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Porcos Bravos Scales New Heights of Glory



La sinécdoque es mala compañera de viaje. Nubla juicios, bastardea perspectivas. Llovía en Sheffield el uno de Junio de 2008. Los stags ganaron 1 a 0 en un tenso partido, dejando a los porcos bravos con el desolador bagaje de tres derrotas en otras tantas ediciones. Condenados a remar contracorriente. La sinécdoque vestida de púrpura es traicionera. Es 15 de Octubre de 2011. La Grande y Felicísima Mesnada muerde bordillo en Sheffield contra pronóstico. Estamos en la octava edición. Os porcos jadean sobre las playas del Devónico, se arropan bajo estrellas neolíticas. Escupen sangre entre dientes machacados. Los stags se distancian otra vez. Cinco anglogalician a tres. Cuesta recuperarse en las tierras baldías. Un cónclave sobrevolando las Islas Anglonormandas da con la tecla. Víctor Hugo nos bosqueja un Ronnie Farras libre y salvaje. La metonimia es una ramera despiadada. Ningunea ocho largos años, ¿o son siete putos años?. El tiempo de una guerra, de la maldición del espejo, el círculo de una Nawyecka cabalgada por los centauros del desierto.
La metonimia desnuda al desnudo seduce. Hace que olvidemos que hubo un tiempo donde el Correcaminos ejerció de Coyote.

La otra crónica, la escrita según el tradicional método galeguidade ao pao, informa:


Porcos Bravos 8 - Sheffield Stags 1


Os Porcos Bravos: Santi Barrilete (Gk); Josué; Fontaiña; Frank (1); Martín (1); Lutzky (1); Del Río; Fer (1); Serge (1); Marcos; Xandre (1); Fandiño (2); McKey.

The Sheffield Stags: Dave Moxon (Gk); Thomo; Albert Finney; Fenners; Col W; Jonathan; Mido (1); Rob Roy Hist.

Venue: Campo de Monteporreiro. Pontevedra. Cielo encapotado. En perfectas condiciones a pesar de la manguera externa.

Attendance: Unos treinta y cinco privilegiados. Afición entregadísima a la Causa a la par que elegante, entendida y animosa.

Uniformes:
- Os porcos, del invicto negro Ronnie Farras que ha hecho correr ríos de tinta. Excepto uno, que pensó que aún jugábamos la VII.
- Los stags, de verdiblanco manque pierda.

El Laurence Bowles al mejor jugador porcobravo es para Sergio.

El Derek Dooley's Left Leg al mejor jugador inglés, se lo lleva Fenners.

Barrilete, tres de tres como entrenador. A la altura del gran Bob Pasley.

Mido se convierte en el primer jugador egipcio en participar en el torneo.

The Anglogalician Cup tiene nuevo Rey Psicopompo. Por primera vez en la historia de la competición más famosa del mundo, os Porcos Bravos lideran el palmarés. 6 triunfos a 5.

Os Porcos Bravos no tenían alternativa en la XI. Ganar o ganar. Más presión que la cerveza. Una cita con la Historia no se tiene todos los días. Era su gran oportunidad de cambiar la marea de la Anglogalician Cup por primera vez desde el inicio del Todo, allá por 2007. En la senda de los inmortales. Los stags, no nos engañemos, lo pusieron fácil. A huevo. Viajaron con un equipo tan capitidisminuido que hasta echaron mano de refuerzos afincados en Pontevedra. El chorromoco se les veía venir. Las goteras. Si vas a bailar con el Diablo, que toquen una lenta.

Quizás por todo lo expuesto arriba, a Barrilete le dio un ataque de entrenador. Revolucionó tanto a la Muerte Negra, que en los primeros compases del encuentro es difícil distinguir churras de merinas. Son unos minutos iniciales tensos, de tanteo, donde parece estar penado pasar bien un balón. En esto, Fer se incorpora al ataque, tira una pared, y define con categoría. El gol sienta peor a los porcos que a los stags. Cousas da Porcallada. En una de esas habituales perdidas de balón que tanto daño le hacen históricamente al porcobravismo engreído, Mido exhibe su clase contra la zaga local y empata. Queda un mundo dentro de un mundo. Los stags conscientes que no tienen cambios, se atrincheran atrás, acechando otro regalo. Os Porcos, conscientes que los stags no tienen sustituciones; elevan el ritmo dentro de sus posibilidades, y, sitian la portería de un inmenso Blond Cat Miller. El segundo gol gallego está a la vuelta de la esquina. Momento olímpico del choque. No habrá segundo acto en la tragedia stag. Mientras agoniza el primer tiempo, os Porcos marcan el tercero tras un nuevo córner. Asunto liquidado.

El descanso no da para arengas de baja estofa. Todo el pescado está vendido. Comienza una segunda parte que se antoja eterna para el equipo inglés. Sin posibilidad de dar descanso a sus jugadores, éstos dan una lección práctica de las virtudes que han hecho grande al Imperio. Entre ellas, y no es la menor, no rendirse jamás por jodida que esté la cosa. Os porcos a los suyo. Abusan del tiqui-taka y del toque-caca. Aún y así, saben que van a seguir marcando. Trallazo de Xandre que revienta el balón. El cuarto. Los stags siguen atrás, buscando evitar al hombre del saco. Fandiño se adueña de la pelota a la par que hace un doblete. Falta el gol de Martín. Os porcos saben que no hay resaca feliz si no marca su killer, y juegan para él. No les falla. Cuando consigue el con ocho basta, acaba el partido.

Aparte de lo obvio, quedan las pinceladas de rigor: Josué se revela como la pieza que faltaba en el puzle defensivo del porcobravismo. A la Vieja Guardia le quedan muy pocas campañas. No son los años, es el kilometraje. Por ahí cojea el equipo. El relevo generacional se antoja necesario pero siempre hay un pero. Algunos de los que vienen a por la antorcha, se creen más de lo que son. Naufragan una y otra vez en estas finales. Habrá que cavar en la victoria para que no nos llamen ventajistas. Los Stags lo tienen más difícil. Su proyecto clama por una Restauración. Destacamos en sus filas a Colin W, Cundy y Jonathan.

Equipo XI AGC
The Black Death

La XII subirá al patíbulo al norte del Río Bann, donde terribles sueños fruncen el ceño de Inglaterra. Necesitamos que el león dormido ruja de nuevo, aunque no despiertes a la serpiente. Precisamos nuevos desafíos en las viejas cumbres de Yorkshire. The Anglogalician Cup está obligada a vivir acorde con su Leyenda. A veces, la obstinación es el mejor atributo. El útil ciclo de venganza, redención y cicatrices debe continuar.

Pig, Goose and Boar no quarter found. Yet let's be content, and the times lament, you see the world turn'd upside down