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Still Life With Leather Monkey



“(…) una calle de Pontevedra que baja hacia el oeste” 
Ernesto Sábato - Sobre héroes y Tumbas 

O quizá era hacia el este. No recuerdo.

Se me pide que escriba y yo escribo, aunque no sin disgusto, porque era temporada de silencio, hora de dejar que las cosas resbalasen lentamente hasta el charco. Indagación del charco, después; días de ver la lluvia y leer a Hawthorne. Leer a gente que con un párrafo haga inútiles libros enteros de otros. Bibliotecas. Días de sentir la propia biografía contada desde tres siglos atrás, con el atávico placer del escritor que trabaja y al que todos miran de reojo, incapaces de entender que esa pasividad casi larvaria sea en realidad trabajo alguno. Esa época. Esas cosas. El escritor como desagüe y como filtro. El escritor como riñón hipertrofiado, y malhumorado, quieto allá en su mesa mientras la vida finge que pasa. Anotando charla ajena, quizá, en toda su luminosa estupidez.

-Yo es que soy bipolar.
-Ah, muy bien, chica. Hay que tener varios estilos.

El escritor con vastos planes enfrentado al café de la mañana y a la realidad de que incluso el mínimo orden, el que precede al trabajo, es ya extenuante. Él, que nació para conquistar los mares del sur y batirse en duelo en los tejados. Él, que se crió para ser notario y recuperar los herretes de la reina, bajo un antifaz, ocultando su contranaturaleza de fedatario público. Él, que estaba destinado a contener el alma de un pueblo, ya fuese en ratos libres; a trascender el sexo de la época, el género y la moda. Él, que ahora se afana en sostener pequeñas rutinas domésticas para que el alma misma no se le disgregue como una camada de ratones. Rituales mínimos, pasos medidos. El escritor ama de casa y ama de cría. El escritor que caza ideas que si no se apuntan adecuadamente se vuelven ilegibles al cabo de pocos días, cuando con pereza eterna regresa al cuaderno para pasarlas a limpio:



Nota1.- Dice S. que el lenguaje limita, y tiene razón. Siempre son mejores los que -ya sea por un instante- han sabido jugar a perros o a árboles.

Nota2.- La tentación de lo ilegible.

Nota3.- Ya que trabajamos para la síntesis, ¿por qué no vivir después (también) en ella?

Nota4.- El fruto de la acción es el aislamiento y el de la conexión la desconexión.

Nota5.- Los grandes hallazgos de Lou fueron el “says” y el retrato social a través de la conversación. El de Iggy, demostrar que un aullido sexual a tiempo tiene más carga semántica y generacional que varios libros de Foucault (Pop’s all about code/La síntesis)

Nota6.- La clave quizá no sea vencer al tedio, sino usarlo como combustible y aprender con ello a disfrutarlo, igual que uno descubre, con la edad, el placer en el dolor de la segunda fase de una endodoncia. (Nuevos milagros del Tedio)

Nota7.- La comunidad del carajillo/pitillo/sueldillo/carguillo/zurullo… todos unidos hacia La Gran Laconada Final…

Nota8.- Familia (y II ) - “(…) He acabado como los quijotes de mis ensayos. Y como todos los quijotes vuelvo a casa maltrecho a mitad de libro”.

Nota9.- La centralidad, en términos culturales, es siempre parcial y parcialmente inventada (el pulso de la época o el espíritu de la época es múltiple hasta que se consigna, amputando varios y quedándose con uno mediante propaganda, etc)

Nota10.- Hay lucideces de muchos tipos, y la más evolucionada es hermana gemela de la estupidez: esa ventaja genética que es al tiempo una inmolación ritual, pragmática y feliz.

Nota11.- “Viva la muerte” es la única frase lúcida del siglo XX.

Y así siempre. El escritor con su cedazo, ahí lo tenéis, intuyendo en la morralla la pepita de oro que nunca llega. Un lunático que abandonó familia, clase y amigos para estas noches, al cabo sin luna, y esta espera. No los hay de otro tipo. Tratando de convencerse de que hay una épica en todo esto. Terminando por no escribir más que de sí mismo, pero sin molestarse siquiera en encubrirlo. Madame Bovary c’est moi. Tyler Durden c’est moi aussi. Everybody is me. And you. Mi nombre es legion. Y aquí estoy, establecido con mis fosos, mis tenderos y mis putas, al fondo de un tonel vacío.

Nota12.- La feria de las microvanidades, que ni siquiera sabe pecar, blasfemar o divertirse a lo grande.

Nota13.- Contar batallitas que a nadie importan: sólo en eso he sido medianamente precoz (Precoz: de antes de la coz)

Nota14.- En la vida, hasta convertirse en esclavo es un trabajo de imposición sobre el otro. Una vocación de servicio es siempre una vocación de dominio.

Nota15.-
La Atlántida con franqueo pagado.
La vida en mayúsculas y a brocha.
La piel de la serpiente sorprendida (a media muda)
Por diez millones de turcos de permiso
Que beben orina y compran camisetas…

Se me pide que escriba, pues, y escribo, aunque contrariado, recogiendo retales, intentando juntar en las manos la ceniza del año recorrido. Preferiría, en cambio a esto, estar en una taberna cualquiera, en un pueblo cualquiera, bebiendo frente a una ventana. Las tabernas son importantes para el escritor, para este al menos. Las ventanas también. Y lleva tiempo queriendo anotar algo al respecto, una cosa concisa y secular para la que no está capacitado. Las tabernas, cruce de caminos. Las tabernas, Isla de la Tortuga particular donde se vierte esa morralla necesaria de la criba.

Hace poco un idiota hizo un comentario despectivo sobre una respuesta mía en una entrevista. Comentaba yo, en un inconsciente alarde de sinceridad, que era “de la escuela del bar”. Y es cierto que lo soy. Del bar como frontera, refugio, linde entre mundos, cobijo de toda la locura necesaria. Debió pensar el idiota en cuestión, que tal declaración me alejaba de lo profundo y me dejaba en el embarrado territorio de los punkis de base, el calimotxo y el esputo. Bueno, también he estado allí, y lo disfruté. Aún lo disfruto.

El Dr. Johnson, de quien no se puede decir que fuese precisamente un vago, o un borrachín sin criterio, o una malformada criatura del rock urbano, afirmó, como recuerda su contemporáneo Lichtenberg, que “una silla de taberna es el trono de la felicidad humana”. Por eso, suponemos, se reunía a debatir y emborracharse con los amigotes en el King’s Head, donde fundó su club.

El Dr. Johnson tenía síndrome de Tourette y alimentaba personalmente a su gato Hodges con ostras, que en aquel tiempo no eran manjar sino comida de pobres. Hodges es, desde entonces, una imagen del paraíso para el gallego tipo (si el gallego tipo leyese libros lo sabría): tiene dueño, haraganea a voluntad todo el tiempo que no emplea en adular al citado dueño y se hincha de ostras día sí día también. Y es por desgracia al gallego tipo al que me encuentro cuando bajo al pueblo en busca de mi trono de felicidad: en lugar de taberna (me hubiese bastado una de esos espartanos tugurios que Cunqueiro recordaba de su infancia) aquí hay sólo un café limpito y blanco -con wifi gratis, eso sí-. En lugar del rumor de la república pirata, una tertulia de sesentones orgullosos de poder pagar vino bueno, que se note, y ser gente de orden, parloteando sin cesar con frases prestadas de la televisión. Y al fondo una partida de cartas de cabestros que aprendieron a jugar al tute arreando ganado. Echo por tanto de menos mi taberna de Portugal, a dos o tres kilómetros de la casa a través de un bosquecillo. Aquella estancia gélida y despoblada con parroquianos menos henchidos de sí mismos que consigné en un descarte de un libro y que Johnson, creo, hubiese aprobado:

"Este es el muy apropiado momento, necesario en cada libro, en el que –mientras trabaja hablando de cómo otros trabajan- al autor se le va al carajo la computadora llevándose por delante un par de capítulos a medio hacer, justo cuando ya veía la orilla final, allá a lo lejos. Así, amputado, uno vuelve a escribir a mano y a aporrear la máquina, y se toma un respiro alejado del chat de Facebook, los we transfers que entran y salen, twitter y otras herramientas de colonización mental (muy útiles, por otro lado). Los días siguientes consisten en paseos hasta la tasca de la parroquia, donde atiende una señora sospechosamente parecida a Moe Tucker, y en contemplaciones varias. Se deja que las cosas frenen un momento y reposen, se mira el valle, abajo, con la niebla eternamente posada. Aún no es primavera. Se escucha un acordeón de domingo, se observa a un viejo que juega con un perro. Se pasa por delante de un entierro. Se comprueba que los cerdos del vecino han tenido una camada nueva. Se piensa libremente, por un momento, no en cadena sino creando cadenas nuevas, eslabones difusos. Bonita época la edad de piedra, que le decía Groucho Marx a una señora que recordaba su juventud, en aquella película.

En uno de esos paseos entre la casa y la tasca, recuerdo otra vez los trenes nocturnos. Es un pensamiento recurrente mío, raramente articulado: Es en los viajes en tren por la noche y en los pueblos pequeños en los únicos dos lugares donde me siento en paz con esta Iberia nuestra sin necesidad de estar borracho. Curioso, porque ambas situaciones son cualquier cosa menos una evasión.

Están los pueblos, donde la sociedad se dibuja en toda la claridad de sus servidumbres, pero –esa es la clave- está también adecentada de sus formas más vergonzantes y gratuitas. Se puede observar al humano como caso clínico puro, y tanto su estupidez como su dignidad se pueden aislar con cierta facilidad.

Están también los viajes nocturnos, esos momentos casi oníricos en los que uno mira afuera, a la noche, y ve pasar los lechos de los ríos, los bosques, el llano y las luces lejanas, pero también toda la secuencia de los patios de atrás, los muelles de carga, las garitas de vigilancia, los perros atados, la bombilla aún prendida de alguien que no es capaz de dormir. Es la secuencia de lo que sobrevive de la naturaleza y al tiempo la foto de las líneas de suministro para el entramado del día urbano; la franja fronteriza a la que, mentalmente, uno pertenece. La linde, el cruce de caminos donde ambas sociedades existen por un momento superpuestas.

