Quien conoce la noche conoce el mal
La insaciable voracidad noctívaga de porcos y stags constituye una de las señas de identidad de la Anglogalician Cup. Desde Liverpool hasta Vigo, de Whitby a Rugby, se susurran historias que están tejiendo LA leyenda. Pero cuando se bebe tanto que hay que pagar exceso, peajes y tributo, porque hay algo en esta competición como una luz suicida, encendemos entonces la única coartada donde se refugia el equipo visitante, sus jugadores totalmente destrozados farfullando sobre rodillas de huérfanas,expiando la lujuria a través de las porterías, acechando el terrible puente cortado del partido, abandonados a su suerte.
El mar que une Inglaterra y Galicia es pródigo en resacas. Los que nos hemos demorado en sus estancias, debemos asumirlo.
La otra crónica, la escrita según el tradicional método galeguidade ao pao, informa:
Os Porcos Bravos 14 - Sheffield Stags 2
Os Porcos Bravos: Santi Barrilete (Gk); Marcos; Fontaiña; Lutzky (1); Frank (1); McKey (1); Martín (3); Xurxo; Xandre (3); Jorge (1); Josué ; Viktor; Serge y Fandiño (4).
The Sheffield Stags: Dave Moxon (Gk); Thomo (2); Albert Finney; Fenners; Batty Smoker; Ben Torres; Col W ; Andrew Z Z; Rob Bellamy and Lee Bowyer.
Venue: Campo de Monteporreiro. Pontevedra. En perfectas condiciones a pesar de sus 14 meses de existencia.
Attendance: Una treintena de privilegiados. Afición entregadísima a la Causa a la par que elegante y entendida.
Incidencias: Cielo del color del raso azul salpicado por nubes de algodón.
Los stags visten de verde.
Os porcos estrenan indumentaria de Placaxe más no varían su tradicional color negro.
En el equipo inglés debutan hasta cuatro jugadores.
Barrilete ganó el trofeo "Laurence Bowles" al mejor jugador porcobravo. Es la primera vez que va a parar a un portero.
Un admirable Ray Cundy (Albert Finney), fue elegido por unanimidad el "Derek Dooley's Left Leg"que se concede a los Stags.
Este resultado establece la mayor diferencia de goles en la historia de la competición.
Martín Fisher es el primer jugador del torneo en superar la barrera de las 10 dianas.
Os Porcos Bravos recortan distancias. Cinco triunfos a cuatro para los de Sheffield
Hay partidos que nacen muertos desde el saque inicial. Al cuarto de hora, os Porcos van ganando 5 a 0. Tienen la posesión de balón, las ocasiones, la actitud.
Por momentos, alcanzan rachas de fútbol total que nos recuerdan a la V.
Los stags, conscientes que van a tener un mal día en la oficina, intentan minimizar daños.
Se llega al descanso con un set en blanco.
En la segunda parte más de lo mismo. Continuó el mono teniendo la palabra.
Pinceladas, garabatos, fragmentos. Inconmensurables Fontaiña y Marcos en la retaguardia. Martín, Xandre y Fandiño se pusieron un hat-trick, pero el último les ganó la mano con un postrer póquer. Serge siguió negadísimo cara al gol. Marca Mckey.
En un minuto, Thomo demuestra tener un par de goles. El segundo vale por tres.
El honor, el honor. A falta de 15 minutos, el resultado holgado favorece el arquetipo. Desbandada y pillaje. A la mierda el orden y la táctica. Aparece la egoísta enfermedad del paréntesis, esa que odia el desnudo punto y coma después del nombre o patronímico. Todos quieren mojar. Normal. Algunos ya hablan de meter 17 para batir todos los récords. Chuta Ben Torres, se luce Barrilete.
Suena la campana.
La feliz Manada siente que la IX ha sido iniciada en una rica sabiduría, bajo el meridiano justo. Los ingleses se lo toman con flema. La cosa va para largo y no es cuestión de dramatizar.
Ésto es sólo un beautiful game.