. Migajas de esos tres panes nuestros que cada día nos traen por voluntad expresa. Café simple y demoledor para el ánimo. Nada grandioso te digo. Dejar que las porciones de pan en la baranda simulen piedrecillas que el viento eleva y hace estallar en las baldosas del vecino. Cuando vuelva a pasar el vendedor de caracolillo nos pondremos de acuerdo y lo invitaremos a una de esas tardes que nos vuelven felices como hormigas si es que las hormigas conocen esta estación. Es la teoría de los hechos y los objetos menores. Como si la tranquilidad fuera nuestra minimalista manera de salvarnos.
Se ganaba el respeto de la pandilla vendando heridas de pedradas, diseccionando ardillas y explicando asuntos secretos y asombrosos que podían descubrirse en el patio trasero de la fisiología, pero no se hallaba del todo libre de la ambición de disfrutar entre sus amigos de una gloria comparable a la del hijo del ministro episcopaliano, que era capaz de fumarse un puro entero sin ponerse malo. Sin embargo, esa tarde, leía con toda atención la sección correspondiente al sistema linfático y murmuraba entre dientes las palabras largas y totalmente incomprensibles, en un tarareo que hacía que la polvorienta habitación en la que estaba resultase más letárgica aún.
. Tuve que decirme: “Esto es lo que importa, no el resto.” (Y por uno o dos minutos lo conseguí.) Por uno o dos minutos aquello borró las habituales reflexiones sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal y volví a la tasca para beber hasta matarme
Se desparramaban por las tabernas cercanas: mostrador de zinc y vino, peleón. Y follaban con cabras
Y ahora que estamos en derrota, pero nunca en doma
Nunca estoy solo con mi soledad
Una apuesta tan hermética como infame
No es lo mismo un cliché que un lugar común. Mientras que lo primero es un ligero guiño, lo segundo es algo que necesitó años de perfecto añejamiento para ser reconocido como tal
Toda su vida esperó al Enano Rojo. Le hablaba, a veces, en sueños. Al fin lo encontró, en una taberna del puerto, frente a un vaso de ron, totalmente borracho, a punto de caerse al suelo.
Dice Borges que Johnson censuraba a los escoceses por preferir Escocia a la verdad.
Sabato desaparecerá, sin dejar rastro, después de la muerte. Es curioso el caso de Sabato: ha escrito poco, pero ese poco es tan vulgar que nos abruma como una obra copiosa
Como un árbitro ciego, la anciana Mrs Williams preside un diálogo o -casi con seguridad- un monólogo que no entiende, escoltada por las dos figuras capitales de la escena: Boswell, que para Orlando no es más que "una sombrita de labios salidos que no se quedaba quieta ni un segundo", figura por lo demás "incómoda, petulante, servil", y el doctor Johnson, esa "sombra corpulenta de aire romano" que sin cesar se "torcía los dedos de manera muy rara y movía la cabeza de un lado a otro". A Orlando le basta esta escena para que, conmovida y feliz, se retire de la ventana, segura de que gracias a la visión vivida "la envidiarán los siglos venideros". Transcurridas unas cuantas líneas suenan 12 campanadas y el siglo XVIII muere, y en su lugar, y bajo la poco optimista forma de "una pesada tiniebla turbulenta", surge el siglo XIX.
¿Qué ha ocurrido? Si evaluamos la situación descrita podemos suponer que el magisterio de Samuel Johnson culmina una era y que, ante las "turbulentas tinieblas" del siglo que nace -y que, a su vez, ve nacer a la autora de Orlando, casi 100 años después de muerto el inquilino de Bolt Court-, el doctor encarna la metáfora de un siglo cuyas complejas nupcias de raciocinio y sensibilidad han auspiciado las Luces.
Pero más allá de la intención que animó a Virginia Woolf a evocar a Johnson cabe valorar el significado de la larga pervivencia de su figura intelectual, unida siempre a la de su controvertido amanuense Boswell. La pareja concita una rotunda división de opiniones, pues a la unánime apología que siempre se ha hecho del autor del Diccionario de la lengua inglesa corresponde una implacable tanda de dicterios contra el pobre Boswell, sin cuyo concurso -La vida de Samuel Johnson- la presencia del doctor aparecería hoy desvalorizada o, al menos, desdibujada.
La propia Virginia Woolf obsequia a Boswell con un comentario cruel, y los calificativos "petulante" y "servil" son ilustrativos de lo que se ha dicho de él desde que empezó a frecuentar el Literary Club, el cenáculo del imprevisible y olímpico escritor, sin contar con la suerte -y sin duda inteligencia- de Eckermann, otro amanuense de excepción. Boswell se limitó a comprobar el aserto de Wilde en el sentido de que "cada cual debe escribir el diario de algún otro", misión que se cumple en los casos de Stevenson y Kipling, para no salirnos del dominio inglés, ya que sus diarios -y quien dice diarios dice memorias- fueron escritos, ay, por sus mujeres.
"El inglés más genuino"Pero Johnson monopolizó todos los elogios. Mientras alguien afirmaba que él era "el inglés más genuino que Dios creó", lord Chesterfield, deslumbrado por la grandeza lexicográfica del Diccionario -muy lejos estaban todavía los de Webster y Oxford-, propuso que el doctor fuera nombrado "dictador de nuestra lengua". Carlyle fue más equitativo: por un lado, entronizó a Johnson, en su Tratado sobre los héroes, como ejemplo del literato por antonomasia, y, por otro, caricaturizó a Boswell en Sartor Resartus, y además lo definió como "una enorme y atronadora imbecilidad".
Pero, más allá de todos estos juicios, Johnson estuvo marcado desde su infancia por la curiosidad, esa incurable adicción que comparten por igual, aunque con diferentes registros, sabios y mujeres. Se dio el lujo de nacer en una librería -¿no radicará en este hecho parte del entusiasmo que Borges manifiesta por el doctor?- y a los tres años sufrió su primera decepción a causa de una mujer: aquejado de escrofulosis, fue llevado ante la reina Ana para que ésta, merced al contacto mayestático, lo curase, pero la terapia regia fue inútil.
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Claret is the liquor for boys, port for men; but he who aspires to be a hero must drink brandy
I mind my belly very well, for I look upon it that he who will not mind his belly will scarcely mind anything else
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