En ambos esqueletos, el del pueblo y el de esa frontera difusa, atisbo una dignidad que en la ciudad ya sólo encuentro deformada, estilizada hasta la aberración, vacía. Una sociedad, sus entresijos ocultos, su bulla, su silencio, son cosas que es importante observar cuando hablamos de hacer canciones en el idioma que esa sociedad usa, pienso. Y me pido otra cerveza. Y Moe Tucker me la trae".

Como verá el lúcido lector, el texto es más un elogio de la pausa y del trayecto que del espacio mismo al que se viaja y del que se vuelve. Aunque éste bien hubiese valido un libro, o el comienzo de un libro. Decía Stevenson que hay lugares que “piden” una historia. Y así es.

Y nosotros escribimos las historias.

Nosotros, más sociales y asociales que nadie, obligados a componer un ser fronterizo, un vampiro tosco, el más improvisado de los seres, el menos pautado de los monstruos grotescos, el esclavo de “recuerda que sólo eres un hombre” que un día decidió tirarse al monte harto del humillante y riesgoso trabajo de soplarle al cesar en la nuca. Y, tirados al monte, ya se sabe, no queda sino la preferencia por el camino secundario. La tramoya en lugar del escenario, el tugurio poco iluminado frente al nítido espacio de coworking. Prejuicios románticos que guardamos como quien conserva (¿tontamente?) las primeras cartas de amor, a modo de brújula. Y eso ya será siempre así. Nos obligaron a ella, y acabamos amándola. Somos un matrimonio concertado que deviene feliz, nosotros y la sombra.

Decía mi amigo L., que no es del todo imbécil, que a él en la vida le hubiese bastado con ser un secundario de película de Peckinpah. Lo encuentro acertado. Deseable. Y siempre que pienso en todo esto recuerdo aquella otra película fallida, “Ride with the Devil”. En una de sus escenas, huyendo de un caseto donde han sido sitiados, uno de los rebeldes recibe un disparo que le atraviesa la boca de lado a lado sin matarlo. Luego, mientras cabalgan por una cañada, bebe agua de una cantimplora y el líquido se le escapa por los orificios de las mejillas, como si fuese un dolorido manantial humano. Pero aún así cabalga.

Regreso después a lo mío, a la criba, al vuelo, aun goteando. ¿En qué pienso, hoy, cuando cierro finalmente esta pequeña divagación requerida por la Anglogalician Cup?

Pienso en el modernísimo párrafo final de Secuestrado; en la necesidad de regalar un ejemplar de El Péndulo de Foucault a cada ocultista de salón, para que aprenda a medir el universo con la mera ayuda de un kiosko de prensa; en la gloria del arabesco cuando se le hace bailar en torno al alma en un bosque de Massachussetts (Hawthorne otra vez); en los exorcismos de baja resolución de otros como yo; en la decadencia de la poesía galaica, como una moneda ya lisiada por los maestros y los años; en la soledad tornada en gracia en las novelas del principio del mundo. Torga, Hamsun. En un viaje futurista y paradójico, de noche, guiando un Chevy, subiendo hacia Sintra, hace acaso un siglo. En el canto espectral de las mañanas, que todos han visto igual que uno, y la necesidad de escoger para él las palabras prestadas y adecuadas. En la lengua como una herencia cosida al paladar. En la amputación como principio. La castración como inicio. La sangre como primer y necesario vínculo del yo consigo mismo. Pienso en la vida disfrazado de mendigo, la única vida tolerable.

Nota16.- -Las edades de lucidez tienen puertas de desgracia. Bendito el que sepa acceder a ellas por puertas de placer.

Nota17. -“Apartarse no sirve, sólo enfrentarse”. Esta frase se puede invertir y no deja de ser mentira.

Nota18. -Waitress & Mermaid / two poorly paid professions…

¿Soñabas con todo esto cuando tu padre te sostenía en sus rodillas y te leía Miguel Strogoff? ¿O era el humo de la pólvora orlando las goletas en el Spanish Main? ¿O era el calambre eléctrico atravesando la piel, bajando por calles siempre nuevas? ¿Los tesoros ocultos? ¿El amor incontenible? ¿Fantaseabas con algo así cuando se abría la vida? Lo dudamos, pobre paria. Y sin embargo esto es lo que resta: perder el miedo a la repetición y entregarse al feísmo, es decir, a la vida. En el día es una tarea inmensa, dolorosa, pero uno no escribiría si no sospechase que la página puede ser, en eso, muy distinta del día. Sí, esto es lo que hay. La linde, la noche, el trayecto de la taberna a la casa. Y el mundo contenido entre ambos. Y la ventana, de la que hablaremos otro día.

Nota.- 19

(…) Tuviste sueños de fiebre y en esto han coagulado:
Muchos libros, un cónclave de cuervos, fuera, el
Resplandor de un invierno de neón
Y una casa vacía, excepto por el gato (…)

“Esto no es un hotel”, le he dicho a ese gato, precisamente, que me saludaba hoy al regresar a casa. A estas alturas mediadas del fracaso ya no sé ni cómo catalogar mi tipo de humor. Pero río igual.

Sirva de velada advertencia, aunque las advertencias sean siempre inútiles.




Of Mice And Druids. Cold Flowers From The North Riding



In the current climate of Tory Narnia, wherein the grey-skull right-wing witch of Universal Callousness defends dogmatic cruelty by chillingly spouting bogus figures, like a terrifying echo from World history, inevitably our minds need some memory to jemmy us out of our slough of despond. Like the recent Indian Summers in the season of greyness and windy destruction, my mind was easily drawn back to earlier in this godforsaken year to Sheffield, England and a weekend of camaraderie and respectful competition called The Anglo-Galician Cup. This year I was fortunate enough to be invited to witness this brilliant event, and it just so happened that it was the tenth anniversary of the event, so emotions were running high.

On the Saturday, my brother, Bill Boroman McCartney, and I set out for Fagins pub in the heart of old Sheffield, with the intent of spending a few hours with Stags and Porcos Bravos, in a social preliminary to the football contest on the Sunday. This social scene turned out to be like meeting James Joyce in his Ulysses mood, as the crack and musical improv became an engrossing, epic narrative. I sat back in admiration and revelled in the superb turns from talented musicians on both sides of the relationship that defines the Anglo Galician Cup. In the seventh hour of this musical treat, spirits still unflagging, we were regaled by a stirring punk rendition of a Bob Dylan classic by, I later discovered, the lead vocalist and guitarist in Gog Y las Hienas Telepaticas. Joao Avalanche with spontaneous generosity soon after sent me, gratis, a t-shirt and CD of the band’s second album, Choke/Drown. I am now a bona fide fan and have thoroughly enjoyed Gloat,and their third album, Triad.

The Sunday saw me, in the fairly early morning sunlight, wilfully contributing to dragging goals into position for the match, as the Stags and Porcos Bravos did their prematch exercises. It was telling that some of the Porcos Bravos players were more inclined to walk around thinking rather than running up and down; stretching mental muscles to counter the youthful Stags, who were setting the artificial turf alight with their sprints. Soon after the kick-off, this strategy was realising its worth as The Stags created some early chances, and even scored after ten or so minutes from a vigorous and accurate move.

The Stags also went close from a Chris Waddle-type free-kick as their physical fitness stretched the seasoned legs of the Porcos Bravos. However, as the game went on, the Porcos Bravos nous began to resemble a Muhammad Ali bout, as they soaked up pressure, countered cannily, and kept the score to a precarious one-nil, right up to the eighty-ninth minute. As we know possession is nine tenths of the law, but it is that tenth finish that can define football matches. When a Hamlet-like kerfuffle took place in the Stags box, the referee was compelled to point to the spot. Anyone inclined to go to the pub early were spinning on their heels to watch the drama unfold. Up stepped Fer to deliver the most delightfully insouciant spot kick you are ever likely to witness on any world continent. Each witness was, for their own reason, somewhat lachrymose; a cocktail of tragedy and triumph and neutral aesthetic admiration filled every glass with cheer... and confusion. What did the draw mean? Who had retained the Cup? It was finally decided penalties were the answer. Each goalkeeper filled the goals with their presence, but The Stags filled the Porcos net on a ratio of two-to-one, so The Stags had won the Tenth Anniversary Anglo-Galician Cup. The handshakes were steeped in mutual respect, even more than the celebratory lunch was is gravy.

The international group moved on to a grand hotel in Sheffield, the name of which escapes me still, but I’ll not forget the sumptuousness of the surroundings and the whole feeling of friendship as all and sundry shared a lavish and generous Sunday lunch, before going to old industrial Sheffield for a Kelham Island pub crawl. New friends and old commingled in the socially rich atmosphere of the real ale trail of old and new Sheffield, and the value of The Anglo Galician Cup was palpably enhanced. And, like memory, hope for the future is required to resist heavy existential gloom, so consequently, my mind is constantly envisaging the next instalment around springtime 2018, and the enthusing prospect of visiting the beautiful and vibrant Pontevedra.

Enchedela de Calacús

Quien lleva un borracho dentro, quien lleva un borracho que al despuntar el día abre sus alas largas



En el último capítulo hablábamos de una manada de animales hipoxifílicos adictos a los espacios mal ventilados. En la larga marcha hacia el reverso de la lógica, sus cuerpos patafísicos se arrastraban sostenidos por aquella mitomanía nostálgica de idealismos que parecía fértilmente sembrada de cadáveres de figuras parentales pero luego no tanto. No tanto porque esos padres, putativos en su mayoría, se resistían a morir calladamente, como se ha demostrado, pero con enconada insistencia, debido a tentadoras promesas de tiempos por venir que les valían tanto como un cielo eterno de cerveza o un paraíso lleno de huérfanas-para-siempre. "Sigue sigue que yo te aviso", les cantaba el demiurgo exhalándoles contra el occipucio con hálito vehemente. A los animales y a los padres.

