Ante la bendita tierra inglesa, nos alineamos en manada
llegamos salvando las olas y volando sin alas, y acudimos una vez más
en encarnizada defensa del peltre que nos pertenece, dejando las dudas a popa y los lastres en retaguardia
Y ahora están aquí, en algún lugar de Sheffield, temerosos del estandarte del cuervo
Y el hedor a sangre y miedo stag me sonríe alegrando mi corazón
Vendrá la jornada y la Victoria volverá a ser nuestra
No por previsible deja de ser emocionante.