
Y hubiera valido la pena después de todo, después de las Pintas, los full english breakfast, el whisky, entre la lluvia y el barro de un fría mañana dominical, hubiera valido la pena enfundados en las albinegras camisetas del Mareantes por su vigésimo aniversario, haber ganado la Cup, traedla a Galiza, las risas en el Fat Cat con la victoria de nuestro lado.
Y valió la pena después de todo, mereció la pena despues de los crepúsculos, las rodillas jodidas, los gritos gritados, la seriedad risueña, las ocasiones marradas, el asedio final, mereció la pena el bebernos las excusas, lamernos las heridas , rearmarnos para el Otoño.
Merecerán la pena las ediciones futuras, merecerán la pena las que vendrán con otras voces y en otros ámbitos.
Y merece la pena antes de cada partido, merece la pena cuando escuchamos por encima de las voces del viento We Happy, We Happy Few, We