Pero no es cosa de volver sobre temas aborrecidos. Veníamos a escribirles otro cuento, a cuento de lo que se cuenta en los corrillos, entre birras y carrilleras. Los sueños sueños son y dormir no mata a nadie, pero a todos nos ha hecho perder algún tren. Puede que señalar con el dedo esté mal, pero también te pueden marcar con un abrazo, un beso piadoso o la mota negra, y eso ya es más discutible. El tema es, sí, lo han adivinado, la erección de la novena estación del viacrucis anglogalicioso, aquella que se refiere a la tercera caída del Main, justo antes de que lo despojasen de sus vestiduras y, harto de cerveza, consumase la pública autoinmolación que precedió al primer renacimiento de la Cup.

El anuncio de la ejecución del nuevo grupo escultórico de lansquenetes por parte de un conocido artista local se ha convertido en la noticia cultural del mes en Tractorville, donde todas las decisiones del Enorme Aparato Mediático (EAM) son sometidas al escrutinio de la ciudadanía aunque ignoren sus votos. El elegido ha sido, de nuevo, Ladillao Cubeiro Cantalupo, tallista especializado en evoraria, experto en nada, feble porculeado, discípulo de Grant Wood, aspirante a Henri Gaudier-Brzeska  y pontificador de todo.

Debido a esto, la futilidad intelectual de Vigo, siempre olisqueando la última Mierda que quiso ser Sirena y no supo nadar, ha vuelto a ceder a Ladillao, ganador entre otros del Premio Úbeda al Pastiche Pírrico o el Camilojosécela a la Ingesta de Paralipómenas o el Premio Bomba Alemana en Sheffield, este último otorgado por sus innegables habilidades swallow cum, al Rodillarato, para que cumpla su destino final de Gerasimov del Main.

Nos entrevistamos con Ladillao en O Farol de Bueu, bebiendo cualquier cosa con etiqueta roja, demanda expresa del artista, rojo él mismo de tez y de entrañas y senescente lepidóptero en las saunas de Miskatonic.

MB: ¿Cómo estás Ladillao Catamito ¿Qué tal se te ha dado el último año aparte de escozor?
LC: Hola Mike, pues estoy encantado de seguir con vosotros en esto. Ya son creo que cinco años y tres de los nueve grupos que forman este viacrucis maravilloso en cuya creación estoy teniendo el honor de participar. No tengo palabras para agradecer la confianza que el Main ha depositado en mí. Si no fuera por él... La verdad que el año no ha ido tan bien como esperaba, se ve que no todo el mundo tiene vuestra sensibilidad para el arte y, claro, no es que me hayan llovido los encargos para caer de culo: los murales con capuchas blancas, las cruces gamadas y las hoces que martillean no están tan de moda como los árboles ardiendo o los exiliados.

MB: ¿Con qué nos vas a sorprender en esta ocasión?
LC: Pues no quiero contar mucho... pero lo que puedo asegurar es que será una gran obra y no dejará indiferente a nadie. Estoy particularmente orgulloso de la figura central, ese Main a punto de sucumbir y abandonarlo todo, vencido por el peso de la Cup y esas juventudes vestidas negras desfilando con antorchas buscando una mezcla de Redención y Venganza.

MB: Ciertamente su pasión ha inspirado a muchos. Con esta habrás esculpido dos de las tres caídas del Main, ¿cómo es retratar en un momento de duda a un personaje tan inefable como él? ¿Crees que la expresividad trágica que mostrabas en su rostro en el anterior grupo respondía a sus sentimientos durante aquel trance?
LC: Bueno, a ver, las cosas del arte no son como las de la vida. Hay que tomarse ciertas licencias y en este caso, para penetrar el pellejo correoso del porco de a pie y otros posibles seguidores de la Causa, consideré que debía idealizar un tanto su humanidad, no manifiesta, como sabemos, en busca de un gesto, una mueca de derrota que en el rostro glabro del Main no asoma jamás. O yo no lo he visto nunca. Esta vez será un poco distinto, pero sí, claro, hay que acercar el personaje a la gente.

MB: Aún así, ¿sigues explotando la veta del realismo?
LC: Con fruición. Desde que me especialicé en bebedores no encuentro motivos para apartarme ni lo más mínimo de la realidad. Todo lo que buscaron en el hombre los genios que ha habido en la historia está ahí, en el sufrimiento del bebedor.

MB: ¿Eres bebedor?
LC: Todos llevamos un borracho dentro.

MB: ¿Desde cuándo sigues la AGC?
LC: Bueno, a decir verdad es ella la que me sigue a mí, no sé cómo explicarte. Hace diez o nueve años coincidí con una pandilla muy amena en una tasca en Camposancos, ahí en la desembocadura del Miño. No eran de allí, solo se emborrachaban de bar en bar. Me contaron que pertenecían a una organización o algo así, al principio no entendía, había un trofeo, viajes a Inglaterra y un líder al que llamaban Main. A partir de ese día, como por arte de magia, en cada bar que pisaba me encontraba con uno de ellos, hasta que al fin me presentaron al Main y enseguida se interesó por mi trabajo como escultor. Me parecía un delirio su proyecto, pero al cabo de un tiempo me convenció para tallar aquella quinta estación, la de Willy Sifones ayudándole a levantar la Cup.

MB: Un momento memorable en la historia de la AGC. ¿Cómo ves la parte deportiva de todo esto?
LC: Bueno, el rugby no me gusta mucho, y los ingleses no tengo nada contra ellos, pero no sé por qué no compiten contra alguien de A Coruña o algo así, sería más fácil seguir la parte deportiva.



MB: En realidad juegan al fútbol, y van a Inglaterra por el fructífero intercambio cultural, además del caché que da lo de ser una competición internacional...
LC: Sí claro, fútbol, rugby, polo... No sé, la cultura inglesa está bien. Me gustó mucho The General, y aquella de los drogatas era buena, tenía ritmo. Lo siento, no me interesan ni los deportes ni Inglaterra, y el alcohol me afecta mucho por la mañana. Habré visto uno o dos partidos y siempre me dio la sensación de que se pasaban el balón con las manos. Lo habré imaginado.

MB: Volviendo a la escultura, ¿cómo llevas las críticas? Se han oído algunas muy duras vertidas desde altos órganos del EAM
LC: Si no hubiera críticas estaríamos haciendo algo mal. Sin duda las críticas son respetables, pero el tiempo demuestra que a veces la gente tiene falta de perspectiva.

MB: Perdona si insisto, pero se habla mucho de amiguismo y un grupo de artistas empapados en absenta han firmado un manifiesto contra el arte hiperdecadente señalándote como su principal representante...
LC: No te preocupes, entiendo que la gente tiene derecho a presenciar un debate público. Escarnio e maldicer. Yo soy un artista y de momento gozo de la confianza del EAM. Cuando no necesiten de mis servicios me iré por donde vine, con tristeza pero con la conciencia tranquila. Si toca recordar tiempos mejores habrá que resignarse. En cuanto al manifiesto se lo pueden meter por el culo. Cuando los juicios morales y las negativas rituales eyaculadas por el mundo del artisteo se acaben seguiremos limpiándonos el ano con hojas de maíz. Su problema es que se creen que el arte importa algo, que nosotros debemos hacer algo por el arte, como si fuera una divinidad o Hacienda. Hay que perseguirlo, sufrir por él, rendirse ante su pureza que nos hace trascender. Todo eso es mierda. Hay miles de artesanos mediocres para millones de personas con mal gusto. Esa es la realidad del arte, lo demás es turismo y especulación. Yo acabaré en una cuneta, cuando la Manada me cale.

MB: Aun así, sabes como yo que existe un alto tribunal del Rodillarato del que pende el EAM que se ocupa precisamente de garantizar la calidad de sus producciones.
LC: ¿Cuál es la pregunta?

MB: ¿Son ciertas las acusaciones? ¿Es un corralito la AGC? ¿Te la cascas con el Entartete Kunst? ¿Hay algo en el arte que produzcan los ingleses que sea mínimamente serio? ¿Son Cisco&Miño dos genios o son relleno para el pavo?
LC: Te repito, yo soy un artista. Un artesano. Últimamente la gente se empeña en saber la opinión de chusma como yo sobre temas que nos superan. Nos conciernen pero están por encima de nosotros. Yo puedo darte una opinión, pero no beneficia a nadie que tú vayas y publiques en tu periodicucho que Ladillao dice esto o lo otro. Eso complica el desarrollo de los acontecimientos. Hay que recuperar la humildad. El Rodillarato es cualquier cosa menos humilde y mi gatillo es el propio pensamiento.




Dar la mano siempre ha sido lo que yo esperaba de la alegría.
Hoy no se la ofrezco a Ladillao.
Ya sabes que siempre hay un nuevo mundo en el otro extremo del puente
on the pale yellow sands.
Si agudizas la mirada, la soga es visible en toda su belleza
como quien su propio cabello de cerda, y un erizo
tirará de la cuerda.

Na Terra Dos Porcos Bravos: Onde Alguén Cre Que Lembra E Di "Aqueles Si Que Eran Tempos Bos!" E Ninguén Sabe Ben A Que Tempos Se Refire



Gael llamaba a gritos a su progenie.

¡Venga, niños, ya es hora de acostarse! ¡Venid aquí que el abuelo os va a contar una historia!

La estirpe estaba escondida, no quería asomar, la verdad ya estaban aburridos de la vieja historia del viejo abuelo Barrilete.
Lo más curioso es que al principio la fábula era tan entretenida y tan políticamente incorrecta que era su favorita, pero después de escucharla más de 300 veces, devino en muermo y obligación. Y eso que al abuelo Barrilete le había ocurrido una cosa muy curiosa y era que su memoria había quedado tan parada como una de sus paradas en el año 2017, que fue para los que no se coscan y los niputas, el año del X aniversario.

