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El Peltre Baldío. Y Entonces Habló El Trueno


Quiénes las hordas embozadas que pululan por Galizalbion, tropezando en las grietas, repitiendo los mismos errores de siempre. Quiénes.

Transcurren los doce años, restauran a través de una nube de lágrimas y de carcajadas, los años, restauran con nuevo brío la antigua Tradición. Redime el tiempo, redime.

En el frondoso ailanto del pórtico en Abril. En el aparente fin del chorromoco está nuestro principio.

Un ejercicio perifrástico en un estilo envejecido que apenas mitiga la iracunda refriega, condujo a aquel que no puso sus tierras en orden al Norte. La luz del relámpago. Y luego una ráfaga húmeda que trajo la lluvia.



Es primavera aunque no la que acuerda el tiempo.
Si vinieras aquí, escogiendo la orange plank road que sin duda escogerías, no habría diferencia.
Si vinieras de noche como un rey derrotado
si vinieras de día sin saber a qué hostia vienes,
Al final del viaje no habría diferencia por torcer por detrás de la pocilga hasta la fachada gris de la Anglogalician.
Pues no has venido a verificar, ni a instruirte, ni a follar o saciar tu curiosidad.
Vienes a arrodilllarte al único lugar donde mantenerse en pie tiene validez




Afirmas que repito algo que ya ha dicho. Lo diré otra vez. Para venir a lo que no sabes has de ir por donde no sabes. Ahora ya no hay tanta impaciencia, sí una lucha por recobrar las sensaciones perdidas y encontradas y perdidas tantas putas veces. Aunque quizá ya no haya pérdida ni ganancia: lo nuestro es intentarlo. Carne, grasas, heces. Comida y bebida. Estiércol y flujo. 
Porcos Bravos y Stags.
  Lo demás no ha de incumbirnos


Y entonces habló el trueno. Las palabras del ayer no solo pertenecen al ayer. He orillado estos fragmentos contra vuestra desidia. El animal de la tribu me señaló con un asomo de despedida, y se desvaneció al sonar la sirena.  Seguimos en el combate.


La lucha es ahora y es Inglaterra.