Había acudido a infinidad de médicos, médicos de todo tipo, brujos, curanderos, curas, zahoríes, pero al final el diagnóstico era siempre el mismo:  el haber estado más de nueve meses sin tomar ni una gota de alcohol, le había causado ese destrozo en el cerebro.
Desde entonces y por si acaso, a ningún otro miembro de los Porcos Bravos se le había ocurrido ni de cerca, estarse más de 24 horas sin tomar al menos una pinta.

Desde aquel lejano y nefasto año 2017, habían intentado recuperarlo para la Causa.

En los partidos como local, jugó un par de veces como guardameta, pero con resultados negativos, como resulta que había perdido la memoria pero no se acordaba, no sabía a quien pasarle la pelota.
¡A los de negro, joder, a los de negro...!- le gritaban sus compañeros desde el banquillo.
¡A los gordos, fíjate, que los gordos son los nuestros!- le insistían los seguidores porcobravos desde la grada.... ¡cago en...., que se distinguen bien! Pero nada, que Barrilete no acertaba a quien darle el balón y eso le costó que lo echasen del equipo en una de las incontables purgas que se dieron por aquel entonces y que se siguen dando

De vistante, intentó ir a un par de viajes más, pero el problema era que a la hora de embarcar, no recordaba donde iba y una vez tuvieron que ir a buscarlo a un país del Este y otra más a Tailandia. De ir a rescatarlo se encargaron unos buenos y veteranos compañeros del equipo. Aunque sinceramente en este punto siempre hubo muchas, muchas dudas de que Barrilete no supiese a ciencia cierta a donde iba, y de que sus compañeros necesitasen casi una semana para traerlo de vuelta.

Fuese como fuese, Barrilete quedó anclado en el 2017 y por supuesto no se había enterado de las cosas que habían ocurrido en las siguientes cuatro décadas, por ejemplo:

- Que los Stags, que cada dos años, cambiaban de jugadores, llevaban 25 años seguidos sin perder la Cup.
- Que Martín, que se acercaba a los 100 años, aún era el delantero titular de los Porcos y era todavía el máximo goleador histórico de la competición. Y no era el único, al menos 6 de los 9 jugadores que habían visitado Sheffield con motivo del XL aniversario de la competición, habían disputado el partido de la X en el 2.017. El MAIN continuamente decía que iba a renovar el equipo, pero "sempre andas decindo pro ano que ven, e chega outro ano e pasa tamén..." y seguía manteniendo su plan B en la sentina del Pequod.
- Que en Pontevedra, habían sustituido la estatua de los heroes de Pontesampaio, por otra de los Porcos Bravos originales, y que además le habían puesto una calle a su nombre a pesar de sus políticas segregacionistas que ellos llamaban Tradición.
- Que Gael había disputado tres partidos con los Porcos Bravos pero había optado por continuar y acabar su carrera deportiva en el Liverpool, equipo del que era hincha desde pequeño.
- Que con motivo del XX aniversario, habían viajado algunas mujeres propias y extrañas en la expedición de los Porcos Bravos, e incluso alguna disputó algunos minutos en el partido, razón que casi le cuesta la cabeza al mismísimo MAIN, pero que no se sabe como consiguió salir una vez más indemne de este hecho.
- Que el MAIN seguía designando un nuevo delfín cada 12 meses y ahora veraneaba en Corea del Norte.
- Que en la grave sequía de los años 20, se montó un gran revuelo en la ciudad, cuando el río desapareció y aparecieron unos inquietantes restos.
- Que la Anglogalician había sido tomada por la música y ahora consistía en un festival de conciertos tecno-celta que duraba cinco días y donde el partido no era más que una simple anécdota de 10 minutos cada parte y 15 jugadores por equipo.

Pero no, ni estas ni otras muchas cosas podía contarle Barrilete a sus nietos porque su cerebro había quedado anclado en el 2017.
Así que cuando los encontró escondidos no faiado, tras alinearlos, empezó con su sempiterna cantinela

-Niños, os contaré una historia que seguro jamás os habré contado -dijo.

Recuerdo en el año 2007 cuando después de bebernos el río Trent y sus afluentes llegamos a Sheffield una soleada mañana y vimos en un campo de futbol a un francotirador, ese mismo que diez años después me volvía a marcar.

Recuerdo como en un extraña relación, las porterías fueron haciéndose más, más y más estrechitas, mientras que nuestros jugadores fueron haciéndose cada vez, más, más y más anchos.

Recuerdo como los ingleses nos hacían trampas y cambiaban los jugadores de su equipo a su antojo y que cada vez eran más y más jóvenes y delgados, mientras los nuestros seguían siendo los mismos.

Recuerdo todas las millas recorridas por las carreteras inglesas y todas las ciudades y pubs visitados, bueno al menos todos y cada uno de ellos hasta  la quinta pinta, que es donde comienzan algunas lagunas y todos los reflejos en el estanque.

Recuerdo el Fat Cat el 23 de Septiembre de 2007, cuando toda esta locura vio las tinieblas.

Recuerdo todas y cada una de la XIV ediciones que se han disputado hasta este momento, (el pobre no sabe que van más de 50 ediciones) y recuerdo, todas las victorias y derrotas, sobre todo la última, en esa fatídica tanda de penaltis (en la poca conciencia de esos Porcos Bravos, tiene que recaer la culpa de que Barrilete esté así, porque de haber tirado bien los penaltis, él se habría tomado la pinta de la victoria y su cerebro no se habría parado).

Recuerdo...remember

Para que no siguiese, el pequeño de los nietos y el único que aún no se estaba haciendo el dormido, le preguntó.

- Sí ya abuelo, pero ¿por qué nunca nos dices que pasó en Yardley Gobion?

- Uhhh, pues no recuerdo yo nada de eso -dijo Barrilete, que se levanta, se despide de los nietos y entonces apaga la luz, y luego apaga la luz.


A década prodixiosa: standstill & fight. Unha crónica non futbolística dunha paixón compartida



Unha biografía é, no fundamental, a narración dos fracasos que constitúen calquera vida. Unha enumeración das oportunidades perdidas e un catálogo de eleccións erradas. Nese amontoamento inconexo de pequenas catástrofes contidas a duras penas tamén hai sitio para os acertos, para os trens collidos no momento xusto, para a gran onda que algún enfila correctamente cando xa todos os demais cansaran de esperar en balde. Unha biografía é unha receita de cociña na que case sempre os pratos quéimanse ou andan escasos ou pasados de sal, un chiste malo repetido mil veces que a mil unha fai rir a un par de rapaces ao fondo da sala. Malia todo isto e tendo de mantra vital aquilo tan becketiano de “Tentáchelo. Fracasaches. Non importa. Téntao de novo. Fracasa outra vez. Fracasa mellor” un aínda pode levar sorpresas no devenir da súa existencia e sentir a aspiración do tren que pasa a carón dun mesmo e, levado dela, saltar e agarrarse ao tren aínda a risco de estomballarse contra as vías.

Era 2007 e por aquel entón o PSOE de Rodríguez Zapatero estaba á fronte do goberno do estado expañol. Galiza vivía os únicos catro anos da súa historia gobernada por algo que non fora a herdanza sociolóxica do franquismo. Aínda non sabiamos que coño eran Goldman Sachs, Merryl Lynch, os Lehman Brothers, Fanny Mae, Freddie Mac, as hipotecas NINJA ou os SWAPS a non ser que un se adicara ao turbio mundo das finanzas internacionais ou aos créditos hipotecarios. As vivendas de nova construción florecían como regadas por unha riada de cemento fresco e créditos baratos espallándose polo territorio grazas ao grifo das caixas de aforro aberto a toda potencia. Por aquel entón un traballador da construción podía levantarse uns 3000 € ao mes sen demasiado problema. Tamén, se tiñas un contrato de seis meses e unha nómina de 600-700 € tiñas acceso seguro a un crédito de 150.000 € (“so a casa? veña ho, poñemos tamén o coche!” escoitábase cada día deceas de veces en cada sucursal bancaria do estado). A vida presentábasenos baixo a forma un catálogo interminable de produtos a disposición de todo aquel que tivera un mínimo de liquidez. A promesa capitalista de riqueza infinita semellaba realizarse. Entre Fukuyama e Aynd Rand, poñéndolles velas aos economistas da escola de Viena e os seus discípulos de Chicago, declarando a súa paixón por aqueles sociópatas chamados Reagan e Tatcher, certa clase social concluiu que a utopía capitalista estaba realizada na terra. Aos excluidos do reparto, aos pobres, aos descontentos en xeral podían darlles moito. 

Pero era 2007. O mundo empezaba a emitir as alarmas temperás de que algo ía realmente mal na esfera económica. Na Galiza, o ruido dos Audis e os BMWs e os Mercedes mercado cos créditos hipotecarios inflados impedía escoitar o rumor que estaba a propagarse. O “capitalismo popular” estaba a piques de implotar e de levar por diante á clase media occidental. As élites financieiras proclamaban o seu credo: créditos baratos, moral calvinista de quita e pon, smartphones para todo o mundo e vacacións en Benidorm ou Magaluf: que máis podedes pedirlle á vida?

Mentras tanto, alleos (ou non tanto) a todo isto, nalgún intre do outono dese ano un feixe de afortunados asistíamos a unha voda singular na provincia de Pontevedra (omitiremos datos para manter a intimidade dos protagonistas). Se ben a historia deses días foi contada xa neste blog, retrospectivamente, e para ser aproximadamente exactos, quizais poderiamos dicir que a orixe da AGC, o seu indeterminable momento cero cuántico, podería sitúase nese punto estraño calculable facendo a media aritmética do 30 de abril, do día desta voda e o do 23 de setembro de 2007. Dous partidos de fútbol e un casamento foron precisos, pois, para que a competición puidera arrancar.

[No campo de The Pines seguía xogándose aquel verán de 2007 a piñon fixo, como nas tres décadas anteriores, sen descanso, malia o declive da estirpe futboleira das marcas boniatas nos torneos do Morrazo. As camisetas do Birra´s Klav gardadas en caixóns pechados fai tempo esmorecían sen uso dende facía anos.]

Era 2007, sincronías e reverberacións inundaban o ar. Algunhas biografías arrancaban un capitulo novo cunha perspectiva incerta. Unha ponte invisible entre Galiza e Inglaterra era construída entre vos de avión, partidos de fútbol e tours turísticos por localidades dun e doutro lado entre toneladas de comida e miles de litros de cervexa. O tren arrancaba por unha vía nova, a onda que asomaba polo horizonte estaba lista para ser collida, só había que saber vela no horizonte. Un feixe de escollidos secundaron a chamada coa inconsciencia dos pioneros, con algo de vento en contra pero coa convicción de estar sendo reclutados para algo que sería importante nas súas vidas.

Pasado ese ano as cousas precipitáronse. Mentras a economía norteamericana despeñábase da man das hipotecas subprime e o pánico financieiro entre 2008 e 2010, as relación anglo-galaicas ían cristalizando nunha rede de actividades que entremezclaban concertos e presencia en internet. O nacemento do EAM o 10 de febreiro de 2008 non é unha data menor: a mitoloxía anglogalaica precisaba dunha narración, dun léxico e dunha iconografía. A construción do mito foi levantada entre toques a rebato, programas oficiais e crónicas irrefutabeis. Polo medio, plumas recoñecidas das letras galaicas e mercenarios (mal)(ben)intencionados contribuían a levantar o edificio anglogalicioso na súa vertente comunicacional-literaria en internet. Algúns termos comezaron a espallarse de forma infecciosa: rodillarato, main porco, Ronnie Farras, delfines, piontas, tractores, orfas, yardley gobion, orange plank road, deturpado, ctónico: escribirei a lenda e esta pertenecerame. A besta crecía mes a mes alimentada por un batallón de lansquenetes del odio, por unha poboación estable de usuarios únicos e por mil e un perfís falsos e verdadeiros que xurdían coma se un outono interminable deixara unha estela de cogumelos na xungla de internet.

En 2009 Barack Hussein Obama II acada a presidencia dos Estados Unidos. Dende ese ano inxectará case 800.000 millóns de dólares para estimular a economía norteamericana. Mentras, en Europa, as políticas económicas baseadas na inxección salvaxe de liquidez na banca, o recorte brutal do gasto público e as esixencias de privatizacións farán que nos vindeiros anos as resacosas economías post-burbulla inmobiliaria do Sur de Europa entren nunha das peores crises da súa historia. Malia todo isto, os xogadores anglogalegos resisten. Sacando fondos dos seus aforros e recortando doutros gastos, perseveran na ronda bianual ata que a cousa deixa de ser sostible. Si, a crise, finalmente, afectará á AGC reducindo os partidos de dous anuais a soamente un. Mentras tanto proliferan as entrevistas no blog aos protagonistas do invento. Institúense premios aos mellores xogadores de cada bando. As autoridades de Pontevedra e Sheffield entran na roda de recoñecementos e a influencia da Cup espállase paseniñamente pero sen pausa por todo o globo. Os usuarios únicos e os poboadores oficiais de Galizalbion dispáranse entre 2010 e 2012. As guías de pubs de Londres e Liverpool imprímense en recunchos de toda a península ibérica e pasan de man en man como unha especie de biblia segreda necesaria para introducirse no culto cervecero nas illas británicas.

ruling the world


No 2011 acontece o 15M, preludio do que será un cambio no reparto de poder partidista a nivel estatal uns anos despois. O PSOE de Zapatero é derrotado nas urnas en novembro polo PP. Á fronte do goberno atoparemos a un grisáceo rexistrador da propiedade chamado Mariano Rajoy, casualidades da vida, pontevedrés de boa familia e fillo directo daquel franquismo sociolóxico que segue a gobernar a Galiza. A AGC, pola súa banda experimenta novas convulsións a partires de 2013 coa aparición de Cisco&Miño, terroristas gráficos sen patrón coñecido adicados a provocar polémicas necesarias e das outras coas súa gráfica de vocación dinamitera. En pouco tempo convertiranse en referente fundamental do aparato de propaganda da Cup, producindo dende carteis de concertos ata simples postais desbordantes de furia, mala baba e intelixencia a partes iguais. 

Arredor do EAM aparecerán o blog Podzemne (abril de 2013) -onde atoparán acomodo moitas escritas do bando stag-  así como Os Arquivos Stout, auténtica memoria da competición, e outros produtos inclasificabeis como Os Chorromocos Descarrilados (xullo de 2014), o Diario dun Porco Bravo (novembro de 2014) ou as Patadas Sajonas y Coces Celtas (xaneiro de 2016). Un 2016 que, por certo, viu á edición máis polémica da Cup en Bueu, nun partido que todo o mundo tratou de esquecer o máis rapidamente posible. De novo, nunha estraña sincronía, será este un ano especialmente complicado na política expañola, permanecendo o país sen goberno durante case un ano. Máis alá das nosas fronteiras, un persoaxe saído dalgunha web de caricaturas sobre tópicos da extrema dereita acadará a presidencia dos Estados Unidos. A Anglogalician Cup fun

É 2017 e non é fácil mirar cara atrás. Acumúlanse os partidos, as viaxes de ida e volta, os concertos, as crónicas, os toques a rebato, as entradas polémicas e as insubstanciais, as deceas de miles de comentarios, os artigos en prensa as presentacións públicas de cervexas e as batallas coas normas de uso de facebook e a súa tendencia a rebaixar likes aleatoriamente. A Cup cabalga desatada cara outros dez anos facendo o mesmo envolta no seu halo de cripticismo retranqueiro. A Cup surfea sobre miles de liñas de corta e pega excavadas trasteando en google, material para outros tantos miles de comentarios incomprensibles ou menos. A Cup é un incendio cuxo frente expándese sen dar sinais de consumirse. A Cup, en fin, son dúas bandas de colegas sudando baixo un sol criminal ou unha cortina de chuvia ata que o corpo aguante tras noites de troula por todos os bares de Galicia e Inglaterra xuntos.


O grupo que deu inicio a todo isto en 2007 salvou a cara na edición XIV en Sheffield, pero a conciencia dun fin de etapa é evidente para todos eles. Os porcos bravos atópanse nunha encrucillada: a competición está no seu mellor momento pero o equipo precisa dunha renovación que non dá chegado. O tren que arrancou fai unha década móvese a ritmo de AVE mentras a súa tripulación galega está cun pé na xubilación. Os ollos de moitos están postos no Main: se en 2007 foi capaz de poñer a andar todo este tinglado, que terá preparado para saír adiante neste momento? Agardamos, así, por outra década de prodixios se o mundo é quen de aguanta ata entón. Porque outros dez anos de crise financieira e de gobernos criminais por todo o planeta poden ser demais incluso para un invento tan sólido como a Cup.


Ten Years Have Got Behind You...



I was going to write a report of 10th Anniversary match from the Stags perspective but the last post seemed to cover everything just right. It was spot on and I really couldn’t add anything meaningful. Instead I have decided to give my thoughts on 10 years of the AGCup, it’s past present and future.

“I’ve got a great idea for a Stag do” – these words will ring down in history along with Custer’s “Go get em boys” and Captain Smiths “It’s only a bump, New York here we come”. I knew little of Galicia and Pontevedra in particular. Of course, like many Brits I had been to Spain (I know Galicia is not Spain but stay with me on this) Barcelona is one of my favourite places and I’ve been there 5 times, seeing Bob Dylan there one time. I have also visited Seville, a beautiful city. Our leader was obviously taken with that part of the country so a momentous decision was made to visit the Emerald coast. It was the usual mix of Sheffield based lads all with a keen interest in beer and footie. Football allegiances were put aside and Owl and Blade set off in unison. Everyone who has ever played any role in the AGCup is important from the players, the musicians, the camp followers (oh eer missus) those who watch the game and importantly the administrators who oil the engine and keep this old banger on the road but there is a special place for those “originals” from both sides. You know who you are.

It was clear from the outset that this thing had legs and would not be a one-off. Pontevedra was such a beautiful place and the Porcos lads so welcoming. There was a language barrier. In the usual British Colonial expectation, it was a surprise that everyone didn’t speak perfect English. If we landed in the middle of the Amazon we would expect the same. I could manage “Dos cerveza por favour” and that seemed enough! After ten years I’ve improved to “Dos Estrella Galicia por favour”. Or Nasas. The first game was played in driving rain on a sand lot. Galician rain. We would see a lot of that in the next ten years. The result of the game didn’t seem to matter (we won we won ha ha ha). It was a memorable trip and when we headed back to Sheffield we knew that was the beginning of something.

When the Porcos came to Sheffield the same year (2007) a meeting in the Fat Cat resulted in the Anglo Galician Cup becoming an entity. In the intervening years, we have moved between Sheffield and Pontevedra at regular intervals. Each expedition having its own place in the history of the competition and its development. I can say for myself that Galicia feels a bit like home to me now. I love the countryside and its people. We have the football of course but we have also developed a distinct musical bent to the AGCup experience and Galicia has many fine musicians. I am in regular contact with a certain Record shop in Vigo who regularly supplier me with CD’s from Galician/Spanish bands. Fantastic. I have many friends on Facebook who I haven’t met yet but hope to do so on a future trip. This is what the AGCup has allowed. An amazing offshoot to a “Kick about”. How have we achieved this? Clearly this whole thing has only got where it is by a massive commitment. This is from the players and travellers but a critical part of keeping the flame alive is the blog and its various offshoots. It has become a monster we should all be proud of and must continue to contribute to. A massive thanks to those who contribute the articles and administer the blog the unsung heroes of the AGCup. I’m deliberately trying to not name any names in this article as everyone is important in the AG universe but you know who you are. With one exception: The good friends we have lost along the way. Steve "John Terry" and "Smoking" Batty will always be remembered. Their contribution to the AGCup was immense. Fly on brothers. On this issue, I have to admit the Stags need to do much more to contribute to this element. In defence, a few of the Stags view this as a Galician site and have real difficulty in getting a decent translation of the blog so many of the nuances are lost. We must think how we address this so we can contribute more – maybe a separate Stags blog administered through The Main? Let us know what you think.

The Porcos certainly seem more of a group in that they meet regularly. Any excuse for a piss-up it seems. Excellent. We are like the British Lions. To be honest there are many of the Stags crew I only see in the departure lounge or the week before a home game. We need to improve that so we feel more like a group.

Then there are the games. This is a competition, both sides want to win, to get their name on the cup. But how important is that? Is it the purpose? If so that automatically excludes non-players, increasing in number as the years go by. After a string of defeats the Stags reinvigorated the playing staff with an influx of younger players. More importantly we made it clear this was not simply to make sure we were competitive but that they signed up to the whole AGCup ethos of developing friendship. This was underlined when the new influx included some who were not players but had heard our stories of fine times in Galicia and wanted to be part of that. This is the essence of the cup to me. That camaraderie whether you are a player or not you are equally important. I know the Porcos had a similar moment of doubt. The last game proved that whilst in a period of transition and playing in a style which suggested they had been managed by Karanka, they will always play with pride skill and passion. I know issues had arisen after the last visit of the Stags. The game did indeed get a little out of hand but as I said earlier this is a competition and we want that passion though that must be balanced with the knowledge that this whole thing is not simply about the game at all costs. More telling to me was the aftermath where once the game was over we were all friends again after a few beers. So, I suppose that’s what I want it to be – passionate on and off the pitch but a commitment to develop the AGCup as an entity with all that entails.

So, what of the future. Though after ten years times winged chariot is catching us with us, the AGCup seems to be in a good place. On the last trip, the Stags took more tourists than ever to Galicia and the expectation is that next year’s party will be even greater. The 10th anniversary addition was an epic weekend and well attended by a number of Porcos legends. I’d be interested to hear from the Porcos on where they think they are in these terms.




Las Milicias Del Abismo



Toda la historia memorable del hombre, toda la crónica convulsionada de su angustia y su agonía, han venido a parar en este engaño

Solo diecisiete años después de la Emasculación (así quedó para la Historia, todo por un mal chiste que nos ha dejado la etiqueta de sobraditos máximos de entre todos los pueblos emancipados durante esta agitada posguerra: “Se lle quitamos O Morrazo a Galicia deixámola castrada”, le dijo alguien en una tasca al filósofo de guardia, que procedió, según la costumbre, a enriquecer el vocabulario de su contertulio, que a su vez trasladó el palabro a la parroquia, etcétera), solo 17 años después, decía, se produjeron los primeros conatos de sublevación secesionista en la xove República do Morrazo.

La cosa no cogió a nadie por sorpresa. Aunque los más optimistas vivían aferrados a su ideal unitario, todo el mundo sabía que tarde o temprano la tensión con los cangueiros iba a estallar. De hecho, la concesión de la capitalía no estuvo poco fundada en el miedo de las poblaciones vecinas a que Cangas se independizara, llevándose consigo la renacida industria ballenera, y buena parte de las conserveras. El papel crucial de su gente en la Liorta Das Bateas (Brea 2039: 110-112) y, poco después, en la decisiva Batalla de Dalle Casfalcón, más conocida como “la toma de El Edén” (Lane 2040: 233-244; Stoddard-Sauckel  2040: 5), determinó una posición preeminente de la villa en el plano moral que se sumó a su potencial económico y a su innegable importancia histórica desde los tiempos de la Carnicería no Coruto de Liboreiro (333 metros)

El levantamiento lo desencadenaron unos rapaces de Ohio que decidieron culminar una noche de esmorga subiendo al Monte Facho (174 metros) para izar la bandera canguesa donde ondeaban la oficial do Morrazo y la oriflama del porco bravo. Lo que podía haberse quedado en un simple acto vandálico vino a colmar simbólicamente una discreta reivindicación popular que la Asamblea Frentista de Cangas enalteció e hizo suya antes de averiguar quién ni por qué se había sustituido la enseña. Y plantaron retenes en las carreteras y sembraron de planeadoras la ría para perpetuar tópicos y enviaron emisarios a todos los lugares de la península, la mitad de los cuales regresaron con algún hueso roto o no regresaron. El sueño de un Morrazo unificado y autosuficiente se esfumaba en menos de cuatro lustros mientras los veteranos de las Alarmas desenterraban las armas nas veigas y se preparaban para otra guerra civil.



La suerte quiso que, aunque el asunto se estaba dirimiendo por la vía nefanda, o sea, a pólvora, cepo y fouciño, las autoridades del Lexítimo Novo Estado do Morrazo con sede en una antigua mezquita de Vilaboa optaran por celebrar igualmente la LXIV edición de la Anglogalician Cup. Más que nada, para mantener una apariencia de normalidad. Esta afamada competición, creada a principios del siglo XXI en un pub de Sheffield, es el único torneo futbolístico internacional que ha sobrevivido al derrumbe de la vieja Europa.

Cuando comenzó la Gran Reyerta de Emasculación, la cúpula directiva (o sea, un eterno The Main que seguía abdicando en si mismo) del equipo galaico trasladó su sede de una Pontevedra asediada por eucaliptos mutantes a Bon, y, puso al servicio de la causa loyal morracense su Enorme Aparato Mediático más el contingente de poetas-guerreros con sobrepeso, los legendarios Porcos Bravos y sus Milicias del Abismo. La resistencia de los miembros de la AGC a interrumpir el flujo de uno o dos encuentros por año, cayese la que cayese, alimentó toda una mitología en torno al coraje de los contendientes o de su insensatez. En 2033, por ejemplo, llegó de Sheffield una comitiva formada por tres hombres, los tres mayores de setenta años. Habían aparcado las Neoguerras Luditas del Yorkshire en la que estaban muriendo familiares y amigos, habían saltado en paracaídas tras las líneas del ejército islámico que defendía el Califato de Francia y se habían visto obligados a hacerse pasar por críticos culinarios para viajar desde la Aquitania trovadora hasta el burgo de Novo Vigo (antes conocido por Pontevedra). Uno arrastraba problemas cardíacos, otro estaba perdiendo la vista y el tercero era alérgico al lúpulo de la cerveza. Pero el partido se jugó y fueron derrotados por poco.

Por tanto. Los cangueiros se enteraron de que se celebraba la LXIV en el campo de The Pines. Ya saben, a lo lejos, en la línea de sombra que rompen As Ons, titilan desafiantes las luces que faenan. Fue un soplón de Marín del Caudillo que les contó que venían los británicos one more time, una horda de 300, y que los Porcos Bravos se estaban moviendo por Bueu y las Marcas Boniatas en la medida de sus posibilidades y por tanto, O Morrazo se iba a poner todavía más in flames ya por una cosa o por otra. Tropa do carallo.

Por tanto. Al día siguiente del chivatazo, los cangueses enterraron de nuevo las armas, levantaron las barricadas, convocaron una reunión con sus otras partes a bordo del "Benito Soto" fondeado en Cabo Udra para negociar una tregua, una soliña, pero, apuntando con  el índice y mirando torcido sentenciaron: “Non vaiades pensar, eh, paramos para mirar o partido. Xa falaremos logo”.

Así que la LXIV pudo jugarse gracias a las muchachas que acarrean las arenas y reciben en pago de su afán minúsculas hojuelas de peltre. Y la ganaron los buenos.

Y el  mítico chorromoco anglogalicioso tuvo su continuidad mintiendo siempre, mintiendo siempre, mintiendo siempre con la bendición de los Templos y la subvención de los Palacios y la lealtad de los Milicianos.

Y por supuesto, la Nova Guerra do Morrazo se reanudó al cuarto tiempo del Partido y esta vez, la perdieron los...


The Scrotumtightening Sea Of Sheffield. Los Stags Penalizan A Los Porcos Bravos Desde El Círculo Rojo

Un rito es la repetición de un fragmento del tiempo originario.
Hace 10 años, en algún punto del Atlántico Anglo-Galego.
Dioses fugitivos y una bestezuela que alimentar.
Feroces centauros conceptuales con patas de futbolistas y cabezas de música
Un partido que llega a ser hierofánico
Aprendamos de memoria as cancións dos mariñeiros, inventemos as cancións que eles non cantan.
Y el tiempo originario sirve de modelo a todos los tiempos.

Ron Greenwood Vintage

10 años después. En una esquina del mar verdemoco
Dos lustros igual a un Décimo chorromoco.
La Bestia se masturba. Ahora ya es grande de cojones.
Y 13 partidos después hace recuento.
Ni un solo puto empate. Ni uno solo
Hubo sueños, sincronocidades, asociaciones de ideas, psicogeografías
Y de tres penaltis lanzados, nacen tres goles. Una cratafonía.
Pero aún no han empatado con nadie
La Bestia suma, caga, se rasca, y entonces, pergeña.
Los equipos de antaño, son ahora organizaciones. Con grietas y topos.
Non saberemos xogar realmente mentres non aprendamos a xogar na oscuridade
Así empieza esta Crónica. Con la Gran Carcajada de la Bestia.
Aún no hemos visto a los que nos beben.



La otra crónica, la escrita según el tradicional método galeguidade ao pao, informa:


Sheffield Stags 1 - Porcos Bravos 1
(Stags win 2-1 on penalties)

The Sheffield Stags: Dave Moxon(Gk); Andy Marriott; Lee Gordon; Mark Hayman; Ste Hambling (1); Steve Boyle; Rob Southwell; Andrew Phelan; Ollie Rae; Fenners; Thomo (1 p); Sniper (1 p); Colin Whaley; Rob Walker.

Os Porcos Bravos: Santi Barrilete (Gk); Marcos; Josué; Frank; Martín; Del Río; Fontaiña; Fer (1); Manu Blondo; Neira (1p); Serge.

Venue: Crookes Road, Sheffield, donde la piedras gritan y los horizontes sufren. Más patatal que nunca. Las porterías son híbridos entre las de hockey hierba y las de fútbol sala. Retengan este dato, importa.

Attendance: 80 privilegiados en un escenario para la actuación del cielo, donde cualquier público es accidental. Afición elegante, entendida y parcial.

Uniformes: Os porcos bravos reinciden en su criticada camiseta negra de Amura con ribetes morados. Los stags repiten con la camiseta retro Mundial 1982 de la selección inglesa. Entiendo al irlandés.

Primer empate en la Historia de la competición, y tuvo que ser en la edición del Décimo Aniversario. Por cierto, no hubo boato, ni pompa, ni circunstancia para celebrar tan señalada efeméride. No hubiesen sobrado otras cajas de sombreros, cilindros y un surtido de tirabuzones de Sheffield.

Volvieron las cervezas a su cauce después de las tensiones y malentendidos de la XIII. Reinó el buen rollo y la cordialidad, como había sido la tónica habitual una docena de veces.

El Laurence Bowles al mejor jugador porcobravo es para Fernando. Tercer jugador de la Manada que repite galardón.

El Derek Dooley's Left Leg al mejor jugador inglés, es por segunda vez para Sniper, felizmente recuperado para el chorromoco.

Arbitró George Cyril Wellbeloved, que erraba por las gándaras, pero no lo hizo tan mal. Acertó en la jugada decisiva.

El Dato: Se lanzaron 13 penaltis y solo se marcaron 4. Uno de los porcentajes más calamitosos de todos los tiempos.

Debutó Neira con os porcos bravos. Un soplo de aire fresco.

Vuelve la igualdad. Siete a siete. Con la particularidad que 8 ediciones han tenido lugar en Inglaterra, por 6 en Galiza.

1-0 Ste Hambling
1-1 Fer de penalty
En la tanda de penaltis marcaron Thomo y Sniper para los stags. Tanto apelar a la Vieja Guardia galega para que venga la inglesa y les gane el partido. Por los Porcos anotó Neira.
Fran, Martín, Fer y Sergio fallaron y, entran a pie en la leyenda negra de la Manada. Somos una tormenta bajo el cráneo de un sordo.




O Berce

Chutaría y la pelota daría un par de botes ridículos sobre el césped. Entonces el pequeño exclamaría en tono lastimero “¿Es que aquí no hay nadie capaz de jugar al fútbol?”
La considerada Pandilla Basura del porcobravismo feniano subió al Norte con esa lucidez dentro del vacío que conlleva un combate ya perdido. Dados por muertos por crítica y público, la única duda era cuántos les iban a caer. Y con ese toque de pífano que acompaña el ascenso al cadalso, los porcos bravos trotaron al campo de Crookes Road como víctimas propiciatorias por los 10 años del Chorromoco.
Pero la Anglogalician Cup es hija de la retranca galega y del humor británico más genuino. Siempre que das algo por supuesto en este pandemonio, te mete una hostia de ironía e inteligencia que te deja párvulo.
Y la mañana del 2 de Abril de 2017 volvió a demostrarlo: todo lo que sabemos es que no sabemos nada.

El partido en sí se planteó como un homenaje literario. Los porcos se movieron entre el ¡que inventen ellos! y el Schlechte zeit für. Entre medias, patadón a Keighley, a Littleborough o a Colne. Que se note que el Reino de Elmet fue celta. Y si nos sale de los huevos, pinchamos el balón.
Los stags estuvieron más en la línea Bruce Chatwin se va de pintas con Alan Sillitoe.
Y así transcurrió una atroz primera parte para los poetas del fútbol y demás fauna sospechosa.
Un equipo se negó a jugar. El otro, no supo.
Empuje inglés, inteligencia táctica galega.
En medio de tanta devastación, un gol inglés y dos penaltis parados por Barrilete, el verdadero héroe del partido.
A destacar la presencia de los estepicursores.
El uniforme hace la fuerza.
La profesionalidad de Zipi y Zape en la retaguardia.
El descomunal trabajo en la media de Marcos, Neira y Josúe.
El silbato de Mr Henfleet.

El descanso es tiempo de interrogantes y what if. A los ingleses se les nota sorprendidos por la resistencia castrexa de los gallegos. A los porcos bravos, por la roma propuesta del enemigo. Los unos rebajan expectativas, los otros atisban la machada al final del túnel. Se habla, se arenga, se saca la calculadora. El Ser y el Tiempo, como es habitual en las trincheras en tiempos de tregua.

La segunda parte empieza con un espejismo. Los porcos tienen el balón por primera y última vez en el partido. Hilvanan tres jugadas, rondan el empate. El fuelle no dura ni 10 minutos. Y vuelta al catenaccio con acento galego. Reparto coral.
Los stags se encuentran cómodos. Van ganando y el rival parece conformarse con una derrota por la mínima. No necesitan arriesgar y no lo hacen. Son más jóvenes y están en mejor forma. El tiempo corre, ya que la mayoría los jugadores no lo hacen. Martín, Fran y Sergio están acabados. Blondo y River, a su nivel. Se sostiene el porcobravismo  en esta vacuidad por la labor infatigable del medio campo, el oficio de Fer y Fontaiña y un inmenso Santi. Parece que ambos equipos firman el 1 a 0 y para casa. Entonces, a falta de cinco minutos, se desata la tormenta. El Main, a falta de juego, decide justificar su presencia en el campo y manda a la Manada a morir en el área rival. Acoso y derribo a base de patadón p'arriba e ir al choque. La táctica da sus frutos en el descuento del descuento. Marcos es derribado a un metro de la portería inglesa y el ecuánime colegiado pita la pena máxima. Fernando, que se puede olvidar de todo menos de jugar al fútbol, hace un Panenka y empata la XIV. Se viven unos momentos salvajes de alegría y decepción nunca vistos en la Anglogalician.

Toca negociar. Nunca nos habíamos visto enfrente de un empate. ¿Se comparte el trofeo? ¿se aplica el valor doble de gol fuera de casa? ¿retiene título el vigente campeón? ¿penaltis, penaltis, penaltis?
El suspense dura poco. Hay que alimentar a la Bestia. El partido se va a la tanda de penaltis. No más Caridad, no más compartir el Escudo.
La corriente pronuncia un oráculo sobre lo que no tiene fin. En teoría los gallegos llegan más fuertes anímicamente al último lance. Y los ingleses deben acusar el golpe moral. Pero la terminología seudocrítica de los niputas no sirve ni para limpiar el culo. Y es que uno de los grandes defectos de la mayoría de los porcos bravos es su endeblez mental ante los retos inesperados. Creyeron que con la igualada habían cumplido, que ya estaba, y se tomaron el desenlace añadido del partido como un trámite burocrático, o lo que es peor, como una victoria moral.

Lo que pasó en la mal llamada lotería de los penaltis es Historia conocida. Los ingleses fallaron 3. Los Porcos Bravos 4.
Un decisivo Dave Moxon detuvo tres lanzamientos.
Barrilete dos. Para un total de 4 paradas a 7 lanzamientos. Y aún y así, su equipo perdió. Hay que joderse.

Los Stags celebraron el título por todo lo grande. Fiesta Jolgorio con fundamento. Como debe hacerse cuando se gana el Trofeo Futbolístico más prestigioso del mundo.

En fin. Un partido con todas sus luces y sombras. Un partido de los que justifican la existencia de la Anglogalician Cup. En 2018 honraremos a la Bestia dos veces. Pero serán otras historias, otras voces, otros ámbitos.

Si algo logré, si alguna llama arde, que tuyo sea el Honor.

XIV Yardas De Patio Escocés. Spadge Over A Sigil

Programa Oficial de la XIV Edición.


29 de Marzo

08.23 Zarpamos hacia Vigo
El avión sale a las 11.20 de la ciudad celta y la llegada a Edimburgo está prevista para las 12.56 (Hora Local)

EDIMBURGO
Uno de sus hijos predilectos, que nunca pudo olvidarla, la definió desde el faro como ventosa, lluviosa, humeante y siniestra ciudad.
Edimburgo, una de las ciudades más hermosas de Occidente.
Rocosa, con las agujas de sus torreones, su pura fortaleza. Noble burgo de los muertos y los fantasmas. Y en torno, por las colinas que caen hasta el mar, veo brillar los pubs que la cierran.
Forth. Fife. Anotamos trenes.
¿Eres mermelada o repollo? Burke and Hare

31 de Marzo

9.09 Auld Lang Syne y volveremos.
He visto la lluvia y dibujarse el arcoiris.
We were the companion of seamen, chimmey-sweeps, whores and thieves.
Bajamos por los Scottish Borders.
Cruzamos la Frontera a las 10. Todo lo que busco es el cielo sobre mi cabeza y un camino para mis pies.

13.47 
Nos acercamos a Hudswell a comprobar si  The George & Dragon merece el galardón.

14.40 Masham.
Una promesa es una promesa.  Things I Never Told You

18.34 Sheffield, por octava vez y octavo pasajero.
Nos reagrupamos en el conocido hotel Holiday Inn Express con los refuerzos llegados vía Manchester el día 30 y vía Liverpool el mismo 31.

20.08 Cena inglesa y concierto en The Harlequin a trueno de Ten Beers After y de Searching for Sylvia. No descartamos aportaciones del buskerismo galego más irreverente. La música ahogada por el estrépito de las generaciones.

1 de Abril

April Fool's Day. No estamos para bromas. O sí.

11. 01 La brigada Herbert Chapman se encamina a Huddersfield. Presencian el Huddersfield FC- Burton Albion. Los Terriers fueron el primer equipo inglés en ganar tres ligas seguidas (1924, 1925 y 1926). También ganaron la FA Cup de 1922.  Sobran las presentaciones con los Brewers de Nigel Clough. El equipo de los Porcos Bravos Orixinais.
Os Arquivos Stout da AGC: X

11.03 Casi todo los demás quedan bajo la tutela de Sergio, a patear cual de las tres guías les pinta más:
- Also Sprach Boroman
- Anacos De Sheffield. Up The Line To Fuck
- SHEFFIELD CELTIC FRINGE PUBS by Ron Clayton

12.04 Fagan's. Tocamos una tercera vía sabatina con una maratoniana sesión musical. Actuación estelar  a cargo de Pánicos y Queridos Extraños. If you're traveling the north country fair.

19.47 Las tres columnas se encuentran en un pub ribereño para la charla técnica. Y al hotel a dormir.


2 de Abril. Hoy es el Día que Alimentamos a la Bestia.

El PARTIDO. 11 de la mañana.
El Battlefield es el habitual Gym Plus Ground, Crookes Road, Sheffield.
¿El partido más descompensado de los últimos años? Los Stags tienen el mejor equipo de su historia. Os Porcos Bravos, un equipo de veteranos fuera de forma y sin cambios. Ellos tienen la culpa. La Bestia aguarda en el interior de nuestro corazón podrido y sólo necesita que se den las condiciones propicias.

13.30 Tercer Tiempo en el Royal Victoria Hotel.

14.45 Run Amok de Pubs
Incluye peregrinación a The Fat Cat, a tocar la placa y recordar que aquí, hace 10 años, empezó todo.
Nosotros somos muy afortunados, tenemos una farola junto a la puerta.


3 de Abril

7 Los Beatles del Porcobravismo madrugan cara a Liverpool

13.40 Aterrizamos en Oporto

15.34 Los Porcos que vuelven por  Stansted dicen hasta luego a Sheffield.
2 horas y 40 minutos exactos. Sin parar.

23.20 Aterrizamos en Oporto
Volvemos en bus para casa. En lo alto, con su eterno movimiento, había millones de estrellas.

El mérito de la Anglogalician no es ser ordenada y explicable, sino ser salvaje y oscura. Su mérito, precisamente, es que ninguno de nosotros habría podido concebir jamás nada igual, que habríamos rechazado la simple idea como absurda e irrealizable. The Anglogalician es el mejor de los mundos imposibles y ya tiene 10 años. Que sean muchos, muchos más.


E como sempre o de sempre, Galicia Über Alles

Dez anos pelexando polo peltre

La Penúltima Carga De La Vieja Guardia. Hasta Que Amaine La Tormenta



Vosotros, veteranos porcos bravos, almas que habéis trabajado y sufrido y bebido junto a vuestros camaradas en Inglaterra, y que siempre tuvisteis una alegre bienvenida tanto para los truenos como para el día despejado, recibiéndolos con corazones libres e inteligencias despiertas, vosotros y yo hemos envejecido. La decadencia tiene todavía su honra y su trabajo. La muerte del físico lo acaba todo menos el talento: pero algo antes del fin, alguna labor excelente y notable, todavía puede realizarse, no indigna de quienes compartieron el campo de batalla con los dioses. Las estrellas comienzan a brillar sobre las rocas: el largo día avanza hacia su ocaso; la lenta luna asciende; los hondos lamentos son ya de muchas voces. Venid, porcos bravos a Sheffield. No es demasiado tarde para buscar una victoria nueva en un mundo viejo. ¡Qué fastidio es detenerse, terminar, oxidarse sin brillo, no resplandecer con el ejercicio! Como si presentarse en un campo extranjero justificase esta edición. Una edición sobre otra sin honor, sería del todo insuficiente, y de la Vieja Guardia nos quedan pocos. Es posible que las corrientes nos hundan y destruyan; es posible que venga el hombre del saco; es posible que las memorias de 10 años no nos rediman; es muy posible la carnicería. Pero a pesar de que mucho se ha perdido, queda mucho; y, a pesar de que no tenemos ahora el vigor que antaño movía la tierra y los cielos de la Anglogalician, lo que somos, somos: un espíritu galaico de corazones heroicos, debilitados por el tiempo y el destino, pero con una voluntad decidida a combatir y no ceder por muy jodidas que se pongan las cosas.

Que nuestra respuesta sea: Merde!
Que nuestra actitud sea la adecuada

Anacos De Sheffield. Up The Line To Fuck



Hay una pintada en Pontevedra que dice algo así como "Pontevedra no es una ciudad, es un estado de ánimo" y con Sheffield pasa algo parecido aunque no igual.

Sheffield. Los lobos han vuelto a la ciudad para matar las reses que reservábamos para conservar la vida. Esperando la XIV, pateo la ciudad y a continuación os la cuento.

A modo de presentación os diré que la acerada ciudad de Sheffield tiene 400 km2 desparramados por siete colinas y varados en la confluencia de cinco ríos. Cuenta con unos 600.000 habitantes, 500 pubs y dos millones de árboles donde los búhos cansados cierran los ojos, fatigados de vigilar la noche, y han dejado la belleza de la caza a un lado, y han dejado el equilibrio de la rama para que crezcan otros bulbos y otras alas en el Peak District.

Más que por otra cosa, Sheffield es famosa por ser la cuna de la AngloGalician Cup y del fútbol moderno. El orden no importa. Porque ustedes han de saber que en esta ciudad podemos encontrar al equipo más antiguo del mundo, que es el Sheffield FC (The Ancients) fundado en 1857 y el campo más antiguo del mundo que es el Sandygate Road, hogar del Hallam FC (The Countrymen). El por qué el club más antiguo no juega en el campo más antiguo da para otra entrada.

Luego tenemos al Sheffield United (que son los Blades) del que este autor es ferviente seguidor y al Sheffield Wednesday (que son los Pigs... perdón, los Owls). El glorioso Sheffield United juega en Bramall Lane y en sus aledaños es tradición para los más clásicos tomarse un Fish and Chips en el Salt and Battered y tomarse una pinta en el Barrell Inn.
Obviamente no tengo ni idea de qué hacen los del Wednesday, pero creo que quedan en el New Barrack's Tavern y retozan allí hasta que les llega la hora de ir a Hillsborough.
Una piara de cerdos ha conquistado el aparcamiento.
Os sigo contando.

Hay vida más allá del fútbol? Pues claro que sí. Uno de los lemas de la Causa escupe la gran verdad de "Inglaterra es lo que hay entre Pub y Pub" y aquí podrías casi saltar de uno a otro sin pisar la calle.

Hay leyendas escritas sobre el asfalto y las aceras y firmadas con la orina de nuestra alegría.

Vamos a lo práctico: una guía básica de mis pubs en Sheffield dividida en dos.

1) Para quedar con colegas para unas pintas o ir en plan Llanero Solitario. 

Brother's Arms: Situado en lo alto de Heeley, cerca de Meersbrook Park, este pub tiene una de las mejores panorámicas de todo Sheffield además de una selección de cervezas espectacular. Un buen momento para disfrutar de su terraza es ir cuando atardece, pues la puesta de sol merece la pena.

The White Lion: Se podrá decir que es el pub más antiguo de Sheffield pues lleva desde 1781 abierto como tal. Además de eso cuenta con más de 10 cask ales y una gran programación de conciertos. Si todo ésto no es suficiente sus parroquianos son gente agradable y de bien. Personalmente me gusta ir los miércoles al Quiz Night a pasar un buen rato e intentar no quedar como el peor equipo.

Broadfield: Este es el sueño húmedo de todo Beer Hunter o amante del whisky: 15 cask ales que se cambian cada dos por tres, 6 taps siempre interesantes -que también rotan-  y unos 8 fijos. Además de todo ésto, súmale una variedad de más de 100 whiskys de malta. Hasta tienen camareros profesionales! La única pega es que es un poco pijo, pero merece la pena.

Cremorne: Es posiblemente el pub mas atípico de todo Sheffield y eso no es moco de pavo. Es un caos, cada día que vas es una sorpresa y con una clientela que va desde los típicos Barflies pasando por estudiantes e incluso alguna gente de bien.  Como decían en Blade Runner: ''he visto cosas que nunca creerías''. Pero todo ésto solo lo hace más único. En cuanto a las cervezas está bien surtido con 8 cask, entre ellas mi favorita, la Kelhan Best; por otra parte, merece la pena probar las pizzas, de las mejores de la ciudad y muy baratas.

Tap and Tankard: Este céntrico pub, aunque un poco escondido, es un oasis para los amantes del blues y de la cerveza. Pertenece a la Kelhan Island Brew. Esto siempre significa buen precio y calidad. Además, la selección musical es perfecta si te gusta el blues o el soul.

The Devonshire Cat: Seguimos por el centro, este pub es parada obligatoria. Tiene alrededor de 20 cask ales y una buena carta de whiskys. He visto algunos revolotear con su batir de alas anárquico y ebrio en otras noches de mayor entusiasmo.



2) Para salir en serio, ahora que empiezo a odiar las noches en cubierta por la misma razón que antes odiaba las noches en el camarote:

The Green Room: Grandes éxitos de los 80 y 90 del pop rock Británico. Ideal para empezar, pintas a buen precio y buen ambiente, aunque la media de edad es alta, eso sí.

The Washington: Un clásico en la Anglogalician y uno de los favoritos de servidor para liarla. Abre hasta las 3, la música es buena, y las pintas y las copas baratas. Más no se puede pedir.

The Yorkshireman: El Pub Heavy de Sheffield con mayúsculas, lo mejor de la New Wave of British Heavy Metal sonando y gente con melenas al viento y bebiendo en cuernos vikingos. Por Odin que no hay bar mejor y, por encima, es el pub que cierra más tarde, a las 4.

The Leadmill: Si ya has aguantado más allá de las 4, poco te queda. Puedes probar suerte en el Dempsey's (sede de los Stags) aunque mejor vete al Leadmill y disfruta de sus dos pistas y sus huérfanas turgentes y sus esposas en los baños.

Y no desprecies la joya roja entre las ramas solo porque es la luz del semáforo. No sé de luces rojas en Sheffield. No pierdan su tiempo en preguntar.




Tenemos todo para coger el futuro entre las manos y poder decir, con el poeta y el loco y el sabio y el guerrero: vamos a protagonizar una época en Sheffield. Y lo haremos.